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Baal HaSulam / Era como barcos mercantiles

Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam

121. Era como barcos mercantiles

Lo escuché

En el versículo: “Era como barcos mercantiles; trae su pan desde lejos”. Cuando uno reclama e insiste “es toda mía”, o sea que todos los deseos estén dedicados al Creador, la Sitra Ajra (otro lado) se despierta en su contra y también argumenta “es toda mía”.

Y entonces se produce el comercio. Cuando hablamos del comercio nos referimos a que alguien desea comprar cierto objeto, y el comprador y el vendedor debaten acerca de su conveniencia, o sea, cada uno de ellos argumenta en tener la razón. Y aquí el cuerpo observa a quién vale la pena escuchar: al receptor o a la fuerza otorgante. Claramente ambos argumentan entre sí, y dicen: “es toda mía”. Y puesto que uno ve su estado de bajeza, y que dentro de él también existen chispas que no acceden a observar la Torá y las Mitzvot (preceptos) ni siquiera en lo más mínimo, sino que el cuerpo entero reclama “es toda mía”.

Entonces “trae su pan desde lejos”, quiere decir de los alejamientos, cuando el hombre ve cuán alejado está del Creador, y lo lamenta, le pide al Creador que le acerque más hacia Él, o sea “trae su pan”. El pan es el estado de fe en el que uno adquiere fe permanente, porque “Dios hizo que teman ante Él”. Significa que todos los alejamientos que siente, se los trajo el Creador es quien le trae, para que tenga la necesidad de asumir el temor al Cielo.

Este es el significado del versículo “no sólo del pan vivirá el hombre”, sino que vivirá de todo lo que sale de la boca del Señor”. Esto significa que la vitalidad de Kedushá (Santidad) dentro de uno no viene específicamente por acercarse, es decir de entradas, o sea entradas a la Kedushá, sino también de las salidas, es decir, de los alejamientos. Esto se debe a que la Sitra Ajra que se viste dentro del cuerpo del hombre, reclamando “es toda mía”, con justo argumento, y cuando consigue sobreponerse a estos estados, el hombre adquiere fe permanente.

Esto quiere decir que el hombre debe unificar todo al Creador, es decir, que incluso las salidas vienen de Él. Y cuando es recompensado, ve que tanto las salidas como las entradas, todas provienen de Él.

Esto lo obliga a ser humilde, ya que ahora ve que el Creador hace todo, tanto de las salidas como de las entradas. Y este es el sentido de lo que está dicho acerca de Moshé, que él era humilde y paciente; que se debe tolerar su estado de bajeza, es decir en cada grado debe sostener la bajeza. Y en el momento que abandona la bajeza, inmediatamente pierde todos los grados de “Moshé” que ya había conseguido.

Este es el asunto de la paciencia. Toda persona experimenta el estado de bajeza, pero no toda persona siente que la bajeza sea algo bueno. Esto es, porque uno no desea sufrir. Pero Moshé toleró la humildad, por lo cual se le llamó humilde, ya que la bajeza le producía alegría.

Y la regla es que “en un lugar donde no hay alegría, la Shejiná (Divinidad) no puede morar“. Por ende, durante la purificación no puede morar la Shejiná. Y si bien la purificación es algo necesario (es como el sanitario: aunque uno sabe que debe ir allí, está seguro que no es el Palacio del Rey).

Este es el significado de Brajá (bendición) y Bejorá (primogenitura), cuyas letras son las mismas. Bejorá es el asunto de GaR, y la Sitra Ajra desea las GaR(1), pero no las bendiciones, ya que la bendición es el asunto de la vestidura sobre el Mojin. Y Esav deseaba la Bejorá (primogenitura) sin la vestidura. Pero está prohibido recibir Mojin sin la vestidura. A esto se refieren las palabras de Esav que dicen: “¿No me has guardado una bendición para mí?”. “Una sola bendición” es lo opuesto de “bendiciones”, es decir, maldición. Se dice acerca de esto: “amaba la maldición, y ésta vino sobre él. Y no deseaba la bendición”.

(1) Las tres primeras Sefirot