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Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

Carta 4

10 de febrero de 1955

Hola amigo mío… te deseo lo mejor y espero que te encuentres bien

Me sorprende no haber recibido noticias tuyas, ni siquiera acerca de tu estado de salud y tu fortaleza corporal.

Seguramente es por falta de seguridad y de fortalecimiento, creo que es por la influencia de pensamientos y opiniones externas, que ustedes reciben mediante los conductos adheridos, que se encuentran cuando se llega a un entorno que no va de acuerdo a nuestro camino y espíritu. En vez de que los pensamientos ajenos ya estén bajo su dominio en la «Nukva Tehoma Raba» (hembra del gran abismo), es decir, que esos pensamientos no tengan control ni poder sobre ustedes, porque ya los anularon y los arrojaron bajo sus pies, y ya puedan pisotearlos y caminar sobre ellos, es decir, a pesar de que los pensamientos ajenos aún se encuentran en sus cuerpos, no tienen dominio.

Y esta es la cuestión del Shabat, que a pesar de que las Klipot se encuentran en el mundo, porque aún no llegamos a la corrección final en la que «La oscuridad iluminará como la Luz», el lugar de los pensamientos ajenos debe ser en Nukva Tehoma Raba, donde no tienen aferramiento alguno en el hombre. Pero, cuando salen del dominio del Único al dominio de la multitud, es decir, cuando salen los pensamientos y los trabajos al dominio del público, para que todos lo vean, o si se ingresan los pensamientos del público en general al dominio del Único de ustedes, a esto se lo denomina profanación del Shabat, es decir, que se da lugar a que se despierten esas Klipot, cuya fuerza ya se había detenido porque se encontraban en Nukva Tehoma Raba, a que vuelvan a surgir en sus pensamientos.

En ese momento, no ustedes no consideran que esos pensamientos ajenos son de la agudeza y estudios de personas externas, que son el fruto de la travesura de ustedes, y que ahora ustedes están adheridos a la verdad, lo que significa que poseen la verdadera clarificación, y ahora las conclusiones que sacan a través de la negociación de pensamientos ajenos es una verdad cien por ciento limpia. Y también, que hasta ahora, todo lo que hicieron se debió a que no clarificaron lo suficiente con investigaciones y revisiones como corresponde a alguien que desea seguir el camino de la verdad.

Y desde hoy en adelante ya deben seguir el camino habitual de las personas que se dejan llevar por la corriente del mundo, y los resultados son demasiado conocidos y al buen entendedor, pocas palabras. Y a pesar de que no acostumbro a hablar y mucho menos escribir acerca de estos temas, sin embargo, cambiaré esa costumbre, aunque sé que con ello no conseguiré ningún beneficio, solamente lo hago para salvar mi alma, y al buen entendedor pocas palabras.

Tuvimos una fiesta en la víspera de Año Nuevo de los árboles, en el mes de Shevat, cuando el mundo es sentenciado por el «golpe» (Shevet) o por la «bondad» (Jésed). El mes de Shevat es el quinto mes de los meses de invierno y a través de los desprecios y agravios que escuchamos sobre la Torá y las Mitzvot (preceptos) cuando llegamos al quinto discernimiento, que es la Sefirá Hod, debemos corregir y ser sentenciados favorablemente para que el dolor (Davé) se convierta en majestuosidad (Hod). En ese momento, el golpe se convierte en bondad, extendiendo todas las cinco fases de Jésed a Hod, como está escrito: «Porque dije: “Que se construya un mundo de bondad”». Porque la Luz de Jasadim se denomina «por encima de la razón», y solo ahí se encuentra la bendición.

Por esta razón, el 15 de Shevat bendecimos los frutos, como dijo Baal HaSulam, toda la diferencia entre Kedushá (Santidad) y Klipá está en los frutos: por medio del trabajo se generan frutos, pero «otro dios es estéril y no da fruto». Además, tener éxito y ser recompensado con frutos es solo a través de la cualidad de Jésed, y luego uno es recompensado con un árbol que da frutos. «Porque el hombre es el árbol del campo», es decir, que solo a través de las enseñanzas que recibimos de Baal HaSulam somos recompensados ​​con frutos llamados «procreación y multiplicación». A través de los frutos siempre estamos en un estado de juventud, es decir, como un niño joven, como «Alégrate joven, en tu infancia».

Este es el significado de «Aquellos cuya esperanza está en el Señor obtendrán nuevas fuerzas», ya que solo a esto se le llama «ayuda del cielo». Es decir, cuando uno llega a una situación que presenta dos direcciones y uno no puede clarificar cuál es la verdad. En ese momento, solo se necesita la ayuda del cielo. De esto se dice «Aquellos cuya esperanza está en el Señor», porque él necesita la misericordia del cielo.

Que el Creador nos conceda la salvación del Creador en la materialidad y en la espiritualidad.

Vuestro amigo,

Baruj Shalom HaLevi Ashlag