Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)
¿Qué es «Las cosas ocultas pertenecen al Señor, y las reveladas a nosotros» en el trabajo?
Artículo 24, 1988
Está escrito (Deuteronomio 29:28): «Las cosas ocultas pertenecen al Señor nuestro Dios, y las reveladas a nosotros y nuestros hijos para siempre, para hacer todas las palabras de esta Torá (Ley)». Debemos entender qué nos da el saber esto. ¿Alguien considera que el hombre pueda conocer lo oculto? Y si podemos conocer lo oculto, ¿Por qué el Creador lo oculta de nosotros? Y también debemos entender cuáles son las cosas ocultas. ¿Qué implica que no hay que investigar esto, sino que, más bien, eso pertenece al Señor nuestro Dios?
Está escrito sobre el verso: «Cuando eleves las velas», Rashi interpreta que «Cuando eleves, significa que la llama sube, lo que significa que debemos encenderla hasta que la llama se eleve por sí misma». Debemos entender lo que implica para nosotros que debemos «Encender hasta que la llama se eleve por sí misma». Ciertamente, si la llama no se quema correctamente, y se quema sólo mientras la persona la enciende, sin duda, tendremos que esperar hasta que arda por sí misma. Por lo tanto, ¿qué novedad es esta para decir: «Hasta que la llama se eleve por sí misma»?
En cuanto a la fabricación de la Menorá, está escrito: «Esta fue la fabricación de la Menorá (candelabro), un trabajo de oro sólido». Rashi interpreta «sólido»: «Era un solo cuerpo sólido (pieza), un talento (moneda de la antigüedad) de oro. Él golpeaba con un martillo y cortaba con tijeras, para esparcir estas piezas apropiadamente. No fue hecha por piezas separadas y conectadas. Del mismo modo, hizo la Menorá». Rashi interpreta: «Fue hecha por sí misma, por el Creador».
Debemos entender esto: Si la Menorá fue hecha por sí misma, ¿Por qué tenían que golpearla con un martillo y cortarla con tijeras? Ciertamente, si el Creador hace la Menorá, debería haber sido suficiente tener un talento de oro y sería hecha por sí misma. ¿Por qué hay una necesidad de golpearla?
Se sabe que la naturaleza humana es querer recibir solo para su propio beneficio. La persona no puede hacer nada, a menos que vea que va a producir algún beneficio para sí mismo. Está escrito sobre esto en El Zóhar: «La sanguijuela tiene dos hijas: Hav, Hav» (Proverbios 30:15). El Zóhar interpreta: «La sanguijuela tiene dos hijas que aúllan como perros: Hav, Hav (hebreo: ¡dame, dame!). Danos la riqueza de este mundo, y danos la riqueza del mundo por venir». En otras palabras, todo lo que la persona ve, de lo que pueda obtener algún placer, grita al respecto: Hav, Hav, que significa «Dame, dame, acepto esto con mi corazón y alma».
Nos dieron el mandamiento de amar al Creador, como está escrito: «Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con todas tus fuerzas». Pero, ¿cómo puede ser observado esto si va en contra de nuestra naturaleza? Nuestros sabios dijeron acerca del verso: «Y emergió en ellos desde Seir», que «Él la abrió a los hijos de Esav, para que ellos reciban la Torá, pero no la quisieron. “Él apareció desde el monte Parán”, Él se dirigió allí y la abrió a los hijos de Ishmael para que la reciban». Sin embargo, ellos no la quisieron, significa que todos preguntaron:«¿Qué está escrito en ella?» Esav no la quisieron, porque está escrito: «No asesinarás», y está escrito de Esav: «Tu vivirás por la espada». Es lo mismo con los hijos de Ishmael: ¿Qué está escrito? «No cometerás adulterio». Ellos no la querían. Pero cuando llegó al pueblo de Israel, ellos dijeron: «Haremos y escucharemos».
Debemos entender, ¿acaso la inclinación al mal en el pueblo de Israel, sí está de acuerdo en renunciar a las malas cualidades? Si es así, ¿Qué significa lo que ellos dijeron: «Haremos y escucharemos»? Debemos interpretar que cuando el pueblo de Israel vio que su maldad se oponía a la Torá, lo que significa, que no querían observar los mandamientos de la Torá, ellos dijeron: «Lo haremos en contra de nuestra voluntad», es decir, por coerción, aunque nuestra maldad no esté de acuerdo.
Sin embargo, debemos entender el mérito de uno que da algo a otro por la fuerza. ¿Podemos decir que él ha dado al otro por amor? Puesto que él no lo ama, por lo que, esta no es la razón para dar. El amor es adquirido cuando uno da cosas buenas al otro. Entonces, es natural que el receptor del regalo venga a amar al dador. Sin embargo, el dar no hace que el dador ame al receptor mediante la dación, entonces, ¿cuál es la razón por la que Israel dijo: «Lo haremos en contra de nuestra voluntad», a pesar de que el mal no está de acuerdo? Y también, ¿cómo se realizaría, «Y amarás al Señor tu Dios»?
Nuestros sabios dijeron que cuando Israel dijo: «Haremos y escucharemos», el Creador dijo: «¿Quién ha revelado a mis hijos este secreto, las vasijas que usan los ángeles ministeriales», como fue dicho, «Héroes poderosos, hacedores de su palabra y, a continuación, escuchan la voz de su palabra». Esto significa que «hacer» es considerado como «poderoso en fuerza», que significa, sobreponerse, a pesar del cuerpo, que tiene la naturaleza de recepción para sí mismo, no esté de acuerdo. Más tarde, al sobreponerse, a pesar que la inclinación al mal no quiere, seremos más adelante recompensados con «Escuchando la voz de su palabra». El significado de «escucharemos» es «yo pienso», como dijeron nuestros sabios: «No oigo significa que no pienso»(Iruvin 102).
En consecuencia, el significado literal es que al decir «haremos», en superación por la fuerza de coerción, seremos recompensados con «escucharemos». Es decir, el dar será razonable y aceptable. Esto significa que, cuando lo encontramos razonable y aceptable, sin duda, seremos capaces de hacer todo con amor y alegría, y entonces, todo será voluntario y no obligatorio.
De acuerdo con lo dicho, anteriormente, podemos interpretar las palabras «Quién reveló a mis hijos este secreto», donde debemos entender cuál es el secreto en el dicho: «Haremos y escucharemos», de los cuales se pregunta: «¿Quién reveló este secreto?» Sin embargo, debemos entender qué es un «secreto» en el trabajo. Un «secreto» significa que no está revelado, pero hay que creer que hay un asunto aquí. Es decir, hay una cuestión aquí que queremos y necesitamos saber, y si no tenemos necesidad de saberla, no la consideramos como «secreto».
Esto es similar a alguien que ve a dos personas susurrando entre sí. Está claro que ellos no quieren que él oiga. Pero si no están hablando de él, él no quiere saber lo que están diciendo. En este caso, lo que están hablando no se considera un secreto que él quiere saber. Incluso, si se le dijo, él aun así, no quiere oírlo, ya que cada persona tiene sus propios asuntos que le interesan. Pero, si él piensa que estaban hablando de él, él quiere saber lo que están diciendo, por lo que, es un secreto que ellos no quieren que él sepa.
El mismo orden que se aplica en la corporalidad, también se aplica en el trabajo. Por ejemplo, cuando la persona aprende Torá. Cuando una persona está aprendiendo las reglas, se puede decir que la Torá no habla en secreto, cosas que él no conoce. Por el contrario, la Torá le dice las reglas como observar las Mitzvot (preceptos). Sin embargo, cuando él aprende las historias de la Torá, o incluso, las leyendas de nuestros sabios, si cree que la Torá habla de él, pero no conoce la conexión entre la Torá que está aprendiendo y él mismo, y él quiere saber lo que está escrito allí, esto se considera que ahora está aprendiendo un secreto.
Es decir, se requieren dos cosas para que algo sea considerado un secreto:
1) Él debe creer que están hablando de él.
2) Él debe estar interesado en saber lo que la Torá dice de él, es decir, lo que la Torá habla es pertinente a él. Sólo de esta manera esto es considerado como un secreto en el trabajo.
Ahora podemos entender lo que el Creador dijo: «¿Quién reveló a mis hijos este secreto?» esto significa «¿Quién reveló a mis hijos el secreto» de creer que al trabajar en coerción, serán recompensados con «escucharemos», y lo que antes era obligatorio se convertirá luego en voluntario.
De ello se desprende que «haremos» es llamado «fe». Es decir, al creer que después de haremos seremos recompensados con escucharemos, ellos estaban seguros, también durante la coerción de hacer las cosas con alegría y amor, ya que, podrían ser recompensados con escucharemos.
Esto no ocurre con las naciones del mundo. En el trabajo, que son partes del hombre que no pertenecen a la cualidad de «Israel». Por el contrario, quieren hacer todo con la mente externa, ya que entienden lo que pueden lograr. Lo que el intelecto considere digno de hacer, para esto ellos están dispuestos a trabajar, pero no por lo que se refiere a la fe por encima de la razón.
En otras palabras: ven con su intelecto que la persona no puede cancelar el deseo de recibir para sí mismo. En su lugar, debemos creer que si el Creador nos dio este trabajo de trabajar con el fin de otorgar, Él ciertamente sabe que es posible hacer esto, pero nosotros, con nuestra pequeña mente, no entendemos cómo tal cosa puede ser, esto es realmente un milagro del cielo. Pero el Creador, ciertamente, sabía que podemos alcanzar este grado.
Ellos no saben cómo hay tales cosas; que no pueden creer. Esto se conoce como «las naciones del mundo». Pero «Israel» significa que ellos pueden sobreponerse y creer por encima de la razón. Por lo tanto, aquellos que pertenecen a la cualidad de Israel creen que otorgar es un secreto para la gente, lo que significa, que no saben cómo alcanzar la fuerza de otorgamiento, pero lo creen.
Por el contrario, las naciones del mundo en la persona dicen que esto es difícil y no es para nosotros. Por lo tanto, cuando vemos que estamos obligados a caminar por el camino de la fe por encima de la razón, no tienen ningún interés en esto y escapan de la campaña diciendo que esto es difícil para ellos.
Esta es la razón por qué las «naciones del mundo» en el hombre no quisieron recibir la Torá, por lo que aprendemos, la recepción de la Torá es considerada como «Un hombre debería morir en la tienda». Nuestros sabios dijeron: «La Torá sólo se cumple en aquel que se mata por ella». Esto significa que la persona debe cancelar su beneficio propio, y hacer que todas sus preocupaciones, sean solo para el beneficio del Creador. Debido a que el cuerpo no está de acuerdo en cancelar el beneficio propio y caminar a través de la coerción y creer que a través de «haremos», alcanzaremos el «escucharemos», esta fe es inaceptable para la razón del receptor para sí mismo. Esta es toda la diferencia entre las naciones del mundo e Israel.
Ahora podemos entender lo que preguntamos, ¿Qué implica lo que dijeron que debemos «Encender la llama hasta que la llama se eleve por sí misma»? El asunto es que el encendido se refiere al hombre, que debe llevar a cabo un acto. ¿Con qué esfuerzo debe realizar el acto? En coerción, esto es «Hasta que la llama se eleve por sí misma».
«Por sí misma» significa, sin el trabajo del inferior. Esto se llama «por coerción». Sin embargo, él es recompensado por el Creador con escuchar. Naturalmente, en ese momento la persona hace todo con alegría, con amor, y de buena gana, no como cuando se dedicaba a haremos, que era obligatorio y el cuerpo se resistía cuando quería otorgar al Creador.
Ahora, sin embargo, es a través de «Y Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón», con tus dos inclinaciones. Es decir, también la inclinación al mal ama al Creador, ya que se anula ante el Creador, como una vela ante una antorcha. Este es el significado literal de que una persona «enciende» hace cosas «hasta que la llama se eleve por sí misma», y no por la propia fuerza de la persona. Por lo tanto, «por sí misma» significa la fuerza del Creador.
Del mismo modo, debemos interpretar lo que preguntamos sobre lo que nuestros sabios dijeron, acerca de la fabricación de la Menorá: «Esta fue la fabricación de la Menorá (candelabro), era un solo cuerpo sólido (pieza), un talento de oro. Él golpeaba con un martillo y cortaba con tijeras, para esparcir estas piezas apropiadamente. No fue hecha por piezas separadas y conectadas». Preguntamos, ya que dijeron un comentario literal «Así es como Él hizo la Menorá: Fue hecha por sí misma, por el Creador». Si el Creador hizo la Menorá, la cual es llamada «por sí misma», ¿Por qué tienen que golpearla con un martillo? ¿Por qué el hombre tiene que hacer algo, también?
Sin embargo, la persona debe decir: «Haremos y escucharemos». Es decir, el hombre debe comenzar con haremos y creer que será recompensado con escucharemos. Puesto que no hay Luz sin un Kli (vasija), lo que significa que el Creador no da un llenado a una persona, a menos que esta tenga la necesidad para que el Creador la llene. Por lo tanto, la persona debe empezar y ver que esto es difícil, y luego orar al Creador para que lo ayude. En ese momento, la persona ve que todo se hace por sí mismo, sin ayuda del hombre. Por lo tanto, ¿qué hace la persona en la fabricación de la Menorá si el Creador hace todo?
Respuesta: Se requiere la acciones del hombre, ya que sin las acciones, no sabríamos que el Creador hace todo. Por el contrario, diríamos que podemos alcanzar la plenitud por nosotros mismos, sin la ayuda del Creador, y «Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído éxito». Por el contrario, cuando una persona se esfuerza y trabaja y hace todo lo que puede hacer, sin embargo, no se mueve ni un poco, tiene que decir que el Creador le ha dado esta fuerza de ser capaz de hacer con el fin de otorgar, como un regalo. Esto significa, que el Creador ha dado al hombre permiso para servirlo. Este permiso se llama, que le ha dado el placer cuando le otorga al Creador.
Por esto entenderemos las palabras: «Fue un cuerpo sólidi (pieza), un talento de oro». El cuerpo se llama «Un talento de oro», como está escrito en El Zóhar: «La sanguijuela tiene dos hijas que aúllan como perros, Hav, Hav (dame, dame). Danos la abundancia de este mundo y danos la abundancia del otro mundo». Ese cuerpo, el cual es llamado «Un talento de Ze-Hav (Hebreo: Dame - esto / oro), fuera golpeado con martillo».
Explicación: Cualquier trabajo que el cuerpo hace de manera coercitiva, se considera como golpeado con martillo y cortado con tijeras. Es decir, cada coerción que la persona hace es como si se hubiera cortado una parte de Ze-Hav (dame esto), es decir, parte del deseo de recibir para sí mismo. Este es el significado de lo que está escrito: «Para esparcir sus órganos correctamente», es decir, despojar los órganos del deseo de recibir para uno mismo, y corregirlos para trabajar con el fin de otorgar. Esto se llama «Para esparcir sus órganos correctamente».
Sin embargo, no fue así. Es decir, que no se hizo como un órgano completo, un órgano opuesto a una cualidad, en plenitud, y luego otro con la cualidad completa. En vez, se hizo una completitud para todos, que es con el fin de otorgar, entonces, todos los órganos fueron conectados en una cualidad completa. Sin embargo, no fue así, sino todo lo contrario: Cada órgano que él quería corregir, el mal aparecía en su lugar, y no el bien. Por lo tanto, él tenía muchos órganos que se echaron a perder hasta que llegó al estado en el que vio que no había un solo órgano en su receptor que estaba dispuesto a trabajar con el fin de otorgar.
En ese momento, vio que todo era un trabajo martillado Ze-Hav (de oro). Es decir, que vio que el oro, es decir, la recepción, es difícil invertir en trabajar con el fin de otorgar. En ese momento el Kli se completa, lo que significa el acto por parte del inferior. El ve que no puede prevalecer ante él, como está escrito: «Y los hijos de Israel clamaron por el trabajo, y su gemido subió a Dios, por el trabajo». Entonces, la ayuda del Creador llega, como está escrito «Del mismo modo, hizo la Menorá», y Rashi interpreta que «Fue hecha por sí misma, por el Creador».
Por lo tanto, ¿quién hizo la Menorá? El Creador mismo. Pero si es así, ¿para qué necesito el trabajo de Israel?
La respuesta es: «Con el fin de revelar la necesidad, de que sólo el Creador puede cambiar la naturaleza que ha creado, que las criaturas deben tener el deseo de recibir para sí mismas. De lo contrario, la persona creería que ella misma podría cambiar la recepción en otorgamiento».
Sin embargo, también hay que entender por qué el Creador debe cuidar, si las criaturas no saben la verdad y piensan que ellas mismas pueden hacer este trabajo, de convertir las vasijas de recepción en otorgamiento. O bien, podemos hacer la pregunta de otra manera: ¿Por qué el Creador no dio fuerza al hombre para ser capaz de invertir las vasijas de recepción al otorgamiento por sí mismo?
Baal HaSulam dice que la respuesta a esto es que se trata de una corrección. De lo contrario, la persona podría permanecer en su grado más bajo. Es decir, que no necesitaría la Luz de la Torá, pero el Creador quiso darles la Torá. Por lo tanto, al no ser capaz de obtener las vasijas de otorgamiento por sí mismos, ellos pedirán al Creador que los ayude. La ayuda que Él les da es, específicamente, a través de la Torá, ya que «La Luz en ella los reforma».
De ello se desprende, que el hombre necesita recibir la Torá, ya que la segunda fase, después de haber sido reformado y recibido las vasijas de otorgamiento, que es la primera fase -es que él recibe la Torá como «los nombres del Creador». Esta cualidad se llama «El deseo de hacer el bien a Sus creaciones», vestida en «los nombres del Creador», y esto se llama «la Torá, Israel y el Creador son uno».
Ahora podemos interpretar lo que está escrito: «Las cosas ocultas pertenecen al Señor nuestro Dios, y las reveladas a nosotros y nuestros hijos para siempre, para hacer todas las palabras de esta Torá (Ley)». Preguntamos, ¿Qué nos enseña esto? La respuesta es que cuando una persona comienza el trabajo de otorgamiento, ve que no está avanzando hacia la obtención de vasijas de otorgamiento, sino lo contrario. En ese momento, la persona empieza a ver a su estado malvado, cuán hundido está en el amor propio, ya que de acuerdo a la regla, cuanto más la persona quiere que su vestimenta esté limpia de cualquier suciedad, más verá la suciedad.
Hay una regla: «Cualquier cosa que no repose en el hombre, él la hará distraídamente». Esto significa, que cuando la persona no presta atención a algo, él no ve lo que falta allí. Por esta razón, cuando él comienza a trabajar con el fin de otorgar y presta atención a la medida en la que él está dispuesto a trabajar con el fin de otorgar, ve lo lejos que está del otorgamiento y que no puede hacer nada sin retribución.
Por lo tanto, ¿Qué puede hacer la persona cuando ve que no tiene ningún avance en el trabajo de otorgamiento, sino que, siempre ve que no puede salir de su amor propio? Es decir, al principio del trabajo, pensó que, si solo decidió caminar por el camino del otorgamiento, él rápidamente sería capaz de hacerlo. Es decir, él pensó que era su propio dueño, porque, ¿quién podría decirle qué hacer? Se puede decir, que en cosas que él quiere hacer, puede haber interferencias de gente de fuera.
Pero aquí, en el trabajo de otorgamiento, que es solo la intención de otorgar, lo que significa que no necesita observar más que 613 Mitzvot, si quiere dirigir con el fin de otorgar. Por lo tanto, por fuera, él está dedicándose, como todos los demás, al igual que el público en general, y él no es sobresaliente, por lo que se pudiera decir, que el publico en general se opone a su camino. Porque nadie sabe lo que está en el corazón del prójimo. Por lo tanto, pensó que después de un corto tiempo de trabajo, él entraría en el trabajo de otorgamiento. Sin embargo, de repente ve que cada día, cuanto más trabaja y quiere adquirir vasijas de otorgamiento, ve que están muy lejos de él, y él es totalmente incapaz de salir, alguna vez, del amor propio.
El verso nos dice acerca de esto: «Las cosas ocultas pertenecen al Señor nuestro Dios», es decir, la intención de otorgar, que se llama «La parte oculta», para aquel que no conoce los pensamientos de su amigo, esta persona debería saber que en verdad, está fuera de nuestras manos. Por el contrario, la parte oculta, llamada «intención» pertenece «Al Señor nuestro Dios». Él debe darnos esta fuerza, y nosotros no tenemos fuerza para ayudarle a Él. Sin embargo, nosotros podemos ayudarle al comenzar a participar en el trabajo de otorgamiento y ver que no podemos salir de nuestro amor propio. Con esto lo ayudamos, sabiendo que sólo Él nos puede ayudar. Si no hubiéramos comenzado, no hubiéramos podido continuar más allá. Esta es la corrección, de saber que sólo Él hace todo.
Sería lo contrario, si pudiéramos salir del amor propio por nosotros mismos. Es decir, podríamos pensar que sí, pero estaríamos desprovistos del conocimiento de que «solo Él hizo, hace, y hará todas las acciones». Pero cuando vemos por nosotros mismos que no podemos salir del amor propio, no necesitamos creer que Él nos ha dado este poder, porque, evidentemente lo vemos.
De ello se desprende lo que el texto nos dijo, no alarmarnos por el hecho que no podemos prevalecer y salir del amor propio, que se llama «la parte oculta». Esto está en las manos del Creador, como está escrito: «Las cosas ocultas pertenecen al Señor nuestro Dios, y las reveladas a nosotros y nuestros hijos». Es decir, «reveladas» significa la parte de la acción, lo que podemos hacer por coerción. Es por esto que el verso nos dice, que el hecho de que vemos que esto es difícil para nosotros, es verdad. Sin embargo, esto, es decir, la intención, no se nos dio para hacerla, sino sólo el trabajo. Sin embargo, al ver que no podemos hacer esto por nosotros mismos, esto se llama una «plegaria», lo que significa, la necesidad de que el Creador nos dé este Kli.
Ahora podemos interpretar lo que nuestros sabios dijeron (Minjot 29): «La fabricación de la Menorá fue difícil para Moshé, hasta que el Creador le mostró con Su dedo, como está escrito: “Este es el trabajo de la Menorá”». Debemos interpretar esto en el trabajo: el «Trabajo de la Menorá» significa que la Luz del Creador iluminará. Sin embargo, esto requiere vasijas de otorgamiento. ¿De dónde van a tomar las vasijas de otorgamiento? Esto es difícil, ya que es contra la naturaleza. Pero el Creador le mostró con el dedo y le dijo: «Este es el trabajo», es decir: «Ustedes harán el trabajo, y yo les daré la intención». Esto se considera que «Harás la parte revelada, y Yo daré la parte oculta». Este es el significado de las palabras: «Así hizo la Menorá», es decir, por sí misma.