Lección Lección 23

Lección 23

Parte 1: La importancia de la rutina diaria Parte 2: Conceptos en la estructura de los mundos

Contenido de la lección
Materiales

Parte 1: La importancia de la rutina diaria (extractos seleccionados y clips de video)

Parte 2: Conceptos en la estructura de los mundos: Baal HaSulam, Apertura a la Sabiduría de la Cabalá, p.5

1. Rabash. Notas. Anotaciones N 875. Tres Líneas - 4
Podemos aprender los asuntos superiores, llamados “la sabiduría de la Cabalá,” solo por medio de la Segulá [virud], ya que pueden traer a una persona el deseo y anhelo de adherirse al Creador debido a la Kedushá [santidad] de los asuntos que hablan de los nombres sagrados... Cuando una persona aprende los asuntos superiores para que lo acerquen a la Kedushá, esto provoca un acercamiento de las luces. Esto significa que este aprendizaje le causará ser recompensado al orientar todas sus acciones con el propósito de otorgar. Esto se llama “trabajo en la manera de preparación,” donde se prepara a sí mismo para ser digno de entrar al palacio del Rey y adherirse a Él.

2. RABASH 647. Una Oración Requiere una Deficiencia

Nuestros sabios dijeron, “Establece tiempos para la Torá.”

Deberíamos decir que la regularidad significa que aunque uno no tenga deseo ni necesidad, debe aún así aprender la Torá porque la Torá en sí misma le trae Kedusha [santidad], a pesar de que no sienta necesidad de aprender.

3. RABASH, Artículo No. 12 (1988), "¿Qué es Torá y labor en el Camino del Creador?"

El hombre debe tratar de hacer un gran esfuerzo antes del estudio, para que su aprendizaje dé frutos, y buenos resultados, es decir, que el aprendizaje le traiga la luz de la Torá, por la cual será posible reformarlo.

4. Likutei Halachot, Joshen Mishpat, Ley 3:30
Lo principal en el trabajo del Creador es el aspecto del deseo, y en la medida que cada uno se acostumbra a reforzar su deseo, sus ansias y añoranzas por el Creador, en un gran deseo, consigue acercarse al Creador y a Su Torá y Mitzvot.

5. RABASH, Anotaciones N. 875, "Tres Líneas – 4"

Antes de que el hombre logre salir de su amor propio y logre hacerlo todo con el fin de otorgar, lo que se llama Lishmá, si bien el hombre aprende todos estos asuntos, tal como son, no son más que nombres sin ninguna explicación, o sea, que uno no tiene alcance alguno de estas cosas que aprende, porque no tiene conocimiento alguno de la materia de las raíces espirituales llamadas “nombres sagrados,” o Sefirot y Partzufim.

Y se nos permite estudiar estas cosas sublimes, llamadas sabiduría de la Cabalá, solamente mediante la Segulá [Virtud], porque pueden traer a uno el deseo y el ansia de adherirse al Creador gracias a la santidad de estas cosas, que hablan de los nombres sagrados.

6. RABASH, Anotaciones N. 875, "Tres Líneas – 4"

Cuando el hombre aprende estas cosas sublimes para que lo lleve a acercarse a la Kedushá, esto lleva a acercar las Luces. Este asunto es que el propósito de este estudio es que uno logre dirigir todos sus actos para que sean con el fin de otorgar y esto se considera trabajo en la preparación, que uno se prepara para estar capacitado para entrar al palacio del Rey y adherirse a Él.

7. Baal HaSulam, "Introducción al Estudio de las Diez Sefirot", P 155.

En la hora en que el hombre se involucra en esta sabiduría, mencionando los nombres de las Luces y las vasijas, que tienen pertenencia a su alma, éstas la iluminan de inmediato en una cierta medida. Solo que le iluminan sin vestirse en el interior de su alma, por la falta de vasijas capaces de recibirlas. A pesar de eso, la iluminación que recibe una y otra vez, cuando se involucra en eso, le atraen gracia desde Lo Alto, impartiéndole abundancia de Kedushá y pureza, que acerca mucho al hombre a alcanzar su perfección.

 

Apertura a la Sabiduría de la Cabalá. P 5.
 

5) Por ende, se requieren las cuatro fases del nombre HaVaYaH, llamadas JojmáBináTiféret y Maljut. La primera fase llamada Jojmá, es la totalidad del ser emanado: La Luz y la vasija. En ella se encuentra el gran deseo de recibir con toda la Luz incluida dentro, llamada Luz de Jojmá (Luz de Sabiduría) o Luz de Jayá (Luz de Vida), pues es toda la vida (Jaim) dentro del ser creado, que reviste el interior de su Kli. Sin embargo, esta primera fase es considerada Luz por completo, y la vasija es apenas distinguible, puesto que se encuentra mezclada con la Luz, y de este modo está cancelada en ella como una vela ante una antorcha.

Le sigue la segunda fase, puesto que al final la vasija de Jojmá se intensifica en equivalencia de forma con la Luz Superior dentro de sí. Esto significa que se despierta, dentro de ella, un deseo de otorgar al Emanador, de acuerdo con la naturaleza de la Luz que se encuentra adentro, y que representa por completo la cualidad de otorgamiento.

Luego, utilizando este deseo que se ha despertado dentro, se extiende una nueva Luz hacia él desde el Emanador, llamada Luz de Jasadim (Luz de Benevolencia). Como resultado de esto, se separa casi completamente de la Luz de Jojmá que el Creador le había otorgado, ya que Luz de Jojmá puede ser recibida solo dentro de su propio Kli, que es el gran deseo de recibir en toda su magnitud.

De este modo, la Luz y la vasija en la segunda fase son completamente diferentes de aquellos en la primera fase, ya que aquí la vasija consiste del deseo de otorgar. La Luz que está dentro es considerada Luz de Jasadim; esta es una Luz que viene de la fuerza de la Dvekut (adhesión) del ser emanado con el Emanador, pues su deseo de otorgar le guía hacia la equivalencia de forma con este. Y, en la espiritualidad, la equivalencia de forma es Dvekut.

Luego le sigue la tercera fase. Una vez que la Luz disminuyó y se convirtió en Luz de Jasadim dentro del ser emanado, sin nada de Jojmá, sabiendo que Luz de Jojmá es la esencia del ser emanado, al final de la segunda fase se despierta y atrae dentro de sí cierto grado de Luz de Jojmá, para iluminar dentro de su Luz de Jasadim. Este «despertar» atrajo de nuevo una cierta medida del deseo de recibir, que forma una nueva vasija (Kli) llamada la tercera fase o Tiféret. Y la Luz que se encuentra dentro se llama «Luz de Jasadim con iluminación de Jojmá», ya que la mayor parte de esa Luz es Luz de Jasadim, y la parte menor es Luz de Jojmá.

A continuación llega la cuarta fase, ya que la vasija de la tercera fase, al final, también se despertó para atraer la Luz de Jojmá completa, tal como ocurrió en la primera fase. De este modo, este «despertar» se considera «anhelo» por la medida del deseo de recibir en la primera fase, e incluso sobrepasándolo, pues ahora ya ha sido separado de aquella Luz, puesto que la Luz de Jojmá ya no reviste el interior de él (y anhela a esta Luz de Jojmá). Por eso, la forma del deseo de recibir se establece por completo, ya que la vasija se establece tras la expansión de la Luz y su partida de allí. Luego, cuando vuelva y reciba la Luz, la vasija ya precederá a la Luz. Y por eso la cuarta fase es considerada la finalización de la vasija, y se llama Maljut.