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Rabash / ¿Por qué la vida está dividida en dos discernimientos?

Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)

¿Por qué la vida está dividida en dos discernimientos?

Artículo 1, 1988

Nuestros sabios dijeron (Berajot 18): «Porque los vivientes saben que morirán. Esos justos, en su muerte, son llamados “vivientes”». Rashi interpreta: «Esos justos, ¿cómo saben que morirán? Ellos están pendientes del día de su muerte, y evitaban las transgresiones». «Y los muertos no saben nada. Esos malvados, durante sus vidas, son llamados “muertos”». Rashi interpreta: «Los malvados no saben nada» lo cual significa «ellos fingen que no saben, y pecan». Hasta aquí sus palabras.

Por lo tanto, resulta que hay vida que se llama «muerte». En otras palabras, para los malvados, sus vidas se llaman «muerte». Además, hay muerte que se llama «vida», que se encuentra entre los justos.

Es decir, hay dos discernimientos en la vida:

1) La vida de los malvados.

2) La vida de los justos.

No está escrito cómo se llama la vida de los justos. Más bien, lo que está escrito es que la muerte de los justos se llama «vida». Y ciertamente, deberíamos decir que, si la muerte de los justos se llama «vida», entonces la vida de los justos, ciertamente, es un grado más elevado.

De acuerdo con la interpretación de Rashi, parece que, en su muerte, es decir, cuando miran su muerte, entonces, no pecan. Sin embargo, ¿cómo se relaciona esto con la vida? ¿El que no peca ya tiene vida? Además, Rashi interpreta que los malvados en sus vidas se llaman «muertos». ¿Por qué? Es porque los muertos no saben nada, lo que significa que pretenden no saber. Deberíamos interpretar que no saben sobre el día de la muerte.

Esto, también, debemos entenderlo. ¿El que no recuerda el día de la muerte debe pecar? Después de todo, nuestros sabios dijeron (Berajot 5): «Uno siempre debería hacer enojar la inclinación al bien sobre la inclinación al mal. Si él la derrota, bien. Si no, debería participar en la Torá. Si él la derrota, bien. Si no, debería leer la lectura de Shemá. Y si no, debería mencionarle el día de la muerte». Esto significa que incluso si no recuerda el día de la muerte, no tiene que pecar. Por lo tanto, ¿qué significa que Rashi interpretó que pretenden no saber sobre el día de la muerte y, por lo tanto, pecan? ¿Implica esto que alguien que no quiere pecar debe recordar siempre el día de la muerte?

Para comprender todo lo anterior, debemos recordar todo lo que está por delante de nosotros, es decir, el propósito de la creación, así como también la cuestión de la corrección de la creación, que se realiza más adelante. También debemos entender la regla de que no hay Luz sin un Kli (vasija). Se sabe que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones. También se sabe que no hay Luz sin un Kli. Esto significa que no puede haber un llenado sin carencia. Por esta razón, el Creador creó como existencia a partir de la ausencia, la carencia y el deseo de recibir placeres. Esto se llama «deseo de recibir deleite».

En este Kli, llamado «el deseo de recibir», hay posteriormente una corrección llamada Tzimtzum (restricción). Esto significa que debido a la recepción de la abundancia no había equivalencia entre el otorgante y el receptor, y ese Kli anhelaba la equivalencia de forma, llamada Dvekut (adhesión). Por esta razón, ella (la vasija) no desea recibir dentro de su deseo de recibir. Más bien, en ese discernimiento debería haber un Tzimtzum y ella debería recibir solo donde ella pueda dirigir con el fin de otorgar. Esta es la corrección de la creación, de manera que las criaturas no sientan malestar cuando reciben placeres del Creador.

Ahora entendemos que el propósito de la creación es para que las criaturas reciban deleite y placer, y que la corrección de la creación es para que las criaturas no sientan malestar durante la recepción de los placeres. Un Kli es llamado una «carencia», y la «Luz» es llamada «llenado». De esto se sigue que el Kli en el cual está vestida la vida se llama «deseo», y la vida que está vestida en ella (en la vasija), es llamada «Luz».

De esto aprendemos que tenemos dos tipos de Kelim (vasijas):

1) Un Kli sin la corrección de la creación, llamado «recibir con el fin de recibir»,

2) Un Kli con la corrección de la creación, llamado «recibir con el fin de otorgar».

De acuerdo con lo anterior, la vida es llamada «Luz». Se sigue que tenemos una vida que está revestida en los Kelim del deseo de recibir, mediante la cual recibimos disparidad de forma con el Creador, lo cual ocasiona que nos apartemos de la Vida de Vidas. Por esta razón, esta vida es llamada «muerte», debido a la separación que ocurre allí.

Existe también una vida llamada «Luz», la cual está vestida en Kelim en los cuales existe la corrección de la creación, llamada «recibir con el fin de otorgar». Mediante esto, aunque ellos son llamados «receptores», dado que su intencion es con el fin de otorgar, ellos se mantienen en Dvekut, incluso cuando reciben los placeres. Resulta que, la Luz que recibe significa «vida», en tanto esa Luz permanece adherida a la Vida de vidas.

Por esto, podemos interpretar lo que ha sido dicho: «Los malvados, en sus vidas, son llamados “muertos”», ya que ellos reciben todo lo que reciben en vasijas de recepción, lo cual causa separación. Por eso se ha dicho «Los malvados, en sus vidas, son llamados “muertos”». Además, esto aclara por qué, de por sí, «Los justos, en sus vidas, son llamados “vivos”» ya que ellos reciben el llenado del Kli, lo cual significa la Luz y los placeres, en vasijas de otorgamiento, por lo cual ellos se adhieren a la Vida de vidas, aunque se hayan convertido en receptores.

Sin embargo, de acuerdo con esto, ¿cómo podemos interpretar lo que nuestros sabios dijeron, los justos, en sus vidas, son llamados «vivos»? El asunto es que, con respecto al orden del trabajo, comenzamos en Lo Lishmá (no en Su Nombre), y de Lo Lishmá llegamos a Lishmá (en nombre de la Torá). Resulta que, cuando una persona comienza el trabajo, la intención es por su propio beneficio, llamado «recompensa y castigo». Después de lo cual, él es recompensado y le es mostrado desde arriba –mediante un despertar desde arriba- que él debería caminar por el camino de la verdad, el cual es hacer todo en nombre de los cielos.

Cuando se le muestra desde arriba lo que significa en nombre de los cielos y no por su propio beneficio, el cuerpo escapa de este trabajo y ya no quiere trabajar, en ese momento la persona piensa que está en un estado de descenso.

Esto es, cuando él comenzó a trabajar estaba en un estado de ascenso, lo cual significa que él estaba mejor, y no tan materialista. Entonces, el cuerpo no se oponía a su trabajo. Pero ahora el cuerpo se ha tornado materialista y entonces no desea trabajar. Él dice: «Este trabajo no es para mí, porque veo que no solo me he detenido en el progreso, sino que incluso estoy retrocediendo. Así, esto es un desperdicio de mi tiempo y mi esfuerzo. En tanto, no puedo adquirir vida espiritual, al menos adquiriré vida corporal como el resto del mundo, que no piensa en la espiritualidad, sino en la corporalidad».

«Yo seré como ellos y al menos trataré de disfrutar lo que pueda en este mundo. De otra manera, me quedaré vacío, atrapado en ambos sentidos». En ese momento, él dice: «Haré lo que nuestros sabios dijeron (Yoma, 72): “Rabá le dijo a los Sabios: Yo les imploro a ustedes, ¡No hereden un doble Infierno!”» Rashi interpreta «doble infierno» como trabajar y esforzarse en la Torá en este mundo. «Y no observarán esto y heredarán un Infierno sobre su muerte, y en su vida, no disfrutaron en tu mundo».

Por esto, debemos interpretar que cuando una persona llega a un estado de descenso, llamado «muerte», lo que significa cuando él siente el sabor de la muerte, si él sigue el camino del otorgamiento, significa que todo lo que hace será solo para mediante esto dar contento al Creador, y que él no desea nada para sí mismo, esto es llamado «servir al Creador con devoción». Para una persona esto se siente como la muerte.

Sin embargo, esto suscita la cuestión que preguntamos. Se sabe que «Una Mitzvá (precepto) induce a otra Mitzvá». Así, ¿por qué una persona viene de un estado de sentir el sabor de la vida, en tanto, dedicado a la Torá y las Mitzvot (plural de Mitzvá) a un estado en el cual cuando él solo comienza a decir que él va a observar la Torá y las Mitzvot en nombre de los cielos, él siente en esto un sabor de muerte y no de vida? Dónde está la regla de que una Mitzvá induce a otra Mitzvá, como está escrito (Avot, Capítulo 4, 2): «Ben Azai dice: “Corre a una Mitzvá ligera, y huye de la transgresión, porque una Mitzvá induce a otra Mitzvá y una transgresión induce a otra transgresión, porque la recompensa por una Mitzvá es una Mitzvá, y la recompensa por una transgresión es una transgresión”».

El asunto es que cuando él comienza el trabajo en Lo Lishmá y se entrega al trabajo de todo corazón, y asume todo de manera seria, él entonces es recompensado desde arriba con el conocimiento de que ese es un trabajo con el fin de otorgar y no por su propio beneficio. La razón por la que él es recompensado con sentir ese conocimiento en sus órganos, fue porque una Mitzvá induce otra Mitzvá, porque no todo el mundo es recompensado con sentir qué es, que todo su trabajo sea en nombre del Creador y no para su propio beneficio. Esto pertenece específicamente a aquellos que trabajan con toda su fuerza en Lo Lishmá. Mediante esto, ellos llegan a sentir Lishmá, y con esto, el cuerpo ciertamente no está de acuerdo.

Sin embargo, ahora que él ve que, en el trabajo de otorgamiento, el cuerpo no tiene nada que recibir, la persona está ante un dilema:

O,él puede decir que ahora está en un estado de descenso, llamado «transgresión». En ese momento, él cae en la desesperación y dice que ahora ve que lo más importante es otorgar, pero que él no puede trabajar para otorgar, así que debe escapar de esta campaña y al menos, volver a disfrutar la vida corporal.

O, él puede decir, cuando comencé este trabajo, todas las acciones fueron con la intención de Lo Lishmá. En ese momento, el trabajo no fue contra el deseo de recibir, así que el cuerpo no se opuso. Pero ahora que fui recompensado con saber que existe Lishmá, llamado «trabajar en nombre del Creador», el cuerpo ciertamente se va a oponer, porque esto va en contra de su naturaleza. Así, ¿cómo podemos trabajar en beneficio del Creador? La respuesta es que, en la naturaleza, el pequeño puede servir al grande sin ninguna recompensa, ya que éste siente un placer al servir a aquél.

Entonces se despierta la cuestión, ¿por qué el cuerpo no está de acuerdo en trabajar en beneficio del Creador? La respuesta es que el cuerpo no cree en la grandeza del Creador, porque donde hay una necesidad de creer, el cuerpo lo rechaza, porque la fe es algo sin importancia. Esto significa que, si Su grandeza no es revelada dentro de la razón, sino que nosotros debemos creer, una persona percibe esto como «bajo» e «inferior». El cuerpo no puede sostener ese trabajo.

Por lo tanto, deberíamos preguntarnos por qué el Creador creó el ocultamiento y el Tzimtzum (la restricción) para que Su grandeza no sea revelada. Por el contrario, si una persona desea sentir la grandeza del Creador, solo puede lograrlo por la fe. La respuesta es conocida. Cuando una persona todavía no está limpia de las vasijas de recepción, convertirá todo, es decir, todas las revelaciones del Creador, en Kelim del amor propio. Esto lo separará de la espiritualidad y será como «conocer al Señor y aspirar a rebelarse contra Él».

Si una persona es justa, como dijeron nuestros sabios, ese «justo es el que justifica a su Creador», esto significa que su sentimiento actual de un tiempo de descenso no es ciertamente porque el Creador lo haya rechazado de servirle, sino que es más bien una gran corrección para él. Es decir, ahora se le dio lugar para creer por encima de la razón en la grandeza del Creador, y también se le dio la necesidad de pedirle al Creador que iluminara Su grandeza para él.

Él no quiere sentir la grandeza del Creador por el placer de esta revelación. Su intención no es deleitar sus vasijas de recepción. Por el contrario, dado que él quiere cancelar todo su amor propio, y el cuerpo no quiere rendirse, le pide al Creador que lo ilumine y que le quite la ocultación para que el deseo de recibir para sí mismo se anule ante el Creador.

Con esto, entenderemos lo que dijo Ben Azai: «Corre hacia una Mitzvá ligera». Es decir, dado que la persona se enfrenta a un dilema: puede decir que el descenso, su caída desde su grado anterior, cuando tenía deseo y anhelo por el trabajo en un estado en el que él siente un sabor desagradable en el trabajo, sin ninguna vitalidad, sino que todo se hace por coerción, esto le llegó desde arriba. Esto es porque quieren que él camine en el camino de la verdad, es decir, con fe por encima de la razón, que es una Mitzvá ligera, que la persona toma a la ligera, porque para una persona no es importante cuando debe ir por encima de la razón.

O puede decir lo contrario: no es porque «una Mitzvá induzca a otra Mitzvá», sino simplemente porque es una persona más grosera y con peores cualidades que otras personas. Por lo tanto, él comete transgresión y es indigno de realizar el trabajo de santidad. En cambio, «una transgresión induce a otra transgresión». Puesto que lo que hago ahora en la Torá y las Mitzvot es obligatorio, y no amo el trabajo sagrado, entonces cometeré otra transgresión y abandonaré el camino de la coacción. Cuando estoy de buen ánimo, me dedicaré a la Torá y las Mitzvot. Mientras tanto, volveré a mi vida corporal y al menos disfrutaré de este mundo, como lo dicen las palabras de Rabá.

Por esta razón, cuando una persona enfrenta un dilema, Ben Azai dice: «Corre hacia una Mitzvá ligera», lo que significa correr y elegir una Mitzvá ligera. Esto significa que este estado es considerado como una Mitzvá ligera, y se te ha dado desde arriba para que puedas avanzar en el camino que lleva a la verdad. La razón es que «una Mitzvá induce una Mitzvá». Dado que comenzaste en Lo Lishmá, y tu intención era dedicarte de todo corazón a la Torá y las Mitzvot, en consecuencia, «una Mitzvá induce a otra Mitzvá». Por esta razón, se te dio desde arriba conocimiento del asunto de Lishmá, y comenzaste a sentirlo. Este es el momento en que el hombre tiene la necesidad de que el Creador lo acerque, ya que entonces ve lo que dijeron nuestros sabios: «La inclinación del hombre lo vence todos los días. Si no fuera por la ayuda del Creador, él no prevalecerá».

«... y huye de la transgresión». Es decir, deja de decir que el estado en el que te encuentras ahora es una transgresión. En cambio, di que una Mitzvá induce a otra Mitzvá y que esto no puede ser una transgresión. Si no lo dices, sino que dices que es una transgresión, debes saber que «una transgresión induce a otra transgresión». Por lo tanto, te verás obligado a cometer otra transgresión, lo que significa que tendrás que volver a la vida corporal y abandonar el trabajo que has comenzado porque querrás al menos disfrutar de este mundo, como en las palabras de Raba, quien dijo: «No heredarán el Infierno cuando mueran, y durante su vida no habrán disfrutado en su mundo».

De acuerdo con lo anterior, podemos entender lo que preguntamos sobre el comentario de Rashi, quien dijo que está escrito: «Los vivos saben que van a morir; aquellos justos, en su muerte, son llamados “vivos”. «¿Cómo saben que van a morir?» Prestan atención al día de la muerte y evitan la transgresión, mientras que los muertos no saben nada. Aquellos malvados, en sus vidas, son llamados «muertos». Él dice que fingen no saber y pecan.

Según Rashi, parece que alguien que no presta atención al día de la muerte es ya un pecador. Preguntamos:

1) Sobre su interpretación de que los justos, en su muerte, son llamados «vivos», ya que al saber que van a morir no pecan. Resulta que quien no peca ya tiene vida. ¿Cuál es la conexión entre uno que no peca y la vida?

2) Parece, de las palabras de Rashi, que él dice acerca de los justos que «los vivos saben que van a morir», prestan atención al día de la muerte y evitan la transgresión. Por sus palabras, parece que no pecan porque prestan atención al día de la muerte, de lo contrario, ellos también pecarían. Pero nuestros sabios dijeron que no es necesariamente el día de la muerte lo que previene el pecado (Berajot 5), como está dicho: «Uno siempre debería hacer enojar la buena inclinación sobre la inclinación al mal. Si lo derrota, bien. Y si no, debería dedicarse a la Torá. Y si no, debería leer la lectura de Shemá. Y si no, debería recordarle el día de la muerte».

Por lo tanto, vemos que no es necesariamente el día de la muerte lo que impide que una persona peque. En consecuencia, debemos entender, y esta es la razón por la que deberíamos ser precisos sobre lo que se dijo: «el día de la muerte», es decir, cuando una persona entra en un estado de descenso, cuando no siente sabor en la Torá y en la plegaria, y todo lo que hace en Torá y Mitzvot es en coerción, él no tiene vitalidad, lo cual realmente se siente como la muerte.

La persona se pregunta: «¿Cuál es la razón por la que he descendido de mi estado anterior? Es decir, antes de comenzar el trabajo de otorgamiento, estaba feliz y seguro de que sería un servidor del Creador. Esto siempre me despertaba a dar fuerzas, y no conocía ninguna debilidad o pereza. Por el contrario, siempre estuve alerta a todo. Pero una vez que comencé a trabajar en el camino del otorgamiento, perdí toda la vitalidad en el trabajo, y hago todo perezosamente. Siento el sabor de la muerte en este trabajo. Nuestros sabios dijeron que una Mitzvá a otra Mitzvá, pero ahora veo lo opuesto».

De hecho, la persona debe prestar atención al estado de muerte que siente ahora. Es por eso que dice: «Los vivos saben que van a morir; prestan atención al día de la muerte y evitan la transgresión». El significado de «prestar atención al día de la muerte» es que según la regla «una Mitzvá induce a otra Mitzvá», debería haber sido de día. Es decir, que cuando comience a trabajar con Lishmá, debería haber estado más vivo porque ahora está marchando por el camino de la verdad. Entonces, ¿por qué siente la muerte ahora, que es oscuridad y no vida, sino que se considera como noche?

Sin embargo, quien es justo justifica a su Creador y dice: «Ciertamente, el descenso que el Creador me ha dado ahora es para mi beneficio». Es decir, ahora el Creador me ha dejado saber lo que significa que una persona no trabaja para su propio beneficio, sino solo en beneficio del Creador. Por supuesto, el cuerpo se resiste a esto, ya que está en contra de su naturaleza. Por el contrario, antes de que él comenzara el trabajo de Lishmá y trabajaba en beneficio propio, entonces el cuerpo no se resistió.

Se sigue que esto es una señal de que fue notificado, por lo que sabría que está caminando en el camino correcto, ya que el cuerpo se está resistiendo. De lo contrario, el cuerpo no se resistiría. Por lo tanto, ahora él tiene una necesidad, llamada Kli, de que el Creador lo ayude, tal como está escrito: «El que viene a purificarse es ayudado». Esto es así porque se necesita la ayuda del Creador para ir en contra de la naturaleza, porque cualquier cosa que es natural, una persona sí la puede hacer. Pero lo que está en contra de la naturaleza, y que se llama «un milagro desde arriba», significa que solo desde el cielo se le puede dar fuerza para poder ir en contra de la naturaleza.

Por lo tanto, el significado de «prestar atención a la comprensión del día de la muerte» es que esta muerte que siento es realmente un día y no una noche. «El día de la muerte» significa que hay lugar para elegir aquí, para decir que es «día», llamado «vida», o decir que es «muerte». Esto llega a mí una vez que he trabajado honesta y extensamente para lograr el objetivo por el cual nací. Y desde que comencé en Lo Lishmá, como Lo Lishmá no es opuesto a la naturaleza, el cuerpo no se resistió.

Pero ahora, he sido recompensado desde arriba con caminar en el camino de Lishmá. Esta es la razón por la cual el cuerpo se resiste y no quiere darle energía al trabajo, ya que está en contra de la naturaleza. Es por eso que ahora siento el sabor de la muerte. Por lo tanto, si digo que ahora es «día» y no «muerte», recibo de ese estado la confianza de que tendré éxito en el camino por el que ahora voy.

Evito decir que este estado, donde siento la muerte, ocurre porque estoy en un estado de transgresión, llamado «descenso», y por eso no tengo nada más que hacer en el trabajo, ya que veo que voy declinando, y entonces es una pérdida de mi tiempo. En cambio, digo que este estado no es un descenso, sino un ascenso en grado; he subido al camino de la verdad.

Las palabras «evitar la transgresión» significan que evitan decir que este estado es una transgresión, y, naturalmente, una transgresión induce una transgresión, lo que significa que es mejor para mí abandonar toda la campaña. En cambio, digo que he ascendido en grado porque una Mitzvá induce a otra Mitzvá.

De esto se desprende que podemos interpretar que «una Mitzvá induce a otra Mitzvá» en relación con el pasado y en relación con el futuro. Es decir, si él dice que este estado es una Mitzvá, entonces una Mitzvá induce a otra Mitzvá, lo que significa que ahora tiene fe y confianza en que será recompensado con el ascenso en los grados de santidad y será recompensado con el logro de la meta.

Mediante esto entenderemos por qué decimos: «Recuérdanos de la vida, oh Rey que desea la vida, e inscríbenos en el libro de los vivos, para Ti, el Dios viviente». Deberíamos entender el final, cuando decimos: «Para Ti, el Dios viviente». Podemos ver que hay dos tipos de vida:

1) De los malvados.

2) De los justos.

La vida de los malvados está en vasijas de recepción, llamadas «separación del Creador». La vida de los justos está en vasijas de otorgamiento, que son Dvekut (adhesión) con el Creador. Por esta razón, cuando decimos «Recuérdanos de la vida», ¿qué vida? «Para Ti», esto significa otorgar. Es decir, pedimos vida en vasijas de otorgamiento.