Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam
204. El propósito del trabajo - 2
Lo escuché en el año 1938
Durante el período de preparación, el trabajo entero radica en el “no”; pues tal como está escrito, “y serán afligidos en una tierra que no”. Sin embargo, en lo referente a la lengua, que es considerada “Yo”, hace falta primero debe adquirir el estado del amor.
No obstante, durante el período de preparación, el trabajo se encuentra sólo bajo la forma de “no”; es decir, de “no has de tener”, y mediante la profusión de “no” llegamos al punto de Kel (Dios1) de Jésed. Pero antes de eso hay muchos “no”, lo cual representa otros dioses: muchos “no”. Esto se debe a que de Lo Lishmá uno llega a Lishmá.
Y a causa de que la Sitra Ajra sirve de apoyo, aun después, cuando trabajamos para atraer Kedushá (Santidad), si ella le quita esta asistencia, caemos de nivel, y entonces ella toma toda la abundancia que habíamos atraído. De ese modo la Sitra Ajra tiene el poder de dominarlo a uno, y de este modo uno se encuentra forzado a satisfacer su deseo. Y uno no tiene otra alternativa más que ascender a un nivel más alto.
Así, el proceso se vuelve a repetir, al igual que antes, con las cuarenta y nueve puertas de impureza. Esto significa que uno camina a través de los niveles de Kedushá hasta los cuarenta y nueve puertas. Pero allí, ella tiene el control para tomar toda la vitalidad y la abundancia, hasta que la persona cae cada vez dentro de una puerta de impureza mayor, puesto que “Dios ha hecho a uno opuesto al otro”.
Y cuando uno llega a la puerta número cuarenta y nueve, ya no puede continuar ascendiendo, hasta que el Creador venga y lo redima. Y respecto a eso se dice que “Devoró muchas riquezas, pero las vomitará; de su vientre se las hará echar Dios”. Esto quiere decir que ahora uno toma toda la abundancia y la vitalidad que la Klipá (cáscara) tomaba de todas las cuarenta y nueve puertas de Kedushá y ahora eso lo toma el hombre. A esto se refiere la frase: “el pillaje del mar”.
Sin embargo, es imposible ser redimido antes de que sea sentido el exilio. Y cuando uno camina por los cuarenta y nueve, siente el exilio, y el Creador redime en la puerta número cincuenta. Y la única diferencia entre Golá (exilio) y Geulá (redención) radica en la letra Álef, que es “Alufó Shel Olam” (Paladín del mundo). Por lo tanto, además, si uno no alcanza el exilio de manera apropiada, le faltará ese nivel.
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En hebreo, la palabra “El - אל” (heb: Dios) consiste de las mismas letras que la palabra “Lo -לא” (heb: No), pero en orden inverso.↩