Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)
Y sucederá que vendrás a la Tierra, que el Señor tu Dios te ha dado
Artículo 18, 1984
Aquí los comentaristas se preguntaron acerca del versículo que dice: «Y sucederá que vendrás a la Tierra, que el Señor tu Dios te ha dado una porción de tierra en herencia, y la heredarás y te asentarás en ella». ¿Qué significa precisamente: «Que el Señor tu Dios te ha dado», si el pueblo de Israel la conquistó mediante guerras? Sin embargo, el hombre en su corazón sabía, que no por su poder ni por su valentía va a heredar la Tierra, sino que ese es un obsequio del Señor, por lo que dijeron: «Que el Señor tu Dios te ha dado una parcela en herencia y no fue por mi fuerza y el poder de mi mano (que la obtuve)».
Para entender lo dicho anteriormente en el trabajo, necesitamos saber que «Tierra» significa deseo, es decir, el deseo que se encuentra en el corazón del hombre se llama Tierra. Y esta Tierra, llamada el «Corazón» del hombre, está habitada por las «Naciones del mundo» y también habita allí «El pueblo de Israel». Sin embargo, se debe saber que no pueden habitar allí los dos juntos, el pueblo de Israel y las naciones del mundo no pueden gobernar juntos, o existe el gobierno de las naciones del mundo o el gobierno de Israel.
Se debe comprender realmente cuál es la verdadera razón por la cual no pueden estar ambos en el mismo lugar. La cuestión es que se sabe que el motivo de la Creación del mundo fue para beneficiar a Sus creaciones, y por esa razón creó el deseo de recibir goce y placer, es decir que creó en las criaturas la carencia de anhelar siempre los placeres, ya que vemos que de acuerdo al grado del anhelo es que la criatura siente placer, y ese es el Kli creado por el Creador y esa es la primera característica que detectamos en las criaturas, y si estos no tienen ese deseo entonces no son considerados como criaturas. Por lo tanto, si no hay un deseo de recibir, entonces no hay lugar para hablar de ningún discernimiento y esa es toda la Creación de la que hablamos, que ella es el Kli para recibir el placer.
Pero a causa de la vergüenza, llamada por los sabios «Neama DeKisufa», es que se hizo la restricción, es decir, que no reciban con el fin de recibir, sino solo si pueden hacerlo con el fin de otorgar, lo cual se llama «Equivalencia de forma», es decir, que si puede recibir placer con la intención de otorgar satisfacción al Creador, entonces sí recibe, de lo contrario no quiere recibir, y a esto se le llama «Israel» es decir Yashar-El (directo al Creador), es decir, que todo lo que piensa, es para que todo llegue al Creador, y él mismo ya no es tomado en cuenta, ya que no piensa en sí mismo para nada, sino que todos sus pensamientos son para el Creador.
Esto se llama «Tierra de Israel», es decir, que tiene un deseo directo al Creador, es decir que no tiene deseos de amor propio, sino de amor al prójimo. Y con respecto a él mismo, no tiene pasiones de disfrutar de la vida, ya que todas sus pasiones se centran en tener los medios necesarios para poder otorgar al Creador, y todo lo que hace para alimentar a su cuerpo, es solo para tener las fuerzas para poder ocuparse en «con el fin de otorgar».
Esto se parece a la persona propietaria de un caballo, que le da de comer y beber, es decir, que todo lo que le da al caballo no es porque ame al caballo, sino porque necesita trabajar con él, por lo tanto, todo lo que piensa en que el caballo esté satisfecho, no es por amor, sino que simplemente quiere utilizar al caballo en beneficio propio, sin pensar para nada en el beneficio del caballo, a esto se le llama «Tierra de Israel», es decir, que todos sus pensamientos son solo «Tierra» -deseo-, que todo sea Yashar-El, directamente para Él.
Por el contrario, lo que ocurre con la tierra de los pueblos, es que «Tierra» -deseo de amarse a sí mismo-, llamada «Los pueblos de la Tierra», es decir, que todos sus deseos son solo deseos del «Pueblo», que no tienen la intención del deseo del Creador, sino al deseo de «Pueblo», lo que significa, el deseo de las criaturas, los cuales son llamados «Pueblo», pero el Creador, es quien creó al pueblo, asimismo está escrito (porción Ki Tavó): «Y todos los pueblos de la tierra verán que el nombre del Señor está sobre ti, y te temerán», también está escrito (Jaiei Sará). «Y Abraham se levantó, y se inclinaron ante el pueblo de aquella tierra, a los hijos de Jet», es decir, que ellos no saben ni sienten nada excepto en el estado de «Pueblo», que es amor a sí mismos, a lo cual se lo denomina criaturas.
Por el contrario el «Pueblo de Israel», que quieren anular su esencia y su ser, que es el deseo de recibir creado como existencia a partir de la ausencia. Por lo cual nosotros decimos en el Kidush del Yom Tov (bendición) «Que nos eligió entre todos los pueblos».
He aquí dos autoridades que no pueden estar juntas: o el deseo de otorgar es el que domina, o el deseo de recibir. No pueden estar los dos juntos, ya que cada uno está en contradicción con el otro y dos cosas opuestas no pueden estar en un mismo asunto.
De aquí surge «La guerra del instinto», es decir, que el hombre debe luchar consigo mismo para subyugar su corazón, ya que ese es el lugar de la vestidura de esos deseos y de expulsar el dominio del deseo de recibir, y darle todo el dominio al deseo de otorgarle al Creador.
Cuando la persona comienza la labor sagrada, que es la de dirigir todo su trabajo que sea para el Creador, es cuando comienza la guerra entre esos dos deseos, y el hombre, mediante un gran esfuerzo, es recompensado con sobreponerse, y vencer la guerra. Así penetra en su corazón el dominio del deseo de otorgar al Creador y es cuando la persona puede decir: «Mi fuerza y el poder de mi mano me han conseguido este triunfo» y solo gracias a su trabajo heredó el corazón, el cual se llama ahora «Tierra de Israel», porque su deseo es Yashar El.
Y esto es lo que dice el versículo: «Vendrás a la Tierra, que el Señor tu Dios te ha dado», es decir, no que tú la hayas conquistado con tus propias fuerzas, sino que «El Señor, tu Dios te la ha dado», por lo tanto, después que la persona ha hecho el esfuerzo necesario, para conquistar el corazón, después de las guerras que ha librado todo el tiempo con «Las naciones del mundo» y las venció, es que heredó el corazón llamado ahora «Tierra de Israel» y no «Tierra de las naciones», de todas maneras él tiene que creer, que no fue él quien conquistó la «Tierra», sino que el «Señor, tu Dios te ha dado» y no que «Mi fuerza y el poder de mi mano me han conseguido este triunfo».
De esto debemos comprender lo dificultoso de la cuestión, donde El Señor le prometió a Abraham, según la Parashá Lej Lejá: «Y Él le dijo: Yo soy el Señor que te saqué de Ur Casdim, para darte esta tierra para que la heredes».
Si es así, ¿Por qué le dio la tierra en primer lugar a las naciones del mundo y luego llegará Israel?, de esta manera tienen que hacer la guerra con ellos y expulsarlos de su tierra por lo que todo el mundo les reprocha, ¿Por qué conquistaron la tierra que nunca fue de ustedes y solo la conquistaron con guerras, y dicen que es la tierra de ustedes?
Todos comprenden que seguramente hubiera sido mejor no dar esa tierra a las naciones del mundo, ya que no faltaban lugares para que se establecieran las naciones del mundo, después de todo, se formaron nuevos países y el Creador hubiera podido evitar que se asentaran en ese lugar.
Pero eso no sucedió, primero se asentaron siete pueblos, así como el resto de los reyes, y el pueblo de Israel tuvo que luchar con ellos y expulsarlos; y todas las naciones del mundo les gritaron que son ladrones por haber conquistado a los siete pueblos, y ¿para qué toda esa molestia? Rashi dice de acuerdo a la Darshá de los sabios (Bereshit 1) «¿Cuál es la razón para comenzar con Bereshit (Génesis, el principio)?», debido al poder de Sus acciones, le dijo a su pueblo que les daría la porción de tierra de las naciones en herencia y si dijeran los idólatras a Israel que son ladrones porque conquistaron las tierras de siete pueblos, ellos le contestan: Que toda la Tierra es del Señor, Él la creó y se la dio a quien mejor le parecía, Su voluntad fue la de dársela a ellos, y su voluntad fue también la de quitarla de ellos y dárnosla».
Es difícil de entender todo este arreglo, es decir que antes de darnos a nosotros (la Tierra), se las dio a las naciones del mundo y solo después de que se asentaron, entonces se nos dijo: «Vayan y expúlsenlos de esa Tierra, pues se la he prometido a Abraham».
Toda esta cuestión se puede explicar mediante la rama y la raíz, ya que se sabe que «Tierra» se llama Maljut, que es la raíz de las criaturas, que es «recibir con el fin de recibir», y esa es la raíz, es decir el primer receptor, llamado «Olam Ein Sof» y luego se hicieron correcciones, es decir, el hecho de no recibir para uno mismo, sino, porque el inferior desea otorgar al Creador, es decir, que desea anular en él, el deseo de recibir para sí mismo, o sea, no utilizarlo y toda su preocupación es la de otorgarle contento al Creador.
De acuerdo con esto resulta, que también, el orden en el mundo material debe ser el mismo que en el mundo espiritual, es decir, que en un comienzo se les dio la Tierra a las naciones del mundo y luego por medio de sobreponerse y por medio de guerras, expulsar a las naciones del mundo de esta Tierra, que el pueblo de Israel la conquisten y hereden el lugar de las naciones del mundo.
Ya que la raíz de las naciones del mundo, es el punto medio, sobre el cual hubo la restricción, es decir, que como la primera condición que apareció en el mundo, debía ser la de «recibir con el fin de recibir» en primeras instancias, porque no se puede decir que él se restringe a sí mismo para no recibir, ya que la cuestión de sobreponerse se puede decir solo si hay deseo y anhelo de recibir, y se sobrepone a sus deseos y desea llegar a la equivalencia de forma.
Por lo tanto, las naciones del mundo tuvieron que aceptar esta Tierra en primer lugar, como la raíz, que primero sale el deseo de recibir, que es lo esencial de la Creación y después se puede decir que es preciso hacer allí las correcciones, es por eso que después que las naciones del mundo recibieron esta Tierra, es que el pueblo de Israel vino y corrigió la Tierra, para que todo sea en nombre del Creador y a eso se lo llama «Tierra de Israel», como está escrito (Akev) «Tierra la cual el Señor, tu Dios, demanda siempre; los ojos del Señor tu Dios, están sobre ella, desde el principio de año hasta su final».
Debe entenderse, que al escribir «Tierra de Israel» se refiere a «Tierra de la cual el Señor, tu Dios, tiene especial cuidado, los ojos del Señor, tu Dios, están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año», esto significa que la supervisión Divina está en ella, específicamente en la «Tierra de Israel». Sin embargo, la supervisión Divina está en todas partes, como dice el poeta «Los ojos del Señor vagan por todas partes», por lo tanto ¿Cómo podemos decir, que solo existe la Providencia en la Tierra de Israel?
Debe explicarse el significado de «Tierra de Israel», es decir que la «Tierra» ya ha dejado de estar bajo la autoridad de las naciones del mundo para estar bajo la autoridad de «Israel», de esta manera el versículo nos quiere decir y señalar insinuar, para saber si se encuentran en la «Tierra de Israel» o aún se encuentran en la «Tierra de las naciones».
Y la señal de esto es, como está escrito: «Tierra la cual el Señor, tu Dios, demanda siempre», el versículo nos dice cuál es el significado de la «Tierra de Israel», también dice, que tenemos que saber que el Señor la demanda siempre, ¿Y cuál es Su demanda? El versículo dice a continuación: «Los ojos del Señor tu Dios, están sobre ella, desde el principio de año hasta su final», siendo que la Supervisión del Creador, se la llama «Los ojos del Señor», por lo tanto, cuando el hombre ve la Supervisión del Creador desde el principio de los tiempos, es decir, «desde el principio de año hasta su final», lo que significa que ve la Supervisión del Creador sin interrupción, a esto se le llama «Tierra de Israel».
De la «Tierra de los pueblos» se dice, que solo el Señor sabe que es Él, el que supervisa al mundo entero, pero las naciones del mundo no lo ven, por lo cual nos dio una señal, para poder entender si estamos en la «Tierra de Israel» o si la Tierra en la que nos asentamos es todavía la «Tierra de las naciones del mundo».
De acuerdo a lo dicho anteriormente, que las naciones del mundo primero tienen que entrar en esta Tierra, esto es una insinuación acerca del deseo de recibir, que primero tiene que nacer en ese lugar y luego libran guerras con el deseo de recibir y lo subyugan bajo la autoridad de la santidad, es decir, que todo lo que hace, estará de acuerdo con lo que el Creador exige.
Los que explican esto, dicen que: «Y sucederá que vendrás a la tierra, que el Señor tu Dios te ha dado» significa, que el hombre no debe decir que después de todas las guerras contra el instinto, que él siempre tuvo que sobreponerse día a día, y que no debe pensar que llegó hasta donde llegó por sus propias fuerzas, sino que el Señor lo dejó ganar esas guerras. Esta es la explicación de: «Que Él te ha dado». Tenemos que diferenciar dos aspectos en «Que Él te ha dado»:
1) El aspecto de la Mitzvá (precepto), que es la condición de fe, llamado «Tefilín de la mano», los sabios nos explican Tefilín de mano es: «Será para ti una señal y no para los demás», por lo cual el Tefilín de mano debe estar cubierto, esto significa que la fe se llama: «Sé humilde con el Señor, tu Dios», que significa ir por encima de la razón.
2) Es el aspecto de la Torá, que es: «Tefilín de la cabeza», y sobre estas nos explicaron nuestros sabios (en el versículo Ki Tavó): «Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre del Señor es invocado sobre ti, y te temerán», estas son Tefilín de la cabeza, lo que significa que está escrito allí: «Y todos los pueblos de la tierra verán», que Tefilín de la cabeza deben ser reveladas a todos, esto es «Torá», y la Torá es llamada precisamente cuando está revelado.
Sin embargo, Tefilín de la mano deben estar cubiertos, esto significa por encima de la razón, por lo tanto no tiene palabras para decirle al otro, ya que todo lo que puede decirle al otro, es mediante la razón. Por eso no hay palabras para lo que está por encima de la razón, por lo dicho: «Será para ti una señal y no para los demás», de acuerdo a esto, en este otorgamiento, el Creador le dio la Tierra al pueblo de Israel, para sacar de ella frutos y como aclaramos anteriormente, cuando hablamos del camino del trabajo, «Tierra» se refiere al corazón y el Creador colocó dos características en el corazón:
1 La fe.
2 La Torá.
Ya que mediante ambas, el hombre llegará a la perfección, también porque las dos vienen de mí, de todas maneras se debe saber, que las dos vienen del Creador y el hombre no puede decir: «Mi fuerza y el poder de mi mano me han conseguido esta victoria», y por esto vemos por qué preguntaron los comentaristas por qué en Bikurim (primeros frutos) está escrito: «Respondiste y has dicho en voz alta», sin embargo en los escritos de la confesión del Maaser (diezmo) está escrito: «Has dicho» y no está escrito: «Respondiste» como está escrito en Bikurim, por lo tanto la confesión del Maaser está dicha en voz baja.
Ya que el «Maaser» es una Mitzvá, que es el Reino de los Cielos y a eso se refiere lo dicho anteriormente con respecto a la humildad, que es Tefilín de la mano a la que se referían los comentaristas al decir: «Será para ti una señal y no para los demás», por lo que el Maaser que está implícito en los preceptos, dice solamente: «Has dicho», que es en voz baja, que no se escucha afuera, porque es algo en humildad.
Sin embargo, Bikurim está insinuado en el Tefilín de la cabeza, que es la cualidad de Torá y allí está escrito: «Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre del Señor es invocado sobre ti, y te temerán», por lo cual está escrito en Bikurim: «Respondiste y has dicho», es decir, que tiene que decirse en voz alta, que es la cualidad de Torá, que tiene que revelarse ante todos, lo que significa que la cuestión de beneficiar a las creaciones tiene que ser revelada a todo el mundo.