Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam
57. Lo sacrificará a su voluntad
Lo escuché el 5 de febrero de 1944
Respecto al versículo “lo sacrificará a Su voluntad”, nuestros sabios dijeron: “¿Cómo puede ser? Se lo obliga hasta que diga ‘yo quiero’”. También debemos comprender porque rezamos: “Que se haga la voluntad”, ya que más de lo que el ternero quiere mamar la vaca quiere amamantar. Por lo tanto, ¿para qué necesitamos rezar “Que se haga la voluntad Arriba”?
Es sabido que para atraer la abundancia desde Arriba, hace falta anticipar el despertar desde abajo. Debemos cuestionar para qué necesitamos el despertar desde abajo. Por ello elevamos una plegaria para que se haga la voluntad Arriba. Significa que nosotros debemos despertar, para que haya un deseo Arriba para que otorgue abajo. No es suficiente que tengamos deseo, también debe haber una buena voluntad por parte del Otorgante. Aunque haya Arriba un deseo general de hacer el bien a Sus creaciones, Él aún espera que nuestro deseo despierte Su deseo.
Es decir, si somos incapaces de despertar Su deseo, es señal de que el deseo por parte del receptor todavía no está completo. Por ende, precisamente en eso que rezamos para que se haga la voluntad Arriba, se va formando nuestro deseo de que haya un deseo genuino, que haya un Kli (vasija) digno y adecuado para recibir la abundancia.
Al mismo tiempo, debemos decir que todos nuestros actos, tanto los malos como los buenos, se extienden todos desde Arriba (esto se llama “Providencia personal”), que el Creador hace todo. Junto con esto debemos lamentar nuestras malas acciones, aunque también esto se extienda desde Arriba.
La mente nos obliga a que no nos lamentemos, sino que justifiquemos el juicio, que nos merecemos las malas acciones. No obstante, es lo contrario: debemos lamentar que no nos permite hacer buenas acciones, lo cual ciertamente es el resultado de un castigo, es decir, que no somos merecedores de servir al Rey. Si todo está bajo supervisión, ¿cómo podemos decir que no somos dignos, teniendo en cuenta que no hay acción abajo? Por eso nos dan malos pensamientos y deseos que nos alejan del trabajo del Creador, y que no somos dignos de servirle a Él. Por esta razón llega la plegaria, que es un lugar de corrección para que seamos dignos y capaces de recibir el trabajo del Rey.
Ahora nos queda clara la relación entre la plegaria con un problema. Seguramente el problema llegó como un castigo, y los castigos son seguramente correcciones, ya que hay una regla que establece que el castigo es una corrección. Entonces, ¿por qué le rezamos al Creador para que nos quite nuestras correcciones? Nuestros sabios mencionan el versículo: “tu hermano es deshonrado ante tus ojos”, ya que el golpeado es tu hermano.
Debemos saber que la plegaria corrige al hombre incluso más que los castigos. De esta forma, cuando se revela la plegaria en lugar del castigo, se quitan los sufrimientos y se coloca la plegaria en su lugar para corregir el cuerpo. Esto es lo que significan las palabras de nuestros sabios: “Lo logró: fue por medio de la Torá, no lo logró: fue por medio del sufrimiento”. Debemos saber que el camino de la Torá es una senda más exitosa y proporciona mayor ganancia que la senda del sufrimiento. Esto se debe a que los Kelim (vasijas) que habrán de ser aptos para recibir la Luz Superior son más amplios y pueden propiciar ser recompensados con la adhesión a Él.
A esto se refiere la frase “se le obliga hasta que diga ‘yo quiero’”. Significa que el Creador dice: “Quiero los actos de los inferiores”.
El asunto de la plegaria es lo que nuestros sabios dijeron: “El Creador ansiaba la plegaria de los justos”, pues a través de la plegaria los Kelim se vuelven aptos para que el Creador pueda después otorgarles abundancia, puesto que existe un Kli apto para recibirla.