La necesidad del amor a los amigos
Artículo Nº 14, 1988
Existen muchas Segulot (remedios/poderes) en ello:
1) Tiene el poder de sacar a la persona del amor propio y le conduce a amar a los demás. Es como Rabí Akiva dijo: “ama a tu prójimo como a ti mismo, es la gran regla de la Torá”, ya que mediante eso se puede llegar a amar al Creador.Sin embargo, debemos saber que amar a los demás o trabajar por el beneficio de otros no es el propósito de la creación, como así lo entienden los seculares. El mundo no fue creado para hacerles favores a otros. Más bien, el mundo fue creado para que cada uno recibiera placer para sí mismo. Decir que debemos trabajar para beneficiar a otros, es únicamente la corrección de la creación, pero no el propósito de la creación. La corrección es tal, que no habrá de existir el asunto de la vergüenza, de manera que hubo una corrección del asunto del otorgamiento, que es laúnica manera de que los creados reciban el placer y deleite para sí mismos, de forma completa, sin el defecto de la vergüenza.
En ese sentido, debemos interpretar lo que El Zóhar dice al respecto en el versículo: “Y la gracia de los pueblos es pecado. Todo el bien que hacen, lo hacen para sí mismos”. Podemos interpretar “Todo el bien” como los actos de gracia que hacen, refiriéndose a sus intenciones, lo que se denomina “para sí mismos”, es decir, para ellos. Esto quiere decir que es de acuerdo a su propio entendimiento, y no como a nosotros, que se nos dio el cumplimiento de “ama a tu prójimo como a ti mismo” como un precepto del Creador, quien creó el mundo con el objetivo de hacer el bien a Sus creaciones. Las Mitzvot (preceptos) que se nos dieron son sólo para purificar a los creados, a través de lo cual alcanzarán Adhesión con el Creador, quien les ayudará a recibir todo el bien y el placer, y se mantendrán en Adhesión con el Creador.
2) Mediante la unión de los amigos en un solo cuerpo, ellos reciben la fuerza para apreciar el propósito de su trabajo –que es el alcanzar Lishmá (en Su beneficio). Y siendo que fueron educados bajo la regla que dijo Maimónides: “A las Mujeres, niños y gente común se les enseña a trabajar por el temor y a recibir recompensa, hasta que acumulen conocimiento y adquieran mucha sabiduría. Y luego se les enseñara ese secreto poco a poco”. Y siendo que debemos esperar “hasta que adquieran mucha sabiduría” para decirles que necesitan trabajar en Lishmá, y de por sí, la gran mayoría permanece naturalmente en Lo Lishmá (no en Su beneficio), y como los minoría se anula naturalmente ante la opinión de la mayoría, por ello, cuando los amigos desean caminar por el sendero que les conduce a Lishmá, para evitar la anulación ante la mayoría, los amigos se unen y cada uno se dedica a los demás. Su intención es a través del amor a los demás, alcanzar el amor al Creador, que es su meta, como está escrito: “Y amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”. Por consiguiente, al convertirse en una congregación, aunque sea una pequeña congregación, ya son considerados como una mayoría, y esta mayoría no está esclavizada a la mayoría general. Así, ellos pueden trabajar en el amor hacia los amigos con el fin de alcanzar el amor del Creador.
Aunque el precepto de amar a tu prójimo como a ti mismo se aplica a todo Israel, pero no todo Israel está caminando por la senda de amar a los demás, para llegar hasta el amor al Creador. También hay una regla según la cual, cuando una persona se une con otra absorben los puntos de vista del otro, y como el asunto de Lishmá –el propósito esencial de la Torá y las Mitzvot– aun no ha sido fijado en el corazón del hombre, lo que significa que la intención principal es que a través del estudio de la Torá y las Mitzvot puedan alcanzar Lishmá, de allí que, al vincularse con los demás, las opiniones de los otros debilitan su propia opinión de Lishmá.
Por esta razón, es mejor servir y unirse con la clase de personas que entienden que el asunto de “ama a tu prójimo como a ti mismo” es solo un medio para conseguir el amor al Creador, y no por el amor propio, sino que toda su intención será beneficiar al Creador. Esa es la razón por la cual deberíamos ser cuidadosos con nuestras relaciones y saber con quién nos vinculamos. Ese es el beneficio del amor a los amigos, en un grupo especial, donde cada uno tiene un único objetivo, el de alcanzar el amor al Creador. Pero al vincularse con personas corrientes, aunque estén ocupándose de la Torá y las Mitzvot, pero por no estar en el camino de alcanzar la intención de otorgamiento al Creador, ya que fueron educadas con la intención de recibir, llamada Lo Lishmá. En consecuencia, si llegan a unirse con ellas, adoptarán sus puntos de vista y después dirán que es mejor no caminar por el sendero que lleva hacia Lishmá, porque Lishmá es más difícil que Lo Lishmá, ya que Lishmá va en contra de la naturaleza. Por esta razón, debemos tener cuidado de no vincularnos con personas que no han adquirido mucha sabiduría y que aun no han llegado a entender que la esencia del trabajo con el Creador es beneficiar al Creador y no beneficiarse a sí mismo.
Pero
el
asunto
de
“ama
a
tu
prójimo”
se
aplica
a
todo
Israel.
Sin
embargo, nos
ordenaron
cuidarnos,
y
saber
anticipadamente
con
quién
incularnos. Y
la
razón
es
que
antes
de
que
una
persona
sea
recompensada
con
salir del
amor
propio,
siempre
siente
que
es
difícil.
Esto
se
debe
a
que
el cuerpo
se
resiste,
y
si
está
en
un
entorno
donde
el
grupo
de
personas están
unidas
bajo
una
misma
idea,
que
consideran
la
meta
y
no
el
trabajo, entonces
su
meta
no
se
debilitará
en
él. Pero
si
no
se
está
siempre
junto
a
sus
amigos,
es
muy
difícil
aferrarse
al objetivo
de
otorgamiento.
Y
necesita
de
la
misericordia
de
los
Cielos
para que
su
mente
no
se
debilite,
ya
que
anteriormente,
se
dio
cuenta
de
que
era
mejor
trabajar
y
caminar
por
el
sendero
del
trabajo
de
otorgamiento. Y
de
repente,
la
persona
adquiere
pensamientos
de
que
es
mejor
seguir a
la
multitud,
que
uno
no
debe
ser
una
excepción,
a
pesar
que
mientras estuvo
unido
a
los
amigos,
pensó
de
manera
diferente.
Es
como
dijimos antes:
Mientras
no
se
está
unido
con
la
congregación
de
su
pequeño
grupo, inmediatamente
se
rinde
ante
la
mayoría
de
las
masas
y
absorbe
sus opiniones,
en
cuanto
a
que
es
suficiente
con
observar
la
Torá
y
las
Mitzvot en
todos
sus
detalles
y
precisiones
y
enfocarnos
en
que
estamos
observando las
órdenes
del
Rey,
quien
nos
lo
ordenó
a
través
de
Moisés
y
de
los
sabios que
le
siguieron.
Nos conformamos con eso, ya que recibiremos recompensa por ello, y creemos en nuestros sabios, quienes nos dijeron: “Y tu fiel patrón, te pagará por tu trabajo”. Y, ¿por qué deberíamos pensar en algo más que eso? Y como dicen: “Si observamos eso, es suficiente”. Es como dijo Rabí Janania Ben Akashia: “El Creador quiso recompensar a Israel, de manera que les concedió la Torá y las Mitzvot en abundancia”. Significa que toda la Torá y las Mitzvot que se nos entregó, es para que tengamos una gran recompensa. En consecuencia, ahora que la persona se ha vuelto más inteligente de lo que era, mientras estaba unida al grupo, cuando entendió que uno sencillamente necesita trabajar para el Creador y no para su propio beneficio, y que uno necesita salir del amor propio y ser recompensado con Adhesión con el Creador. Y aun cuando vio que era difícil salir del amor propio, se dio cuenta de que era un camino verdadero, es decir, que una persona debe llegar a trabajar en Lishmá. Pero mientras está separado de ese grupo, inmediatamente cae en el punto de vista de la mayoría quienes son la mayoría del mundo. En otras palabras, la mayoría de Israel no ha llegado al discernimiento que Maimónides dijo: “Hasta que ellos obtengan mucha sabiduría, entonces se les dirá aquel secreto”, que es la necesidad de trabajar en Lishmá.
Y cuando esa persona entra en el grupo, cuyo camino es que es necesario alcanzar Lishmá, surge la pregunta, ¿cómo acabó esta persona en un lugar así? Debemos creer que eso llega desde arriba. En consecuencia, debemos entender por qué después, se aleja del grupo. Debemos decir, como dijo Baal HaSulam, que cuando una persona comienza a caminar en el sendero de Lishmá –y ciertamente este deseo viene a una persona a la que le es dado un despertar hacia el sendero de la verdad– y luego, por alguna razón, es negligente en este trabajo y recae en el camino ordinario de la mayoría, entonces se pregunta: “¿Por qué no se le da otro despertar desde arriba?” Él nos contó una alegoría al respecto. Es similar a una persona que está nadando en el río. A mitad del río, se siente débil, y otra persona que nada cerca junto a él, le da un empujón de manera que comience a nadar por sí mismo. La otra persona que está tratando de salvarle le da algunos empujones, pero si ve que él no participa, entonces le abandona y se va.
Sólo cuando ve que, cuando le empuja, aquel empieza a nadar por sí mismo, entonces sigue empujándole cada vez más hasta que está fuera de peligro. Pero, si no participa, lo deja. Es lo mismo en el trabajo. Una persona recibe un despertar desde arriba de manera que viene a un lugar donde las personas trabajan a sabiendas con la finalidad, de lograr otorgar satisfacción al Creador. Y a una persona se le dan varios despertares, pero si esa persona no hace un esfuerzo para conseguir aquello, entonces encuentra excusas para justificarse y debe escapar de la misión. Así, una persona permanece justa, es decir, al dejar el grupo, siempre está en lo correcto. Y, al justificarse a sí misma, verdaderamente siente que es justo.
Por lo tanto, uno debe adherirse al grupo. Y al estar unidos, también son vistos como una congregación. Sin embargo, ellos son una gran congregación, mientras que su grupo es una pequeña congregación. Y, una congregación no se anula ante otra congregación.
3)
Existe
un
poder
especial
en
la
adhesión
a
los
amigos.
Como
las opiniones
y
los
pensamientos
pasan
de
unos
a
otros
a
través
de
la adhesión
entre
ellos,
por
ello
cada
uno
se
incluye
en
la
fuerza
del
otro
y, mediante
ello,
cada
persona
en
el
grupo
tiene
la
fuerza
de
todo
el
grupo. Por
esta
razón,
aunque
cada
persona
es
un
individuo,
contiene
el
poder
de
todo
el
grupo.