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Baal HaSulam / Dos estados

Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam

50. Dos estados

Lo escuché el 20 de Siván

He aquí que el mundo tiene dos estados:

1. En el primero, el mundo es llamado “sufrimientos”,

2. y en el segundo es llamado “sagrada Shejiná (Divinidad)”.

Esto se debe a que, antes de que el hombre sea recompensado con corregir sus acciones para que sean con el fin de otorgar, siente el mundo únicamente en forma de tormentos y dolores. No obstante, después consigue ver que la sagrada Shejiná se viste con el mundo entero, y entonces se considera que el Creador llena al mundo. Entonces el mundo recibe el nombre de “sagrada Shejiná”, la cual recibe del Creador. Y entonces esto se llama “la unificación del Creador y de la Shejiná”. Del mismo modo que el Creador otorga, así el mundo se ocupa solamente de otorgar.

Esto se asemeja a una triste melodía, cuando ciertos intérpretes saben cómo transmitir el tormento sobre el cual se compuso la melodía. Porque todas las melodías son como un lenguaje hablado donde la melodía interpreta las palabras que uno desea expresar verbalmente. Si la melodía despierta a quienes la escuchan hasta hacerlos llorar, que cada uno llora por los tormentos que la melodía expresa, entonces es llamada melodía (“Nigún”), y todos adoran escucharla.

Y realmente, ¿cómo puede ser que las personas disfruten de los sufrimientos? Se debe a que la melodía no indica el sufrimiento presente, sino al pasado, es decir, a tormentos que ya sucedieron y fueron dulcificados y recibieron su llenado. Por tal motivo, a la gente le gusta escucharlas pues indican la dulcificación de los juicios, que los sufrimientos que tenía fueron dulcificados. Por eso, estos sufrimientos resultan dulces al oído, y así, el mundo es llamado “sagrada Shejiná”.

Lo principal que el hombre debe saber y sentir es que hay un líder de la ciudad, como dijeron nuestros sabios, “Abraham el Patriarca dijo: ‘No hay ciudad sin un líder’”. No debe pensar que todo lo que sucede en el mundo es producto de la casualidad, y la Sitra Ajra lo hace pecar y decir que todo es fortuito. Este es el significado de “Hamat (vasija de) Keri (semen)”. Hay un Hamat lleno de Keri. El Keri le trae al hombre pensamientos que todo es Bemikré (fortuito). (Aun cuando la Sitra Ajra le trae tales pensamientos para decir que el mundo se comporta de forma fortuita sin providencia, esto tampoco es casualidad, sino que el Creador así lo quiso).

Sin embargo, el hombre debe creer en la recompensa y el castigo, y que hay un juicio y hay un juez, y que todo está dirigido por la Providencia de recompensa y castigo. Esto se debe a que, a veces, cuando llega a la persona un deseo y un despertar por el trabajo de Dios, y cree que le llega de casualidad, también esto, debe saber que realizó un trabajo previo a escuchar y rezó para ser ayudado desde Arriba y poder realizar una acción con intención, y esto se llama elevar MaN.

Sin embargo, el hombre ya lo ha olvidado y no ha considerado esta acción, ya que no recibió una respuesta inmediata a su plegaria, como para poder decir: “Porque Tú escuchas la plegaria de cada boca”. A pesar de todo, debe creer que el orden desde Arriba establece que la respuesta a la plegaria puede llegar varios días o meses después de haber rezado.

El hombre no debe pensar que es casualidad el haber recibido este despertar ahora. A veces el hombre dice: “Ahora que siento que no me falta nada y no me preocupa nada, mi mente está lúcida y estable, y por esta razón ahora puedo centrar mi mente y mi deseo en el trabajo de Dios”. De esto se desprende que puede decir que toda su ocupación en el trabajo de Dios es “mi propia fuerza y el poder de mi mano lograron esta victoria”. Así, de casualidad, puede dedicarse a alcanzar necesidades espirituales. Entonces debe entender que esta es la respuesta a la plegaria. Aquello por lo que pidió anteriormente, ahora ha sido respondida su plegaria.

Además, a veces, cuando lee algún libro, el Creador le abre los ojos y siente cierto despertar, entonces, también su reacción normal es atribuir esto a la casualidad. No obstante, todo está guiado por la providencia.

Aunque el hombre sepa que toda la Torá son los nombres del Creador, puede decir que a través del libro que está leyendo llegó algún tipo de sensación superior. Pero debe saber que a menudo lee el libro y sabe que toda la Torá son los nombres del Creador, y sin embargo no recibe ninguna iluminación ni sensación. Por el contrario, todo es árido y el conocimiento que posee no le ayuda en absoluto. Por lo tanto, cuando el hombre ahonda en un cierto libro y deposita su esperanza en el Creador, el estudio debe basarse en el fundamento de la fe, es decir, que cree en la Providencia y que el Creador le abrirá los ojos. En ese momento, se vuelve necesitado del Creador, y de ese modo está en contacto con el Creador. Por medio de esto, puede ser recompensado con la adhesión con Él.

Hay dos fuerzas que se oponen entre sí: la Fuerza Superior y la fuerza inferior. Respecto a la Fuerza Superior está escrito: “Todo aquello que es llamado por Mi Nombre, Yo lo he creado para Mi gloria”. Esto significa que el mundo entero fue creado solamente para la gloria del Creador. La fuerza inferior es el deseo de recibir, el cual argumenta que todo fue creado para él –tanto las cosas corporales como espirituales–, que todo es para el amor propio. El deseo de recibir argumenta que merece este mundo y el mundo porvenir. Por supuesto que el Creador triunfa, pero esto recibe el nombre de “camino del sufrimiento”, que significa camino largo. No obstante, hay otro camino más corto, llamado “camino de la Torá”. Esta debería ser la tendencia de todos acortar el tiempo. Esto es llamado “Ajishena” (aceleradamente). De lo contrario será “Beitá” “a su debido tiempo”, según lo dicho por nuestros sabios: “lo lograron, será Ajishena; no lo lograron, será Beitá”, “que colocó sobre ellos un rey como Hamán, y los obligará a reformarse”.

La Torá comienza con Bereshit (En el principio), etc.: “...y la tierra estaba sin orden y vacía, y en tinieblas...” etc., y finaliza así: “a la vista de todo Israel”.

Al principio vemos que lo terrenal está “sin orden y vacía, y en tinieblas...” pero después, cuando todos se corrigen con el fin de otorgar, consiguen el estado de “Y dijo Dios: ‘Hágase la luz’...”. Hasta que se revela la Luz “a la vista de todo Israel”.