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Rabash / ¿Qué son plata, oro, Israel, resto de las naciones, en el trabajo?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Qué son plata, oro, Israel, resto de las naciones, en el trabajo?

Artículo 19, 1988

Está escrito en el Zóhar (Itró, Item 40): «“E Itró escuchó”. Él abrió y dijo: “Por lo tanto, daré gracias a Ti entre las naciones, Creador, y cantaré a Tu nombre”. El Rey David dijo esto cuando vio que la gloria del Creador no estaba aumentando en exaltación y no era glorificada en el mundo, sino solo entre el resto de las naciones. Y si dices: “¿Pero no es el Creador glorificado en el mundo solo para Israel?”. De hecho, así es, pues Israel es la base de la vela para brillar. Pero cuando el resto de las naciones vienen y le agradecen a Él en sometimiento hacia la gloria del Creador, la base de la vela es complementada y se consolida sobre todas Sus obras en una sola conexión, y solamente el Creador gobierna arriba y abajo». Hasta aquí sus palabras.

Debemos entender por qué él dice: «De hecho, así es, el Creador es glorificado en el mundo solo para Israel, pues Israel es la base de la vela para brillar. Pero cuando el resto de las naciones vienen y le agradecen a Él, la base de la vela es complementada». Sin embargo, ¿cómo es complementada la base de la vela si las naciones vienen y agradecen al Creador? De esto parece que el pueblo de Israel toma fuerza y asistencia de las naciones con su agradecimiento, como si la fe con la que el pueblo de Israel cree en el Creador fuera tan deficiente que deben recibir asistencia de las naciones respecto a la grandeza del Creador, como está escrito: «Que las naciones agregan a la base de la vela».

Esto es muy difícil de comprender. ¿Está permitido recibir asistencia en la fe por parte de las naciones del mundo? Después de todo, el fundamento de la fe debe estar basado por encima de la razón, entonces ¿Cómo una persona puede recibir fuerza de modo que tendrán la capacidad para ir por encima de la razón? Sobre esto aprendemos que es mediante la Torá, cuya luz lo reforma.

También, debemos orar al Creador para que nos dé la fuerza de la fe en Él, como está escrito en la plegaria de Rabí Elimelej «Una Plegaria antes de una Plegaria»: «Haya voluntad ante Ti y deja que Tu fe sea atada a nuestros corazones como una estaca que no caerá», resulta que la fe debe recibirse del superior. Sin embargo, aquí se implica que si las naciones vienen y le agradecen al Creador, el fundamento de la fe llamado la «base de la vela», es complementado.

Con el fin de explicar lo dicho anteriormente, debemos recordar lo que significan Israel y el resto de las naciones en el trabajo, de acuerdo a la regla de que todas ellas pertenecen a una sola persona. Israel se llama «otorgamiento», cuyas acciones son solo para otorgar. Esto se llama la «Buena inclinación del hombre». El resto de las naciones son llamadas las vasijas de recepción del hombre, llamadas la «inclinación al mal del hombre».

Es como explicamos acerca de lo que dijeron nuestros sabios: «“Ama al Señor Tu Dios con todo tu corazón” con tus dos inclinaciones: La buena inclinación y la mala inclinación». Interpretamos que esto se refiere a las vasijas de otorgamiento, que son las buenas inclinaciones, y las malas inclinaciones que son las vasijas de recepción. De igual manera aquí debemos interpretar lo que dice el Zóhar: «De hecho, así es, pues Israel son la base de la vela para brillar». Esto significa que la base sobre la cual el trabajo del hombre está construido es la buena inclinación, llamada «vasijas de otorgamiento», llamada «Israel».

Sin embargo, esto se considera la mitad del grado. Este grado se considera que tiene mayor importancia porque son Kelim (vasijas) más finos. Esto no es considerado que el Creador controle todas las acciones del hombre, pues Israel es llamado «Actos de otorgamiento», es decir, que él puede dirigir a otorgar al Creador con actos de otorgamiento, esta es la razón de que se considere que el Creador lo controla solo con vasijas de otorgamiento.

Sin embargo, la Sitra Ajra (el otro lado) y las Klipot (cáscaras) controlan las vasijas de recepción. Esto es, que él no puede apuntar a que ellas trabajen en nombre de los cielos. Estos Kelim se llaman el «Resto de las naciones», «Abajo», pues las vasijas de recepción son de importancia inferior.

De acuerdo a lo anterior, podemos interpretar lo que está escrito, que cuando el resto de las naciones vienen y agradecen a Él, con sometimiento a la gloria del Creador, la base de la vela es complementada. Preguntamos: ¿Cómo puede ser dicho que el pueblo de Israel tome fuerza del resto de las naciones, como está escrito: «La base de la vela es complementada»? Debemos interpretar que esto significa cuando las vasijas de recepción del hombre vienen y admiten que deben hacer todo con el fin de otorgar. Éste es el significado de las palabras, «Y agradecen a Él, con sometimiento a la gloria del Creador».

Resulta que, previamente, solo Israel podía otorgar al Creador, ya que Israel reconoció la gloria del Creador y que debían esclavizarse al Creador. Pero cuando el resto de las naciones vienen y agradecen a Él y se someten a la gloria del Creador, es decir, que vale la pena trabajar en nombre de los cielos incluso con vasijas de recepción, ellas tienen la fuerza de prevalecer y trabajar con el fin de otorgar. Entonces, la base de la vela es complementada, pues la vela es llamada «El reino de los cielos».

Esta es la base principal de Israel, puesto que el comienzo del trabajo es en vasijas de otorgamiento, llamadas «Israel». Después, la base de la vela es complementada, es decir, que las vasijas de recepción, llamadas «El resto de las naciones», también entran a la autoridad de la Kedushá (Santidad), llamada «vela» y «reino», cuando el reino de los cielos controla al resto de las naciones.

Este es el significado de las palabras, «La base de la vela es complementada y se consolida sobre todas Sus obras». Esto significa que los actos de recepción también entran a la Kedushá «en una sola conexión», como aprendemos de los Kelim de Galgalta Ve Eynaim, que son vasijas de otorgamiento que se conectan con los Kelim del AJaP, que son vasijas de recepción, y se convierten en un solo grado. Esto se llama Gadlut (grandeza).

Este es el significado de lo que está escrito: «Y solamente el Creador gobierna», refiriéndose a todas las vasijas y no como era anteriormente, cuando Él controlaba solo a Israel. Este es el significado de las palabras, «El Creador gobierna arriba y abajo», es decir, «Él controla», lo que significa que tanto las vasijas de otorgamiento consideradas mayores en importancia, como las vasijas de recepción consideradas como menores en importancia, han entrado en Su autoridad. El Creador gobierna todo.

Debemos interpretar que en ese momento la persona recibe verdadera completitud, pues ya tiene las vasijas para recibir tanto Jasadim, llamado Katnut (pequeñez), como Jojmá, llamado Gadlut, ya que ahora él tiene los Kelim que son aptos para recibir.

Éste es el significado de las palabras «Y solamente el Creador gobierna arriba y abajo», esta es la razón de que David dijera sobre esto: «Te agradeceré en las naciones, Creador, y a Tu nombre cantaré». Cuando el gobierno del Creador se extiende también sobre las naciones, que son las vasijas de recepción que han entrado a la autoridad del Creador, existe plenitud en todo.

Sin embargo, con el fin de lograr la plenitud de modo que el resto de las naciones en una persona también entren a la Kedushá, existe un proceso llamado Tikún Kavim (corrección de líneas) en Katnut, y Tikún Kavim en Gadlut, y Tikún Kavim en VAK. Estos son tres asuntos que llevan el mismo nombre, pero hay diferencia entre ellos.

En el Libro Zóhar dice (Itró, Ítem 499): «“No harás conmigo dioses de plata, o dioses de oro”. Rabí Yosi dijo: “¿Cuál es la razón?” Es porque está escrito: “Mía es la plata y Mío es el oro”. Aunque Mía es la plata y Mío es el oro, no harán conmigo, es decir, a Mí».

Debemos entender qué significa en el trabajo cuando el Creador dice: «Mía es la plata y Mío es el oro», por lo tanto, «No me harán». También debemos entender por qué Él dice: «Aunque Mía es la plata y Mío es el oro», aun así, «no me harán». ¿Qué es el «aunque» que dice?

El orden del trabajo es de dos maneras:

1) Una persona ansía Dvekut (adhesión) con el Creador. Esto se llama Kisufim (anhelos), y es considerado «Línea derecha», como está escrito: «Mi alma añora y también anhela los patios del Creador, mi corazón y mi carne cantarán al Dios vivo» (Salmos 84). Esto significa que cuando una persona camina por la línea derecha, «Mi corazón y mi carne cantarán».

Esto significa que tan pronto como recuerda al Creador, aun cuando ha estado ocupado en otras cosas durante todo el día, tanto asuntos corporales como asuntos espirituales, pero no recordó acerca del amor al Creador, pero, tan pronto como recuerda acerca del amor al Creador, aunque el cuerpo no desea amar al Creador, aun así, anhela por estos momentos cuando los pensamientos de amor al Creador vienen a él, y se alegra y se regocija de haber recordado que existe un Creador del mundo que vigila a todos y cada uno.

Por lo tanto, por un lado, ahora ve cómo el cuerpo rechaza estos anhelos, es decir, que el cuerpo no disfruta que la persona quiera adherirse a Él. Sin embargo, «Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo», por lo tanto agradece al Creador por estos anhelos, por tener una sujeción al Creador. Quiere adherirse al Creador y el cuerpo se le resiste, y esto lo considera como un gran privilegio, y también, porque ahora ve que hay en él un estado de «Esto y esto los juzga».

Pero antes de recordar el asunto del amor al Creador, estaba completamente alejado del amor al Creador. Había olvidado completamente que hay un asunto tal, llamado «Amor al Creador», y su cabeza estaba ocupada con otros asuntos. Principalmente, cuando está caminando en la línea derecha, debe creer que recordar acerca del amor al Creador no es coincidencia, sino que es el Creador dirigiéndose a él, y colocando ahora en su mente que existe un Creador y conviene conectarse con Él.

Esto significa que ese pensamiento no le llegó por sus propias fuerzas, sino que el Creador se dirigió a él y le recordó acerca de todo el asunto del trabajo del Creador. Sin embargo, esto es solo por un corto tiempo, pues este pensamiento no persiste en su mente por mucho tiempo, porque mientras una persona no ha sido cualificada para ello, este pensamiento es efímero.

Es como está escrito: «Contemplad, estos malvados son efímeros y llenos de ira». Baal HaSulam interpretó que cuando los malvados obtienen un poco del «día» llamado «Luz desde arriba», debido a que aún son malvados, es decir, no han salido de la recepción para uno mismo, la Luz se retira de ellos. Esto se llama «efímero». Por esta razón, están llenos de ira, están enojados sobre por qué la Luz se ha retirado de ellos ya que ansían la Luz.

Pero cuando una persona es justa y justifica a la Providencia, dice: «Que el Creador me quite el despertar es por mi propio bien», y alaba y agradece a Él por tener el privilegio del pequeño despertar que el Creador le ha enviado. Él se alegra y se regocija por eso. Ese estado de agradecer al Creador se llama «derecha» porque anhela al Creador y no le importa por cuánto tiempo saborea la forma de «día», y agradece y alaba todo el día por haberle permitido adherirse a Él por un momento.

Esto se llama «dioses de plata», cuyo trabajo está en la derecha, llamada plata, o la cualidad de bondad, donde solo desea bondad.

2) La izquierda es llamada «dioses de oro». Baal HaSulam interpretó que Zahav (oro) significa Ze Hav (da esto), que es lo opuesto a la línea derecha en la que no quiere nada, sino por el contrario, anhela al Creador y quiere anularse ante Él, mientras que la persona por sí misma no quiere nada y está contenta con cualquier cosa que tenga, como si le hubiesen dado grandes posesiones.

Pero en la línea izquierda, él dice: «Esto quiero, y esto no lo quiero», hace un cálculo de la conveniencia. Es como si apuntara con su dedo y dijera lo que quiere específicamente mediante la crítica que hace. Es como está escrito (Job 37:22): «Del norte llega oro». Tzafón (norte) se refiere a Matzpunei HaLev (contemplaciones ocultas del corazón), que son opiniones y esclarecimientos de sus acciones, es decir, lo que quiere a cambio de esforzarse en este mundo, qué recompensa espera. Las correcciones pertenecen específicamente a la línea izquierda.

En otras palabras, cuando una persona comienza a esclarecer los detalles en el trabajo, es decir, examinar para quién trabaja y para qué trabaja, comienza a sentir el verdadero esfuerzo que existe en servir al Creador. La persona piensa que ya sabe lo que es bueno para él y lo que es malo para él, y piensa que esto es lo debe hacer,, que su trabajo será en la forma de la línea izquierda, esto se llama «dioses de oro». Aunque el Creador le dio estos pensamientos, llamados «Línea izquierda», aun así, el Creador dijo: «No harán conmigo dioses de plata y dioses de oro».

Con esto podemos interpretar las palabras de Rabí Yosi, cuando preguntó: ¿Cuál es la razón? Es porque está escrito: «Mía es la plata y Mío es el oro». Aunque Mía es la plata y Mío es el oro, no harán conmigo, es decir, a Mí. Debemos interpretar que, aunque Yo te he dado la línea derecha, llamada «dioses de plata», y Yo te he dado también la línea izquierda, y Yo te envié todos los pensamientos que estás sintiendo, aun así, no me harán, ya que el verdadero trabajo es específicamente en la línea media. Esto significa lo que el Creador dijo: «Mía es la plata y Mío es el oro», significa que «Mío», es decir, aunque Yo te los he dado, esto no es el final, sino que tú debes caminar en la línea media, pues esta línea consta de ambas.

Pero, ¿de dónde tomamos la fuerza para poder caminar en todos esos caminos? Se dijo acerca de esto: «Creé la inclinación al mal, creé la Torá como condimento», como interpretamos, que todo se encuentra en la Torá. Esto es, cuando aprendemos la Torá, debemos exigir recompensa del estudio de la Torá, lo cual entendemos de dos formas generales:

1) Nuestra recompensa será como en «La luz en ella lo reforma», es decir, que él será recompensado con vasijas de otorgamiento, ya que sin la ayuda de arriba es imposible salir del amor propio.

2) Ser recompensado con la Torá, como está escrito en el libro del Zóhar: «Aquel que no conoce los mandamientos del superior, ¿cómo va a Servirle?».

Esta es la recompensa que uno debe pedir a través de su esfuerzo en la Torá. Claramente, el estudio de la Cabalá está más capacitado para extraer la luz de la Torá. Es como está escrito en el libro Fruto de un Sabio (Vol. 2, pág.160): «Debido a que toda la sabiduría de la Cabalá habla de la revelación del Creador, naturalmente, no hay ninguna enseñanza más exitosa para su función».

En otras palabras, cuando una persona aprende la Torá con la intención de recibir la Luz de la Torá, debemos comprender que debido a que la sabiduría de la Cabalá también habla del tema de la Divinidad, mientras que, en el resto de las partes de la Torá, la Torá está vestida en temas corporales, es por lo tanto más difícil extraer de allí la Luz de la Torá, porque es difícil enfocarse en Aquél que está vestido en la Torá, a saber, el Creador, aunque «Toda la Torá son los nombres del Creador».

En la introducción al libro Declaraciones de Yosef del ADMOR de Spinka, él escribe allí en nombre del ADMOR de Rabí de Tzanz, quien interpreta el verso (Proverbios 25): «La gloria del Creador es ocultar un asunto, y la gloria de los reyes es examinar un asunto».

La pregunta es, ¿Cuál es la diferencia entre la gloria del Creador y la gloria de los reyes? Esto es, ambos se refieren ciertamente a la espiritualidad, entonces, ¿cuál es la diferencia entre estos dos grados?

Él interpretó que, si una persona desea aprender la sabiduría de la Cabalá, saber cuántos mundos y Sefirot existen, es decir, la gloria del Creador, conocer la medida de Su gloria, es ocultar el asunto. Sin embargo, si él quiere aprender la sabiduría, saber cómo coronar al Creador y Servirle con intención, y santificar sus 248 órganos y hacerlos un carruaje para la Kedushá (santidad), lo cual es la gloria de los reyes de cómo Coronarlo y Servirlo, es examinar el asunto. Vemos que el estudio de la Sabiduría de la Cabalá es un poder especial que le da fuerza a la persona de santificarse y ser un carruaje para el Creador.

Nuestros sabios escribieron (Avot de Rabí Natan, Capítulo 29:7: «Rabí Itzjak Ben Pinjás dice: “Cualquiera que tenga aprendizaje (Midrash) en su mano, pero sin práctica (Halajot), no prueba el sabor de la sabiduría. Cualquiera que tenga práctica en su mano, pero sin aprendizaje, no prueba el sabor del temor al pecado”».

Él interpreta allí: «No prueba el sabor del temor al pecado». Los relatos y las interpretaciones están llenas de amonestación, ética y alegorías que llevan al hombre al temor al pecado. Además, los discípulos sabios, que se ocupan en las reglas de los tiempos, sus corazones son arrogantes y creen que son sabios, y no permita Dios que lleguen al orgullo, la mala inclinación los persigue porque el compromiso (de la mala inclinación) es mayor con los discípulos sabios, como está escrito (Sucá 52): «Cuanto más grande es uno en comparación con su amigo, su propio instinto es aún mayor a él».

Debemos entender por qué las reglas (Halajot) no pueden producir temor al pecado, y por qué las interpretaciones son preferibles a las reglas, pues es sabido que toda la Torá son los nombres del Creador. También debemos entender por qué las reglas son llamadas «sabiduría», es decir, qué implica para nosotros que las reglas sean llamadas «sabiduría».

Una interpretación (Midrash) se llama Drush. El escrito dice (Jeremías 30:17): «Aunque desterrada te han llamado, Tzión es ella, no tiene quien la busque».

RADAK interpreta que las naciones del mundo te llamaron y dijeron que Tzión es una ciudad que nadie exige devolver a Israel. Nuestros sabios dijeron: «Tzión, no tiene quien la busque, es decir, que necesita ser requerida».

Es sabido que Maljut es llamada Tzión. «Exigir» significa «Exigir y pedir». Esto es, una persona exige solo lo que necesita, y luego pide para satisfacer su necesidad. Al comenzar el compromiso en la Torá y las Mitzvot (preceptos), comenzamos en Lo Lishmá (no en Su nombre) como dijeron nuestros sabios: «Uno siempre debe dedicarse a la Torá y las Mitzvot en Lo Lishmá, y de Lo Lishmá llegamos a Lishmá (en nombre de Ella)». Por lo tanto, cuando una persona se acostumbra a trabajar en Lo Lishmá, no siente una carencia en su incapacidad para dedicarse en Lishmá. Debido a que no siente una carencia en su situación, no necesita corregirla. Esto le causa que cuando el deseo de otorgar se despierta en él, cuando debemos trabajar en beneficio del Creador y no por nuestro propio beneficio, siente el sabor del polvo en este trabajo. Esto es a lo que el Zóhar se refiere cuando dice que el hombre debe esforzarse en la Torá y las Mitzvot con el fin de levantar la Shejiná (Divinidad) del polvo.

En otras palabras, en el trabajo, cuando una persona debe trabajar por el bien de la Shejiná, siente el sabor del polvo porque está acostumbrado a trabajar solo por su propio beneficio. Al ocuparse en la Torá, la Torá lo reforma, y luego siente el sabor de la vida en su trabajo, pues mediante la intención de otorgar recibe Dvekut con la Vida de Vidas.

Sin embargo, una persona ciertamente debe pedirle al Creador que levante el reino de los cielos, es decir, para hacerlo importante. Debido a que los inferiores no son aptos para recibir la abundancia de ella, la cual Maljut (reino) debe otorgar sobre los inferiores, pues Maljut es llamada «La congregación de Israel», el conjunto de todas las almas, ella debe esconderse para no mostrar lo que tiene para dar a los inferiores.

Esto es en beneficio de Israel, de lo contrario, si ella revelara su grandeza, todos recibirán de ella con el fin de recibir. Por esta razón, ella debe ocultarse, y todo lo que se revela de ella es el sabor del polvo.

Pero incluso el sabor del polvo que recibimos de ella es en beneficio del hombre. Esto es, una persona debe saber que esto le hará investigar la razón del sabor del polvo que encuentra en ella cuando asume el yugo del reino de los cielos con el fin de otorgar.

La Torá nos prometió que si seguimos el camino del Creador, es decir, que todas nuestras acciones sean con la intención de otorgar, sentiremos el sabor de vida, como está escrito: «Prueben y vean que el Creador es bueno». Entonces, ¿Por qué sentimos el sabor del polvo? Mediante esto vemos si realmente estamos marchando por el camino de la verdad, o no. El hecho de que sintamos el sabor del polvo da testimonio de nuestro trabajo. Debemos saber que esto es así porque aún no tenemos vasijas de otorgamiento.

Por esta razón la Shejiná debe estar en el polvo, y debemos pedir al Creador que la levante del polvo al darnos un espíritu de pureza y eliminar el amor propio de nuestros corazones. Con esto seremos recompensados con ver la belleza de la Kedushá y podremos comprender lo que está escrito, que una persona debe orar al Creador por el exilio de la Shejiná y por la aflicción de la Shejiná.

Debemos comprender por qué la Shejiná tiene aflicción y el Creador no la levanta del polvo. Sino que, nosotros debemos pedir al Creador que la levante, y sin nuestra plegaria Él no la levantará, como está escrito (en la Bendición por la Comida): «El Misericordioso nos levantará la Sucá de David que cae», es decir, Él necesita que pidamos. Pero, ¿cuál es la razón?

De acuerdo a lo anterior, comprenderemos que el ocultamiento, cuando Maljut está en el polvo y en la oscuridad, es para que los inferiores puedan trabajar con el fin de otorgar. Resulta que la aflicción de la Shejiná es que ella debe esconder el deleite y el placer que quiere impartir a las almas, pero no puede debido a que sería en perjuicio de ellas, debido a que a través de la abundancia que ella les imparte mientras están en vasijas de recepción para sí mismos, ellos estarán más alejados de la Kedushá, pues la abundancia iría hacia las Klipot. Resulta que, en el superior, la aflicción significa que no puede otorgar a los inferiores. Esto se llama «La aflicción de la Shejiná».

Por esta razón, pedimos al Creador que nos dé la fuerza de sobreponernos a las vasijas de recepción para uno mismo, y luego seremos capaces de trabajar solo con el fin de otorgar. En ese momento la Shejiná podrá mostrar la gloria y la grandeza que hay en ella, al tener la capacidad de recibir lo que ella quiere impartir. Hay una regla: «La vaca quiere amamantar más de lo que el ternero quiere mamar». Así pues, todo depende de los receptores.

Resulta que cuando una persona se dedica a la Torá y las Mitzvot sin aspirar a recibir a cambio de su trabajo la Luz que lo reforma, sino que, al contrario, aprende reglas sin poner atención a la interpretación, es decir, al discernimiento «Tzión es ella, no tiene quien la busque», cuando no tiene exigencia y petición de levantar la Shejiná del polvo, es como dice el RADAK: «Porque Tzión es una ciudad que nadie exige devolver a Israel». Debemos interpretar las palabras de RADAK, como está escrito en las Selijot (plegarias de pedir perdón, dichas en el período que lleva a las Altas Festividades): «Recordaré al Creador y lloraré cuando vea a cada ciudad permaneciendo firme, pero la ciudad del Creador está humillada al fondo del inframundo».

Esto significa que la ciudad del Creador es llamada «Tzión». Aquellos que se dedican a la Torá y las Mitzvot, no hay nadie para procurar y exigir que la ciudad de Tzión sea devuelta a Israel, es decir, que el reino de los cielos, llamado Shejiná, regrese a la totalidad de Israel, y al Israel individual que existe en todos y cada uno.

Con esto podemos interpretar lo que dijeron nuestros sabios: «Cualquiera que tenga práctica en su mano, pero sin aprendizaje, no prueba el sabor del temor al pecado». Esto es porque el temor al pecado significa que él está temeroso de que quizás no va a poder dirigir con el fin de otorgar, sino con el fin de recibir para sí mismo, como está escrito en el SulamIntroducción al Libro Zóhar»).

Debemos saber que una persona no puede tener temor de no ser capaz de trabajar con el fin de otorgar. En cambio, una persona tiene una exigencia por Tzión, es decir, que él trabaja con el fin de «Levantar la Shejiná del polvo» y quiere que la ciudad del Creador no sea humillada al fondo del inframundo. Esto puede darse específicamente al querer trabajar con el fin de otorgar, de lo contrario Maljut debe ocultar su importancia de modo que la abundancia no vaya a las Klipot.

Resulta que él teme precisamente al pecado, pues para él un pecado significa alguien que no está trabajando con el fin de otorgar. Él considera la recepción como un pecado porque ésta es el único impedimento, haciendo a la Shejiná incapaz de estar en rostro revelado, sino por el contrario, en rostro oculto. Esto se llama «La aflicción de la Shejiná», que ella es incapaz de dar a los seres creados el deleite y placer que tiene reservados para ellos.

Resulta que, si una persona participa con la aflicción de la Shejiná, significa que ha reflexionado sobre lo que él provoca al estar inmerso en el amor propio. Esto es, en la medida en que una persona quiere disfrutar placeres que pertenecen y pueden ser recibidos por las vasijas de recepción, dicha vitalidad se llama «vitalidad de las Klipot», es decir, la vitalidad que el Zóhar llama «Una Luz delgada», que fue dada a las Klipot para mantenerlas.

Ellas imparten esta vitalidad a todos aquellos que aún son incapaces de recibir la Luz de la Kedushá, que se imparte específicamente en vasijas de otorgamiento. Esto significa que, debemos creer que no hay vitalidad en el mundo, excepto por parte del Creador. Esto es, incluso la vitalidad que se recibe en las vasijas de recepción se considera como recibida por medio de las Klipot. Esto significa que, las Klipot son las dadoras y no el Creador mismo, ya que es imposible estar en fe permanente antes de alcanzar las vasijas de otorgamiento, como fue explicado («Introducción al Libro Zóhar»).

Resulta que la vitalidad que ellos reciben es a través de las Klipot, lo cual se considera que Él les ha dado dominio sobre las naciones del mundo en manos de ministros, y no que Él mismo los gobierna. Es como interpretamos que, en el trabajo, esto significa que aquellas personas que no tienen fe, sino solo una fe parcial se consideran «Naciones del mundo», quienes dicen que los ministros de arriba ―ya sean ministros, o la naturaleza u otros espíritus― influencian la vida en el mundo, y ellas no pueden decir que solo el Creador es el que gobierna.

Resulta que ellas son entregadas a las Klipot, es decir, que ellas dicen eso, pero esto es considerado como la aflicción de la Shejiná, que ella debe ocultarse de los seres creados. Esto es similar a una alegoría de una madre que debe esconderse de su hijo. Ella entrega a su hijo a una institución para niños retrasados, donde el tratamiento no es en nada parecido al tratamiento de la madre hacia el hijo, y el niño ni siquiera sabe que tiene una madre. Como resultado, el niño sufre y la madre sufre por no poder levantar a su hijo y darle todo lo que le falta, como una madre con su hijo. Esto se llama «La aflicción de la Shejiná» porque ella sufre.

Por esta razón, Él nos ha dado el trabajo en la Torá y las Mitzvot para ocuparnos en ellos con el objetivo de levantar la Shejiná del polvo, y así ella no sufrirá el pesar de no poder cuidar a su hijo, ya que es por el beneficio del niño el no saber que tiene una madre que lo añora.

En otras palabras, a través del compromiso en la Torá y las Mitzvot con la intención debido al pesar de la Shejiná, querrá decir que, puesto que la razón del por qué la Shejiná no pueda revelarse ante ellos es la disparidad de forma del deseo de recibir, y debido a que la Luz de la Torá reforma a la persona, nosotros queremos ser reformados, es decir, ser recompensados con vasijas de otorgamiento a través de la Torá y las Mitzvot, con las cuales se nos concede el temor.

Mediante el temor, somos recompensados con la fe. En ese momento somos recompensados con saber quién gobierna a Israel, que únicamente Él gobierna. Esto significa que el Creador sabe que Él es el gobernador, pero los inferiores no lo sienten previamente a ser recompensados con fe, como está escrito en la «Introducción del Libro del Zóhar» (Ítem 138): «Resulta que, aunque solo Él hace y hará todas las obras, aun así, esto permanece oculto de aquellos que sienten bien y mal».

Por lo tanto, resulta que uno debe pedir al Creador que le dé vasijas de otorgamiento de modo que no haya aflicción de la Shejiná debido a que debe permanecer oculta del hombre. Como fue dicho, esto es por el beneficio del hombre. Sin embargo, es por el beneficio del hombre solo para que él no vaya más profundo dentro de la autoridad de la Sitra Ajra (el otro lado), pero con esto la persona no logra el propósito, ya que el propósito de la creación es que los seres creados reciban deleite y placer. Por lo tanto, mientras los seres creados no sean aptos para recibir el deleite y placer, esto se considera como la aflicción de la Shejiná, debido a que ella no puede impartirles lo que los seres creados deben recibir de ella.

Ahora podemos interpretar por qué nuestros sabios dijeron: «Cualquiera que tenga práctica, pero sin aprendizaje, no prueba el sabor del temor al pecado». La interpretación de «Aprendizaje» es como está escrito: «Tzión, no tiene quien la busque», es decir, no hay nadie que exija y le pida al Creador que devuelva la ciudad de Tzión al pueblo de Israel. En ese momento él comienza a comprender la razón de su caída, como está escrito: «Ella ha caído, ella no se volverá a levantar, la virgen de Israel», lo cual llega a nosotros porque estamos en amor propio.

Al conocer la razón, comenzamos a entender cuál es el pecado, de modo que sepamos qué corregir. En ese momento llegamos a sentir que todo el pecado es que estamos sumergidos en el amor propio. Por lo tanto, solo con esto podemos llegar al temor del pecado, es decir, conocer cuál es el pecado, por el cual sufrimos por qué no podemos recibir el deleite y placer.

De acuerdo a lo anterior, debemos interpretar lo que está escrito: «Cualquiera que tenga aprendizaje en su mano, pero sin práctica, no prueba el sabor de la sabiduría». Se sabe que No hay Luz sin un Kli (vasija). Por lo general, una Luz es considerada como el deseo del Creador de dar a los seres creados. Esto se llama «Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones». Este nombre incluye la Luz llamada Jojmá. Pero hay una segunda Luz, llamada «La Luz de la corrección de la creación». Esta es llamada «Luz de Jasadim». Esto significa que el Creador debe dar a los seres creados dos luces.

De acuerdo a la regla conocida de que no hablamos del mundo de Ein Sof, sino que comenzamos a hablar después de Tzimtzum Álef (primera restricción), es decir, una vez que ha sido dictado un juicio de que está prohibido usar las vasijas de recepción, y debemos construir nuevos Kelim que serán aptos para la recepción de la abundancia y no habrá separación. Es sabido que esto se llama «vasijas de otorgamiento», que son Kelim que vienen de la corrección de la creación.

Esto es, una vez que tenemos la creación, que son las vasijas de recepción, lo cual es la sustancia de todos los seres creados, a saber, el deseo de recibir para uno mismo, en este Kli podemos atraer dos luces:

1) La Luz de la corrección de la creación, que puede ser atraída mediante la Luz en la Torá, como dijeron nuestros sabios: «La Luz en ella lo reforma». Con esto obtenemos el Kli llamado «deseo de otorgar». Esto se considera como que ya tiene el discernimiento del temor, es decir, ya contempla todo, si hacerlo o no. Si ve que no puede dirigir con el fin de otorgar, él es cuidadoso de no tocarlo.

Una persona no puede hacer este Kli, ya que está en contra de la naturaleza de la creación, la cual es que los creados reciban deleite y placer. Y lo que los creados no pueden recibir para sí mismos llega después, a partir del Tzimtzum Álef. Sin embargo, esto concierne a los seres creados después de que Maljut de Ein Sof anhelara equivalencia de forma. Aprendimos que, entonces, fue hecho el Masaj (pantalla). Mediante este Masaj, de acuerdo al poder de rechazo cuando no quiere recibir, nació un nuevo Kli, llamado Or Jozer (Luz Retornante).

Este Or Jozer nace de dos fuerzas:

1) El Masaj, que se llama «La fuerza de detención», que no quiere ser receptora para sí misma;

2) La Luz, que quiere dar, para que el inferior sí reciba la abundancia.

A partir de estas dos, nace Or Jozer. Debemos comprender que el inferior recibe gran placer en querer otorgar al superior. En ese momento el inferior llega a sentir lo que el inferior tiene para darle al superior, que el superior disfrute, pues ¿Qué le falta al superior que el inferior puede darle a Él? En ese momento se percata de que todo el placer del superior está en que el inferior le ayude a completar el propósito del superior. Esto es, el inferior le da al superior la oportunidad de que el superior satisfaga Su deseo. Y debido a que el deseo del superior es hacer el bien a Sus creaciones, que los inferiores reciban deleite y placer, el inferior llega a recibir deleite y placer del superior, ya que ésta es Su voluntad, como está escrito en detalle en El Estudio de las Diez Sefirot (Parte 4, Histaklut Pnimit).

Por lo tanto, resulta que una vez que ha recibido nuevos Kelim del superior, a saber, las vasijas de otorgamiento que le llegan mediante el aprendizaje, ahora es el momento de recibir la Luz dentro de los nuevos Kelim que ha obtenido.

2) Este es el segundo discernimiento, atraer abundancia del superior. Esto se llama Jojmá, que es el propósito de la creación, que los seres creados reciban deleite y placer. Esta Luz es llamada «Luz de Jojmá» sabiduría, y se considera como Halajot (reglas de la práctica), como fue escrito: «Cualquiera que tenga aprendizaje en su mano, pero sin práctica, no prueba el sabor de la sabiduría».

Debemos comprender la conexión entre Halajot (leyes prácticas) y la sabiduría. Es sabido que Maljut es llamada Halajá (ley bíblica), de la palabra Kalá (novia). También, el Kli para recibir la Luz de sabiduría es Maljut, y las vasijas de otorgamiento son llamadas Biná. Es sabido que la Luz de Biná se llama «La Luz de la corrección de la creación», que es Luz de Jasadim. Por consiguiente, «Cualquiera que tenga aprendizaje», es decir, que haya sido recompensado con vasijas de otorgamiento, «Tiene temor al pecado», es decir, su temor es que no pueda tener el poder de otorgar, es decir, que él ya ha conseguido vasijas de otorgamiento, llamadas Biná.

En ese momento él debe tratar de tener Halajot (leyes bíblicas), es decir, esforzarse en obtener la Kalá, la cual es Maljut, que se considera como la vasija de recepción para la Luz de Jojmá. Es como está escrito en el Sulam (Comentario de la Escalera) («Introducción del Libro Zóhar», Ítem 203): «El temor es una Mitzvá (precepto) que contiene todas las Mitzvot en la Torá, ya que es la puerta para la fe en Él. Sin embargo, tanto el primer temor como el segundo temor no son para su propio beneficio, sino solo por temor de que vaya a disminuir en llevar contento a Su Hacedor».

Así pues, vemos que primero debemos ser recompensados con temor, y luego somos recompensados con la Luz de la fe, pues la fe completa es cuando la Luz de Jasadim brilla con iluminación de Jojmá. Esto se llama Halajá (ley bíblica), como está escrito: «Cualquiera que tenga práctica, prueba el sabor de la sabiduría», y la interpretación es el sabor del temor al pecado.

Sin embargo, qué puede uno hacer si incluso cuando siente que ya tiene temor, es decir, que quiere otorgar al Creador, y piensa que ascenderá grado a grado hasta el nivel más alto, pero pronto obtiene pensamientos que le muestran que debe mirar al pasado, es decir, que ya ha tenido momentos cuando pensó que había sido recompensado con algo, y él estaba seguro de que a partir de ese día no tendría descensos y no volvería a sufrir más por ser incapaz de sobreponerse a su maldad, sino que así como ahora encuentra sabor en su trabajo, así continuará.

¿Pero qué pasó después? Él cayó de su grado de vuelta hacia un estado de sufrimientos en el que ya no tiene este mundo, es decir, una vida con satisfacción. En cambio, no tiene ni satisfacción ni el mundo venidero, es decir, el deseo de hacer el trabajo sagrado. Por lo tanto, ahora quiere agradecer al Creador porque él está un poco más alto que en los estados anteriores y quiere comprometerse alegremente en el trabajo sagrado, ¿qué puede hacer si sus pensamientos lo perturban con pensamientos justificados?

En su opinión, no hay nada para responderles. Por esta razón, no puede hacer nada, como si ahora estuviera en un estado de descenso. Así pues, ¿de qué le sirve que ahora se le haya ayudado desde arriba y creer que el Creador lo está llamando y quiere tenerlo cerca? Pero los argumentos de los pensamientos le dicen: «Mira por ti mismo, esto te sucede cada vez. Cada vez que piensas que estás arriba, caes a la profundidad. ¿Entonces qué te hace estar seguro de que esta vez no será lo mismo?».

Sin embargo, debemos seguir el camino de nuestros sabios, que nos instruyeron (Sotá 48b): «Cualquiera que tiene pan en su canasta y dice: “¿Qué habré de comer mañana?” está entre aquellos de poca fe». Es como Rabí Elazar en Metzudat David (Zacarías 4): «“¿Quién ha despreciado el día de la pequeñez (Katnut)?” “¿Quién causó que los justos despreciaran su mesa futura?” La pequeñez que había en ellos, que ellos no creyeron en el Creador». Debemos comprender lo que él dice: «¿Quién causó que los justos despreciaran su mesa futura? Que ellos no creyeron en el Creador. Ésta es su pequeñez. Pero, si ellos no creyeron en el Creador, ¿Por qué se los considera justos?».

Debemos interpretar el escrito que los llama «Justos» a pesar de no tener fe. Significa que, después de que una persona recibe un despertar desde arriba, llega a sentir que lo más importante es trabajar con el fin de otorgar, y no vale la pena trabajar para sus propias necesidades. De este modo, él ahora siente que es justo y debe agradecer al Creador por acercarlo a Él y quitarle el ocultamiento.

Por esta razón, ahora quiere anularse ante Él. Ahora comprende y siente que la recepción para sí mismo es llamada «mal» y quien la usa es llamado «pecador». De esto se desprende que en ese momento es llamado «Justo», como está escrito: «Cualquiera que tiene pan en su canasta y dice: “¿Qué habré de comer mañana?” está entre aquellos de poca fe».

Esto significa que ahora tiene fe y cree que lo más importante es adherirse al Creador, y no vale la pena pensar en sí mismo ni por un momento. Por lo tanto, él debe estar contento de que ha sido recompensado con acercarse al Creador. Pero inmediatamente, le llegan pensamientos de que la fe que tiene ahora es pequeña, es decir, que él no será capaz de continuar mañana. En cambio, piensa que su fe pronto lo dejará y caerá de nuevo en el control de los malvados, que se preocupan solo de su propio beneficio. Resulta de esto, que ésta es la pregunta que hace: «¿Qué habré de comer mañana?».

Existe una regla de que «mañana», no significa el día siguiente. En cambio, «mañana» significa «después de un tiempo». En otras palabras, el «presente» se llama «hoy» y el futuro se llama «mañana». Esto es, que el momento en el que se encuentra ahora se llama «presente» y «hoy», y el momento siguiente se llama «mañana». Esto le causa no poder alabar al Creador por haberlo acercado.

Estos pensamientos, «¿Qué habré de comer mañana?», lo alejan del Creador porque él no cree que este estado permanecerá para siempre. Resulta que, a pesar de que ahora esté en un grado de justo, debido a que no cree que permanecerá por siempre, se le considera entre aquellos de poca fe. Esto es, que tiene fe, pero su fe estará con él brevemente y luego su fe partirá. Esto se llama «de poca fe».

Ahora podemos interpretar las palabras de Rabí Elazar, por qué está escrito: «“¿Quién ha despreciado el día de la pequeñez (Katnut)?” “¿Quién causó que los justos despreciaran su mesa futura?”». Las palabras, «quién causó que los justos» se refieren a aquellas personas que están en un estado de ascenso y solo anhelan adherirse al Creador. En ese momento hay justos que desprecian su mesa futura. Esto es, esa mesa, que está dispuesta para una comida, ellos la desprecian en el futuro, es decir, que ellos dicen: «Después del presente», es decir, después del estado en el que está ahora, cuando su mesa está bien, «después», es decir, en el momento que vendrá después, «será despreciada». Esto es, después, la mesa estará bajo el control de la Sitra Ajra, es decir, que caerá de nuevo en el control del deseo de recibir para sí mismo.

Este es el significado del verso, «quién ha despreciado el día de pequeñez». La pequeñez que hubo en ellos es que no creyeron que el Creador puede dar un estado de acercamiento eterno. Resulta que una persona no debe despertar ninguna carencia en el regalo del Creador y decir, que ahora es claro para él que el Creador no puede dar algo permanentemente, y traer evidencia del pasado, que él ha tenido estados buenos muchas veces, que luego partieron de él, así que no hay prueba de que el estado actual será eterno. Aquí llega el asunto de la fe, que uno debe creer por encima de la razón y no considerar lo que dicta la razón, sino creer con fe en los sabios en el camino que ellos determinaron es como debemos proceder, y no mirar a la razón, porque debemos creer que ir con fe es un poder (Segulá) maravilloso.