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Rabash / ¿Qué es lo revelado y lo oculto, en el trabajo del Creador?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Qué es lo revelado y lo oculto, en el trabajo del Creador?

Artículo 19, 1987

La escritura dice (Miqueas 6:8): «Él te ha dicho, oh hombre, ¿qué es bueno, y qué es lo que el Señor te exige sino hacer justicia, amar la bondad y sé humilde con tu Dios?». Aquí en este versículo vemos dos cosas que se nos revelan:

1) «Hacer justicia», donde vemos que Él hace justicia.

2) «Amar la bondad», donde vemos que Él ama la bondad.

¿Cómo sabemos esto? Vemos que Él hace bondades. Él ciertamente debe amarlo o no haría bondades. Y una cosa que se dijo aquí está oculta, como está escrito: «y sé humilde con el Señor tu Dios».

Debemos entender el significado de ser humilde. Literalmente, se interpreta que las dos cosas mencionadas anteriormente «hacer justicia y amar la bondad» deben ocultarse, para que nadie vea sus buenas acciones. Pero, ¿qué significa esto en el trabajo?

Es sabido que hay acciones de Mitzvot (preceptos) y la intención de las Mitzvot. En las acciones, todos son iguales; no hay diferencia entre un gran justo y una persona ordinaria, ya que se dijo acerca de la práctica de las Mitzvot: «No agregues y no quites», no decimos que el justo tiene dos Mezuzot, una a la derecha y otra a la izquierda de la puerta, más bien, la diferencia entre grande y pequeño solo está en la intención.

En la intención también debemos hacer dos discernimientos:

1) Dirigir que ahora él está realizando las Mitzvot del Creador.

2) Dirigir hacia la razón que lo hace observar las Mitzvot del Creador.

Sin embargo, a este respecto, debemos hacer varios discernimientos:

1) Él está observando las Mitzvot del Creador porque de esta manera, las personas a su alrededor lo respetarán, etc. Se desprende que lo que lo obliga a guardar las Mitzvot del Creador son las personas y no el Creador. Es decir, si no hubiera personas a su alrededor, no observaría las Mitzvot del Creador.

Y en este discernimiento, también, debemos discernir si él está haciendo esto por coerción. Es decir, una persona que profana el Shabat (sábado) podría trabajar para una persona religiosa. La regla es que si puede obligarlo a no profanar el Shabat, la regla es que debe forzarlo.

Por ejemplo, si no observa el Shabat, lo despedirá del trabajo. Si no tiene otro lugar para trabajar, ciertamente le promete que no profanará el Shabat. Resulta que está observando las Mitzvot del dueño, es decir, que sigue los mandamientos de su empleador y no tiene ninguna conexión con el Creador. Sin embargo, en términos de la ley, vemos que esto también se considera como la observación de Mitzvot. De lo contrario, ¿por qué tendría que obligarlo a observar Mitzvot?

Resulta que este es un trabajador solo por el lado de la coerción. Es como dijimos (Artículo No. 29, 1986) que Maimónides dijo (Hiljot Deot, Capítulo 6): «En asuntos del cielo, si él no se arrepiente a escondidas, es avergonzado en público. Él es despreciado y maldecido hasta que vuelva al bien». Resulta que está observando las Mitzvot porque la mayoría de la gente lo obliga.

En cuanto a la razón por la que las personas lo están obligando, debemos discernir si disfruta cuando realiza esa Mitzvá (precepto) o no. Cuando realiza las Mitzvot porque es respetado, y así sucesivamente, disfruta observando las Mitzvot. Pero si está observando la Torá y las Mitzvot debido a la coerción, siempre anhela salir de ese exilio para no sufrir la Torá y las Mitzvot, lo cual es para él como «transgredirá su propia voluntad y no morirá» por la gente que lo obliga a observar la Torá y las Mitzvot.

Por lo tanto, resulta que quien observa debido al respeto de las personas puede observar la Torá y las Mitzvot con alegría. Pero quien observa coercitivamente no puede estar alegre. Más bien, se sienta y espera una oportunidad para escapar de este exilio, ya que no está observando las Mitzvot del Creador porque quiere observar lo que dijo el Creador, sino que debe observarlas porque la gente de afuera lo está persiguiendo, y él no puede sufrir mayores tormentos que los tormentos de observar Mitzvot. Por esta razón, esta manera es peor que la primera.

De aquí que hay dos discernimientos en el objetivo de observar la Torá y las Mitzvot:

1) Por temor y por medio de la coerción.

2) Por amor, cuando se siente feliz cuando observa la Torá y las Mitzvot.

También hay otro discernimiento en la razón que lo hace observar la Torá y las Mitzvot. Este se llama «sé humilde». Esto se refiere a las acciones; por lo tanto, todo lo que hace, nadie ve u oye sus buenas obras, y hace todo en ocultación. En términos de la intención, ciertamente está oculta del ojo de cada ser vivo. Pero en la intención, hay dos discernimientos para hacer:

1) Él está observando la Torá y las Mitzvot y no hay nada aquí que sea debido a las personas, ya que nadie sabe acerca de su trabajo. Más bien, la recompensa que el Creador paga por escucharlo es la razón que lo obliga a observar la Torá y las Mitzvot.

De esta manera se considera que cree en el Creador y cree en la recompensa y el castigo. Por lo tanto, la recompensa y el castigo es la razón que lo obliga a dedicarse a la Torá y las Mitzvot. Podemos llamar a esto «trabajar en Lishmá (en nombre de la Torá)», es decir, en nombre de los cielos y no para que las personas lo respeten.

Este es ciertamente un trabajo limpio, que es completamente para el Creador:

1) Con respecto a las acciones, él no quiere que nadie vea sus buenas obras por lo que lo recompensarán por ello.

2) Con respecto a la intención, él no exige que las personas le paguen nada por este trabajo en la Torá y las Mitzvot. Más bien, él quiere que el Creador pague su recompensa por su trabajo.

Sin embargo, esta forma de ser humilde sigue siendo incompleta, aunque es más importante que las dos maneras anteriores, que es debido a las personas que lo obligan:

1) La primera es por temor y coerción.

2) La segunda es por amor.

Aquí, la razón es que el Creador lo obliga. Sin embargo, dado que él quiere recompensa a cambio de su trabajo, con esto se separa del Creador debido a la disparidad de forma y por esta razón su trabajo aún está incompleto.

El trabajo completo significa que él trabaja en la ocultación, su intención es que solo el Creador lo obligue a dedicarse a la Torá y las Mitzvot, y otras personas externas no tienen control sobre su trabajo. Al mismo tiempo, él está trabajando no para recibir un premio, sino solo para el Creador. Esto se considera como querer adherirse al Creador, como en «Así como Él es misericordioso, tú eres misericordioso».

Esto significa que todo su trabajo es con el fin de otorgar, y obtiene una gran satisfacción del privilegio de servir al Rey. De esto obtiene placer y alegría, y no tiene otra necesidad de recibir algo. Por el contrario, cuando observa la Torá y las Mitzvot con total sencillez y no puede hacer ninguna intención, se conforma con esto como si pudiera trabajar para el Rey con un servicio importante.

Es como una persona que trabaja para el Rey y su función es ser un trabajador de limpieza en comparación con uno que es el ministro del Rey y asesora al Rey allí donde el Rey necesita su ayuda. Ciertamente, hay una gran diferencia con el hombre de la limpieza del Rey, tanto en el salario como en el respeto del ministro del Rey.

La lección es que ciertamente hay una diferencia entre uno que está sirviendo al Rey cuando ha sido recompensado con «Los secretos de la Torá se le revelan y se entretiene con el Rey», y una persona simple, que observa la Torá y las Mitzvot sin ninguna comprensión ni intelecto de la Torá. Más bien, está feliz de haber tenido el privilegio de observar las Mitzvot que le ha dado el Rey.

Él disfruta esto más que cualquier placer mundano, ya que todos los placeres de este mundo le parecen como si estuvieran sirviendo al cuerpo, que es de carne y hueso. Pero cuando se dedica con simplicidad total, que es el trabajo más simple, como un trabajador de limpieza en la casa del Rey, pero dice: «A fin de cuentas, ¿a quién quiero agradar? al Rey». Y no quiere servirse a sí mismo, llamado «deseo de recibir en beneficio propio», sino que «mi intención es que el Creador disfrute de mi trabajo».

Resulta que, una persona debe recibir placer, ya que sin placer una persona no puede trabajar debido a la naturaleza que el Creador ha creado de acuerdo con el pensamiento de la creación, que es Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones, fue impreso en el hombre el deseo y el anhelo de recibir placer.

Sin embargo, existen grandes diferencias con respecto a las cosas de las cuales podemos recibir placer. Es decir, el placer se llama «Luz» y no hay Luz sin un Kli (vasija). Resulta que, el placer que uno desea recibir se coloca en algún Kli. Esto significa que hay placeres revestidos de placeres corporales, como la pasión. Sin embargo, en la pasión, también, hay varios discernimientos. También en el honor, y uno también puede obtener placer de adquirir conocimientos, cada persona puede obtener placer de los Kelim (vasijas) que generalmente se llaman «pasión», «honor» y «conocimiento».

Sin embargo, hay un cuarto grado, que es el trabajo del Creador, Baal HaSulam dijo en la «Introducción al Libro de El Zóhar» que hay cuatro grados llamados IVAH (Inanimado, Vegetal, Animado y Hablante):

1) «Inanimado» es llamado «pasión»

2) «Vegetal» se llamado «honor»

3) «Animado» es llamado «conocimiento»

4) «Hablante» es llamado «trabajo del Creador»

De esto se entiende que cada uno debe recibir placer, excepto que hay una diferencia en de qué vestimenta obtiene una persona deleite y placer, en esto debemos distinguir uno de otro, por esta razón, resulta que el comienzo del trabajo del hombre en el camino de la verdad es alcanzar el grado de «sé humilde con tu Dios»

Es decir, su trabajo está en la ocultación, donde nadie tiene ningún contacto con su Torá y Mitzvot porque está oculto a las personas. Sin embargo, hay otra cosa que debería estar aquí: «sé humilde con tu Dios», «con» significa en Dvekut (adhesión). Su trabajo debe estar en Dvekut con su Dios y no en separación. Esto es así porque específicamente cuando trabaja no para recibir un premio, sino completamente para otorgar, tiene una equivalencia de forma, llamada «Dvekut con el Creador».

Pero si su intención es recibir recompensa del Creador por su trabajo, entonces se le considera un receptor, y el Creador es el dador. Resulta que, no hay Dvekut con el Creador aquí, sino que por el contrario, hay separación, porque él está en oposición de la forma del Creador.

Con esto entenderemos lo que preguntamos: «¿Cuál es el significado de “sé humilde con tu Dios”?». El significado literal es que aquí está el comienzo del trabajo llamado Lishmá (en nombre de la Torá). Es como dijo el Rabí Meir: «Aquel que aprende la Torá Lishmá, de aquí en adelante, es recompensado con muchas cosas y los secretos de la Torá se le revelan, y se vuelve como un manantial en crecida».

De ello se desprende que debemos distinguir entre el trabajo del público en general y el trabajo del individuo.

El trabajo del público en general se refiere a todo Israel, que aprende la Torá en las acciones, es decir, en la práctica. En otras palabras, en realidad hay setenta naciones en el mundo y hay buenas personas, con buenas cualidades, y hay todo lo contrario, malvados, etc.. En otras palabras, en el mundo en general hay muchas personas. Ahí, el orden del trabajo es que el acto es lo principal. No se puede ser minucioso con que la intención sea Lishmá. En cambio se les dice: «Desde Lo Lishmá (no en Su nombre), llegamos a Lishmá»

Además, su trabajo no necesita estar oculto, sino que, el orden es que cada uno le cuente a su amigo cuantas buenas obras tiene y cuánto tiempo dedica a la Torá y al trabajo. El beneficio de esto tiene dos maneras:

1. Beneficia a quien lo cuenta, ya que cuando ve que alguien le tiene envidia, lo motiva a trabajar. Es decir, tiene el poder de trabajar para los demás porque cree que su amigo lo respetará por su trabajo. Se entiende que de esto toma combustible para el trabajo.

La razón es que cualquiera que haga algún esfuerzo debe tener una recompensa a cambio. La recompensa puede ser en dinero o en respeto. Es decir, a veces, el acto que realiza hace que la gente lo respete y esto ya es considerado una retribución, como el dinero. Es decir, algunas personas trabajan por respeto, y el respeto pertenece precisamente a donde hay personas que ven sus acciones.

Sin embargo, existe una diferencia entre el dinero y el honor desde la perspectiva del dador. Cuando uno trabaja por dinero, no le importa quién le da el dinero, el dador puede ser una persona común, pero si paga un precio más alto que una persona respetable, en pago monetario, no es la personalidad del dador quien determina si el trabajo vale la pena, sino la suma de dinero determina el lugar del trabajo.

Esto no es así con alguien que trabaja por honor, el dador es precisamente el que determina todo, si el dador es una persona distinguida, no es tan difícil trabajar por respeto. Sin embargo, y esto depende del nivel al que la persona es considerada por la gente como una persona importante.

Por lo tanto, resulta que es difícil trabajar para el Creador sin recibir recompensa, ya que una persona espera algún pago. No es suficiente que una persona sirva al Rey porque le falta al hombre creer en la grandeza del Creador, ya que de lo contrario es natural que el pequeño se anule ante el grande, siempre y cuando el dador sea aceptado por la mayoría gente como alguien grande.

Por esta razón, cuando una persona ya no puede sentir la grandeza del Creador, debe trabajar en Lo Lishmá.

Esta es la razón por la cual una persona se dedica a la Torá y las Mitzvot para que la gente lo respete, esto es así solo cuando se encuentra en un entorno que respeta a los trabajadores del Creador. Sin embargo, cuando uno está entre personas seculares, ciertamente trabaja en ocultación para no recibir desprecio de ellos en lugar de respeto.

Por otro lado, cuando una persona ha pasado la etapa del público en general, aunque despierte y quiera salirse del público general, que significa estar esclavizado al público, es decir, lo que el público general determine como el trabajo del Creador, esto lo puede observar.

Pero lo que no es aceptado por el público y él siente que el trabajo del público general no es la etapa final pero tiene un impulso interno de que existe el tema del trabajo que pertenece específicamente a los individuos donde cada individuo contiene el conjunto, entonces el asunto de Lishmá comienza a revelársele. Es como dice Maimónides (final de Hiljot Teshuvá): «Hasta que obtengan más conocimiento y adquieran mucha sabiduría, se les revela este secreto poco a poco, hasta que se acostumbren a este asunto con calma hasta que lo alcancen y lo conozcan, y lo sirvan por amor».

De todo lo anterior se desprende que existe la completitud de la acción y la completitud de la intención. Una vez que una persona observa la acción en completitud, que pertenece al público general, entonces comienza el trabajo sobre la completitud de la intención. Esto es cuando uno debe tratar de hacer que la causa que lo obliga a observar la Torá y las Mitzvot sea el Creador, ya que él quiere otorgar al Creador porque él cree en la grandeza y la importancia del Creador.

Por esta razón, considera que es un gran privilegio si tiene la posibilidad de servir al Rey. Este trabajo se llama «trabajo oculto». Aquí el trabajo se centra principalmente en la intención que no se revela a nadie, es decir, ni una sola persona en el mundo puede conocer la razón que obliga a su amigo a trabajar en Torá y Mitzvot.

Pero, en el trabajo del público general, llamado Lo Lishmá es el trabajo revelado, que es la parte práctica. Esto significa que su completitud está en la acción. Sin embargo, no se les dio trabajo sobre la intención, es decir, que la intención también sea completa, es decir Lishmá. En cambio, se les enseña a dedicarse a la Torá y las Mitzvot en Lo Lishmá como dice Maimónides.

Está escrito en El Zóhar (Nasó, Ítem 50): «Las cosas ocultas que le pertenecen al Señor nuestro Dios» son el temor y el amor, que están en la mente y en el corazón. Estas son los Yod-Hey: «“Y las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos”, es decir, la Torá y la Mitzvá (precepto), que están en la externalidad del Guf (cuerpo) y el Rosh (cabeza). Este es el Vav-Hey. El significado del asunto es que nadie sabe si una persona teme al Creador o lo ama, ya que es algo que se revela solo entre él y su Creador».

Pero una persona que se dedica a la Torá y las Mitzvot prácticas, se revela a todos, ya que aquí el Creador ha hecho que se comprometa abiertamente con la Torá, y los ojos la miran y los oídos la escuchan. El Creador también ha creado manos, piernas y un cuerpo para realizar con ellos Mitzvot.

Se sabe que el nombre HaVaYaH comprende cinco mundos, llamados AK y ABYA. La punta del Yod consiste en AK. Contienen cinco Partzufim llamados Galgalta, AB, SAG, MA y BON, estos comprenden cinco Sefirot: Kéter, Jojmá, Biná, ZA y Maljut. Esto significa que cada Bejiná (discernimiento) están incluidas en una letra en el nombre HaVaYaH.

El Zóhar dice acerca del verso: «Este es mi nombre para siempre, y este es mi recuerdo para todas las generaciones», «Mi nombre» con Yod-Hey (en hebreo) es 365 en gematría, lo que implica a los 365 negativos (mandamientos de no hacer ciertas acciones). «Mi recuerdo» con Vav-Hey (en hebreo) es 248 en gematría, es un indicio de las Mitzvot de harás (mandamientos para realizar ciertas acciones).

Baal HaSulam explicó por qué los negativos están implícitos en Yod-Hey, lo que implica Jojmá y Biná, y por qué las Mitzvot positivas, que ciertamente son cosas con las cuales servir al Creador, están en un grado inferior y están implícitas solo en el Vav-Hey.

Dijo que en el mundo del Tikún (corrección), para evitar otra ruptura de las vasijas, ya que la razón del rompimiento fue que había grandes luces en pequeñas vasijas.

Por lo tanto, se hizo una corrección donde solo brillarían pequeñas luces, llamadas «luces de VAK» y como está prohibido extender las luces de GAR, y GAR se llama Yod-Hey, que son Jojmá y Biná, es necesario sin embargo extender las luces de VAK. Por esta razón, las luces de VAK están implícitas en el nombre Vav-Hey.

Por lo tanto, las Mitzvot de harás están en Vav-Hey, que es VAK, pero las luces de GAR, que está prohibido extenderlas, se llaman «Mitzvot no harás», lo que significa que está prohibido extenderlas.

En consecuencia, podemos explicar el significado de HaVaYaH que incluye temor y amor, que son Yod-Hey, y Torá y Mitzvá, que son Vav-Hey. Los explicaremos uno a la vez:

1) El temor significa que uno debe temer de que se le dé poca satisfacción a su Hacedor, como está escrito en la «Introducción del Libro de El Zóhar» (Ítem 203): «Tanto el primer temor como el segundo no son para su propio beneficio, sino solo por miedo a que disminuya la satisfacción a su Hacedor».

El temor es la primera Mitzvá porque es imposible creer verdaderamente con toda la fe que no entrará en herejía antes de haber sido recompensado con temor. Es como está escrito en la «Introducción del Libro de El Zóhar» (Ítem 138): «Es una ley que el ser creado no puede recibir el mal revelado del Creador, porque es un defecto en la gloria del Creador que el creado lo perciba como un malhechor. Por lo tanto, cuando uno se siente mal, la negación de la guía del Creador recae sobre él en la misma medida, y el Operador superior le está oculto».

Sin embargo, cuando una persona hace todas sus acciones con el fin de otorgar, en ese momento los Kelim son aptos para recibir el deleite y el placer, y luego hay fe en él, porque en ese estado alcanza al Creador como el Bueno que hace el bien. Es como está escrito en el «Comentario HaSulam»: «Por lo tanto, no es de extrañar que aún no seamos merecedores de recibir Su completo beneficio. Por esta razón, sentimos su guía del bien y del mal» se entiende que esta es la raíz de la fe por la cual podemos ser recompensados ​​con fe permanente.

2) El amor, como a través del miedo se le recompensa con deleite y placer, en ese momento aparece el amor. En el amor debemos discernir entre el amor condicional y el amor incondicional, como está escrito en la «Introducción al estudio de las diez Sefirot».

3) Torá, esto se extiende desde el temor, ya que precisamente a través del miedo podemos obtener el deseo de otorgar, como dijeron nuestros sabios: «La Luz en ella lo reforma» por esta razón, específicamente a través de la Torá podemos temer y tener miedo de que no sea capaz de dar satisfacción a su Hacedor.

Es por eso que la Torá es la revelación del temor. Es decir, si realmente está aprendiendo la Torá en el camino de la verdad y no por el conocimiento, y su intención en la Torá es alcanzar el temor.

Por esta razón, el orden del trabajo es de abajo hacia arriba. Esta es la razón por la cual la Torá, que es Vav de HaVaYaH, es lo primero, ya que a través de ella más tarde logra el temor.

Sin embargo, aquel que aprende la Torá con una intención diferente, no para alcanzar el temor del cielo, esto no se considera como Torá, sino como conocimiento. Es como dijeron nuestros sabios (Midrash Rabá, Eija Rabati 2:17): «Si un hombre te dijera: “Hay sabiduría en las naciones”, créelo, “Hay Torá en las naciones”; no lo creas», ya que la Torá pertenece a aquellos que aprenden para alcanzar el temor al cielo.

4) Mitzvá, esta es Hey de HaVaYaH, y se extiende desde el amor, que es la primera Hey de HaVaYaH. Debido a esto, realizar las Mitzvot debería ser con amor y alegría de observar los mandamientos del Rey. Aquí también aprendemos de abajo hacia arriba, es decir, por una persona que ejerce para observar las Mitzvot del Rey con amor, mediante un despertar desde abajo que provoca un despertar de lo alto, donde el Creador revela Su amor por Israel, como está escrito: «Nos amaste y nos quisiste».

Se ve que a través de la Torá se revela el temor, y a través de Mitzvá, se revela el amor. Esto es lo que significa que una persona debe comenzar el orden del trabajo desde abajo hacia arriba:

1) Primero Mitzvá, que es la última Hey de HaVaYaH.

2) Luego Torá, que es Vav de HaVaYaH.

3) Luego amor, que es la primera Hey de HaVaYaH.

4) Luego miedo, que es la Yod de HaVaYaH.

Pero en el orden de otorgamiento que viene de arriba, el temor aparece primero, luego el amor, luego alcanza la Torá y luego la Mitzvá.

Sin embargo, el asunto de la inclusión de las almas en el nombre HaVaYaH está específicamente en la última Hey. Es como dice el sagrado Arí, que el alma de Adam HaRishón es de la interioridad de BYA, y BYA surgió de Maljut de Atzilut, llamada «última Hey de toda Atzilut». Por esta razón, Maljut se llama la «Congregación de Israel», ya que incluye dentro de ella todas las almas y por esta razón, el trabajo del hombre le pertenece a Maljut.

Es decir, al observar la Torá y las Mitzvot, causan la unificación del Creador y Su Shejiná (Divinidad), ya que Maljut es llamada «una vasija de recepción para la abundancia superior», y el Creador se llama «el Dador».

Por eso no hay unificación aquí, llamada «equivalencia de forma», pero cuando nos dedicamos aquí abajo a actos de otorgamiento, cada uno causa equivalencia de forma en la raíz de su alma, y ​​esto se llama «unificación», como el Creador, quien es el Dador.

Es como está escrito en El Zóhar (Nasó, Ítem 29): «La letra Hey es una confirmación de las cosas». El significado es «Lleva contigo cosas y regresa al Creador».

Ciertamente, cuando una persona peca, hace que la Hey se aleje de la Vav, ya que el hijo de Yod-Hey, es Vav, comprende Yod-Hey-Vav, y se apartó de la letra Hey.

Esta es la razón por la cual el Templo fue destruido e Israel fue expulsado de allí y se exilió entre las naciones. Y esta es la razón por la que cualquiera que se arrepiente causa que Hey vuelva a la letra Vav, y la redención depende de esto.