Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)
¿Qué significa que la Torá fue entregada desde la oscuridad, en el trabajo?
Artículo 21, 1988
Está escrito en el Midrash (VaYikró, Capítulo 6): «Nuestros sabios dicen: “Las naciones del mundo no recibieron la Torá, que fue entregada desde la oscuridad». Él dice acerca de ellos: «Porque la oscuridad cubrirá la Tierra» (Isaías 60:2). Pero Israel recibió la Torá, que fue entregada desde la oscuridad, como está escrito, (Devarim 5:20): «Al escuchar la voz desde la oscuridad». Él dice acerca de ellos (Isaías 60:2): «El Creador brillará sobre ti y Su gloria se verá sobre ti». Hasta aquí sus palabras.
Debemos entender por qué la Torá fue entregada desde la oscuridad y por qué las naciones del mundo no querían recibir la Torá desde la oscuridad. Es como si el Creador deliberadamente diera la Torá desde la oscuridad para que las naciones del mundo no la reciban. Y también debemos entender por qué Israel sí recibió la Torá desde la oscuridad.
Primero, necesitamos saber qué es la oscuridad en el trabajo. El asunto es que, debido al propósito de la creación que es «Hacer el bien a sus creaciones», cuando una persona está satisfecha con su vida se considera que el mundo ilumina para esa persona, es decir, que disfruta del mundo. Pero si no encuentra satisfacción en la vida, dice: «El mundo se me ha oscurecido».
Se sabe que en el trabajo, llamamos a las vasijas de otorgamiento «Israel», y llamamos a las vasijas de recepción, «Las naciones del mundo» Por lo tanto, cuando la persona quiere acercarse al Creador, es decir, usar las vasijas de otorgamiento, y no puede porque el cuerpo no está de acuerdo con eso, ya que su cuerpo se extiende desde las vasijas de recepción, en ese momento el hombre siente que el mundo se ha oscurecido para él, porque entiende que si no puede obtener vasijas de otorgamiento, nunca será recompensado con la luz superior, que es la luz de «Hacer el bien a Sus creaciones».
De ello se deduce que la oscuridad que siente por no poder obtener vasijas de otorgamiento por sus propias fuerzas, le da la necesidad de que alguien le ayude a obtener estos Kelim (vasijas). De acuerdo con la regla, «No hay luz sin un Kli (vasija), no hay llenado sin carencia», se deduce que ahora él ha recibido la necesidad de la luz de la Torá. Es como nuestros sabios dijeron: «He creado la inclinación al mal; He creado la Torá como condimento».
Resulta que, la Torá se dio específicamente a quien tiene carencia, y esa carencia se llama «Oscuridad». Este es el significado de las palabras, «La Torá fue entregada desde la oscuridad». Es decir, alguien que siente oscuridad en su vida porque no tiene vasijas de otorgamiento, es adecuado para recibir la Torá, de modo que a través de la Torá, la Luz en ella lo reformará y obtendrá las vasijas de otorgamiento. A través de ellas, él estará en condiciones de recibir el deleite y placer, ya que estos dos están incluidos en la Torá: 1) El Kli, que él quiere otorgar. 2) Luego recibe el deleite y el placer en las vasijas de otorgamiento.
A la inversa, las naciones del mundo que no recibieron la Torá, que fue entregada desde la oscuridad. En el trabajo, «Las naciones del mundo» significa que el cuerpo consta de setenta naciones que quieren la Torá no porque sienten oscuridad cuando no tienen vasijas de otorgamiento; más bien, su único deseo son las vasijas de recepción y no tienen ganas de salir de ese control. Quieren la Torá para agregar más luz a sí mismos, es decir, más placer que el que reciben de los asuntos corporales. Esto significa, que también quieren el siguiente mundo, como está escrito en El Zóhar: «Aúllan como perros Hav, Hav (danos, danos), danos la riqueza de este mundo y nos dan la riqueza del otro mundo». Es decir, la riqueza de este mundo no es suficiente para ellos, sino que también quieren la riqueza del próximo mundo.
De ello se deduce que la Torá fue entregada específicamente a aquellos que sienten que su deseo de recibir los controla. Gritan desde la oscuridad que necesitan la Torá para liberarse de la oscuridad que es el control de las vasijas de recepción, sobre las que hubo un Tzimtzum (restricción) y ocultamiento para que no ilumine la Luz en ese lugar. Y ese lugar es la causa y la necesidad de recibir la Torá.
Por esta razón, ya que la Torá llegó debido a la oscuridad, la Torá hizo dos cosas: 1) «La luz en ella lo reforma». Luego, el Tzimtzum y el ocultamiento se apartan de sus vasijas de recepción porque donde tenía vasijas de recepción; ahora ha sido recompensado con vasijas de otorgamiento. Este es el significado de las palabras: «Y el Creador brillará sobre ti». Es decir, así como el Creador quiere otorgar, el hombre será recompensado con un deseo de otorgar. 2) Después de que se le haya recompensado con las vasijas de otorgamiento, esto es, que se le otorgó la capacidad de realizar acciones en Lishmá (en nombre de la Torá), que se llama «Aprender Torá Lishmá», entonces le revelan los secretos de la Torá, como dice el Rabí Meir en la Mishná, Avot. Este es el significado de las palabras: «Y Su gloria se verá sobre ti», es decir, la gloria del Creador que es la revelación de la divinidad, se «Verá sobre ti», porque entonces uno es recompensado con «La Torá, Israel, y el Creador son uno».
Sin embargo, las naciones del mundo, que no necesitan la Torá para salir de la oscuridad, que son vasijas de recepción, sino que necesitan la Torá para agregar la riqueza del próximo mundo a la riqueza de este mundo, como se dijo, «Hav, Hav», estas personas, que están en un estado de «Naciones del mundo», dicen que no necesitan la Torá para librarse de la oscuridad, ya que, para ellos, consideran las vasijas de recepción para sí mismos como «Luz». Más bien, quieren que la luz de la Torá entre en el receptor.
El verso dice acerca de ellos: «Porque la oscuridad cubrirá la tierra». Es decir, no serán recompensados con la luz de la Torá porque «La luz de la Torá fue entregada desde la oscuridad». En otras palabras, uno que siente que está en la oscuridad es considerado como «Israel», porque necesitan la Torá para iluminar su oscuridad, y son recompensados con «El Creador brillará sobre ti» y «Su gloria se verá sobre ti».
Ahora podemos entender lo que dijeron nuestros sabios (Avot, capítulo 1:17): «No es el aprendizaje lo que importa, sino la acción». Además, en Kidushín (pág. 40), dijeron: «Se les hizo esta pregunta: “¿Mucho aprendizaje o gran acción?” Rabí Tarfon respondió: “gran acción”. Rabí Akiva respondió: “Mucho aprendizaje”. Todos respondieron y dijeron: “Mucho aprendizaje, ya que el aprendizaje lleva a la acción”». Debemos entender sus palabras en el trabajo, ya que lo literal proporciona muchas interpretaciones a esto.
En el trabajo, es decir, cuando queremos trabajar para otorgar y no recibir para nosotros mismos, por supuesto que, debemos observar los 613 Mitzvot (preceptos) en la práctica. Quien aprende Torá, pero no quiere observar los 613 Mitzvot en la práctica, está aprendiendo conocimiento, de la misma forma que alguien aprende enseñanzas externas. Es como nuestros sabios dijeron (Eijá Rabá 2:17): «Si alguien te dice: “Hay sabiduría en las naciones”, creélo. “Hay Torá en las naciones”, no lo creas». Esto significa que una persona puede aprender Torá, pero si es un gentil que no observa las Mitzvot, lo que lo hace un gentil, entonces la Torá que está aprendiendo es llamada «Sabiduría» y no «Torá».
Por esta razón, quien quiera trabajar para otorgar debe comenzar a trabajar en acción, y luego comenzar con la intención, es decir, colocarle la intención de otorgar. Sin embargo, ¿Cómo podemos lograr la intención de otorgar?, ya que se sabe que una persona puede trabajar bajo coacción, aunque «Su corazón no está con él». Es decir, el hombre podría realizar un acción en contra de su voluntad. Él puede sobreponerse a su deseo y hacer algo en contra de su deseo. Sin embargo, cambiar el corazón, es decir, el deseo y el anhelo, esto no lo puede hacer una persona.
Por lo tanto, dado que el hombre fue creado con la naturaleza de recibir sólo para sí mismo, ¿Cómo puede dirigir con el fin de otorgar? ¡Cómo, esto va en contra de su naturaleza! ¿Cómo puede uno trabajar contra su naturaleza y deseo, que es sólo recibir? ¿Puede forzarse a apuntar su corazón con la intención de otorgar?
Además, debemos saber que la Torá fue dada para purificar a Israel, es decir, Todas las acciones que Él nos ha dado para hacer son solo para obtener esta intención de otorgar. Entonces, ¿Cómo podemos hacer lo anterior, ya que no puede haber coerción del corazón y el deseo?
Baal HaSulam interpretó «Lo que Dios ha creado para hacer». «Lo que Dios ha creado», significa que es sobre esto lo que el hombre debe «Hacer», sobre lo que Él ha creado. Debemos interpretar «Lo que Dios ha creado», que significa que la creación se llama «Existencia a partir de la ausencia», refiriéndose al deseo de recibir. «Hacer» pertenece a las criaturas, quienes deben colocar en el hacer la intención con el fin de otorgar. Esto significa que todo lo que los seres creados deben hacer es solo tener la capacidad de dirigir con el fin de otorgar. Esto se llama «Lo que Dios ha creado para hacer». Este hacer pertenece a los seres creados.
En consecuencia, debemos interpretar las palabras anteriores, «Mucho aprendizaje o acción», no se refieren a la acción que deben hacer los inferiores, porque claramente sin trabajo no hay nada, ya que primero debemos observar los 613 Mitzvot en acción. Más bien, debemos interpretar sobre la Torá misma que la Torá se llama Talmud (aprendizaje). Por lo tanto, la pregunta «¿Mucho aprendizaje o una gran acción?», significa que la Torá habla de dos discernimientos:
1) Desde la perspectiva de las leyes, es decir, de qué manera debemos observar las Mitzvot. Ahí está el tema de la medida de las Mitzvot. Tome por ejemplo el Tzitzit. Debemos aprender las leyes de la Halajá (Ley Bíblica) con respecto al tamaño requerido del Talit y el Tzitzit, y también con respecto al resto de las Mitzvot. Esto se llama la parte «Revelada» de la Torá, ya que estas Mitzvot son visibles y no se puede decir que una persona cometa errores allí, ya que lo que es visible, si una persona presta atención, puede observar estas Mitzvot correctamente. Por eso se llama «Revelado».
2) La parte de la Torá que no habla de reglas y leyes que cumplimos en acción, sino que habla de cuentos y leyendas de nuestros sabios y no tienen conexión con las 613 Mitzvot.
La pregunta es: ¿Qué parte de la Torá es más grande, es decir, más importante para una persona y a la que debería prestar más atención?
«Aprender» se refiere a la parte de la Torá que solo se está aprendiendo, sin acciones, ya que no estamos hablando de la parte práctica, cómo observar. Esto se llama «Aprender», que significa Torá sin acciones.
Rabí Tarfon dice que el trabajo es mayor. Es decir, la parte de la Torá que habla de realizar las Mitzvot, es lo más importante que se debe saber, las reglas que se aplican a las Mitzvot. Rabí Akiva dijo que mucho aprendizaje, y todos respondieron y dijeron al igual que Rabi Akiva: «Mucho aprendizaje». ¿Cuál es la razón?, que el aprendizaje lleva a la acción.
Debemos interpretar lo que dijeron, que «El aprendizaje lleva a la acción». Significa que, si bien es cierto que el comienzo del trabajo está en la parte revelada de la Torá, que habla de realizar las Mitzvot, esto es solo el inicio, ya que la Torá y las Mitzvot fueron dadas principalmente para purificar con ellas a las personas. Esto significa, como está escrito (En el ensayo, “Apertura a la Sabiduría de la Cabalá”), que «purificar» significa salir del control del deseo de recibir para uno mismo y trabajar solo con el fin de otorgar. Esto se llama «Lo que Dios ha creado para hacer». Esta acción que le harán a la creación, la cual es llamada «recibir para sí mismo»: es colocar la intención de otorgar en ella, esta acción es lo principal que deben hacer los inferiores para poder recibir el deleite y placer que el Creador quiere darles.
Para lograr un estado de «acción», es decir, que una persona debe trabajar solo por el bien del Creador y no por su propio beneficio, una persona aún puede superar la parte revelada en los 613 Mitzvot forzándola a observar las 613 Mitzvot. Sin embargo, en la parte oculta, que es la intención, es algo que se le da al corazón, y aquí una persona no puede forzarse a sí misma. Es decir, si el corazón no quiere trabajar y amar a los demás, el hombre está indefenso.
En ese estado, cuando una persona quiere trabajar en nombre de los cielos y el cuerpo no está de acuerdo, el hombre se da cuenta de que no puede trabajar por sí mismo en nombre de los cielos. De ello se deduce, que ahora la persona ha aprendido algo nuevo que no sabía antes de comenzar el trabajo del otorgamiento: Es un completo malvado, ya que no quiere trabajar en nombre de los cielos. Antes de comenzar el trabajo del otorgamiento, también sabía que todavía no estaba trabajando en nombre de los cielos, pero en ese momento pensó que no estaba haciendo todo en nombre de los cielos solo por negligencia y ociosidad, pero él lograría hacer todo por el bien del Creador en el momento que elija.
Por esta razón, no le preocupaba que no lo estuviera haciendo ahora. Podría decir que fue solo por falta de tiempo, pero está seguro de que está en sus manos poder hacer todo en nombre de los cielos. Existe una regla de que todo lo que una persona puede hacer no le concierne porque siempre puede hacerlo. Él atribuye no tenerlo solo a la vista de los demás.
Pero, ahora que ha comenzado el trabajo de otorgamiento y ha hecho grandes esfuerzos, sin embargo, ve que no está progresando, y peor aún, después de todo el trabajo ha caído en la desesperación, ahora ve que el mal en él es tan grande hasta que decide que el trabajo de otorgamiento no es para él. Este reconocimiento se denomina «malvado», es decir, ahora sabe sin lugar a duda que su cuerpo es implacable en su opinión y no se puede cambiar para que quiera trabajar en nombre de los cielos. Él puede convencerlo a hacer solo cosas reveladas, en acción, y hacer buenas obras. Sin embargo, su corazón no está con él. Por lo tanto, sólo ahora puede determinar que tiene una inclinación al mal que es verdaderamente malvada contra el Creador, que no quiere trabajar para el Creador, sino sólo trabajar para sí mismo.
Cuando la persona llega a ese estado, cuando ve que tiene inclinación al mal, debe creer lo que nuestros sabios dijeron: «He creado la inclinación al mal; He creado la Torá como condimento», ya que «La luz en ella lo reforma». Es decir, su esclavitud a la inclinación al mal, cuando se vio obligado a trabajar para su propio beneficio y no en beneficio del Creador, ahora, a través de la luz de la Torá, él es reformado y puede realizar acciones en nombre de los cielos. Esto se llama «buenas acciones», que significa solo otorgar al Creador y no en beneficio propio.
En consecuencia, vemos que es imposible realizar acciones de otorgamiento sin la luz de la Torá. De ello se deduce, que la parte de la Torá que la persona aprende, que no habla de reglas y leyes, se denomina «acción», como está escrito: «gran acción», es decir, la parte de la Torá que habla de hacer las Mitzvot.
Y este es el significado de «mucho aprendizaje», que significa, la parte de la Torá que habla de cuentos y leyendas e interpretaciones de nuestros sabios, etc., la parte de la Torá que no se relaciona con la realización de las Mitzvot. Esto se denomina «Aprendizaje». Todos dijeron de inmediato: «Mucho aprendizaje», «Ya que el aprendizaje lleva a la acción». Aquí, el significado de «acción» se refiere a la intención de la acción, que se considera como revelado. Él podrá dirigir el corazón para que trabaje en nombre de los cielos, y esto se llama «acción», como está escrito: «Lo que Dios ha creado para hacer». Hacer se refiere al corazón, para que el hombre tenga la fuerza para hacer, por lo que el corazón querrá hacer en nombre de los cielos.