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Baal HaSulam / Cuatro mundos

Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)

Cuatro mundos

El alcance (espiritual), en su conjunto, llega en la materia y en la forma, cuyo origen es el ser. Además, el concepto que sustenta al «ser» que está desprovisto de materia y de forma, el cual se considera como «los cuatro mundos», percibidos en todo lo que existe (es decir, un mundo es otorgante y receptor), y toda nuestra ocupación es en la materia y en la forma, en lo que concierne a Yetzirá (producir) y a Asiá (hacer), que en ellos se basa el trabajo. Porque Beriá (crear) es el conjunto que los incluye a ellos, y no se expande tanto en la percepción de la mente. Lo principal es la forma, que es de la parte de Asiá (hacer), es decir, los materiales, en muchos elementos, donde cada elemento tiene su propia y única forma, donde la mente se adhiere bien, y causa su amplia expansión, para distinguir una cosa de otra, y para dividir y diferenciar una cosa de otra. Este es el propósito del trabajo, conocer la ventaja de la Luz sobre la oscuridad en todos los elementos existentes, como está escrito: «Todo se aclarará en el pensamiento».

Cuatro formas: punto, línea, área, cubo

He aquí todas las formas del mundo: punto, línea, área y también el cubo, que es un área multiplicada en todas direcciones. Estas cuatro formas contienen todos los tipos de formas del mundo, y todo lo que existe en la tierra, existe en el mar de la sabiduría, es decir, en los mundos superiores, para los cuales este mundo no es más que materia sellada que desciende en cascada desde los mundos espirituales superiores, que nosotros estamos destinados a alcanzar en el mundo por venir.

Sin embargo, durante el trabajo, es decir, durante nuestra existencia en este mundo, no tenemos otros alcances, salvo si llegan vestidos con ropajes materiales. Son formas materiales sin las cuales no podemos percibir, comprender ni alcanzar nada.

Por lo tanto, así percibimos la existencia en todas las Vav del nombre HaVaYaH, que contienen todo tipo de formas que se distribuyen en el mundo, que son: punto, línea, «Yod», «Vav» («י», «ו») y las dos «Hey» («ה») - área y cubo. Donde la última Hey es la revelación de la primera Hey, pero de una manera más material, es decir, una forma que ocupa espacio. Lo que no ocurre con las otras tres formas anteriores, que no ocupan ningún espacio.

En realidad, también alcanzamos el comienzo del punto, implícito en la punta de la Yod, razón por la cual ese nombre es el origen de todos los nombres, esto significa, que cada nombre es otorgante y receptor, porque no hay pensamiento o percepción de Su esencia en absoluto, sino de las influencias que nos llegan de Él, como está escrito, «La tierra está llena de Tus posesiones». Por lo cual, toda esta creación son Sus nombres y el trabajador que supervisa este asunto y unifica esa cosa a su raíz, santifica el nombre al cielo, es decir, el nombre es esa cosa que lo observa y conoce a su Dador, y esa cosa es el receptor. Este es Shem (nombre - שם) de Shamaim (cielo- שמים), Yam (mar - ים) de Shamaim (שמים), y este es el significado de «Quién creó estos». Y compréndelo bien.

Este es el significado de... es decir, una parte de los seres creados de este mundo, se encuentra en la oscuridad, sin un nombre, esto significa, que las personas no podrán observar, que esto es otorgado por Él, pues pareciera como si estuviera en contra de Su voluntad, pero sabemos que Su reino lo gobierna todo, y cuando el trabajador llega al mismo asunto, profundiza en él, lo examina y ve que esto también es dado por Su bondad. He aquí que, esto santifica el nombre del Creador y eleva la chispa sagrada de la Klipá (cáscara) que es el calumniador que separa al Campeón. Y según la magnitud del esclarecimiento y el reconocimiento en el pensamiento del trabajador, así crecerá y se santificará el «Nombre». En general, todo Israel creen y unifican Su Nombre, dos veces cada día, con amor. Pero esa unificación debe aparecer en el pensamiento del trabajador en todo… y con pleno reconocimiento. A esto se le llama elevar Mein Nukvin (MaN -aguas femeninas-) y el descenso de Mein Dujrin (MaD -aguas masculinas-), ya que el esfuerzo... que es el MaD, asciende y vuelve varias veces, sumándose cada vez más a la conciencia hasta que ... Y ese trabajador se convierte en socio del Creador en la obra de la creación (Maasé Bereshit). Así como el Creador crea mundos, él también crea mundos. Esto también se considera un mundo entero, otorga y recibe, lo cual se llama mundo, es decir, el cielo y la tierra. Este es el significado de lo escrito de que los justos siempre crean un cielo y una tierra nuevos.

El acto de las Mitzvot (preceptos)

Aunque realmente todo se aclarará en el pensamiento, de todos modos, también se deben invocar acciones desde abajo de hecho realmente, porque todo debe expandirse hasta el mundo de Asiá (hacer) realmente, que es la revelación real, donde la Kedushá (santidad) y la revelación de Su reino se expanden hasta Asiá, y «todos conocerán», etc. Por lo tanto, la Segulá (don) es despertar en todo la unicidad del Creador en la práctica, y este es el secreto de todo acto en las Mitzvot.

Tres pactos

Y con esto entenderás los tres pactos: el pacto de los ojos, el pacto de la lengua y el pacto de la circuncisión. Es decir, que lo más importante en la unificación y la elevación de Mein Nukvin (MaN) se realiza con el pensamiento. Sin embargo, este reconocimiento aún no se completa allí, antes de que el reconocimiento interno de uno se revele exteriormente, en los órganos de la acción, y en tres lugares deseados, se ve el rostro del Creador: a) pacto de la lengua, b) ojos, c) circuncisión, cada uno según su propia cualidad. Hay cosas que finalizan adhiriéndose a él por medio de lo que uno ve, y hay cosas que finalizan con el habla o con acciones concretas.

Con la circuncisión, cuanto menos, mejor. Y la evidencia es que el trabajo con los ojos es bueno, ya sea ante uno mismo o con un amigo. Pero en el pacto de la circuncisión con respecto a sí mismo es una gran transgresión. Y con respecto a su esposa dicen, también como si un demonio se apoderara de él (contra su voluntad). La razón es que el hombre es el último grado de toda la santidad, por lo tanto, la Klipá viste el NeHY de él. Este es el significado de que se calentaron, se convirtieron en fuego. Y fuego (אש) porque el Nombre (las letras Yod Hey «י» «ה») se ha retirado.

Quizás este es el significado de «Una hermosa doncella sin ojos». Porque se sabe que cada Partzuf viste el NeHY del Partzuf superior y se considera que el Pe (boca) del inferior, es el Yesod (fundamento) del superior, como es sabido. Por lo tanto, podríamos decir que los Eynaim (ojos) del inferior están en el lugar de Yesod del superior. Resulta que los Eynaim del superior le faltan por completo.

De ello resulta que vestimos para la Kedushá solo nuestros ojos y boca. Por lo tanto, todas nuestras unificaciones están solo en esos dos pactos: boca y ojo. Y debes saber, que el Creador ha grabado Su poder en esos dos pactos, para transmitir todas las formas del mundo de uno a otro, es decir, de maestro a alumno, ya sea por escrito o en forma oral. Resulta que hay un poder en el ojo, para recibir toda la sabiduría del mundo a través de escritos, así como la boca, puede otorgar todo el bien del mundo a su amigo.

… La creación de todos los mundos fue solamente para la Torá y para… aparentemente una sabiduría sublime obstruida, para traerla a Israel y por esta razón, se utilizó... los tres pactos mencionados anteriormente, este es el significado de la Torá Escrita y la Torá Oral, donde la escritura ... influye, etc., y todo es uno.

Letras y puntos (Otiot y Nekudot)

La transferencia de la influencia de ellas se realiza a través de Otiot (letras) y Nekudot (puntos). Porque el ojo no percibe más que letras y puntos, a partir de los cuales su corazón comprenderá, del mismo modo, la boca no se ve afectada por ella, excepto por las letras. Por eso se le llama «Lev» (corazón), ya que recibe Jojmá (sabiduría) a través de los treinta y dos senderos de otorgamiento (corazón, es 32 en Guematria) veintidós letras y diez puntos, ya que esta es la esencia de las formas del mundo y todo lo que hay en él, con respecto a los límites de la sabiduría y de la vitalidad del mundo.

Este es el secreto de las cuatro letras del nombre HaVaYaH, que contiene todas las formas de la escritura y del habla, ya que la estructura de las letras está formada por el punto y la línea, y cada punto es un Tzimtzum (restricción) y cada línea una expansión.

Esencia y Kelim (Vasijas)

La esencia y los Kelim giran en torno a dos tipos de Luces:

  1. Relacionada con el Operador.

  2. Relacionada con quienes son activados.

Este es el significado de masculino y femenino, línea y Reshimó (registro espiritual), alma y cuerpo, rey y reino, el Creador y Su Shejiná (Divinidad), benevolencia y juicio, porque el trabajo se completa con la verdadera unificación.

La esencia gobierna y se revela sobre la vasija de acuerdo al despertar de la vasija y de su preparación. Este es el significado de los estados de ZON, ya que todo el tema de Nukva es solo una cuestión de los receptores de acuerdo con su preparación en su trabajo.

Estos dos discernimientos se distinguen en todas las criaturas. Y la naturaleza de la esencia es que solamente es visible ante los ojos por medio de la vasija en la que está revestida y esto es reconocido a través de la vasija, y casi no se percibirá en la conciencia ninguna parte de la esencia, sino solo en la vasija que en la que se viste la esencia, «y desde mi carne veré». Y dado que la cercanía del Creador a Sus criaturas se reconoce a través de la Torá, en el secreto del regalo, por lo tanto, del regalo de Najliel, que es realmente considerado el Creador, se puede decir que se lo conoce a Él definitivamente, aunque el pensamiento no pueda percibir Su esencia, porque si dices que conoces a tu hermano gemelo, que nació contigo, aun así no conocerás más que su vasija, en la que Su esencia se viste.

Y por supuesto, en todas las palabras habladas en la Torá y en la plegaria en las que se siente Su guía para el ojo del que observa, se dice de ellas que son realmente la revelación de Su Divinidad y un reconocimiento natural. Este es el asunto de «La Torá, el Creador e Israel son uno».