Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam
25. Cosas que salen del corazón
Lo escuché el 5 de Av, 25 de julio de 1944, durante una comida festiva con motivo de la conclusión de una parte de El Zóhar
El asunto de “las cosas que salen del corazón, entran al corazón“. Entonces, ¿por qué vemos que, incluso si las cosas ya han entrado al corazón, aun así el hombre cae de su grado?
El hecho es que cuando el hombre escucha de su Rav (maestro) las palabras de la Torá, inmediatamente está de acuerdo con la razón de su maestro y asume observar las palabras de su maestro con el alma y el corazón. Pero después, cuando sale al aire del mundo, ve, codicia y se apega a los muchos deseos que deambulan por el mundo; entonces él y su razón, su corazón y su deseo se anulan ante la mayoría. Mientras no tenga la fuerza para sentenciar al mundo a una balanza de mérito, estos lo vencen y él se mezcla con sus deseos.
Entonces es conducido “como un rebaño al matadero”. No tiene elección y está obligado a pensar, a desear, anhelar y exigir todo lo que la mayoría reclama. Entonces elige sus pensamientos ajenos y sus detestables gustos y pasiones que son ajenos al espíritu de la Torá. En ese momento, no tiene la fuerza suficiente para sobreponerse a la mayoría.
En cambio, solo hay un consejo útil aquí, que es adherirse a su maestro y a los libros. Esto es conocido como “De boca de los libros y de boca de los escritores”. Solo adhiriéndose a ellos puede cambiar su razón y su voluntad para bien. Sin embargo, las discusiones o ingeniosos argumentos no le servirán para cambiar su razón, sino solo el remedio de la adhesión, pues tiene una virtud maravillosa, ya que la adhesión lo reforma.
Solo cuando se encuentra dentro de la Kedushá (Santidad) puede discutir consigo mismo y argumentar bonitos e ingeniosos razonamientos, sobre cómo su razón lo obliga a andar siempre por los caminos del Creador. Pero debe saber que, a pesar de todas las sabidurías y la certeza que tiene, que ya podrá ir con estos razonamientos y vencer la Sitra Ajra, debe grabar en su pensamiento que todo esto no vale nada. Que esta no es un arma que pueda ganar la guerra contra el instinto, pues todos estos razonamientos son solo un resultado que alcanzó luego de la adhesión.
Esto significa que, todos los razonamientos, sobre los cuales construye toda su estructura, que hace falta ir siempre por los caminos del Creador, tienen como fundamento la adhesión con su maestro. Si pierde este fundamento, todos los razonamientos no tienen ninguna fuerza, porque ahora le falta el fundamento. Por lo tanto, uno no debe basarse en su propio intelecto, sino volver a adherirse a los libros y a los escritores, pues solamente esto puede ayudarlo, y ningún razonamiento ni entendimiento, porque no tienen ningún espíritu de vida.