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Baal HaSulam / Una transgresión no apaga una Mitzvá

Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam

52. Una transgresión no apaga una Mitzvá

Lo escuché la víspera de Shabat, el 9 de Iyar, 14 de mayo de 1943

“Una transgresión no apaga una Mitzvá (precepto), y una Mitzvá no apaga una transgresión”. La pauta en el trabajo es que se debe ir por el buen camino. Pero el mal dentro del hombre no le permite ir por el buen camino.

Sin embargo, debemos saber que el hombre no necesita extirpar el mal, pues esto sería imposible, sino que solamente debemos odiar el mal, como está escrito: “Quienes aman al Señor, odien el mal”. Únicamente este odio es preciso, ya que el odio separa entre quienes están adheridos.

Por esta razón, el mal no tiene existencia propia, sino que su existencia depende del amor al mal o del odio por el mal. Esto significa que si tiene amor por el mal, entonces queda atrapado bajo el dominio del mal. Y si odia el mal, escapa de su autoridad, y su mal deja de ejercer dominio sobre el hombre.

Resulta que el trabajo principal no está en el mal en sí, sino en la medida de amor y la medida de odio. Y por este motivo, una transgresión provoca otra transgresión. Debemos preguntar: “¿Por qué se merece semejante castigo?” Porque cuando el hombre cae de su trabajo, debe ser ayudado para levantarse de la caída. Y aquí vemos que le agregan más obstáculos para que caiga aún más abajo que en su primera caida.

Pero para que el hombre sienta odio por el mal, le dan más mal, para que pueda sentir cómo la transgresión lo aleja del trabajo de Dios. Aunque se haya arrepentido por su primera transgresión, aún no ha sentido la cantidad de arrepentimiento que lo lleve a odiar el mal.

Por lo tanto, una transgresión lleva a otra; y cada vez que se arrepiente, ciertamente que cada arrepentimiento, le trae odio por el mal, hasta que se completa su medida de odio al mal. En ese momento se separa del mal, porque el odio lleva a la separación.

De esto se desprende que si uno encuentra cierta medida de odio en un nivel que produzca separación, no necesita la corrección de “una transgresión que lleva a otra”; y naturalmente, él gana tiempo y de ese modo, es admitido en el amor a Dios. Este es el significado de: “Quienes aman al Señor, odien el mal”. Solamente odian el mal, pero el mal en sí permanece en su sitio; y lo único que necesitamos es el odio al mal.

Esto proviene de: “Tú lo has creado tan solo un poco inferior a Dios”, y este es el significado de lo que la serpiente dijo: “y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”. Quiere decir que, cuando el hombre se esfuerza y desea comprender todos los procedimientos de la Providencia, como el Creador, esto es lo que significa: “La codicia del hombre lo humillará”. Significa que quiere comprender todo con la mente externa, y si no lo consigue, se encuentra en un estado de bajeza.

Lo cierto es que si el hombre despierta para conocer algo, es una señal de que necesita conocer esa cosa. Y cuando consigue sobreponerse a su propia razón, de aquello que desea comprender, y toma todo con fe por encima de la razón, esto se considera la mayor bajeza de la naturaleza humana. Porque en la medida en que demanda conocer más, pero acepta esto con fe por encima de la razón, resulta que se encuentra en una mayor bajeza.

Ahora podemos entender cómo interpretaron el versículo (Números 12:3): “Moshé era un hombre muy modesto”, humilde y tolerante. Significa que toleraba la bajeza en la mayor medida posible.

Este es el significado de que Adam HaRishón (el primer hombre) comiera del Árbol de la Vida antes del pecado, y de que estuviera en plenitud. No obstante, no pudo avanzar más que el grado en el que se encontraba, pues no sentía ninguna carencia en su estado. Y, en consecuencia, obviamente, no era capaz de revelar todos los nombres Sagrados. Por eso: “El es terrible en Sus actos hacia los hijos del hombre”, hizo que él comiera del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Y por medio de este pecado, todas las Luces se retiraron de él y, de por sí, se vio obligado a comenzar su trabajo de nuevo.

Y los escritos dicen sobre esto que fue expulsado del Jardín del Edén, porque si hubiera comido del Árbol de la Vida, habría vivido para siempre. Este es el significado de la interioridad de los mundos. Si él entra ahí, permanece ahí para siempre. Significa que nuevamente se quedaría sin carencia. Y para poder ir y revelar los nombres sagrados que se manifiestan con la corrección del bien y del mal, se vio obligado que comer del Árbol del Conocimiento.

Esto es similar a aquella persona que desea entregarle a su amigo un gran barril lleno de vino, pero su amigo tiene solo una pequeña copa. ¿Qué hace entonces? Vierte vino dentro de esa copa y la lleva a su casa, donde deposita su contenido. Luego, regresa de nuevo con la copa y la vuelve a llenar de vino. A continuación regresa otra vez a casa, y así hasta que termina recibiendo todos los barriles de vino.

También escuché otra parábola acerca de dos amigos, uno de los cuales se convirtió en rey mientras que el otro se volvió muy pobre. El segundo escuchó decir que su amigo se había convertido en rey, así que fue a ver a su amigo, el Rey, y le contó su desgraciada situación. El rey le entregó una carta dirigida al Ministro del Tesoro, para que durante dos horas pudiera recibir todo el dinero que quisiera. El amigo pobre llegó a la tesorería con una pequeña caja; entró, y llenó la pequeña caja con dinero. Al salir, el ministro pateó la caja y todo el dinero cayó al suelo. Esto se repitió una y otra vez, hasta que el pobre hombre dijo llorando: “¿Por qué me estás haciendo esto?”. Y al final dijo: Ahora todo el dinero que has tomado durante todo este tiempo te pertenece, y podrás llevártelo todo. Porque tú no tenías las vasijas para llevarte suficiente dinero de la tesorería, y por eso te he jugado esta treta.