Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam
209. Tres condiciones para una plegaria
Lo escuché
Hay tres condiciones para una plegaria:
1. Creer que Él puede salvarle, aunque uno se encuentre en las peores condiciones entre todos sus coetáneos pues, como está escrito: “¿Acaso la mano del Señor es demasiado corta para salvarle?” De ser así, entonces “el Señor no puede salvar sus Kelim (vasijas)”.
2. Uno ya no ve otra solución, pues ya ha hecho todo lo que estaba en su poder, y aun así no encontró la cura para su difícil situación.
3. Si Él no le ayuda, estaría mejor muerto que vivo. La plegaria es perdido [o trabajo] en el corazón. Cuanto más perdido está, tanto mayor es la plegaria. Ciertamente, aquél que carece de lujos no se parece a aquél otro que ha sido sentenciado a muerte, al que le falta sólo ser ejecutado, pues ya está encadenado con cadenas de hierro, y se pone de pie e implora por su vida. Ciertamente, este no descansará ni dormirá, ni se distraerá por un momento para rezar por su vida.
(1) En el manuscrito, esta palabra está escrita con dos letras iniciales alternativamente. Con la letra Álef quiere decir “perdido” y con la letra Ayin decir “trabajo”