La Torá habló sobre cuatro hijos
Artículo 920, Tveria, 22 de febrero, 1972
“La Torá habló sobre cuatro hijos”. La Torá está destinada únicamente para la tendencia al mal, como dijeron nuestros antiguos sabios: “creé la tendencia al mal”, creé la Torá como condimento” (Kidushin 30:72). Por lo tanto, “quien no sabe preguntar, tú ábrele”. Debemos entender qué hay que preguntar y con qué palabras se le abre, cuál es la virtud que es posible abrir con ella a quien no sabe preguntar.
La cuestión es que cuando hay tendencia al mal, hay necesidad de la Torá. Por lo tanto si uno cree en el castigo y la recompensa, ya puede cumplir la Torá y las Mitzvot, puesto que tiene recompensa. Así uno no realiza la pregunta del malvado: “¿qué necesidad tienen ustedes de hacer este trabajo?”. Cuando no tiene dicha maldad, no tiene necesidad de la Torá y es por eso que se dice “tú ábrele”.
Si tú ves que hay una persona que se dedica a la Torá y las Mitzvot por su fe en la recompensa y el castigo, resulta que esta persona está cerrada, es decir que su tendencia al mal está cerrada, es decir que está oculta. Por lo tanto es imposible corregirlo, porque uno no corrige más de lo que ven sus ojos, por lo tanto se le enseña a trabajar con el fin de no recibir premio.
Entonces llega el malvado y pregunta: “¿qué necesidad tienen ustedes de hacer este trabajo?”, es decir: ¿qué ganaremos si servimos al Creador sin ninguna recompensa?, esto va contra nuestra naturaleza, que nacimos con la naturaleza de deleitarnos y no placer al prójimo sin recibir nada a cambio. Entonces uno está necesitado de la Torá y hay lugar para decir: “creé la tendencia al mal”, creé la Torá como condimento”.
Sin embargo, cuando no tiene tendencia al mal, es decir que no percibe en sí mismo el estado de deseo de recibir, entonces se denomina mal y no otra cosa.