Una congregación es no menos de diez
Artículo 28, 1986
Está escrito en El Zóhar, Nasó (punto 105): «Rabí Elazar comenzó: ¿Por qué he venido y no hay ningún hombre? Cuán amados son Israel por el Creador, pues dondequiera que estén, el Creador está entre ellos. “Y que Me hagan un templo y habitaré dentro de ellos”. Cada sinagoga del mundo es llamada un “Templo”. “Y Yo habitaré entre ellos”, ya que la Shejiná (Divinidad) viene primero a la sinagoga. Dichoso es aquel que está entre los primeros diez en la sinagoga, ya que con ellos se completa lo que se completa, es decir, la congregación, que no es menos de diez. Además, los diez deben estar en la sinagoga a la vez, y no que vengan de uno en uno, ya que los diez son como órganos de un solo cuerpo en el que reside la Shejiná, porque el Creador ha creado al hombre de una vez y estableció todos sus órganos juntos, como está escrito: “Él te ha creado y establecido”».
Debemos distinguir en las palabras anteriores:
1) ¿Por qué dice él: «Dondequiera que esté Israel, el Creador está entre ellos»? Significa que no hay necesidad de un lugar especial. Luego dice: «“Y que Me hagan un templo y habitaré dentro de ellos”», es decir, específicamente en la sinagoga.
2) Las palabras “Y que Me hagan un templo y habitaré dentro de ellos”» implican que primero debe haber una preparación, es decir, «hacer el Templo» y luego «Yo habitaré», y no así como así.
3) Cuál es la pregunta que hace: «¿Por qué he venido y no hay ningún hombre?». Si dices que la Shejiná viene primero a la sinagoga, por supuesto que todavía no habrá nadie allí.
4) Es difícil entender lo que él dice: «Los diez deben estar en la sinagoga a la vez, y no venir de uno en uno». ¿Es posible decir que todos los que vienen a la sinagoga deban esperar fuera hasta que diez hombres se hayan congregado y que luego entren todos a la vez? Jamás se ha visto una cosa así. Entonces: ¿qué significa que no deben venir de uno en uno?
Para comprender lo anterior, explicaremos esto en el trabajo, cómo comenzar el orden del trabajo a modo de otorgamiento, llamado «no con la intención de recibir recompensa». Primero, debemos recordar dos cosas que son: «dador» y «receptor». Esto se extiende desde Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones, razón por la cual Él creó criaturas: para que reciban el deleite y placer que Él desea darles. Este receptor, es decir, el Kli (vasija) creado por el Creador para recibir el deleite y el placer, se llama «deseo de recibir deleite y placer». Uno puede disfrutar esto en la medida en que lo anhele. Es decir, el Kli (vasija) en el que recibimos placer se llama «anhelo».
Atribuimos estos Kelim (vasijas) al Creador. Es decir, el Kli (vasija) que inicialmente recibió del Creador es llamado Maljut, o Bejiná Dálet, lo que significa que es un anhelo de recibir deleite y placer. Esto se llama Kli de Or Yashar (Luz directa). Este es el Kli (vasija) que se usó antes del Tzimtzum (restricción) y se llama Maljut de Ein Sof.
Después hubo una corrección para evitar el pan de la vergüenza, ya que hay una ley en la naturaleza que el Creador creó: que la rama quiere parecerse a su raíz. ¿Por qué hay tal naturaleza? Nos está prohibido preguntar porque, con respecto al Creador, dice el sagrado Zóhar: «No hay en Él ningún pensamiento ni percepción en absoluto». Esto significa que los inferiores no pueden alcanzar los pensamientos del Creador.
Todo lo que decimos es solo en forma de «Por tus acciones Te conocemos», es decir, hablamos solamente de las acciones que aparecen ante nuestros ojos, o sea, podemos dar explicaciones y conjeturas de lo que vemos, pero no de lo anterior al acto que aparece ante nosotros. Por esta razón, comenzamos a hablar de la primera conexión entre el Creador y las criaturas, llamada «Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones». Antes de esto no podemos hablar porque no tenemos ningún alcance en Él. Por lo tanto, solo vemos que, en la naturaleza, la rama quiere parecerse a su raíz.
Para corregir esto, es decir, que debido a que el receptor quiere equivalencia de forma con la raíz y si fuese para recibir sentiría malestar, tuvo lugar el Tzimtzum, llamado «no querer recibir con el fin de recibir», sino recibir solamente si puede hacerlo con el fin de otorgar. Esto provocó que no podamos recibir abundancia con el Kli llamado «deseo de recibir», sino con un nuevo Kli llamado «Or Jozer» (Luz que retorna). Significa que Or Yashar (Luz Directa) se considera la abundancia que el Creador le da a los inferiores y Or Jozer es lo opuesto: lo que los inferiores desean darle al Creador.
Por esta razón, Or Yashar se denomina «de arriba hacia abajo», es decir, que el Superior, el Dador, concretamente el Creador, da a los inferiores. Por el contrario, Or Jozer se denomina «de abajo hacia arriba», es decir, el inferior, que es el receptor, que quiere otorgar al Creador. Atribuimos este Kli –llamado «con el fin de otorgar»– al inferior porque el inferior lo hizo para corregirse, ya que quiere parecerse a su raíz. Es tal como aprendemos, que en el mundo de Ein Sof, el Kli de Maljut recibió la luz en el Kli de Or Yashar, es decir, en un Kli que vino del superior. Pero el Kli de Or Jozer es un Kli que el inferior debería formar.
Después de que se hizo la corrección para recibir solo en Kelim de Or Jozer, los múltiples mundos y muchos grados se extendieron desde allí. Debido a que este Kli se extiende desde el inferior, no puede completarse de inmediato, sino poco a poco, conforme a las fuerzas de los inferiores. Por lo tanto, dado que se formaron muchos Kelim, las luces se dividen en muchos grados. Esto no fue así cuando iluminó en el Kli, lo que atribuimos al Creador, llamado «recibir con el fin de recibir». El Creador creó este Kli de una vez, en su totalidad, así que naturalmente era una luz simple, sin distinción de los grados.
Es como él escribe en el libro El Árbol de la Vida (presentado en El Estudio de las Diez Sefirot, pág. 1): «Debes saber que, antes de que las emanaciones fueran emanadas y las criaturas fueran creadas, había una Luz superior simple que llenaba toda la realidad. Sin embargo, todo era una luz simple, completamente idéntica, y es llamada “Luz de Ein Sof”». La razón es que, dado que atribuimos este Kli al Creador, está completa en su totalidad, por lo tanto, recibieron una luz, sin distinciones de grados.
Pero el Kli que atribuimos al inferior no se puede completar de una vez. Por el contrario, el único trabajo en el que debemos esforzarnos es solamente este: formar un Kli llamado Or Jozer (Luz que retorna). Esto significa que el inferior quiere recibir deleite y placer del Creador solo porque quiere otorgar al Creador, y esto se llama Or Jozer. Cuando el inferior se da cuenta de que no desea ni anhela recibir para sí mismo, sino que quiere deleitar al Creador, calcula lo que le puede dar al Creador para que el Creador lo disfrute.
En ese momento, ve que solo puede dar una cosa que deleite al Creador. Dado que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones, y el Creador quiere deleitar y complacer a las criaturas, él dice: «Deseo recibir deleite y placer porque quiero complacer al Creador». Y cuanta más abundancia pueda recibir, es decir, que siente el mayor placer por la abundancia que recibe, con seguridad el Creador disfrutará mayormente esto.
Esto es similar a un hombre que invitó a una persona importante. El hombre y su familia se esforzaron durante todo el día y toda la noche para que ese importante invitado disfrutara de la comida. Cuando el invitado comió la comida que tantos esfuerzos le había costado y en la que hizo todo lo posible para deleitar a su invitado, al final de la misma, le pregunta al invitado: «¿Qué te parece nuestra comida?, ¿Alguna vez has probado una comida como esta?».
Él le respondió: «A decir verdad, no me importa lo que como. Nunca consideré el placer que puedo obtener de una comida, así que no me importaría si hubieras preparado una comida más sencilla, ya que me he enterado de que pusiste mucho empeño en ella». Cuando el anfitrión escucha esto: ¿qué placer recibe por darle una gran comida?
Esto nos enseña que si una persona recibe deleite y placer del Creador porque quiere deleitar al Creador ayudándolo a llevar a cabo el propósito de la creación: que el Creador quiere deleitar a Sus criaturas, pero dice que no se alegra por el deleite y placer que recibe del Creador, entonces, ¿qué contento le está dando al Creador al decir que no siente ningún gusto por Su deleite y placer y que para él todo es lo mismo?
Por lo tanto, resulta que, si uno puede tratar de aumentar constantemente lo que recibe del Creador y apreciar el regalo del Rey, hay una razón para ello: puede decirle al Creador «Yo estoy recibiendo un gran placer de Ti porque sé que solo con esto puedo deleitarte; y es por eso que quiero recibir abundantes placeres».
Sin embargo, debemos recordar que, después del pecado del Árbol del Conocimiento que cometió Adam HaRishón, el hombre se volvió como polvo recibiendo con el fin de recibir. Esto se extiende desde los mundos ABYA de Tumá (impureza), como está escrito en la Introducción al Libro de El Zóhar (punto 25): «El hombre debe recibir fuerza desde lo Alto, por medio del mérito en la Torá y Mitzvot (preceptos) para poder obtener el deseo de otorgar, y esto se llama “Israel”, que significa Yashar-El (directo al Creador). Esto quiere decir que todos sus pensamientos y deseos son solo para dar contento al Creador. Pero si todavía no tiene este deseo, se considera que la persona está en el exilio entre las naciones del mundo, que lo esclavizan para que solo trabaje para el amor propio, que es “recibir con el fin de recibir”. Esto pertenece a las Klipot (cáscaras) y no a la Kedushá (Santidad), como está escrito: “Serán sagrados porque Yo soy sagrado”. Esto significa que del mismo modo que el Creador es solo otorgamiento, así también ustedes tendrán toda su intención solo con el fin de otorgar».
Pero lo contrario de eso, es decir, cuando su intención no es con el fin de otorgar, es considerado como lo opuesto a Israel. Más bien, se denomina «directo a las naciones del mundo», ya que su forma es opuesta al Creador, cuyo deseo es solo otorgar. Pero si en este lugar está Yashar-El –donde está en equivalencia de forma con el Creador– es decir, que no hay otra autoridad ahí, en ese lugar viene la inspiración de la Shejiná, como está escrito: «Dondequiera que Yo mencione Mi nombre, vendré a ti y te bendeciré». Esto significa que el Creador dice: «Si Yo puedo decir que solo Mi nombre está en ese lugar, y la autoridad de la criatura no está sobre él, ya que el inferior solo quiere otorgar al Creador, entonces «Yo vendré a ti y te bendeciré», es decir, que en este lugar infundiré Mi Shejiná.
Con esto entenderemos lo que hemos preguntado acerca de lo que dice el sagrado Zóhar, que, dondequiera que estén, el Creador está entre ellos, lo que implica que no hay necesidad de un lugar especial. Luego dice, como está escrito: «“Y que Me hagan un templo y habitaré dentro de ellos”», es decir, precisamente en un templo y no en cualquier parte.
Deberíamos interpretar que cuando dice: «dondequiera que estén», significa dondequiera que «ellos», es decir, Yashar-El, se encuentren, significando Yashar-El «directo al Creador»: que están en equivalencia de forma con el Creador. Es decir, a medida que el Creador les da misericordia, ellos también quieren solamente otorgar al Creador. Y dado que hay equivalencia de forma, en esa medida se elimina el Tzimtzum. Y, por lo tanto, en este lugar mora la Shejiná.
Esto es llamado: «Y que Me hagan un templo», como está escrito: «Serán sagrados porque Yo, el Señor, soy Sagrado». Resulta que «Israel» y «Que Me hagan un templo» son una misma cosa. Esto es, al decir: «Y que Me hagan un templo» es una preparación y un gran trabajo para hacer el lugar, que es el deseo; y como dijo Baal HaSulam, que, en la espiritualidad «lugar» significa deseo, es decir, un deseo de Kedushá, que es con el fin de otorgar satisfacción al Creador. Esto es llamado «Israel», Yashar-El.
Ahora explicaremos la segunda pregunta, qué es esta pregunta que hace: «¿Por qué he venido y no hay ningún hombre?». Ciertamente, si él dice que la Shejiná llega primero a la sinagoga, por supuesto no habrá nadie allí todavía. Entonces por qué dice: «¿Por qué he venido y no hay ningún hombre?».
No obstante, primero tenemos que entender qué significa «hombre». Debemos interpretar «hombre» en el sentido en que está escrito: «Feliz es el hombre que no siguió el consejo de los malvados». Es decir, existe el «hombre» y existe la «bestia». «Bestia» es llamado aquel que está inmerso en el amor propio y actúa como las bestias. Resulta que el significado de: «¿Por qué he venido?» es decir que me anticipé para venir ante ustedes. Sin embargo, eso también necesita explicación: ¿cómo podemos decir que el Creador llegó primero a la sinagoga, si «toda la tierra está llena de Su gloria?» Entonces: ¿qué significa que el Creador llega a la sinagoga antes que las personas que rezan?
Deberíamos interpretar que es como Baal HaSulam interpretó el versículo: «Antes de que llamen, habré respondido». Significa que, cuando una persona va a rezar, eso sucede porque Yo le he dado un pensamiento y deseo de ir a rezar. De acuerdo con esto podemos interpretar “Yo me anticipe a llegar a las sinagoga”, es decir, “Yo permití ir a la sinagoga para ser un hombre. Y al final, lo encuentro en la sinagoga rezando por el amor propio, como una bestia”. Resulta que cuando él dice «¿Por qué he venido?» significa «Por qué le he dado el deseo de ir a la sinagoga para que rece por asuntos de Kedushá (Santidad), que es un Templo, y ser Israel, y al final “no hay ningún hombre”. En vez de eso, veo que todos están rezando por las necesidades bestiales.
Ahora explicaremos lo que hemos preguntado sobre su afirmación de que en la sinagoga debe haber diez a la vez, y no que vengan de uno en uno. Hemos preguntado: «¿Deberían esperar fuera hasta que se hayan reunido diez hombres y luego entrar todos juntos? ¿Alguna vez se ha visto algo así?». Él aporta una evidencia del Creador: «Pues al hombre, el Creador lo creó de una vez». Pero también esta evidencia en sí debe entenderse.
Para interpretar esto primero debemos entender por qué necesitamos que específicamente diez hombres estén presentes en la sinagoga o la Shejiná no podrá morar allí. Él da una razón: que «una congregación no es menos de diez». También deberíamos entender esto: por qué específicamente diez, y no más o menos. Es decir, si hay nueve hombres allí, no se considera una congregación; y si hay once, no agrega nada, como se dice en materia de testimonio: «dos como cien y cien como dos» (Shavuot, pág. 42), sino que es específicamente diez, como dijeron nuestros sabios (Sanedrín, 39): «En cada diez mora la Shejiná».
Sabemos que Maljut es llamada «décima». Además, sabemos que el Kli receptor también se denomina «Sefirá Maljut», que es la décima Sefirá que recibe la abundancia superior. Ella es llamada «deseo de recibir» y todas las creaciones se extienden sólo a partir de ella. Por esta razón, no hay una congregación menor a diez, ya que todas las ramas corpóreas se extienden desde las raíces superiores. Por lo tanto, de acuerdo con la regla «No hay Luz que no tenga diez Sefirot», en la corporalidad, no consideramos algo como una congregación que pueda ser importante a menos que haya diez hombres allí, tal como los grados superiores.
Ahora podemos entender el significado de diez, cuando el Creador pregunta: «¿Por qué he venido y no hay ningún hombre?». Atañe al «hombre» y no a la «bestia», en referencia al Reino de los Cielos, que es la décima Sefirá, es decir, debemos orar por el exilio de la Shejiná, que el sagrado Zóhar llama «Shejiná en el polvo». Por lo tanto, esto significa que, si el Creador no encuentra diez allí, significa que «Yo he venido primero y les he dado un deseo y un despertar para venir a la sinagoga, para hacer la plegaria por el exilio de la Shejiná, que es llamada “diez”, que es la décima Sefirá, y no encontré a nadie para rezar por la décima. En cambio, encuentro que todos están orando por cosas que pertenecen a las bestias y no a las personas».
Del mismo modo, debemos interpretar lo que dice: «Todos deben estar a la vez y no de uno en uno». Debemos interpretar que necesitamos asumir el Reino de los Cielos de una sola vez y no decir: «Hoy quiero asumir un poco del Reino de los Cielos, es decir, solamente cuando esté en la sinagoga. Luego, cuando vaya a casa, quiero disfrutar del amor propio».
Es decir, él dice que acepta trabajar con el fin de otorgar una pequeña parte de su tiempo, pero no para dar todo su tiempo únicamente en pro de la gloria del cielo. En cambio, cuando asume el yugo del Reino de los Cielos, uno debe pedirle al Creador que lo haga para siempre, y no solo cuando está en la sinagoga. Podemos interpretar que, tener a diez presentes en la sinagoga a la vez y no llegando de uno en uno, significa que no debería decirse: «Ahora asumo un poco del Reino de los Cielos, y luego un poco más», sino que cada aceptación del yugo del Reino de los Cielos debe ser de una sola vez, es decir, de una sola vez a lo largo su vida, y no hoy un poco y mañana un poco más.
Por lo tanto, si asumimos el yugo del Reino de los Cielos por completo, entonces, aunque más adelante descienda de su grado, puesto que su aceptación fue completa, llamada «díez de una vez», donde «de una vez» significa para toda su vida, muchos centavos se suman y obtenemos una gran cantidad, hasta ser recompensados con la fe, que es el Reino de los Cielos de forma permanente.
Esto no era así mientras asumía el Reino de los Cielos de forma parcial, es decir, que asumió el Reino de los Cielos solo momentáneamente y no permanentemente. Resulta que esto no es completo, entonces ¿cómo puede unirlos en una gran cantidad hasta que sea recompensado con la fe permanente? Por lo tanto, cuando uno asume sobre sí el yugo del Reino de los Cielos, debe ver que es algo completo. Por eso él dice que deberían estar en la sinagoga de una vez, es decir, de una vez por todas. Es decir, quiere que la recepción del Reino de los Cielos sea para siempre.