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Baal HaSulam / Y a Su alrededor hay una gran tempestad

Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam

61. Y a Su alrededor hay una gran tempestad

Lo escuché el 9 de Nisán, 18 de abril de 1948

Acerca del verso “Y a Su alrededor hay gran tempestad”, nuestros sabios dicen que el Creador es especialmente meticuloso con los justos. Él preguntó: ¿por qué merecen castigos tan grandes? si generalmente son justos. El hecho es que todos los límites de los que hablamos en los mundos existen desde la perspectiva de los que reciben, es decir, que los inferiores se limitan y restringen hasta cierto grado, y así permanecen abajo. Arriba están de acuerdo con todo lo que hacen los inferiores. Por lo tanto, en esa misma medida, se extiende la abundancia hacia abajo. Por eso, con sus pensamientos, palabras y acciones, los inferiores provocan que la abundancia descienda desde Arriba de esta manera.

Resulta que si el inferior considera un pensamiento, un acto o una palabra menor como si fuera importante, tal como considerar una interrupción momentánea en la adhesión con el Creador como si se transgrediese la prohibición más grave de la Torá, entonces Arriba están de acuerdo con la opinión del inferior y es como si el inferior hubiera transgredido una gran prohibición. De este modo, el justo dice que el Creador es particularmente meticuloso con él; y tal como lo dice el inferior, así están de acuerdo con el Arriba. Cuando el inferior no siente una pequeña prohibición como si fuera grave, Arriba tampoco consideran las pequeñeces que transgrede como si fueran graves prohibiciones. Por ende, tal persona es tratada como si fuese una persona pequeña, pues sus preceptos son considerados menores y sus pecados también son considerados menores. Ambos son medidos de la misma forma, y en general se le considera una persona pequeña. No obstante, aquel que considera las cosas pequeñas y dice que el Creador es muy meticuloso con ellas, es considerado una gran persona; y tanto sus pecados como sus preceptos son grandes.

Y según el placer que el hombre siente cuando realiza una Mitzvá (precepto), en la misma medida puede sentir sufrimientos cuando comete una transgresión. Se dice una parábola al respecto: Había una vez un hombre que cometió un crimen terrible contra un reino, y fue sentenciado a veinte años de prisión con trabajo forzado. La prisión estaba fuera del país, en algún lugar inhóspito del planeta. La sentencia se ejecutó de inmediato, y fue llevado a ese inhóspito lugar en el fin del mundo.

Allí encontró a otras personas que también habían sido sentenciadas por ese reino a permanecer allí como él. Pero entonces enfermó de amnesia y olvidó que tenía esposa e hijos, amigos y conocidos. Comenzó a pensar que el mundo entero no era más que lo que sus ojos podían ver en ese inhóspito lugar y las personas que allí se encontraban, y que había nacido allí y no conocía nada más que eso. De modo que su verdad era según su sensación, lo que siente ahora, y no tiene ninguna consideración con la auténtica realidad, sino solo lo que percibía su conocimiento y sensación. Allí le enseñaron reglas y leyes para que no volviera a transgredir la ley y se abstuviera de cometer lo aquellos delitos inscritos en las leyes, y para que supiera cómo corregir sus acciones y pudiera salir de ahí. En los libros del rey aprendió que quien transgrede esta regla, por ejemplo, es enviado a una tierra inhóspita lejos de toda civilización. Entonces, se impresiona por este severo castigo, y se queja de que se imparten castigos tan grandes. Y, sin embargo, jamás se le ocurriría pensar, que él mismo fue uno de los que transgredieron las leyes del reino, y que fue duramente sentenciado y el veredicto ejecutado. Además, debido a su amnesia, jamás llegará a sentir su verdadera realidad.

Este es el significado de “Y a Su alrededor hay gran tempestad”: que el hombre debe hacer introspección en cada uno de sus movimientos, que él mismo ya ha transgredido el mandamiento del rey, y que ya ha sido desterrado del poblado. Por medio de múltiples buenas acciones, su memoria comienza a funcionar y empieza a sentir cuánto se ha alejado de aquel sitio habitado del planeta. Comienza a dedicarse al arrepentimiento, hasta que lo sacan de allí y lo regresan a aquel poblado, y este sentimiento llega precisamente a través del trabajo del hombre. Empieza a sentir que se ha alejado de su origen y raíz, hasta conseguir la adhesión con el Creador.