<- Biblioteca de Cabalá
Seguir leyendo ->
Inicio de la Biblioteca de Cabalá /

Rabash / Cuando la persona conoce qué es el temor al Creador

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

Cuando la persona conoce qué es el temor al Creador

Artículo 35, 1985

 En la porción Vaetjanán (punto 68), dice el sagrado Zóhar: «Y particularmente después, es decir, cuando una persona sabe lo que es el temor al Creador, cuando alcanza la cualidad de la propia Maljut, que es el temor por amor, la esencia y la base del amor por el Creador, este temor le hace guardar todas las Mitzvot (preceptos) de la Torá, para que la persona sea un leal sirviente del Creador, como debe ser». 

Debemos entender lo que significa cuando dice: «Cuando alcanza la cualidad de la propia Maljut, que es el temor por amor». Significa que, puesto que ha sido recompensado con la propia Maljut, esta es considerada amor, y ese amor le provoca temor. Pero, ¿por qué el amor le provoca temor? Y además debemos entender ¿qué es temor una vez que ha sido recompensado con el amor? 

Debemos interpretar esto de acuerdo con lo que escuché interpretar a Baal HaSulam acerca del versículo: «Y hubo una disputa entre los pastores del ganado de Abraham y los pastores del ganado de Lot» (Génesis 13:7). Abraham es llamado «padre de la fe», cuyo trabajo está basado enteramente en la fe por encima de la razón sin ningún apoyo, es decir, algo en lo que apoyar toda la edificación que iba a construir en su vida. Él fue con todo su corazón y precisamente, mediante la fe por encima de la razón, pudo dirigirse al Creador cuando vio esto como el único propósito en la vida. 

Para ser recompensado con Dvekut (adhesión) con el Creador dentro de la razón, él vio que requería otra mente, pues por dondequiera que iba veía contradicciones en la Providencia, en cómo el Creador se comporta con los creados. Entonces comprendió que el Creador quería que Le sirviera precisamente por encima de la razón. Comprendió que si la manera de dentro de la razón fuera más adecuada para llevar al hombre a la adhesión con el Creador, Él se habría comportado sin duda de otro modo, «porque ¿quién puede decirte a Ti qué hacer?». 

Por el contrario, él creyó que no tenía otra forma de actuar sino yendo por encima de la razón y que el Creador lo hizo de ese modo deliberadamente porque, precisamente así, se beneficia al hombre. Por lo tanto, decidió que quería servir al Creador específicamente por encima de la razón. Esto significa que si él pudiera alcanzar Su providencia dentro de la razón, se opondría a ella, porque consideraba su trabajo por encima de la razón, que era más certero que su anhelo fuera solo otorgar contento al Creador. Pero ¿qué podía hacer si veía que Su providencia se revestía en él dentro de la razón y ya no tenía opción de ir por encima de la razón porque todo le era revelado? 

Baal HaSulam explicó que, cuando detectó alguna revelación de Luz y abundancia ante él, nunca dijo acerca de ello que ya estaba contento por no tener que seguir yendo por encima de la razón, porque con ese trabajo el cuerpo no está de acuerdo, ya que el cuerpo disfruta más si tiene algún tipo de apoyo en el que confiar. Es decir, ¿sobre qué base se construye todo su esfuerzo? Todas las edificaciones que el hombre construye se basan en el intelecto, es decir, que el intelecto le dicta que eso es lo que debe hacer. Por tal motivo, allí donde el intelecto no pueda decir que todo lo que hace está bien, ciertamente, le resulta difícil encaminarse en esa dirección. 

Por lo tanto, allí donde tenga la oportunidad de alcanzar algo dentro de la razón, inmediatamente revocará su base de por encima de la razón y empezará a trabajar sobre una nueva base cimentada en el intelecto. Y entonces tiene un soporte en el que apoyar su trabajo y ya no necesita la ayuda del Creador. Pero dado que es difícil ir por encima de la razón, siempre es necesaria la ayuda del Creador para tener fuerza e ir por encima de la razón. 

Pero entonces el intelecto le dice: «Ahora que tienes el apoyo de la mente y la razón, puedes avanzar tú solo, sin la ayuda del Creador, y alcanzar lo que haya que alcanzar». Entonces su consejo es cuando él dijo: «Ahora veo que el verdadero camino es avanzar, específicamente, por encima de la razón, porque precisamente yendo por encima de la razón, una forma que agrada al Creador, he sido merecedor de acercarme al Creador». La evidencia de esto es que ahora siente un gusto por el trabajo del Creador tanto en la Torá como en la plegaria. 

Resulta que él no tomó el ser recompensado con un acercamiento al Creador ni la sensación de amor del Creador como bases para el trabajo, es decir, apoyo para el trabajo del Creador, porque el intelecto necesita que valga la pena observar la Torá y Mitzvot y él ya no tiene que ir con la fe por encima de la razón, sino que tiene cuidado de no echar a perder la fe, es decir, de aceptar el camino de dentro de la razón y desechar la fe. 

La fe es llamada Maljut. Por lo tanto, se considera que ha degradado y mancillado la fe, pues ahora es evidente que, desde el principio, no tenía otra opción y por eso tomó la fe, pero de otro modo no la hubiera tomado. En cuanto ve que puede librarse de ella, enseguida la degrada y se deshace de ella. Y en su lugar toma el conocimiento. Acerca de esto se dijo: «Yo honraré a aquellos que Me honren; y aquellos que Me desprecien serán deshonrados». También está escrito: «Los caminos del Señor son rectos; los justos caminarán por ellos, y los malvados tropezarán en ellos». 

Según lo anterior podemos entender lo que hemos preguntado, porque él ya ha sido recompensado con Maljut, y se considera temor por amor. Y preguntamos: «Si ya tiene amor ¿cómo todavía hablamos de temor? ¿cómo podemos hablar de temor cuando ya ha merecido el amor?» 

Según la interpretación de Baal HaSulam explicando acerca de los pastores del ganado de Abraham, es fácil poder entender esto. Dijo que los pastores del ganado de Abraham significa que Abraham estaba pastando la fe. Mikné (ganado) proviene de la palabra Kinyán (posesiones), es decir, que todas las posesiones que había obtenido fueron pastando su fe. Esto es, él dijo: «Ahora veo que el camino de la fe es el verdadero camino, porque he sido merecedor de acercarme al Creador. Por tal motivo, de ahora en adelante, acepto caminar solamente a modo de fe por encima de la razón». 

No era así con los pastores del ganado de Lot. Él tomó las posesiones que adquirió en el discernimiento de Lot. El sagrado Zóhar, llama a Lot con el nombre de «la tierra de la maldición», es decir, que no es un lugar para la bendición llamado «un campo que el Señor ha bendecido». Al contrario: es un lugar de maldición, que está dentro de la razón, es decir, que hace lo que la mente le dicta. No obstante, cuando él empezó a recorrer el camino del Creador, también empezó con fe por encima de la razón. Pero siempre esperaba el momento en el que librarse de este trabajo por encima de la razón. 

El cuerpo siempre demanda alguna base sobre la que apoyar su esfuerzo en Torá y Mitzvot. Porque, cuando el trabajo se construye sobre el intelecto y el intelecto da a entender que el trabajo vale la pena, entonces el cuerpo hace grandes esfuerzos, y muy persistentes, pues el intelecto obliga. 

Por ejemplo, una persona se va a dormir a medianoche, está muy cansada, con fiebre y se le prohíbe salir de la cama porque está tiritando. Pero se produce un incendio en las habitaciones contiguas y se le dice que salga rápidamente de la cama porque pronto no podrá abandonar la casa y puede quemarse. Entonces, el intelecto ordena sin ninguna duda que, si contempla su situación, no es conveniente que salga de la cama por varias razones, pero entonces puede quemarse. Y, seguramente que va a saltar de la cama sin más argumentos porque la base sobre la que se tiene que esforzar –el intelecto– dicta que es algo conveniente. Y por lo tanto, hará todos los esfuerzos sin ninguna duda. 

Resulta que cuando el intelecto obliga al esfuerzo, uno no tiene en cuenta el valor del esfuerzo, sino solo la conveniencia. Es decir, aquello que puede conseguir con el esfuerzo. Sin embargo, cuando trabajamos por encima de la razón, uno siempre está bajo la presión del cuerpo, que pregunta: «¿Qué te hace estar tan seguro de que estás en el camino correcto? ¿El esfuerzo que estás haciendo para alcanzar la meta realmente merece la pena? ¿Acaso es factible? ¿Puedes alcanzar esa meta que buscas?» 

Por eso siempre está atravesando ascensos y descensos: unas veces prevalece el intelecto y otras veces prevalece por encima de la razón. Y siempre piensa: «¿Cuándo llegará el momento de establecer mi trabajo dentro de la razón y tener una base sólida ya que podré construir todo sobre el intelecto? Seguramente, en ese momento no tendré descensos en el trabajo del Creador, como sucede con todo lo que se construye con el sentido común». Pero él no sabe que lo que espera alcanzar no le dará una bendición, sino una maldición, ya que dentro de la razón es el lugar donde se aferra la Sitra Ajra (arameo: el otro lado), y el Creador ha elegido que, aquellos que desean alcanzar Dvekut con el Creador específicamente por encima de la razón, esa es la verdadera forma de acercarse al Creador. 

Este es el grado de Lot, la tierra maldita, una tierra donde hay maldición y no hay bendición. Esto es llamado «los pastores del ganado de Lot», que siempre estaba buscando posesiones para dentro de la razón, llamada Lot, es decir, una maldición. Ese es el significado del versículo: «Y hubo una disputa entre los pastores del ganado de Abraham y los pastores del ganado de Lot». Es decir, la disputa era que cada uno decía que estaba en lo cierto. 

Aquellos que estaban en el estado de pastores del ganado de Lot, decían: «Si podemos construir nuestra base sobre el intelecto, llamado “dentro de la razón”, no tendremos ascensos y descensos porque siempre estaremos en un estado de ascenso». Esto es así porque cuando el intelecto exige realizar acciones, no hay nadie que pueda interrumpirlas. Por lo tanto, cuando no tenemos elección debemos ir por encima de la razón. Pero cuando tenemos la oportunidad de elegir ir por encima de la razón, es al contrario: debemos decir que hay contento arriba porque de ahora en adelante ya no tendremos descensos en el trabajo. Por lo tanto, nuestra forma es ciertamente mejor. 

Pero los pastores del ganado de Abraham son personas cuya base estaba precisamente en la fe por encima de la razón. Ellos dijeron: «Si el Creador hubiera querido que trabajáramos sobre la base del intelecto, para empezar Él no se habría ocultado de nosotros. Así que esta debe ser la mejor forma. Y por lo tanto, no tenemos que buscar oportunidades para librarnos de la fe por encima de la razón, sino que si recibimos algo de intelecto y acercamiento al Creador, no lo tomaremos como una base para deshacernos de la fe, sino para decir: “Ahora veo que esta es la verdadera forma porque con ella fui recompensado con el acercamiento”». Por lo tanto, él debe prepararse y aceptar que, de ahora en adelante, no buscará la ocasión para deshacerse de la fe sino al revés: se fortalecerá con la fe por encima de la razón. 

Con esto entenderemos las palabras del sagrado Zóhar, que una vez que le ha sido concedida la propia Maljut, que es amor, y es temor por amor, hemos preguntado: «¿Cómo puede hablarse de temor cuando ya hay amor?» Y también: «¿Qué es temor?». 

De acuerdo con lo anterior, resulta que, una vez que ha sido recompensado con el amor, no hay nada más grande que dictamine el trabajo porque es una base dentro de la razón, pues ahora el intelecto ordena para él el trabajo. Esto es así porque, naturalmente, queremos servir a quien amamos. Por lo tanto, en ese momento no hay más sitio para la fe, ya que, ¿cómo es posible hablar de fe por encima de la razón? 

Por consiguiente, él teme mancillar la fe porque ahora el cuerpo disfrutará más del trabajo ya que tiene su base dentro de la razón. Y si mancilla la fe, entonces se revela que la fe por encima de la razón que tenía al empezar era por necesidad y no por respeto, sino que constantemente anhelaba cuando podría deshacerse de ella y trabajar con el conocimiento en vez de con la fe.

Entonces, puesto que ha mancillado la fe, inmediatamente cae de su grado e inmediatamente se distancia del Creador, porque el conocimiento es recepción. Es sabido que entendemos la recepción, que es el amor propio, de dos formas: 1) con la mente; 2) con el corazón. 

Resulta que cuando se le concedió el amor, el propio amor le provocó temor. Tiene miedo para no ser atraído por el conocimiento . Por lo tanto, en ese momento necesita poner mucha atención para no caer en el deseo de recibir. Entonces comprendemos que el amor en sí provoca el temor. Ahora ya sabemos qué es el temor causado por el amor, es decir, él tiene miedo de que con este amor pueda caer en el amor propio. 

Con esto podemos entender la gran regla que Baal HaSulam expuso: aunque es coherente que el pecado conduce al castigo, en la interioridad, tiene un significado muy diferente que es un poco difícil de entender. Él dijo que debemos saber que el pecado es el castigo ¡y el castigo ya es una corrección! 

En ese sentido, debemos preguntar: si el pecado es el castigo, entonces, ¿qué es el pecado? Según lo mencionado más arriba, podemos interpretar que el pecado fue realmente durante el ascenso, que precisamente cuando fue recompensado con amor, tuvo el deseo de tomar el amor como base y desechar la fe, tal como opinaban los pastores del ganado de Lot. 

En ese momento él sufrió un descenso y cayó una vez más en el amor propio, a raíz del cual surgen toda clase de pecados. Resulta que fracasó precisamente durante el ascenso, cuando pensaba que, por el contrario, tomando el amor como fundamento, como base sobre la que trabajar, y pensando que con eso no tendría más descensos ya que cuando el intelecto dirige el camino es saludable y sin caídas, eso precisamente fue el pecado. Esto recibe el nombre de «Todo lo que añade, sustrae». Resulta que su caída en el amor propio es el castigo por haber mancillado la fe, y el castigo que recibe es una corrección para que pueda volver a elevarse al grado del camino recto.