Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)
La sabiduría de Israel comparada con las sabidurías externas
El criterio para evaluar la sabiduría
Toda sabiduría en el mundo, se valora de acuerdo con el propósito que aporta. Este es el objetivo al que apuntan todas las flechas de la reflexión. Por lo tanto, una sabiduría sin propósito es inconcebible, salvo para los bebés en la sabiduría de los juegos, porque lo hacen para pasar el tiempo y ese es su propósito de acuerdo con su valor. Por esta razón, la sabiduría no se evalúa por la agudeza y habilidad, sino según el mérito y la ventaja del propósito que aporta.
Y, encuentras que el propósito de cualquier sabiduría externa es en beneficio de la materialidad, que seguramente desaparecerá hoy o mañana. En ese caso, basta con que el sujeto sea como el predicado.
Aunque la sabiduría tiene una gran ventaja en estos temas, porque dondequiera que se encuentre es, a pesar de todo, un objeto espiritual. Pero ya hemos dicho que se la evalúa según el propósito que ha legado para la eternidad y si el propósito es transitorio y fugaz, se pierde junto con él.
Ahora tenemos una escala con la cual medir la importancia de la sabiduría de Israel, en comparación con las sabidurías externas, que solo trata de comprender la supervisión del Creador sobre Sus creaciones y adherirse a Él. Resulta entonces, que toda la esencia de esta sabiduría se apoya en el Creador. Y como no hay forma de valorar la importancia del Creador, en comparación con sus creaciones que Él ha creado, por eso, no tiene valor la virtud de la sabiduría de Israel, en comparación con las sabidurías externas.
Y dado que el tema principal de nuestra sabiduría, vive para siempre y es eterno, por eso también toda nuestra sabiduría permanecerá por completo en la eternidad. Y dado que su propósito es agradar y acercarse al Creador, que es la meta más virtuosa que se pueda imaginar, por lo tanto, quien se dedica a ella y, ciertamente, quien es recompensado con ella, es el más virtuoso entre la especie del hablante.
No desea a los necios
Pero (el Creador) no desea a los necios, por eso, son pocos en la casa de Israel, como han escrito nuestros sabios: «Mil personas entran a estudiar la Mikrá (Tanaj), cien la Mishná, diez el Talmud, y una de ellas sale (a enseñar)». «Vi a los hijos del ascenso (espiritual), y son pocos». Hay muchas razones para ello, pero la principal es que todos los que comienzan en ella, desean probarla en su totalidad, y el menor grado de esos necios, es al menos conocer la justeza de Su providencia.
Y se debería saber, y puede darse a conocer, según el espíritu del necio. Pero: «¿Qué haremos con nuestra hermana el día en que se hable de ella?» Después de todo, nuestra sabiduría se puede interpretar en todos los setenta idiomas, excepto en el lenguaje del vientre, porque los que sostienen esta sabiduría no necesitan el lenguaje del vientre. Esto es lo que queríamos aclarar, y lo aclararemos en un artículo especial, porque es el principio de la confusión y su fin.
Y vivirás una vida de aflicción
Sal, aprende y encontrarás que hay una condición obligatoria que apoya a cada sabiduría, incluso a las sabidurías externas: «Y vivirás una vida de aflicción». Es bien sabido que cualquiera que haya merecido el título de «sabio» menosprecia todos los placeres de la carne y según la medida de abstención que su alma elige para sufrir el duro trabajo de perseguir la sabiduría, en esa misma medida la encuentra.
Si es así, deberíamos hacer una pregunta con respecto a todos los sabios del mundo en su conjunto, si en verdad todo amor surge de su propio yo y de su carne y regresa al propio yo y a su propia carne. Entonces, ¿cómo fallan todos los sabios en amar la sabiduría, cuyo principio y fin no es más que el esfuerzo de la carne?
De hecho, cualquier persona con experiencia sabe que hay una cosa en el mundo, que es el más exquisito de los placeres que se puede imaginar, es decir, caer en gracia ante los ojos de la gente. Que es conveniente hacer todos los esfuerzos y renunciar a los placeres carnales, para obtener este codiciado asunto, en un grado importante. Y este es el imán que atrae los ojos de los mejores de cada generación y por el cual desprecian toda la vida carnal.
Además, cada sabiduría tiene su propio lenguaje, cuyos pioneros la organizaron y explicaron sus deseos mediante ese lenguaje, y su terminología es como mediador cercano a la sabiduría en sí y cercano a quienes se ocupan de ella, ya que contiene una gran virtud, que con pocas palabras explica muchas cosas.
Los portadores de la sabiduría de la verdad y los portadores de la sabiduría externa
Según la importancia de la sabiduría de la verdad, todos entienden que la condición que se aplica a toda sabiduría, se aplica también a ella. Es decir, menospreciar la vida carnal y además, se debe menospreciar el imán colectivo, es decir, el desear caer en gracia ante la gente.
Un sabio externo menosprecia la vida carnal y así evita pasar su precioso tiempo en conseguirla, que es el caso de todos los necios, quienes, debido a su afición por la vida carnal, pasan su tiempo en ella. El sabio se salva de esto, como un sobreviviente que se salva de un incendio, debido a su elección de menospreciar la vida carnal. Y a cambio de esto, obtendrá sabiduría durante ese mismo tiempo.
De esto se puede deducir que los sabios de la verdad, mientras no menosprecien el imán colectivo, es decir, buscar caer en gracia ante los ojos de la gente, no están preparados en absoluto, para alcanzar esta sabiduría. Porque pasará su tiempo en tratar de caer en gracia ante los ojos de la gente y serán como los tontos que pierden su tiempo en la vida carnal. Porque su corazón no se encuentra libre para alcanzar la sabiduría pura y limpia, y no es apto para caer en gracia ante los ojos del Creador, y esto es así de simple.
Con esto puedes comprender por qué nuestra sabiduría no cayó en gracia ante los ojos de la gente del mundo y por qué ni siquiera la consideran una sabiduría inferior.
Se equivocaron debido al cambio de los portadores, ya que los portadores de la sabiduría externa, dado que todo su propósito es caer en gracia ante los ojos de la gente, por eso, se esfuerzan por inventar un ropaje externo a su sabiduría, para que incluso el corazón de los necios la acepte, ya que son la mayoría de los habitantes, y son los que dan a conocer a todo personaje famoso.
Ocultando la sabiduría de la verdad a los necios
Pero los sabios de la verdad no tenían ningún interés en mostrar parte de la sabiduría, en el grado en que el corazón de los tontos pueda aceptarla, ya que no desean a estos necios. Quiero decir que, incluso si los sabios de la generación se esforzaran para hacerles entender el sentido de la verdad, para que sea aceptable a su corazón, no por eso comenzarán con la «Mikrá».
Porque el necio no tiene ningún deseo, fuera de lo que revela su corazón y de las cosas que le son cercanas, es decir, las que se relacionan con los placeres de la carne. Ya he explicado que el necio no permanece en la necedad por su repugnancia a la sabiduría, sino por su cercanía a los placeres de los hombres, pues toda su vida no será suficiente para satisfacer la mitad de sus pasiones. Por esta razón, no tiene tiempo para la sabiduría, incluso si le gusta, e incluso los sabios, que son famosos en sabidurías externas, fueron considerados necios y mundanos, en comparación con esta sabiduría, debido a su afinidad de caer en gracia ante los ojos de la gente que, con respecto a esta sabiduría, es completamente equivalente a las pasiones de la vida carnal y a la tranquilidad corporal.
Nuestros sabios no revelaron el desarrollo de la sabiduría de la verdad
Por eso, nuestros sabios no revelaron ante los necios ningún desarrollo de la sabiduría de la verdad, porque es una gran transgresión, como dijeron nuestros sabios: «Así como se le ordena a la persona a decir lo que puede ser escuchado, también se le ordena no decir lo que no puede ser escuchado». También está escrito en El Zóhar, en muchos lugares: «Ay si lo digo, ay si no lo digo. Si lo digo, los malvados sabrán cómo servir a su amo», etc. Por la importancia de la sabiduría, con el fin de evitar que se vuelva un diálogo vacío e innecesario en boca de los necios, porque aquellos que se alimentan según las pasiones de su corazón, con certeza no serán alimentados por el brillo de la Shejiná (Divinidad), como dijeron nuestros sabios: «Todo el que se enorgullece», etc.
Esta es la razón por la cual cada vez que el reino de la maldad invade la generación, nuestra santa Torá es prontamente sentenciada a ser quemada, como nos ha sucedido varias veces, incluso en nuestra generación. Fue así porque se cansaron de la sabiduría de Su singularidad, que siempre es espinosa ante los ojos de los necios, como ya he explicado: que no encuentran ningún propósito en ella para satisfacer sus hediondas pasiones. Y sucede lo contrario, ya que son saqueados por ella, porque no pueden disfrutar y no disfrutan del incesto en público, que es lo único que pacifica sus corazones.