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Baal HaSulam / El asunto de la granada

Rabí Yehudá HaLevi Ashlag - Baal HaSulam

13. El asunto de la granada

Lo escuché durante una comida en la segunda noche de Rosh HaShaná, 5 de octubre de 1948

El asunto de la Granada, dijo, indica lo que nuestros sabios han dicho: “Aún los más vacíos de entre vosotros están llenos de Mitzvot, cual granada” (Talmud, Iruvín 19). Dijo: Rimón (granada) viene de la palabra Romemut (excelsitud), que implica el trabajo por encima de la razón. Y su significado es que “Los vacíos de entre vosotros están llenos de Mitzvot”. La medida del llenado es de acuerdo a cuánto uno pueda ir por encima de la razón, y esto se llama Romemut.

Sólo hay vacío en un lugar donde no hay existencia (como está escrito: “pende la Tierra sobre la nada”). Entonces, ¿cuál es la medida del llenado de ese lugar vacío? La respuesta es: de acuerdo a la medida en que uno se eleve por encima de la razón.

Esto quiere decir que hay que llenar el vacío con grandeza, es decir, según el aspecto “por encima de la razón”; y se le debe pedir al Creador que le dé a uno esa fuerza. Esto significa que todo el vacío creado no sobreviene al hombre para que se sienta vacío, sino para que se llene con la grandeza del Creador. En otras palabras, para tomar todo por encima de la razón.

Y este es el sentido de “y Dios hizo que temieran de Él”. Esto significa que todos estos pensamientos de vacío llegan al hombre, es para que sienta la necesidad de asumir la fe por encima de la razón. Y para eso necesitamos la ayuda del Creador. Resulta que en ese momento uno debe pedirle al Creador que le proporcione la fuerza para que pueda creer por encima de la razón.

Y es precisamente entonces que el hombre necesita que el Creador le ayude, porque la mente externa le hace entender lo contrario. Por lo tanto, no hay mejor consejo para el hombre, que pedir ayuda al Creador. Respecto a eso está escrito: “A diario el instinto supera al hombre; y de no ser porque el Creador le ayuda, no podría vencerlo”. Así, vemos que solo entonces llega al estado en que el hombre comprende que nadie más le puede ayudar salvo el Creador. Y esto es “y Dios hizo que temieran de Él”, que el asunto del temor es la fe, y solo entonces el hombre necesita la salvación del Creador.