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Rabash / Y Ezequías volvió su rostro hacia el muro

Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)

Y Ezequías volvió su rostro hacia el muro

Artículo 15, 1985

Está escrito en el libro El Zóhar (Vaiejí, punto 386): «Rabí Yehudá dijo: “Y Ezequías volvió su rostro hacia el muro y rezó al Señor”». Estas son sus palabras en el Comentario Sulam (escalera): «Uno debe rezar solamente junto a un muro y no habrá nada que lo separe del muro», como está escrito: «Y Ezequías volvió su rostro hacia el muro».

Debemos entender, qué es el muro junto al cual uno debe rezar. Y también qué es la «separación» cuando dice que está prohibido que haya algo que separe. El Zóhar interpreta aquí y en el Comentario Sulam (punto 392): «Un muro es el Señor de toda la tierra y es la Shejiná (Divinidad)».

Según esto, debemos interpretar lo que dice: Que debemos rezar junto a un muro, es decir, cerca de la Shejiná. No obstante, se desconoce la medida de cercanía al muro. Él interpreta que nada debe separarlo del muro. Por eso, debemos interpretar la cuestión de la separación como con la Tevilá (baño ritual), Netilat Yadaim (lavado de manos ritual) y las cuatro especies, donde la palmera, el mirto y el sauce se atan con una hoja de palmera porque son del mismo género.

Resulta que el asunto de la separación entre la persona y el muro significa que así como la Shejiná otorga a los inferiores, el hombre debe ver (cómo) extirpar la fuerza de recepción que hay en él, y que todo su deseo sea solo otorgar al Creador. Eso se llama cercanía y proximidad al muro.

Sin embargo, primero debemos saber y es nuestra obligación intentar comprender tanto como podamos con nuestro insignificante intelecto cuál es el motivo de nuestra plegaria, es decir, qué carencia debemos tomar en cuenta y decir que esto es lo principal que nos hace falta y que, si logramos satisfacer esa carencia, no necesitaremos nada más.

Se sabe que, principalmente, la plegaria es por la Shejiná, que está en el exilio. No obstante, también esto requiere una explicación. Está escrito en muchos sitios que la cosa más importante por la que debemos rezar es para elevar la Shejiná del polvo. Sobre esto hay muchas interpretaciones y lo poco que podemos entender es el reino de los cielos. Eso es lo que uno asume: Que uno no tiene ningún otro propósito en el mundo salvo servir al Rey; pero no para recibir recompensa. Haciendo esto, uno obtendrá Dvekut (adhesión) con el Creador, y podrá deleitar al rey; como está escrito: «Del mismo modo que Él es misericordioso, también tú serás misericordioso». Entonces, estará capacitado para realizar el pensamiento de la creación; que es hacer el bien a Sus creaciones.

Sin embargo, el discernimiento llamado: «Otorgar contento al Creador» no tiene cabida en las criaturas, pues nacieron con el deseo de recibir. Por tal motivo, no tienen ningún entendimiento del concepto de otorgar. Es como un objeto que yace en el polvo y nadie se da cuenta de que vale la pena recogerlo. Esto es lo que se llama: «la Shejiná en el polvo». Como está escrito: «Slijot (perdón) de las trece cualidades: “Yo me acordaré de Dios y Lo anhelaré cuando vea cada ciudad levantada sobre sus cimientos y la ciudad de Dios humillada en lo más bajo”».

Una «ciudad» significa como está escrito (Eclesiastés, 9): «Una pequeña ciudad con pocos hombres». Ibn Ezra interpreta lo siguiente: «Los antiguos exegetas dijeron que es una alegoría: “Una pequeña ciudad” es el cuerpo del hombre y “con pocos hombres” significa aquellos con la fuerza de engendrar, los sirvientes del alma”».

Por lo tanto, aquí también debemos interpretar que: «La ciudad de Dios» significa que cuando el cuerpo quiere que Dios more en él, en ese cuerpo, todos los órganos se resisten. El trabajo del otorgamiento, es decir, trabajar para el Creador, es trabajo en absoluta bajeza y hay un sabor a polvo en este trabajo. Como está escrito en la maldición de la serpiente (Génesis, 3): «Maldita eres entre todas las bestias, más que ningún otro animal del campo; te arrastrarás sobre tu vientre y polvo comerás todos los días de tu vida». Significa que todo lo que coma le sabrá a polvo.

Este también es el caso: cuando una persona empieza a trabajar en nombre de los cielos y ve que el amor propio no puede sacar beneficio, entonces este trabajo es degradado y todo lo que hace le sabe a polvo. Esto se llama: «La ciudad de Dios está humillada a lo más bajo», es decir, si existe una separación entre la persona y la Shejiná, es decir, si su trabajo está basado en el amor propio, piensa que está en la cúspide de la perfección.

Pero cuando desea eliminar la separación entre él y el muro y quiere trabajar sobre la base del otorgamiento, siente que está en lo más bajo, ya que no ve que este trabajo le retribuya algo a su deseo de recibir. En ese momento, todos los órganos se oponen a este trabajo.

Ahora comprenderemos para qué necesitamos rezar. La plegaria debe ser principalmente para la Shejiná, que está en el polvo. Esto significa que el trabajo para otorgar al Creador es despreciable y detestable y le pedimos al Creador que ilumine nuestros ojos y retire la oscuridad que flota ante nuestros ojos.

Es así que pedimos, como está escrito (Salmos, 113): «Él eleva del polvo a los pobres, levanta del basural a los desamparados». Sabemos que la sagrada Shejiná es llamada pobre y desamparada, como está escrito en El Zóhar: «Y fue colocada en el polvo». «levanta del basural a los desamparados» se refiere a aquellos que quieren aferrarse a ella, pero sienten que están en un estado de bajeza y no ven que tengan ninguna posibilidad de salir de ese fango. Es entonces cuando piden al Creador que los levante.

Cuando el cuerpo accede a trabajar, cuando es sobre la base del deseo de recibir, ya que ignora por completo lo que es el otorgamiento, trabajan con orgullo, es decir, se enorgullecen de servir al Creador mientras otros están en absoluta bajeza y siempre ven las faltas de los demás.

Pero aquellos que caminan por el camino de la verdad, que quieren alcanzar el otorgamiento, son bajos porque ven que: «Si el Creador no le ayuda, él no puede vencerlo». Por lo tanto, ellos no sienten que tengan más mérito que otros. Estas personas son llamadas «humildes» porque quieren conectarse al otorgamiento, que es bajeza y esta es otra razón por la cual son llamados «humildes».

En ese momento, pueden decir lo que está escrito: «El Señor es excelso, grande y terrible. Humilla al orgulloso hasta el suelo y eleva a los humildes hasta los cielos», ya que entonces dicen: «Lo que antes era bajeza ahora es sublime y elevado, grande y terrible». Esto es así, porque ahora sienten que lo que antes era trabajo en amor propio (que es el orgullo y se sentían orgullosos de este trabajo) ahora se ha convertido en bajeza ya que se avergüenzan de trabajar para el amor propio.

Pero, ¿quién les dio la fuerza para sentir esto? El Creador se la dio. Por eso, entonces la persona dice: «Humilla al orgulloso hasta el suelo» mientras que el trabajo de otorgamiento, que antes era bajeza; ahora es considerado el más alto valor. ¿Y quién hizo esto por él? Solo el Creador. Entonces la persona dice: «Y eleva a los humildes hasta los cielos».

Shejiná en el exilio significa: Que uno debe sentir que ella está en el exilio, es decir, dado que la persona es llamada «pequeño mundo», pues está compuesta de setenta naciones, e Israel que está en ella, se encuentra en el exilio, es decir; que el pueblo de Israel (dentro de la persona) está sometido a las naciones del mundo dentro de ella y no pueden hacer nada en su beneficio sino solo en pro de las naciones del mundo y el pueblo de Israel es llamado Yashar-El (directo al Creador), un deseo de otorgar al Creador, mientras que ellos quieren trabajar con el fin de recibir y esto se llama «naciones del mundo».

Según esto, debemos interpretar «Israel exiliado», es decir; que si Israel están en el exilio y no pueden hacer nada Yashar-El y la Shejiná está con ellos. Ella también está en el exilio, como si ella no pudiera gobernar sobre ellos porque en apariencia son ellos quienes la gobiernan. Este es el significado de lo que dijo el rey David (Salmos, 115): «No a nosotros, sino a Tu nombre da gloria, por Tu bondad y Tu verdad. Por qué han de decir las naciones: “¿Dónde está su Dios?”. Nuestro Dios está en los cielos; Él hace todo lo que Le place».

Según lo anterior, debemos interpretar que tenemos que pedir al Creador que nos ayude a salir del exilio. Eso es lo que significa: «No a nosotros», esto es; a nuestro deseo de recibir. Es decir, queremos que nuestros pensamientos, deseos y acciones no sean para nuestro deseo de recibir, que es considerado importante solo para las naciones del mundo.

Sino que, «A tu nombre da gloria»; para que la Shejiná no esté en el exilio ni sea considerada polvo, sino que la gloria de los cielos sea revelada; esto es llamado «Que Su gran nombre crezca y sea santificado». Eso es lo que significa: «Por qué han de decir las naciones», es decir; las naciones del mundo dentro de la persona, llamadas «naciones». ¿Qué dicen ellas? ¿Dónde está su Dios?, es decir; se oponen a la fe de Israel pues su trabajo es en la mente y el corazón y todo el trabajo de ellas es dentro de la razón.

Pero «Nuestro Dios está en los cielos», es decir; por encima de la razón, llamado «cielo», que está por encima de nuestro intelecto. ¿Y por qué el Creador hizo que nuestro trabajo estuviera por encima de la razón? No hemos de decir que Él no pudo hacerlo de otro modo. Al contrario: «Él hace todo lo que Le place» y Él comprendió que el trabajo por encima de la razón es la mejor manera de alcanzar la meta, de poder recibir el placer y deleite y a la vez permanecer en la intención de otorgar y no en beneficio propio.

Debemos interpretar «Por Tu bondad y Tu verdad», que nosotros le rezamos al Creador «A Tu nombre da gloria». «Tu bondad» significa: Que la cualidad de bondad será derramada sobre nosotros para que tengamos la fuerza de caminar en la cualidad de Jésed (Bondad), llamada «Vasijas de otorgamiento» y con eso tendremos equivalencia de forma.

Entonces, posteriormente podremos recibir el placer y deleite, llamado «La cualidad de la verdad», como se interpretó en El Estudio de las Diez Sefirot (Parte 13 y también en Or Pnimí): «Por eso la revelación de Su providencia es llamada “verdad”, porque es Su verdadera voluntad. Descubrimos esta verdad en Su providencia, que es hacer el bien a Sus creaciones y por eso esta corrección en ZA es llamada “verdad”. Esto es lo que significa “Tu verdad”».