Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam
211. Como si estuviera parado ante un rey
Lo escuché el 1 de Elul; 28 de agosto de 1938
Aquel que está sentado en su casa no se parece a aquél que está parado ante un rey. Esto quiere decir que la fe tiene que ser, que sienta todo el día como si estuviera parado ante el Rey. De este modo tiene amor y temor en plenitud. Y no debe descansar ni callar hasta que alcance este grado de fe, pues “esta es nuestra vida y la extensión de nuestros días”, y no va a querer aceptar ninguna compensación. Y la falta de fe debe estar tejida en los órganos hasta que la costumbre se convierta en una segunda naturaleza, al grado que “cuando me acuerdo de Él, no me deja dormir”. Pero todas las cuestiones corporales apagan esa carencia, pues cada cosa que le proporciona placer, anula la carencia y el dolor.
Por eso no querrá recibir ningún consuelo. Y se debe tener cuidado de cualquier cosa material que se recibe, para que no anule su carencia. Esto se consigue al lamentarse que, a través de este placer, le faltarán las chispas y fuerzas de los Kelim (vasijas) de Kedushá (Santidad), es decir, las carencias de Kedushá. Y a través del lamento, puede resguardarse de no perder los Kelim de Kedushá.