Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)
Carta 14
25 de enero de 1926, Varsovia
Para el que… arda su vela.
¡Y lea atentamente en mil días semanales! porque son los senderos del río del conocimiento. Es como dijo Shmuel: «Los senderos del cielo me son claros», en el discernimiento de Shabat (sábado): «Como los senderos del río del conocimiento», son los días de semana. Es decir: «El que no se esforzó en la víspera del Shabat, ¿de dónde comerá en Shabat?» Y entonces, todas las luces del Shabat se ordenan en luces que se obtienen durante los días de semana. Este es el secreto de los «mil días semanales».
Gracias a esto se puede entender el versículo: «Ven al Faraón». Es la sagrada Shejiná (Divinidad) revelada, esto proviene de: «Y suelta el cabello de la cabeza de la mujer», como está escrito en El Zóhar. El caso es que en la medida en que los hijos de Israel pensaban que Egipto los esclavizaba y les impedía servir al Creador, en la misma medida estaban realmente en el exilio de Egipto. Por lo tanto, el único esfuerzo del Redentor fue revelarles, que no hay otra fuerza involucrada aquí: «Yo y no un enviado», porque no hay ninguna otra fuerza aparte de Él. Que era verdaderamente la Luz de la redención, como se explica en la Hagadá (relato) de Pésaj.
Estas son las palabras que dio el Creador a Moshé en el verso: «Ven al Faraón», es decir, unifica la verdad, todo el que se acerca al rey de Egipto no es más que por el secreto del Faraón, para revelar la sagrada Shejiná (Divinidad). Por eso dijo: «Porque Yo endurecí su corazón, etc. Para poder colocar estas señales Mías dentro de él».
Porque en la espiritualidad no hay letras, como ya he explicado anteriormente. Y toda la fecundación y reproducción en la espiritualidad, se basan en las letras que se extraen de la materialidad de este mundo, como en «Y crea la oscuridad», pues no hay aquí adiciones ni nada nuevo, sino la creación de la oscuridad, que es la Merkavá (carruaje) adecuada para revelar que la Luz es buena. De ello resulta que, el mismo Creador endureció su corazón. ¿Por qué? Porque Yo necesito letras.
Esta es la cuestión de: «Para dar mis señales etc., y para que lo cuentes etc., para que sepan que Yo soy el Señor». Explicación, una vez que reciban las letras, es decir, cuando entiendan lo que les he dado y lo que me he esforzado por ustedes, como en el secreto, no te desvíes de «detrás» de Mí, porque guardarán completamente el Ajoraim (parte posterior) para Mí, en Mi nombre. Entonces la abundancia hará lo suyo y llenará las letras, y las cualidades se convertirán en Sefirot, ya que antes del llenado se denominan «cualidades», y una vez llenas de todo lo bueno, se denominan Sefirot, «zafiros», que iluminan el mundo de un extremo al otro.
Este es el secreto de «para que lo cuentes». Necesito todo esto para el final de la cuestión, es decir: «Y sabrán que yo soy el Señor», «y no un enviado». Este es el secreto de la puerta cincuenta, que no tiene manera de ser revelada, a menos que antes, los cuarenta y nueve rostros puros e impuros aparezcan uno frente al otro, en la que el justo cae (cuarenta y nueve en guematria) ante el malvado.
En cuanto a lo escrito: «No se jacte el sabio de su sabiduría, ni el valiente de de su heroísmo etc., si con esto se jacta Me comprenderá y Me conocerá». Es decir, como está escrito: «No habrá muerte fetal ni estéril en tu tierra». Y se entiende que muerte fetal o estéril es lo mismo, excepto que estéril se refiere a la carencia y a la letra en sí, y muerte fetal se refiere al llenado que la Sitra Ajra (arameo: el otro lado) da para llenar esa carencia, que no tiene existencia, que es de corta duración y lleno de enojo. En el momento de la corrección, se hace evidente que esa muerte fetal (Maskelá) se convierte en comprensión (Heskel) y lo estéril se convierte en «Y me conocerán».
Esto es lo que nos ordena el profeta: «No se jacte el sabio de su sabiduría, ni el valiente de su heroísmo», ya que todo el ser y la esencia que la persona siente de sí misma, no contiene ningún espíritu, ni para los superiores ni para los inferiores. Esto es así, porque no hay innovación en las esencias ni en las luces, este es el secreto de «hacedor de Luz», que significa que no hay innovación en la Luz, sino producción, mientras se tiene que influir movimientos sobre el dorso de las letras y revelar las formas de los superiores.
Sin embargo: «La creación de la oscuridad» que creó, es la cuestión de extraer como existencia a partir de la ausencia, como explica Rambam. Y aquí no hay innovación, sino oscuridad, como la tinta para el libro de la Torá. Por el esfuerzo del trabajador del Creador para dar contento a su Hacedor y complementar la voluntad del Creador, entonces provoca «muerte fetal y esterilidad». Al asumir el yugo del reino de los cielos en su totalidad, que es el secreto de «esta», es recompensado y ve las formas reales del «hacedor de la Luz», a través de preguntas y molestias. Así es recompensado con la loa del conocimiento y el saber, que esta es la verdadera ganancia, alabada y deseada en el pensamiento inicial.
Con esto entendemos el versículo: «Y les dijo: Sea así, el Señor está con ustedes... y los expulsará del rostro de la casa del Faraón». Todo el fortalecimiento del Faraón, rey de Egipto, fue solo con respecto a los «pequeños» porque no conoció a Yosef, quien los sustentaba con pan, según los pequeños. El secreto de los pequeños consiste en la restricción de la abundancia durante el tiempo de pequeñez. En el secreto de lo dicho por los sabios: «¿Por qué vienen los pequeños?, para que se les dé recompensa a los que los traen».
Por eso demostró su fuerza a los pequeños y dijo: «Miren que el mal está frente a ustedes. No es así, vayan ahora los hombres», ya que, debería estar agradecido por las chispas de Guevurot (plural de Guevurá) en el trabajo del Creador, que vinieron gracias al Creador. Pero de las chispas del mal ante sus rostros, no se puede decir que provengan del Creador. Y observa esto.
Por eso dijo: «Porque es a ella a quien piden», lo que significa que toda vuestra tendencia es aumentar las chispas de Guevurá y aumentar las chispas del mal, y ¿cómo pueden unificar las chispas malignas al Creador? Y por esto fueron expulsados del discernimiento del rostro de la casa del Faraón. Y observa esto.
Gracias a esto podemos entender la plaga de la langosta, como se dijo: «Y cubrió el ojo de la tierra, etc., y comió el resto de las sobras». Es decir, debido a que el Creador vio que todo el aferramiento del rey de Egipto (hasta que los expulsó, etc.), consistió en clarificar a los hombres y rechazar a los pequeños (como en lo dicho: «Porque a ella es a la que piden»), la plaga les robó también la cualidad de hombres, y también perdieron todas las chispas de Guevurá.
Con esto entenderás el versículo de la redención: «Este mes es para ustedes el principio de los meses». Es decir, en Egipto, el mes se llamaba Siván, como lo que decían sobre el monte Sinaí, que de allí descendió la Siná (el odio), como el trabajo general duro llamado en Egipto, Siván, como Shinán, que significa Siná Shelanu (nuestro odio), como en lo dicho: «porque es a ella a la que piden», y todos sus esfuerzos fueron solo para borrar las letras, porque las odiaban. Y observa esto.
Y a la luz de la redención, cuando fueron recompensados con miles de Shinán, se hizo esta renovación (mes) (Jidush se parece a la palabra mes - Jódesh) como el primero y principal y, en lugar de Siván, las letras se unieron para formar Nisán (el mes de Nisán), es decir, Nisim (milagros) que están con nosotros. Esto es lo que Rashi interpretó sobre este versículo: «"Este mes” indica que el Creador le mostró a Moshé la luna en su renovación», y estas son cosas antiguas.
Yehudá Leib