Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)
El Señor ha elegido a Yaakov para Sí
Artículo 16, 1986
En El Zóhar, Trumá (punto 1), Rabí Jiya interpreta el versículo: «El Señor ha elegido a Yaakov para Sí». Estas son sus palabras: «Rabí Jiya empezó: “Pues el Señor ha elegido a Yaakov para Sí, Israel por su mérito”. Cuán amados son los hijos de Israel por el Creador, que los desea y quiere unirse con ellos y conectarse con ellos, y Él los ha hecho una nación única en el mundo, como está escrito: “Y qué otra nación sobre la Tierra es como Tu pueblo Israel” y ellos lo desearon a Él y conectaron con Él. Acerca de eso está escrito: “El Señor ha elegido a Yaakov para Sí” y está escrito: “Porque la porción del Señor es Su pueblo”. Y al resto de las naciones Él les ha dado ministros y gobernantes sobre ellos, mientras que a Israel Él lo tomó para Su porción».
Debemos entender lo siguiente acerca de las anteriores palabras de Rabí Jiya:
1) Él empieza a interpretar «Pues el Señor ha elegido a Yaakov para Sí». Esto significa que el Creador ha elegido a Yaakov porque dice que Él los deseaba y quería unirse con ellos y conectarse con ellos. A continuación, interpreta lo contrario y dice: «Ellos lo deseaban a Él y se unieron con Él», como está escrito: «Pues Yaakov ha elegido al Señor para sí».
2) ¿Qué significa cuando dice: «Y Él los ha hecho una nación única en el mundo», como está escrito: «Y qué otra nación sobre la Tierra es como Tu pueblo Israel?». Al fin y al cabo, ellos son una nación entre las setenta naciones del mundo, entonces, ¿qué significa «Una nación»? Parece querer decir que Él los hizo una nación.
3) Él interpreta: «Porque la porción del Señor es Su pueblo», es decir, que al resto de las naciones Él les ha dado ministros y gobernantes sobre ellos, mientras que a Israel Él lo tomó para Su porción. Debemos entender qué significa que Él dio al resto de las naciones ministros y gobernantes, pero que tomó al pueblo de Israel para Su porción.
Sabemos que hay dos tipos de supervisión: la primera es llamada «Providencia privada» y la segunda es llamada «Supervisión a través de recompensa y castigo». Y se contradicen entre sí, y Baal HaSulam interpretó que uno no puede alcanzarlo con su mente externa sino que solamente cuando uno ha logrado la completitud en su propio grado interno puede alcanzar esto.
El orden en el trabajo del hombre es que nos fue dado el trabajo del Creador con supervisión a través de recompensa y castigo. Por eso uno no debe decir: «Estoy esperando a que el Creador me dé deseo y anhelo de dedicarme a la Torá y Mitzvot, y mientras Él sienta que tengo una buena sensación, guardaré la Torá y Mitzvot». Está prohibido decir eso porque somos como «Arcilla en manos del alfarero» en manos del Creador. ¿En qué modo es beneficiosa nuestra superación para trabajar en contra de la razón de nuestro cuerpo? Se nos dice que no debemos prestar atención a nuestro cuerpo, cuya demanda es que satisfagamos su deseo. Al contrario, debemos acostumbrar a nuestro cuerpo y convencerlos para que sigan las reglas de la Torá, estén de acuerdo o no.
Debemos creer en la recompensa y castigo: Que todo depende de nuestras acciones, en la medida que persuadimos a nuestros cuerpos para seguir las reglas de la Torá. Nuestros sabios dijeron: «La recompensa es de acuerdo con la aflicción (Avot, capítulo 5): “Ben He He dice: ‘La recompensa es de acuerdo con la aflicción’”».
Baal HaSulam dijo que debemos guardar los dos tipos anteriores de supervisión del siguiente modo: Antes del acto, es decir, durante la preparación, cuando está a punto de observar la Torá y Mitzvot, uno debe creer en la Providencia de la recompensa y castigo. Entonces, «Todo lo que esté en tu mano, hazlo», es decir, todo depende del trabajo del hombre: En la misma medida de sus fuerzas para sobreponerse en Torá y Mitzvot será recompensado.
Pero después del trabajo uno debe decir que cree en la Providencia privada. Resulta que, dado que a la persona le es difícil decir después de todos los esfuerzos que hizo, ¿Cómo puede decir entonces que es la Providencia privada? Resulta que, incluso entonces, aún está trabajando en recompensa y castigo, es decir, si trata de creer que fue Providencia privada, recibirá recompensa por ello. Si no puede creer en la Providencia privada, resulta que es castigado por no querer creer en la Providencia privada.
Por lo tanto, al creer en la Providencia privada y no creer que las cosas dependen de él sino que el Creador lo ha elegido para conectar con él, debe alabar y agradecer al Creador por haberlo escogido. Esto es válido para todos y cada uno de los discernimientos, ya que por cada minúscula acción que la persona logró llevar a cabo en la espiritualidad, debe agradecer al Creador por haberle dado el pensamiento y deseo de hacerla.
Uno debe acostumbrarse a este trabajo. Cuando se levanta antes del amanecer, ya sea que se despierta por sí solo o con un reloj despertador, o es un amigo quien le despierta, debe creer que aunque ha superado su pereza y sale de la cama, con gran esfuerzo, y ciertamente él merece gratitud y una gran recompensa por tan gran trabajo, aun así debe creer que fue el Creador quien le dio el deseo de sobreponerse a todos los pensamientos que tuvo al levantarse de la cama.
Resulta que es al contrario de lo que uno piensa, es decir, que el Creador merece gratitud por darle la fuerza y el deseo de sobreponerse a todos sus pensamientos y deseos. Resulta que, por un lado, el Creador lo ha elegido y esto se denomina «Providencia privada». Por otro lado, Yaakov ha elegido al Creador, y ese es el significado de recompensa y castigo.
Ahora explicaremos lo que preguntamos: «¿Qué significa cuando dice: “Y Él los ha hecho una nación única en el mundo?”». Al fin y al cabo, hay otras setenta naciones en el mundo y el versículo dice: «¿Y qué otra nación sobre la Tierra es como Tu pueblo Israel?».
Es sabido que singular y plural en la espiritualidad se interpretan como disparidad de forma y equivalencia de forma, como está escrito (Éxodo, 19:2): «E Israel acampó frente a la montaña». Rashi interpreta: «Como un solo hombre con un solo corazón». Por eso está escrito «Acampó», en singular. Sin embargo, el resto de sus paradas tuvieron lugar entre quejas y disputas, y por eso allí está escrito: «Acamparon», en plural. Resulta que el singular hace referencia a la equivalencia de forma.
Por lo anteriormente dicho debemos interpretar que el Creador hizo al pueblo de Israel. Aunque son muchos, como en «Del mismo modo que sus rostros no eran parecidos, tampoco sus opiniones eran parecidas» (Brajot, 58). Aun así, Él los ha hecho un pueblo único en el mundo, lo cual es una gran novedad, es decir, que aunque son una nación, es decir, plural, tienen la forma singular gracias a la equivalencia de forma. Tal como era en el momento de la entrega de la Torá, así debe ser la completitud del pueblo de Israel, esto es, llegar a ser uno.
Esto es presentado en el artículo «Arvut» (garantía mutua) (punto 23): «Esta es la razón por la que el texto se refiere a ellos, en ese momento, en singular, como está escrito: “E Israel acampó frente a la montaña”, lo cual es interpretado por nuestros sabios “Como un hombre con un solo corazón”. Esto es porque todos y cada uno de los individuos de la nación se reunieron y se convirtieron en un solo corazón y en un solo hombre, ya que solo entonces fueron calificados para recibir la Torá».
Por lo tanto, vemos que el Creador hizo que el pueblo de Israel pudiera alcanzar la completitud dándoles la fuerza de estar en equivalencia de forma, que es traer contento a su Hacedor.
Debemos también explicar la tercera pregunta. Hemos preguntado acerca de que el Creador dio al resto de las naciones ministros y gobernantes, mientras que tomó a Israel para Sí, para Su propia porción. Deberíamos interpretar esto en el desarrollo del trabajo en una persona, es decir, en un cuerpo. Cuando la persona atribuye todo lo que ocurre en el mundo al Creador, que es quien hace y hará todas las acciones, es considerada como la parte del Creador ya que no hay otra autoridad en el mundo. En ese momento, a la persona, se la puede considerar parte del Creador. Cuando uno no atribuye todo lo que ocurre en el mundo al Creador sino que dice que hay otras fuerzas que no son la Kedushá (Santidad), entonces se encuentra en un estado de «Naciones del mundo», es decir, que tiene encargados y ministros. Pero eso es cuando él está «En un estado del resto de las naciones del mundo».