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Rabash / ¿Cuál es la acción del hombre en el camino del trabajo, que es atribuida al Creador?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Cuál es la acción del hombre en el camino del trabajo, que es atribuida al Creador?

Artículo 31, 1988

 Está escrito en El Zóhar (Ekev, punto 1): «"Y comerás y quedarás satisfecho, y bendecirás al Señor tu Dios”. Esta Mitzvá (precepto) es bendecir al Creador por todo lo que ha comido, bebido y disfrutado en este mundo. Si uno no bendice, es llamado "usurpador del Creador”. Con respecto al versículo: “El que usurpa a su padre y a su madre”, los amigos establecieron que se refiere al Creador, ya que las bendiciones que una persona hace al Creador vienen a extender la vida desde la fuente de la vida, que es Biná, hasta el santo nombre del Creador». 

Vemos que aquí debería haber dos cosas:

1) Placer, lo que la persona disfruta.

2) Que la persona bendiga por el placer que recibió. Él dice que, de lo contrario, si una persona no bendice, se lo considera como un usurpador del Creador. Él dice que la razón es que a través de la bendición uno extiende la abundancia en nombre del Creador. 

Debemos entender por qué, si una persona no bendice, la abundancia no se extiende en nombre del Creador. Es decir, si el Creador puede dar abundancia, ¿por qué necesita ser despertado a través de la bendición? 

Él interpreta ahí, en El Sulam (El comentario de la escalera), que su padre es el Creador, y su madre es la Shejiná (divinidad) y que, por medio de la bendición, la abundancia se extiende al Creador y a la Shejiná. Sin embargo, debemos entender la importancia de la bendición que causa la propagación de la abundancia desde arriba. Y si no bendice, está usurpando la abundancia que su padre y su madre deberían recibir. 

Estas palabras de nuestros sabios también se presentan en El Talmud (Berajot 35b): «Todo aquel que disfrute de este mundo sin una bendición, es como si usurpara al Creador y a la congregación de Israel, como se dijo: “El que usurpa de su padre y su madre, y dice: 'No hay delito', es amigo de un hombre pernicioso. Su padre es el Creador, como se dijo: 'Porque Él es tu padre, tu Hacedor'. Y su madre es la congregación de Israel, como se dijo: 'Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre'. ¿Qué es 'amigo de un hombre pernicioso'? Rabí Hanina Bar Papa dijo: 'Es un amigo de Jeroboam, hijo de Nevat, que corrompió a Israel con respecto a su Padre en el cielo'"». 

Este texto también es difícil de entender. ¿Aquel que no bendice por un placer que disfruta, es amigo de Jeroboam, hijo de Nevat, que corrompió a Israel con respecto a su Padre en el cielo? Debemos entender cuál es la gravedad que encontramos en la bendición, y por qué es peor que alguien que comete una transgresión, que merece un castigo por la transgresión que ha cometido, mientras que aquí, es como si la transgresión de evitar una bendición fuera similar a corromper el mundo entero.

Sabemos que el mundo entero fue creado solamente para el temor al cielo, como decían nuestros sabios (Berajot 6b): «Toda persona que tenga temor al cielo, sus palabras son escuchadas, como se dijo: "Al final, todo se oye, temed a Dios”. Él pregunta: “¿Qué es 'por que esto es la totalidad del hombre?” Rabí Elazar dijo: "El Creador dijo: 'El mundo entero fue creado solo para esto'”». Rashi interpretó «para esto» como «para crear esto». 

Debemos entender el significado de «El mundo entero fue creado solamente para el temor al cielo». Esto parece contradecir la conocida regla de que, en la creación del mundo, está escrito (Midrash Rabá, Bereshit) que el Creador dijo a los ángeles ministeriales que Él quiere crear el mundo, ya que es semejante a un rey que tiene una torre abundantemente llena pero sin invitados. Y por eso creó al hombre, para darle deleite y placer. 

Sin embargo, aquí dice que el mundo fue creado solo para el temor al cielo, como si el Creador necesitara ser temido y por eso hubiera creado el mundo. 

Para entender esto, primero debemos entender lo que se llama «mundo» y lo que se llama «temor». De acuerdo con la regla que hemos aprendido, la razón de la creación de los mundos fue hacer el bien a Sus creados. Por esta razón, Él creó en los seres creados un deseo y un anhelo de recibir deleite y placer. Esto se llama Maljut de Ein Sof, ya que, en ese momento, Maljut aún no había detenido la expansión de la abundancia, sino que recibió en el deseo de deleitarse. 

Sin embargo, después, una vez que hubo recibido la Luz, hemos aprendido que Maljut anheló la equivalencia de la forma, porque cada rama desea parecerse a su raíz. Por esta razón, ella no quiso recibir para su propio beneficio, sino para dar contento al Creador. En otras palabras, dado que el Creador quiere hacer el bien a Sus creaciones, desea recibir.

En palabras del Arí, esto es llamado «Tzimtzum» (restricción), «ocultamiento» y «escondimiento». En el libro El árbol de la vida, dice que antes de que los mundos fueran creados, la Luz Superior había llenado toda la realidad, y no había Rosh (cabeza) o Sof (final), sino que todo era completamente homogéneo. Sin embargo, cuando Él deseó emanar las emanaciones y crear las criaturas, se restringió a Sí Mismo, dejando un espacio vacío. Y él dice ahí: «Y contemplad, tras el mencionado Tzimtzum, hubo un lugar donde los emanados, creados, moldeados y formados podían existir». 

Vemos que antes del Tzimtzum no existía ninguna cuestión de mundos, porque Olam (mundo) proviene de las palabras He'elem y Hester («ocultamiento» y «escondimiento»). La ocultación y el escondimiento que tuvo lugar en ese momento fueron como está escrito: «Para sacar a la luz la perfección de Sus obras». Él explica ahí, en Or Pnimí («Luz interna», comentario de Baal HaSulam sobre las palabras del Arí), que significa que es para tener equivalencia de forma llamada «recibir con el fin de otorgar». De lo contrario, no recibirían ninguna abundancia para que no haya una disparidad de forma llamada «separación»; y Maljut de Ein Sof deseaba esto.

Si hubiera existido revelación de la Luz en las vasijas de recepción, no hubiera habido espacio para el trabajo, por lo que nunca podría alcanzarse la equivalencia de forma. Por eso, se produjo la retirada de la Luz, llamada «ocultamiento y escondimiento». Después, en la medida de la fuerza para sobreponerse, llamada «un Masaj (pantalla) sobre la Luz Superior» para que puedan recibir con el fin de otorgar, aparece la Luz. 

Debido a que este Kli (vasija) procede del inferior, es decir, que el inferior debe formar el Kli, por consiguiente, el inferior no puede recibir toda la Luz que estaba en el propósito de la creación, cuando el Creador colocó la Luz en el Kli que Él había hecho, llamado «deseo de recibir». Por el contrario, la Luz que iluminaba en las vasijas de recepción ahora es recibida en porciones, de una en una, llamadas «poco a poco», ya que los Kelim (vasijas) que hacen las criaturas, que son llamados «con el fin de otorgar», no pueden hacer todo de una vez. 

Por esta razón, surgieron muchos mundos, es decir, muchos Masajim (plural de Masaj), donde, por un lado, cada Masaj hace un ocultamiento, y por otro lado, a través de ello, hay revelación. Sin embargo, antes del Tzimtzum, no había lugar para los mundos, es decir, no había lugar para el ocultamiento, simplemente porque, como está escrito: «La Luz Superior había llenado toda la realidad». 

Por lo tanto, de lo anterior se deduce que hay dos acciones en el hombre:

1) Él quiere recibir todo para su propio beneficio, considerado como querer recibir cada deleite y placer que ve en el Kli llamado «recibir para sí mismo».

2) Él quiere otorgar a los demás. 

De acuerdo con lo anterior, debemos decir que el acto de querer recibir para su propio beneficio le llega del Creador, es decir, que el Creador imprimió en las criaturas un Kli llamado «recibir con el fin de recibir». El hombre no necesita trabajar en este Kli o adquirirlo, sino que le llega con la naturaleza que el Creador creó. 

En cambio, el acto que el hombre hace en favor de otro proviene de los seres creados, es decir, que el hombre debe hacer un esfuerzo por adquirir este Kli, ya que el Creador no tenía intención de que los inferiores Le den a Él, sino que el Creador diera a los seres creados. Sin embargo, a fin de evitar la vergüenza, el inferior realizó el Tzimtzum y el ocultamiento para no recibir ninguna Luz, salvo la medida que pueda dirigir con el fin de otorgar. Por esta razón, dado que el inferior debe realizar este acto por sí mismo, el inferior debe realizar grandes esfuerzos para adquirir este Kli, ya que va en contra de la naturaleza con la que se creó a los seres creados. 

Resulta que la pregunta que hemos hecho, ¿qué acción que la persona realiza se atribuye al Creador, es decir, que el Creador la creó? Es que una persona que desea recibir abundancia para su propio beneficio viene directamente del Creador. Pero un acto de otorgamiento lo atribuimos al ser creado. Por lo tanto, es difícil para una persona adquirir este Kli porque está en contra de la naturaleza.

En consecuencia, podemos interpretar lo que hemos preguntado sobre lo que dijeron nuestros sabios, que el mundo entero fue creado para esto, para el temor al cielo, como está escrito, (Eclesiastés 3:14): «Y Dios hizo que Él fuera temido». Sin embargo, esto contradice lo que dijeron nuestros sabios, que la creación del mundo era para hacer el bien a Sus creaciones y no para sentir temor, y esta es la razón por la cual el mundo fue creado, como dijeron nuestros sabios, que todo el mundo fue creado solamente por esto, es decir, para el temor al cielo, dando a entender que el Creador debe ser temido y que esta es la razón por la que Él creó a los seres creados. 

Como hemos explicado, Olam (mundo) significa He'elem y Hester («ocultamiento» y «escondimiento»). Esto plantea la pregunta: ¿Por qué el Creador creó el ocultamiento y el escondimiento cuando la razón para crear el mundo fue hacer el bien a Sus creaciones? Sin embargo, aquí hay una cuestión de corrección. En el libro El árbol de la vida, el ARI se refiere a ello como «Para sacar a la Luz la perfección de Sus obras, se restringió a Sí Mismo». Vemos que el ocultamiento y el escondimiento, llamado Tzimtzum, fue para que pudieran recibir la Luz Superior y permanecer en Dvekut, «equivalencia de forma». 

En otras palabras, aunque reciben deleite y placer, ya que están recibiendo con la intención de otorgar, esto es llamado «equivalencia de forma». Esto significa que, desde la perspectiva del deseo y el anhelo que tienen por la abundancia superior, renuncian a la recepción del deleite y del placer. Sin embargo, dado que el Creador obtiene deleite y placer de su alegría, ya que este fue el propósito de la creación, ellos reciben porque el Creador quiere que disfruten y no porque quieran recibir placer para sí mismos. 

Esa corrección es, específicamente, a través del ocultamiento y el escondimiento, ya que entonces hay espacio para la elección y decir que, si no es con la intención de otorgar, él no quiere recibir. Pero si la Luz estuviera revelada como lo estuvo antes del Tzimtzum, ¿cómo podría decir mientras la Luz Superior llena toda la realidad que hay espacio para la elección, es decir, que si no puede dirigir con el fin de otorgar, no recibirá? Hubiera sido imposible, ya que vemos que después de todas las restricciones que tuvieron lugar, no brilla abiertamente en este mundo. 

El Arí dice que solo una Luz delgada descendió de la Kedushá (Santidad) para sostener las Klipot (cáscaras). Esto significa que todos los placeres en el mundo corporal no son más que una Luz delgada en comparación con las luces que existen en Kedushá. Sin embargo, vemos que cuando una persona recibe placer en el mundo corporal, que es un placer diminuto en comparación con la espiritualidad, donde se encuentra el principal placer, cuán difícil es para él decir: «Si no puedo dirigir con el fin de otorgar, renuncio al placer». Por lo tanto, podemos imaginar que, si se revelara la Luz, como la Luz vestida en el precepto de Tzitzit (manto de oración), ¿cómo podría una persona decir que renuncia al placer si no puede dirigir con el fin de otorgar? 

Ahora podemos entender que la palabra «mundo» significa «ocultamiento», y con esto podemos interpretar lo que dijeron: «El mundo fue creado solo para esto», es decir, para el temor al cielo. Pero ¿qué significa «temor al cielo" en el trabajo para llegar a la verdad? Significa como se dice en la «Introducción al Libro del Zóhar» (punto 203): «Tanto el primer temor como el segundo temor no son para su propio beneficio, sino solo para el temor de que pueda dar poco contento a su Hacedor». 

Con esto entenderemos lo que fue escrito: «El mundo entero fue creado solo para el temor al cielo». Esto significa que todo el asunto de la ocultación, que recibe el nombre de «mundo», fue creado solo para poder alcanzar el otorgamiento. Es decir, si no hubiera ocultamiento, no habría un lugar para que trabajemos con el fin de otorgar. 

En consecuencia, el significado de lo que hemos preguntado sobre lo que está escrito, que el mundo fue creado para hacer el bien a Sus creaciones, se refiere al propósito de la creación, como se dijo, que el Creador dijo que es como un rey que tiene una torre abundantemente llena. Y luego viene la corrección de la creación, que es trabajar con el fin de otorgar, que es Dvekut (adhesión), equivalencia de forma, llamada «temor», y sobre esta corrección se hizo el mundo, lo que significa que habría ocultamiento y escondimiento.

Resulta que el mundo, que es el ocultamiento, fue hecho para que Él fuera temido. Esto significa que el temor es por el bien del hombre, para que pueda trabajar en beneficio del Creador. No debemos decir que el Creador necesita que Le teman, sino que el temor es que la persona tema no poder trabajar con el fin de otorgar. Por eso tuvo lugar el ocultamiento. Este trabajo pertenece al hombre, que debe hacer grandes esfuerzos para adquirir estos Kelim, ya que va en contra de la naturaleza porque el Creador depositó en los seres creados el deseo de recibir deleite y placer. 

Ahora podemos interpretar lo que está escrito: «Y Dios hizo que se Le temiera». Es decir, para que una persona mantenga el temor, llamado «reino de los cielos», Él hizo una corrección. En cuanto una persona abandona el reino de los cielos, llamado «fe por encima de la razón», el Creador hizo que el hombre descendiera inmediatamente de su estado, en el cual pensaba sobre la espiritualidad, y que cayera al mundo corpóreo, donde no hay conexión entre ellos. 

Estas caídas hacen que el hombre evite cambiar el orden del trabajo de la fe por encima de la razón. Véase en la «Introducción al libro del Zóhar»: «Todo el asunto del temor es solo por el bien del hombre, y no porque el Creador deba ser respetado como un rey de carne y hueso. Al contrario, todo lo que Él ha hecho es para favorecer al hombre, ya que estas correcciones que el Creador ha realizado llevarán al hombre por el camino correcto para guiarlo hacia el propósito de la creación, es decir, para que las criaturas reciban deleite y placer». 

Ahora explicaremos lo que hemos preguntado acerca de la bendición, donde está escrito: «Todo aquel que disfruta en este mundo sin una bendición, es como Jeroboam, hijo de Nevat». Hemos preguntado: ¿Por qué la transgresión de disfrutar sin bendecir es mucho más grave que otras transgresiones? Es como si, con otras, las transgresiones que una persona realiza, no fuera como Jeroboam, hijo de Nevat, que fue un pecador que cometió el pecado e hizo que el público pecara. Pero ¿uno que disfruta sin una bendición es similar a Jeroboam, hijo de Nevat, que corrompió Israel con respecto a su Padre en el cielo? 

En el camino del trabajo, debemos interpretar que, cuando una persona disfruta de algo y lo bendice, ahí hay una cuestión de renovación de la fe. Es decir, cuando una persona dice la bendición, debe creer que el Creador le ha dado el placer que se encuentra dentro de la categoría de «Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones». Por lo tanto, igualmente en los placeres corporales, el placer que el Creador quiere dar a las criaturas también se viste, ya que solo el Creador lo sostiene todo, como está escrito: «Y los sostienes a todos». 

Pero mientras el hombre no sea capaz de sentir quién es su sustentador, el Creador se viste con vestiduras corpóreas, es decir, solo con vestiduras inferiores, que también los animales pueden disfrutar con estas vestiduras y también el hablante puede sentir placer con ellas. 

En estos placeres corpóreos, en los que el hombre siente deleite y placer como los animales, hay un espacio para elegir. En otras palabras, es posible decir aquí que todos los placeres en estas vestiduras son naturaleza. Es decir, afirman que no hay un líder de la naturaleza, y de aquí viene que todas las personas seculares no quieran creer que hay un líder en la naturaleza, pues tienen evidencias claras, dentro de la razón, de que es como dicen. 

Y hay creyentes que dicen que van por encima de la razón. Es decir, aunque tiene sentido decir que todo es solamente naturaleza, aun así, son creyentes devotos y tienen fe en los sabios, quienes dicen que hay un Creador que lidera el bien. Resulta que el hecho de que el Creador se vista en placeres corporales y ellos reciban deleite y placer, es suficiente para que puedan llevar una vida feliz y no tienen necesidad de saber si hay un líder en la naturaleza, porque ¿qué aportaría eso a nuestros placeres? 

Por el contrario, desean aumentar los placeres, aumentando las vestimentas. Por ejemplo: más dinero, más respeto, llenar el cuerpo con más comida y bebida. La razón por la que no tienen necesidad de buscar que tal vez haya un líder en la naturaleza procede del verso: «Un esclavo en abandono está contento», como decían nuestros sabios, que uno no quiere asumir ninguna esclavitud con nadie. Al contrario, el hombre quiere ser libre y no estar esclavizado con nadie. Resulta que cuando una persona trata de encontrar tácticas para saber si hay un líder en la naturaleza, si asume la opinión de que hay un líder, entonces debe seguir los mandatos del líder y debe decir que hay recompensa y castigo. Por lo tanto, es mejor decir que la naturaleza no tiene un líder. Y gracias a ello poder llevar una vida de abandono. 

Resulta que, el hecho de que el deleite y el placer en la Torá y Mitzvot estén ocultos de nosotros es algo deliberado para que haya espacio para elegir, ya que en la Torá y Mitzvot no puede decirse que no hay un líder, ya que ¿quién es el Dador de la Torá y las Mitzvot?

Pero, ¿quién se despierta para elegir y creer que hay un líder en la naturaleza? Cuando uno calcula que no es posible que una persona –el nivel hablante– tenga el mismo nivel de vida que los animales, es decir, no pueden aceptar que no tengan un papel más importante en la vida que los animales, ellos comienzan a buscarle un sentido a la vida. 

Es como nuestros sabios dijeron acerca de Abraham, que preguntó: «¿Hay una ciudad sin un líder? De inmediato, el líder de la ciudad apareció ante él y le dijo: “Yo soy el líder de la ciudad"». En otras palabras, vio una ciudad iluminada, es decir, vio el mundo entero, que es llamado «una ciudad» donde todos sufrían. Acerca de esto dijo: «¿Hay una ciudad sin un líder?» Por supuesto, la naturaleza no le da al mundo tormento sin un líder en la naturaleza. Así que comenzó a buscar al líder. De inmediato, el líder apareció ante él y le dijo: «Yo soy el dueño del mundo». 

Vemos que debe haber un despertar por parte del inferior. Necesita querer saber y sentir que hay un líder en la naturaleza, y anhelar Dvekut con Él, y hacer todo lo que pueda, aunque ve que le es difícil ver esto dentro de la razón: que el líder de la naturaleza es bueno y hace el bien, puesto que ve que él mismo está desprovisto de deleite y placer. Además, cuando examina el mundo, ve que el mundo entero padece sufrimientos y pobreza, tanto física como espiritualmente. Sin embargo, debe creer con fe por encima de la razón que el Creador lidera el mundo y que Él da al mundo entero solamente el bien. 

Es como dice Baal HaSulam (Shamati, artículo 1): Que uno debe creer por encima de la razón que el Creador lidera el mundo con la Providencia privada a modo de «El Bueno que hace el bien». Aunque dentro de la razón uno ve lo opuesto, debe saber que «Tienen ojos y no ven». Mientras no se haya permitido a la persona entrar en la autoridad del Creador y anular su propia autoridad, esta no puede ver la verdad. 

En ese sentido, vemos que cuando el hombre disfruta de este mundo, esto es, del deseo de recibir placer para sí mismo, aunque este deseo proviene del Creador, es decir, que ese fue el único deseo del Creador –que las criaturas disfrutaran de toda la abundancia– resulta que, cuando una persona disfruta, cumple el deseo del Creador. 

Por lo tanto, ¿por qué necesita bendecir al Creador? ¿Acaso la intención de hacer el bien a Sus creados fue porque el Creador necesita ser bendecido? La bendición es para bendecir al Dador para que sea bendecido en todo lo que haga. 

Debemos preguntar: ¿necesita el Creador que Le den bendición y éxito? Esto es aplicable solo a los seres creados, que son débiles, y por lo tanto necesitan la bendición y el éxito en todo lo que no pueden conseguir con su propio trabajo, pues les falta fuerza. Pero ¿cómo puede decirse algo así acerca del Creador? 

No obstante, tal como hemos aprendido, en relación a la corrección de la creación, hubo una cuestión del Tzimtzum y ocultamiento para que los inferiores pudieran recibir y no hubiera vergüenza en la recepción de los placeres.

En ese sentido, podemos discernir dos cosas:

1) El acto, es decir, la persona recibe placer.

2) La intención, es decir, la razón. En otras palabras, ¿quién lo obliga a recibir el placer, que es llamado «un acto»?

En ese momento, la persona hace una introspección para poder ver quién y qué le causó el placer, su disfrute. Ve que todo placer depende del anhelo por el asunto. Atribuimos esto a nuestra naturaleza, es decir, que el Creador nos ha dado deseo y anhelo de recibir placer a partir de algo de lo que podemos extraer placer. Cuando una persona hace una introspección, ve que esto la separa del Creador. Es decir, ve que la recepción la aleja del trabajo del Creador debido a la disparidad de forma. Esto, a su vez, la fuerza a acercarse a la corporalidad y el significado principal de corporalidad es que acepta trabajar para su propio beneficio. El hombre es llamado «corpóreo» y no en beneficio del Creador. Y el Creador se considera «espiritual». 

Por esta razón, el hombre hacer una intención sobre el acto del placer:

1) Él debe creer que este placer que recibe proviene del Creador y de ninguna otra fuente.

2) Debe tener la intención con el fin de otorgar, y decir que, dado que el Creador quiere que los seres creados reciban placer, él lleva a cabo el deseo del Creador. De otro modo, si no puede aspirar a beneficiar al Creador, estará dispuesto a renunciar al placer. 

No obstante, uno no alcanza este trabajo de inmediato. Esto es llamado «bendecir al Creador». En otras palabras: mediante el trabajo de otorgamiento, se considera que la persona da al Creador Kelim (vasijas) para que Él pueda otorgar placer a la persona. Dado que el Tzimtzum no fue para otorgar en las vasijas de recepción, ahora Le será posible al Creador otorgar, puesto que el Tzimtzum ha sido retirado de ellos ahora que está recibiendo no en su propio beneficio, sino en beneficio del Creador. 

Por esta razón, ahora podemos decir que una persona que bendice, es decir, que mientras que recibe el placer dirige su placer para cumplir el deseo del Creador, cuyo deseo es hacer el bien a Sus seres creados, es considerado como bendecir la obra de las manos del Creador. En otras palabras, dado que la obra de las manos del Creador es otorgar a los seres creados, cuando uno dirige con el fin de otorgar, hay una fuerza arriba para otorgar a los inferiores, ya que ahora los inferiores no se alejan debido a la recepción. Al contrario: ahora es evidente que están adheridos al Creador. 

La prueba de esto es que la abundancia puede esparcirse en los Kelim que son aptos para recibir, ya que los Kelim permanecerán en Kedushá. Resulta que, por medio de la bendición, provoca la expansión de la abundancia hacia los inferiores. 

Con esto entenderemos lo que hemos preguntado: ¿Cuál es la gravedad de la bendición? Aparentemente, él comete más perjuicios que otras transgresiones. Pero según lo mencionado anteriormente, el significado de la bendición está relacionado con la cualificación de los Kelim, para que el Creador pueda dar a los inferiores el deleite y el placer, y que la abundancia no los perjudique. En otras palabras, ellos no serán apartados por la recepción del deleite y el placer de Él debido a la disparidad de forma, ya que sabemos que la disparidad de forma provoca alejamiento del Creador.

Resulta que, uno que no bendice por el placer, es decir, que no dirige para que sea con el fin de otorgar, provoca que se detenga abundancia desde arriba. Resulta que es como si causara la incapacidad del Creador para llevar a cabo el propósito de la creación, que es hacer el bien a Sus creaciones. 

Como hemos dicho más arriba, hay dos acciones en el hombre:

1) La que viene por parte del Creador, que es el deseo y el anhelo de placeres.

2) El acto que atribuimos al ser creado, que es la intención con el fin de otorgar. Esto se lo atribuimos al inferior, que debería dirigir con el fin de otorgar. 

Por lo tanto, resulta que hay dos condiciones bajo las cuales el Kli será apto para recibir la abundancia y permanecer en Dvekut mientras recibe la abundancia: el acto y la intención. Además, hay una asociación al construir la completitud del Kli:

1) El Creador.

2) Los seres creados. 

Esto es como está escrito en El ZóharIntroducción al libro del Zóhar», punto 67):  «"Y decirle a Sión: 'Tú eres mi pueblo'”. No pronuncien “Tú eres mi pueblo (Amí) con Pataj en la Ayin, sino ”Tú estás conmigo (Imí) con un Jirik en la Ayin, lo cual significa asociarse Conmigo. Así como hice el cielo y la tierra con Mis palabras, como está escrito: "Con la palabra del Señor, fueron hechos los cielos”, tú, con tus palabras de sabiduría, has hecho nuevos el cielo y la Tierra. Dichosos aquellos que se esmeran en la Torá». 

Esto significa que, por medio de la Torá, cuya Luz lo reforma, pueden lograr el grado de revocar su propia autoridad, y todo lo que una persona haga será enteramente para dar contento a su Creador. 

En consecuencia, si una persona no le da su parte al Kli, que es la segunda parte, llamada «deseo de otorgar», con eso causará que la abundancia que debería llegar a los inferiores por medio del trabajo del inferior, al no dar la intención, la abundancia se retrasa a causa de él. En otras palabras, al no dar la bendición, carece de la conexión entre la parte superior y la inferior, ya que la superior es la que da y la inferior es el receptor. Por lo tanto, hay una disparidad de forma entre ellos y no tienen Dvekut; y entonces ¿cómo puede llegar la abundancia al inferior? 

Por lo tanto, cuando hay un conector, es decir, que el inferior también quiere ser un dador como el superior, la abundancia puede fluir hacia el inferior gracias a la conexión que existe entre ellos. Sin esta conexión, es como si usurpara los alimentos que su padre y su madre tenían que dar a los hijos: ese hombre usurpa y los niños no tienen nada para sustentarse. 

En otras palabras, si disfruta y no bendice, significa que no dio la intención en beneficio del Creador. Y por lo tanto, ha tomado el placer, que es recepción, y se lo ha dado a la Sitra Ajra (arameo: el otro lado), que toma toda la recepción con la intención de recibir, y esto les nutre. Si hubiera querido otorgar a través de la bendición, la Kedushá habría sido alimentada con eso, en otras palabras, a través de él, se añadiría abundancia a los mundos de Kedushá. Al actuar sin intención, ha dado fuerza a las Klipot

Y uno no debe preguntar: ¿qué significa que corrompió al mundo?, ya que no se corrompió a sí mismo. Además, ¿cuál es la conexión entre él y el mundo entero? Debemos interpretar como decían nuestros sabios (Kidushin 40b): «Rabí Elazar Bar Rabí Shimón dice: “Dado que el mundo es juzgado por su mayoría, y el individuo es juzgado por su mayoría, si realiza una Mitzvá (precepto), dichoso él, porque se ha sentenciado a sí mismo y al mundo entero hacia el lado del mérito. Si comete una transgresión, ay de él, porque se ha sentenciado a sí mismo y al mundo entero hacia el lado del pecado"». 

Por lo tanto, vemos que, a través de su pecado, la persona usurpa los alimentos que deberían llegar al mundo entero. Por esta razón, el que no bendice, está usurpando a su padre y a su madre. Es decir, la abundancia que deberían darle, y lo que su padre y su madre deberían dar al mundo entero, él se los impide. Resulta que ha corrompido el mundo con respecto a su padre en el cielo. 

Esto significa que, toda la abundancia y el alimento que su padre en el cielo debería haber dado al mundo entero, él usurpa esta fuerza que debería haberse recibido para agregar Kedushá a todo el mundo, y le entrega esa fuerza a la Sitra Ajra. Cada recepción con el fin de recibir que realizan los inferiores añade fuerza a la Sitra Ajra, y cada intención sobre un acto que él haga con el fin de otorgar, causa que se añada abundancia a la Kedushá

Ahora podemos entender la gravedad de «Aquel que disfruta en este mundo y no bendice el placer». Como dijimos anteriormente, es la intención, porque solo a través de la bendición se añade abundancia a todos los mundos y la abundancia llega al mundo entero. 

Por lo tanto, si la intención de una persona es únicamente dar contento al Creador y no en beneficio propio, no mira el tamaño del placer. Solo mira la cantidad de pasión con la que quiere deleitar al Creador, ya que a través del anhelo de deleitar al Creador, provoca equivalencia de la forma en la raíz de su alma. Esto, a su vez, hace que se extraiga más abundancia, ya que el superior quiere dar más de lo que el inferior desea recibir, y lo único que faltan son las vasijas de otorgamiento. Resulta que, al sobreponerse en el otorgamiento, de por sí, se extiende una gran abundancia. Por esta razón, no necesita pedir grandes luces, sino solo tratar de tener grandes vasijas, las cuales son vasijas de otorgamiento.

Es como hemos interpretado, que nuestros sabios dijeron: «¿Por qué está escrito: “Porque esto es la totalidad del hombre?"». Y él responde: «Rabí dijo: “El mundo entero fue creado solo para esto”», es decir, para el temor al cielo, como está escrito: «¿Qué te pide el Señor tu Dios? Solo temor». El temor es como él dice en el Sulam (Comentario de la Escalera acerca del Zóhar), que teme no ser capaz de otorgar al Creador. «Y esto es la totalidad del hombre», es decir, esto es todo lo que el hombre debe hacer, en otras palabras, ofrecerle a Él vasijas de otorgamiento. El resto, es decir, las luces, las da el Creador. Este es el significado de «Todo está en manos del cielo, excepto el temor al cielo».