Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)
Sobre mi lecho por la noche
Artículo 23, 1985
El Zóhar (Tazria, Punto 1-, y en el Comentario Sulam, Item 1) pregunta acerca del verso: «Sobre mi lecho por la noche». Aquí están sus palabras: «Rabi Elazar comenzó: “Sobre mi lecho por la noche, busqué a Aquel a quien mi alma ama”. Él pregunta: “Dice: ‘Sobre mi lecho,’ pero debería haber dicho: ‘En mi lecho’, ¿qué es “Sobre mi lecho”? Y él responde: “La congregación de Israel habló ante el Creador y le pidió sobre el exilio, pues ella está sentada entre el resto de las naciones con sus hijos, y ella yace en el polvo. Y debido a que ella yace en la tierra impura, ella dijo: “Pregunto sobre mi lecho, pues yo yazco en el exilio”, y el exilio se llama “Noches”. Por ello, “Yo busqué a Aquel a quien mi alma ama para que me saque de eso”».
Se sabe que la congregación de Israel es Maljut, que contiene todas las almas. Asimismo, se sabe que cada persona es considerada un mundo pequeño, como está escrito en el sagrado Zóhar que el hombre consiste de setenta naciones del mundo, que corresponden a las siete Sefirot, donde cada Sefirá consiste de diez, de esa manera hay setenta Bejinot (discernimientos). Estos son lo opuesto de la Kedushá (santidad), ya que hay siete Sefirot de Kedushá y las setenta naciones de las cuales el hombre está incluido. Esto significa que cada nación tiene una pasión especial que le pertenece, y el hombre contiene todas las setenta pasiones que existen en las naciones del mundo de forma general.
Existe además el discernimiento de Israel que también está dentro de una persona, el cual es su propia esencia. Sin embargo, es llamado el punto en el corazón, que significa que es un punto de oscuridad, es decir, el discernimiento de Israel en él no ilumina y se considera como Ajoraím (partes posteriores). La razón es que ella está en el exilio, bajo el gobierno de las setenta naciones que existen en una persona.
¿Y con qué tienen fuerza para dominar al discernimiento de Israel en él? Se hace mediante preguntas que le plantean al discernimiento de Israel cuando desea hacer algo para el Creador, que es llamado Yashar El (directo al Creador). En ese momento, le hacen entender que no vale la pena trabajar a menos que sea solo por amor propio. Pero en lo que se refiere a otorgar, preguntan «¿Qué?», es decir, «¿Qué es este trabajo para ustedes?», aprendimos que es la pregunta del malvado. Y si uno desea sobreponerse a su argumento, entonces la pregunta del Faraón viene a él, quien dijo: «¿Quién es el Señor para que yo escuche Su voz?».
Y si esas preguntas no afectan a la persona al aparecer una vez, entonces, las preguntas regresan repetidamente todo el día, como está escrito (Salmos 42:11): «Como quien cruje mis huesos, mis enemigos me echan en cara, diciéndome todo el día: “¿Dónde está tu Dios?”». Uno no puede salir de su dominio y ellos degradan el discernimiento de Israel en el hombre hasta el polvo, como está escrito (Salmos 44:26): «Pues hundida en el polvo está nuestra alma, nuestro vientre apegado a la tierra». Debemos interpretar que «Pues hundida en el polvo está nuestra alma» provoca que esté «nuestro vientre apegado a la tierra». El asunto del «Vientre» es la vasija de recepción del hombre, y significa que el punto en el corazón está en el polvo. Esto provoca que nuestros Kelim se adhieran solo a lo mundano, que es el amor propio.
Sin embargo, si el reino de los cielos fuera glorificado, sería un honor para nosotros si tuviéramos la oportunidad de servir al Creador de alguna manera, y consideraríamos el más pequeño servicio como una gran fortuna. A cambio de ese honor valdría la pena ceder todos los placeres que vienen a nosotros a través del amor propio. Esto es lo que decimos en la oración suplementaria (Musaf) de los tres festivales de peregrinación (Shalosh Regalim): «Nuestro Padre, nuestro Rey, apresura y revela la gloria de Tu reino sobre nosotros». Significa que pedimos al Creador que -debido a que el reino del cielo está en bajeza y es considerado como «Divinidad en el polvo»- deseamos que el Creador descubra ante nosotros la importancia y la gloria del reino de los cielos. Entonces será un gran privilegio para nosotros, el ser así recompensados con salir del amor propio y que ser recompensados con el amor al Creador.
Esta es la interpretación del Zóhar a, «Por ello, “Yo busqué a Aquel a quien mi alma ama para que me saque de eso”».
Se sabe que el hombre consiste de tres Nefashot (almas):
1) Néfesh de Kedushá (santidad),
2) Néfesh de Klipat Noga, y
3) Néfesh de las tres Klipot impuras.
Néfesh de Kedushá ilumina solo como un punto. Por lo tanto, Néfesh de Klipat Noga debe conectarse a la Néfesh de Kedushá, como explicamos en los ensayos previos de Baal HaSulam. Debido a que el operador principal es el Néfesh de Klipat Noga, dado que Néfesh de las tres Klipot impuras no puede ser corregida, y la Néfesh de Kedushá no requiere corrección porque ella es santidad, todo el trabajo es con la Néfesh de Klipat Noga.
Y cuando una persona hace Mitzvot, la Klipat Noga se une a la Kedushá, y cuando él realiza transgresiones, la Néfesh de Klipat Noga se une a la Néfesh de las tres Klipot impuras.
Pero la Néfesh de Kedushá está en Ajoraím, ella no ilumina y está en bajeza. Esta es la razón por la cual no deseamos esforzarnos en hacer buenos actos para que la Klipat Noga se una a la Kedushá.
Por lo tanto, «Sobre mi lecho por la noche, yo busqué a Aquel a quien mi alma ama», para que me saque fuera de ella, ya que la Néfesh de Kedushá pertenece a la congregación de Israel, y ella está en la otra tierra, la impura, y le pide a Él, a Aquel a quien mi alma ama, que me saque de esta tierra impura. Esto significa que ya que la Néfesh de Kedushá está en bajeza, la Néfesh de Noga hace lo que las tres Klipot impuras quieren. De esto por lo tanto resulta que Néfesh de Kedushá debe tolerar el gobierno de las Klipot impuras, que gobiernan entonces. Esto es por lo que el Néfesh de Kedushá pide ser liberada de este exilio, que es llamado «Noches».
Allí, en el Zóhar (y en el Comentario Sulam, Ítem 9), está escrito: «Rabi Aha dijo: “El Creador decreta que la gota sea hombre o mujer, y tú dices: ‘Una mujer que insemina primero, da a luz un hijo varón’. Así, el decreto del Creador es innecesario”. Rabí Yosi dijo: “En verdad, es el Creador quien decide entre una gota de varón o una gota de mujer. Y debido a que Él lo ha discernido, Él decreta si será un varón o una mujer”».
La respuesta que está dando es confusa, porque Él distingue si es un varón, Él decide. ¿Por qué necesita decidir si es un varón o una mujer de todas maneras? Él explica ahí en el comentario Sulam: «Significa que hay tres socios en el hombre: El Creador, su padre y su madre. El padre da lo blanco en él, su madre da lo rojo en él, y el Creador le da el alma. Si la gota es un varón, el Creador entrega el alma de un varón. Si es una mujer, el Creador entrega el alma de una mujer». Resulta que la mujer que insemina primero no hace que la gota llegue a ser un varón, si el Creador no envía un alma de varón en ésta. Este discernimiento de que el Creador distingue en la gota, que es digna de un alma de un varón o de una mujer es considerado como el decreto del Creador. Si Él no hiciera esa distinción y no enviara un alma de varón, la gota no resultaría ser un varón. De esto sigue que los dos versos no se contradicen.
Para entender todo lo arriba mencionado en el trabajo, debemos interpretar que los tres socios son en una sola persona. Su padre y madre causan el nacimiento de un hijo. Su padre es llamado «el varón», es llamado «hombre» y es llamado «completitud», porque un varón es considerado completo. Además, su padre entrega lo blanco porque «Blanco» es considerado completitud, que no hay ninguna suciedad allí. Su madre es llamada Nekeva (femenina). Ella es llamada «mujer» y es llamada «carencia» porque Nekev (hueco) significa una carencia, y es llamada «Rojo». Es como decimos, «Hay una luz roja allí, no podemos avanzar por ahí». Esto se llama «una barrera», cuando no podemos avanzar. Y el Creador da el alma porque el hombre puede hacer cualquier cosa, pero el espíritu de vida pertenece al Creador.
El orden del trabajo es que el hombre debe dividir el día de trabajo en día y noche. «Día» significa completitud y «Noche» significa carencia. Para que nazca un hijo, que pueda tener una larga vida, ese hijo debe nacer por su padre y su madre porque su padre le da el blanco, es decir, la completitud, lo cual es considerado «varón», y su madre le da la carencia, que es llamado «mujer femenina». El asunto de la completitud y la carencia deben existir, ya que una persona necesita recibir alimentos para vivir, y entonces puede trabajar. Similarmente, aquí en el trabajo del Creador, un hombre debe recibir alimentos espirituales y entonces puede ver lo que necesita corregir. De otra manera, no tiene fuerza para trabajar sin alimentos, y los alimentos se reciben solo de la completitud.
Por lo tanto, podemos obtener completitud mientras nos dedicamos a la Torá y las Mitzvot. En ese momento, no es necesario considerar qué tanto nos esforzamos en observar la Torá y las Mitzvot, para hacer lo mejor que podemos, sin ninguna falla, es decir, examinando y viendo si estamos bien o no. Sino que, entonces es el momento de considerar la Torá y Mitzvot en y por sí mismas, es decir, de Quién es la Torá y Mitzvot que estoy observando. Debemos pensar en el Dador de la Torá, como cuando bendecimos: «Bendito eres Tú, Señor, Dador de la Torá». Y con respecto a las Mitzvot (preceptos), decimos: «Quien nos santificó con Sus Mitzvot», es decir, saber que estamos observando las Mitzvot del Creador.
Esto es por lo que debemos considerar la importancia del Dador, y esto debe darnos vitalidad y alegría por haber sido recompensados con observar lo que Él nos ordenó, aunque sea un poco, y decir que también hacer, aunque todavía no sea «Realmente observar» completamente en nombre de los cielos, de todas formas debemos creer que hay personas que nunca consideraron ni desearon siquiera observar la Torá y Mitzvot, incluso en la menor parte. A nosotros, sin embargo, el Creador nos ha dado el deseo y las ganas de observar algo, es decir, con poco entendimiento, pero sin embargo hacemos algo. Pero las personas ni siquiera tienen ese algo. Y cuando notamos eso, recibimos de eso vitalidad y sustento.
Esto se llama, «Su padre da lo blanco», como dijimos que la completitud se llama, «Blanco», donde no hay suciedad. Hay una ganancia doble aquí:
1. Mediante eso, él recibe buen ánimo, dado que está adherido al Íntegro, es decir, al Creador, y lo que Él da, debemos creer que es completo. Y la completitud, completa al hombre para que sienta que él también está completo. Y de por si, él toma sustento de eso, de manera que puede vivir y existir, para después tener la fuerza para hacer el trabajo sagrado.
2. De acuerdo a la medida que adquiera durante el trabajo de completitud, él tendrá más tarde espacio para sentir la carencia en su trabajo, que no es realmente puro. En otras palabras, entonces puede imaginar cuánto pierde con su negligencia en el trabajo, ya que puede comparar la importancia del Creador con su propia bajeza, y esto le da fuerza para trabajar.
Sin embargo, uno debe también corregirse, o permanecerá en la oscuridad y no verá la Luz verdadera que ilumina en los Kelim calificados para ello, que son llamados «vasijas de otorgamiento». La corrección de los Kelim es llamada «Nukva», «carencia», ya que él está trabajando para corregir sus faltas. Esto es llamado «Su madre da lo rojo», es decir, que en ese momento él ve la Luz como roja, que son las barreras que están en su camino y que no le permiten llegar a la meta.
Entonces viene el tiempo de la plegaria, ya que el hombre ve las medidas del trabajo que él tiene en los asuntos de la mente y el corazón, y cómo él no está avanzando en el trabajo de otorgamiento. Él también ve cómo su cuerpo es débil, que no tiene grandes fuerzas para sobreponerse a su naturaleza. Por esta razón, él ve que a menos que el Creador lo ayude, está perdido, como está escrito (Salmos 127): «Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen».
De esas dos, la completitud y la carencia, que son su padre y su madre, resulta que el Creador lo ayuda dándole el alma, que es el espíritu de vida. Y entonces nace un recién nacido. Esto es por lo que nuestros sabios dijeron: «Tres socios en el hombre». Este recién nacido que ha nacido es considerado una semilla sostenible, es decir, vivirá por largo tiempo. De otra manera, si no tuviera el alma que el Creador le está dando, este recién nacido es considerado un aborto, es decir, no tiene derecho a existir y «cae de su grado». Debemos saber que por parte del Creador, Él desea dar, como se explica en muchos lugares, «La Luz Superior no cesa de iluminar», pero debemos tener Kelim que sean capaces de recibir.
Así, depende de la preparación del hombre. Hay dos discernimientos que hacer sobre esto, debido a que hay dos fuerzas en el hombre:
1) Fuerzas de recepción
2) Fuerzas de otorgamiento.
Esas dos fuerzas deben ser corregidas para que sean con el fin de otorgar. La fuerza de otorgamiento en una persona se llama «Hombre», y la fuerza de recepción de una persona se llama «Mujer», «Femenina». «Sembrar» significa que una persona hace un trabajo para conseguir algo. Por ejemplo, cuando una persona necesita trigo, entonces siembra trigo, y obtendrá trigo de su trabajo. Y si necesita papas, plantará papas. En otras palabras, de acuerdo a la especie que desee, la persona trabaja y esto es lo que obtiene.
Es similar en el trabajo del Creador. Si él desea corregir las vasijas de otorgamiento, llamadas «masculino», «hombre», lo cual se considera que el hombre siembra (insemina) primero, es decir, su pensamiento es el de corregir las vasijas de otorgamiento, entonces ella da a Luz a una mujer. Esto es así porque es sabido que hay una relación inversa entre las Luces y los Kelim, y la Luz femenina es llamada Katnut (pequeñez).
Y si la mujer siembra (insemina) primero, es decir que él desea corregir las vasijas de recepción que sean con el fin de otorgar, ella da a Luz a un varón, es decir la Luz masculina, que es una Luz de Gadlut (grandeza). «Y el Creador da el alma». El Creador distingue la gota, es decir, qué especie fue la siembra de la persona, es decir, la preparación. En otras palabras, si él desea que las vasijas de recepción sean con el fin de otorgar, el Creador le da un alma masculina, llamada «alma de Gadlut». Y si él es considerado «varón», es decir, desea solo que las vasijas de otorgamiento sean con el fin de otorgar, recibe del Creador la Luz de Katnut, llamada «femenina».