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Baal HaSulam / La Torá es llamada “Indicador”

Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam

56. La Torá es llamada “Indicador”

Lo escuché el 1 de BeShalaj, 2 de febrero de 1941

La Torá es llamada “indicador”, de las palabras “disparó”(1). Significa que cuando el hombre se dedica a la Torá, en la medida del esfuerzo que realiza, en esa misma medida siente su alejamiento. En otras palabras, le muestran la verdad, es decir, su medida de fe, que es toda la base de la verdad. La base para observar la Torá y las Mitzvot (preceptos) está en la medida de fe que tengamos, ya que entonces se le revela que toda nuestra base está construida sobre la educación recibida. Esto se debe a que la educación le alcanza para que observe la Torá y las Mitzvot con todas sus precisiones y detalles, y todo lo que llega mediante la educación se llama “fe dentro de la razón”.

A pesar que esto es opuesto al intelecto, es decir, que la razón obliga que según la medida en la que agrega en la Torá, en ese grado debe sentirse más cerca del Creador. No obstante, la Torá siempre le muestra la verdad. Esto es cuando busca la verdad, la Torá lo acerca más a la verdad, y ve la medida de su fe en el Creador. Esto es así para que el hombre pueda pedir misericordia y rezar al Creador para que lo acerque a Él, de verdad, lo cual significa recibir la fe en el Creador. Entonces podrá alabar y agradecer al Creador por haber sido acercado a Él.

Sin embargo, cuando el hombre no alcanza a ver el grado de su distanciamiento, y cree que está constantemente sumando, vemos que construye sus estructuras sobre una base endeble, y no queda lugar para rezarle al Creador que lo acerque más a Él. Vemos que ya no hay lugar para esforzarse con el propósito de ser recompensado con la fe completa, ya que el hombre se esfuerza únicamente en aquello que falta. Por lo tanto, mientras que no sea digno de ver la verdad, ocurre lo opuesto. Cuanto más añade por medio de la Torá y las Mitzvot, lo hace en la medida de su propia plenitud, y no ve ninguna carencia en sí mismo. Por eso, no tiene lugar para esforzarse y rezar a fin de obtener la fe en el Creador de verdad, porque cuando siente la corrupción debe invocar la corrección. Sin embargo, cuando se dedica a la Torá y las Mitzvot por el camino de la verdad, la Torá le indica la verdad, porque la Torá tiene la virtud de mostrarle el verdadero estado de su grado de fe (y este es el significado de “ser conocido”).

Cuando se dedica a la Torá y ve la verdad, es decir, su grado de distanciamiento de la espiritualidad, y ve que él es una criatura tan baja, y que no hay nadie peor que él sobre la Tierra, la Sitra Ajra se le presenta con un argumento diferente: de hecho, que su cuerpo es realmente muy feo, y es cierto que no existe nadie más feo en el mundo que él, para así causarle desesperanza, ya que la Sitra Ajra teme que se dé cuenta y llegue a corregir su estado actual. Por eso, la Sitra Ajra está de acuerdo con lo que dice, que es una persona fea, y le hace entender que si hubiera nacido con habilidades más elevadas y mejores atributos, podría haber superado su propio malvado y haberla corregido, y habría podido alcanzar la adhesión con el Creador.

La respuesta a esto debería ser que esto que la Sitra Ajra le dice, se menciona en Maséjet Tahanit (pág. 20), que Rabí Eliezer, hijo de Rabí Shimón, llegó desde una torre cercada de la casa de su maestro. Estaba montado sobre un burro recorriendo la ribera, sintiendo gran regocijo. Y su estado mental era rudo, pues había estado estudiando mucha Torá.

Una persona que era muy fea se le cruzó en el camino y le dijo: “La paz esté con usted, mi maestro”, pero él no le contestó. Le dijo: “¡Qué frívolo y qué feo es ese hombre! ¿Acaso todos los hombres de tu ciudad son tan feos como tú?”. Este respondió: “No lo sé, pero ve a decirle al artesano que me hizo: ‘¡qué fea es la vasija que has hecho!’”. Al darse cuenta de que había cometido un pecado, se bajó del burro.

Según lo anterior, podemos entender que, a raíz de haber aprendido mucha Torá, fue recompensado con poder ver la verdad acerca de la distancia entre él y el Creador, es decir, el grado de su proximidad o distanciamiento. A esto se refiere que su estado mental era rudo, pues vio la forma completa de quien es orgulloso, que es su deseo de recibir, y entonces pudo ver que en realidad él es el hombre más feo. ¿Cómo pudo ver la verdad? Por medio de haber estudiado mucha Torá.

De modo que ¿cómo podrá unirse a Él, dado que es una persona tan fea? Esta es la razón por la que preguntó si todas las demás personas eran tan feas como él, o si él era el único feo y el resto de las personas del mundo no lo eran. ¿Cuál fue la respuesta? “No lo sé”. Quiere decir que no sienten, por ende, no lo saben. ¿Y por qué no sienten? Esto significa que no consiguieron ver la verdad, por carecer de la Torá, de modo que la Torá les revelara la verdad.

A esto le respondió Eliyahu (Elías): “Ve al artesano que me hizo”, porque vio que había llegado a un estado a partir del cual no podía seguir ascendiendo. Por esa razón se le apareció Eliyahu y le dijo: “Ve al artesano que me hizo”. En otras palabras, puesto que el Creador te hizo tan feo, Él ciertamente sabía que con estos Kelim (Vasijas) la plenitud de la meta puede ser alcanzada. Así que no te preocupes, avanza y ten éxito.

(1) En hebreo se usa la misma palabra para disparar y para indicar algo.