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Rabash / Vete de tu tierra

Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)

Vete de tu tierra

Artículo 5, 1985

«Vete (para ti) de tu tierra, de tu lugar natal y de la casa de tu padre a la tierra que te he de mostrar». 

Él reflexiona al respecto, porque no es así como sucede en la realidad; porque primero una persona sale de la casa de su padre, luego de su lugar natal y luego de su tierra. Esto es lo que los intérpretes preguntan.

En el trabajo, debemos interpretar que «Tu Eretz (tierra)», viene de la palabra Ratzón (deseo), según nuestros sabios nos han dicho al respecto, «Que la tierra (Eretz) produzca hierba», que ésta se sintió alegre de hacer la voluntad de su Hacedor. En consecuencia,  «Vete de tu tierra»: significa de tu deseo, que es el deseo con el que se creó al hombre, llamado, «deseo de recibir goce y placer», que es el amor propio. Por eso se le dijo que salga del amor propio.

Sobre el asunto, «De tu lugar natal», debemos interpretar que el padre y la descendencia son causa y consecuencia, causa y efecto. Esto se debe a que la descendencia proviene de una gota en el cerebro del padre, con la cual luego se engendra la descendencia, como hemos mencionado en ensayos anteriores. Es decir el esfuerzo que realiza el hombre cuando trabaja, es para recibir una recompensa. Por lo tanto, el esfuerzo engendra una recompensa. Si no fuera por la recompensa, él no se esforzaría. De ello resulta que la razón por la que cumple con la Torá y Mitzvot (preceptos) es para engendrar un hijo, llamado «recompensa».

Y en cuanto a la recompensa, ya hemos dicho que hay dos tipos de recompensa: 1) una recompensa denominada, «este mundo»; 2) una recompensa denominada en «el mundo por venir». 

Se habla de ello en El Zóhar (Introducción del Libro de Zóhar), «Y el sagrado Zóhar dice que estas dos no son consideradas lo más importante». Se explica allí, en el Comentario Sulam, que es porque fueron construidas sobre la base del amor propio, denominado,«deseo de recibir con el fin de recibir».

Por lo tanto, si uno se esfuerza en la Torá y Mitzvot con el fin de recibir recompensa para su deseo de recibir, se deduce que tanto el padre, es decir el esfuerzo, como la descendencia que nació de su trabajo, que se llama «la recompensa», todo fue basado en el amor propio. Esto significa que la gota en el cerebro del padre, que se llama «esfuerzo», fue su pensamiento de amor propio únicamente y estaba allí desde el comienzo mismo de su trabajo. Naturalmente, el recién nacido, esto es, la recompensa que espera recibir, es también una de amor propio.

Se le dijo, «Vete de tu tierra», es decir, vete fuera de tu deseo de recibir, «de tu lugar natal», que se refiere a la descendencia que nació, «y de la casa de tu padre», es decir, la recompensa que nació de la casa de tu padre, que es el esfuerzo que engendra una recompensa de amor propio. Que debe alejarse de todo esto.

«A la tierra que te he de mostrar.» Esta tierra significa un deseo de otorgamiento. Esta tierra, quiere decir el deseo de otorgamiento, pues por esta tierra, es decir por el deseo de otorgar, será recompensado con la revelación del Creador.

«Que te he de mostrar», significa que el Creador se manifestará a él. Esto no es así con el deseo de recibir, en donde se hizo la restricción y el ocultamiento, y en donde se hizo la oscuridad y la separación de la Vida de Vidas, y esto causa oscuridad.

Por lo tanto, Yo no puedo manifestarme en tu deseo de recibir, sino en el deseo de otorgar. Esto se conoce como «equivalencia de forma» y luego la restricción y el ocultamiento se retiran y el Creador se le revela.

«Yo te convertiré en una gran nación». En Midrash Raba (capítulo 39), Dijo Rabí Levi: «Cuando el patriarca Abraham andaba por Aram-Naharaim (Mesopotamia) y los vio con imprudencia, comiendo y bebiendo, dijo: “No quisiera tener una porción en esta tierra”. Cuando llegó a Sulam Tzor y los vio ocupados en labores de deshierbe, cuando era la hora de deshierbe, y cavando con el azadón cuando era la hora de cavar, y dijo, “Quisiera tener una porción en esta tierra”. Y el Creador le dijo, “A tu simiente le daré esta tierra”».  

Para entender sus palabras en el trabajo, se debe interpretar, como ya hemos dicho antes, que Eretz (tierra) significa el deseo. BeAram (en Aram) tiene las letras de Avram. «Cuando Abraham andaba por Naharaim», Naharaim proviene de la palabra Nahor, (en arameo, la luz) y entonces vio que hay personas cuyo único deseo es por las luces. Esto se llama «comer y beber», es decir, que la aspiración es la recompensa. Por eso dijo: «No quisiera tener una porción en este deseo».

«Cuando llegó a Sulam Tzor», Tzor viene de la palabra Zar [estrecho]. Esto significa que sintieron Tzarut (estrechez). Vio que estaban en Sulam, como en «una escalera (Sulam) parada sobre la tierra, y su cima alcanzaba el cielo». Y vio que estaban ocupados en labores de deshierbe, cuando era la hora de deshierbe; y cavando con el azadón cuando era la hora de cavar, lo que significa que todos  sus pensamientos se hallaban en el trabajo del hombre, que su objetivo principal era que su trabajo fuera apropiado, esto es, que las vasijas (Kelim) para colocar la abundancia fueran apropiadas. Ellos no prestaban atención a los frutos, la recompensa. Sino que ellos observaban el orden del trabajo, como él dice, «Deshierbaban cuando era momento de deshierbar y cavaban con azadón en el momento de cavar».

Luego dijo: «Quisiera tener una porción en esta tierra», es decir, en este deseo, cuyo propósito,  principalmente, es que el trabajo sea adecuado, y la recompensa, que son los frutos, no es su asunto. Se dice al respecto: «Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios», lo que significa que la recompensa es el asunto del Creador y no tenemos que considerar la recompensa, sino estar satisfechos con haber sido merecedores incluso con el más mínimo roce de este trabajo. Y este es un gran privilegio para él. Y lo único que se nos revela es el acto.

Ahora podemos interpretar, «Y te convertiré en una gran nación». Grande es precisamente con relación a la acción. Grandeza entre los que trabajan solo son actos que están por encima de la razón. Solo a esto atribuyen ellos importancia. Pero no tienen en cuenta las luces que reciben a través de su trabajo porque las luces son parte de «Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios», lo que significa que es la obra del Creador y Él hace lo que desea.

Ellos no le pidieron a Él que les diera porque no era ese su objetivo. Ellos tenían un solo objetivo: dar contento al Creador, sin ninguna retribución, ya que toda la recompensa es que tienen el privilegio de servir al Rey. Para ellos no tiene ninguna importancia qué tipo de servicio realicen para el Rey, si es significativo o poco significativo, ya que lo único que consideran es solo cómo pueden deleitar al Rey.

Por ejemplo, no muchas personas se ofrecen voluntariamente para realizar trabajos sin importancia. Ellos, sin embargo, inmediatamente los aceptan porque aquí ellos tenían algo con lo cual dar deleite al Rey, ya que no muchas personas se ofrecen.

La lección es que puesto que no existen muchas personas que deseen marchar en la dirección del trabajo por encima de la razón, ya que todo el mundo lo considera como un trabajo deshonroso, y miran tal trabajo como el «exilio», aquellas personas que desean descubrir que son capaces de deleitar al rey asumen este papel en concreto. Y este trabajo que ellos realizan se llama «levantar a la Divinidad del polvo». Este trabajo también se llama, «Divinidad en el exilio», y éste es el único trabajo que ellos desean. Pero en cuanto trabajar con el fin de recibir las luces y la abundancia de arriba, hay muchos voluntarios para eso.

Ahora podemos interpretar lo que nuestros sabios dijeron (Shabat, 127)  «Dijo el Rav Yehudá,  “Rav dijo, ‘la hospitalidad es mayor que dar la bienvenida a la Divinidad’”, como está escrito: “Y dijo: ‘Señor, si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego no pases de largo por tu siervo’”. Interpreta Rashi: «No pasar significa que él lo dejó y se fue a recibir a los invitados». Podemos decir que aprendió este asunto de lo que el Creador le había dicho, «Y te convertiré en una gran nación», es decir, que lo importante es el acto y no las luces. Esto significa que  su principal trabajo está en el amor al prójimo y sin ninguna consideración para sí mismo.

Por lo tanto, a pesar de dar la bienvenida a la Divinidad, seguro que no hay placer mayor para el cuerpo que el que proviene del trabajo en el amor al prójimo.   Esta es la razón por la que aquí una vez que el Creador le dijo: «Y te convertiré en una gran nación», tu grandeza estará principalmente en eso, es decir en las acciones, y es por eso que aquí Él tenía un lugar en donde podía manifestarse. En otras palabras, que él mismo tenga la certeza de que no quiere observar las ganancias. Porque es un gran beneficio ser merecedor de dar la bienvenida a la Divinidad, a pesar de todo elige el acto, es decir, que no pretende ninguna recompensa por su trabajo, sino que lo principal es el trabajo.

Y aquí es donde encuentra el lugar de escrutinio, ya que es sin duda una gran cosa la de renunciar a la recompensa y recibir a cambio de la recompensa, trabajo. En el mundo sucede lo contrario. Se hacen esfuerzos para recibir una recompensa. Pero él hizo lo contrario, da la recompensa para poder recibir el trabajo. Él aprendió esto por lo que el Creador le dijo: «Te convertiré en una gran nación», es decir, lo principal de la grandeza es la acción.