Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam
58. La alegría es un reflejo de buenas acciones
Lo escuché en el cuarto día de Sucot
La alegría es un reflejo de buenas acciones. Si las acciones son de Kedushá (Santidad), entonces se revela por medio de ello la alegría. Sin embargo, debemos tener presente que también hay un estado de Klipá (cáscara). Para poder saber si es Kedushá, el escrutinio debe hacerse a través de la razón. En la Kedushá hay razón, y por el contrario en la Sitra Ajra no hay razón porque “otro dios es estéril y no da frutos”. Por lo tanto, cuando le llega la alegría, debe ahondar en las palabras de la Torá para poder descubrir la razón de la Torá.
Además, debemos saber que la alegría es un estado de iluminación superior que se manifiesta por medio del MaN(1), que son las buenas acciones. El Creador lo juzga por estar ahí. En otras palabras, si el hombre asume el yugo del Reino de los Cielos para toda la eternidad, hay una iluminación superior inmediata que aparece y también se considera eternidad. Incluso si el hombre ve de manera evidente que pronto caerá de su grado actual, Él de todos modos lo juzga por estar allí. Esto significa que, si el hombre decide en ese momento en su razón, asumir el yugo del Reino de los Cielos para toda la eternidad, se considera plenitud.
Sin embargo, si el hombre asume el yugo del Reino de los Cielos sin desear que ese estado quede en él para la eternidad, entonces este asunto y este acto no se consideran plenitud, y como es natural, la Luz Superior no puede venir y posar sobre esto porque esta Luz es plena y eterna, y no cambiará. En cuanto a la persona, aunque así lo desee, el estado en el que se encuentra no será eterno.
(1) Abreviatura de Mei Nukvin (aguas femeninas)