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Rabash / Nos salvó de los pastores

Nos salvó de los pastores

Artículo 506, 1977

“Y dijo Moisés… si me preguntan cuál es su nombre, ¿qué les diré? Y dijo Dios a Moisés: ‘Seré quien seré’. Y dijo: esto dirás a los hijos de Israel, ‘Seré’ (también ‘estaré’) me ha enviado a ustedes”. Rashi interpretó: Estaré con ellos en esta pena que estaré con ellos en la esclavitud del resto de los reinos.

Dijo ante él: Señor del mundo, ¿para qué recordarles otra pena?, suficiente tienen con esta. Le dijo: bien los has dicho, así hablarás a los hijos de Israel - ‘Seré’ me ha enviado a ustedes. Y Rashi interpretó que el Creador repitió lo que dijo antes solo a Moisés y le dijo dos veces “Seré”, y a Israel le dijo una sola vez “Seré” (Brajot 9).

“Ellas respondieron: Un varón egipcio nos salvó de mano de los pastores”, etc., está escrito en el Midrash una fábula sobre uno que lo mordió un asno salvaje y corrió a poner sus pies en el agua. Se metió en el río y vio un bebé que estaba hundiéndose en el agua y tendió su mano para salvarlo.

Le dijo el bebé – si no fuera por ti ya estaría muerto. Le dijo al bebé: no fui yo quien te salvó sino el asno que me mordió y hui de él. Él te salvo. Y por eso dijeron a su padre: “un varón egipcio nos salvó de mano de los pastores”. ¿Quién hizo que venga a nosotros un varón egipcio que mató?

Esto viene a aludir que es posible interpretarlo como un indicio. Moisés, que llegará a la colectividad de Israel a decirles que Dios los sacará del exilio, entonces le dijo “Seré” una sola vez, es decir que solo tienen un exilio, que Israel está en el exilio en las naciones del mundo.

Es decir que hay que discernir entre el pueblo de Israel, que está en exilio entre los pueblos, que uno quiere lo que quieren los seculares, es decir todas las cosas materiales, y los seculares no le dan lo que ellos quieren. Y los seculares de las naciones del mundo gobiernan sobre el estado de los seculares del pueblo de Israel, lo que se denomina “exilio material”.

Pero lo principal del exilio es que el estado de Israel que existe en el individuo, es decir, que debe cumplir la Torá y las Mitzvot, y los seculares que se encuentran dentro del mismo individuo, no le permiten la libertad de hacer lo que él quiere. Entonces uno siente que se encuentra en exilio dentro de su propio cuerpo. Y antes que uno salga de ese exilio, es decir, de las pasiones materiales, no puede sentir los placeres espirituales derivados de la Torá y las Mitzvot.

Entonces se le permite al cuerpo comprender que le conviene renunciar a las pasiones materiales, que de ese modo conseguirá los verdaderos placeres. Y cuando este comienza a renunciar a las pasiones materiales, entonces el cuerpo quiere manifestar su dominio prestando resistencia sobre estos actos. Esto es lo que dice el texto: “Desde que me presenté ante Faraón y le hablé en Tu nombre, ha empeorado el estado de este pueblo, y no he salvado a tu tu pueblo”.

Es decir que antes que comenzaran a hablar con el cuerpo, que recibe el nombre de Faraón, el malvado, “para hablarle en Tu nombre”, es decir para renunciar a todo en beneficio del Creador, entonces se ve la bajeza del cuerpo y comienzan a sentir el exilio. Y esto es “Seré una sola vez”, es decir, en esta pena. Esto se relaciona a la colectividad de Israel.

Pero hay un trabajo llamado estado de “Moisés”, que es el estado de la Torá, que es el segundo problema. Esto es que cuando uno ya consiguió los placeres espirituales, que entonces hay un problema por no poder dirigirlo con el fin de otorgar, es decir, tomar la decisión que si no es, Dios no lo permita, para cumplir una Mitzvá, uno renuncia a los placeres espirituales. Esto es más difícil que renunciar a los placeres materiales, puesto que cuanto más grande es el placer, más difícil se hace la renuncia al placer.

Esto se llama “el segundo ‘Seré’”, es decir otro problema. Pero esto pertenece solamente a quienes se rigen por la Torá, lo que se llama estado de Moisés. Esto es (no) estudiar para la totalidad de Israel, sino para quienes se rigen por la Torá, que deben saber que tampoco pueden recibir los placeres espirituales para sí, solo con el fin de otorgar, lo que se llama Masaj (pantalla) y Aviut (espesor).

Y el Creador le prometió a Moisés que los sacará de la primera pena y de la segunda. Pero debemos saber que lo principal en la salida de la primera pena es que es la salida de las pasiones materiales, que sin ello es imposible alcanzar los placeres espirituales.

Esta es la fábula del Midrash sobre “un varón egipcio nos salvó de manos de los pastores”, es decir que mató al egipcio, esta es la primera razón, que también se debe recordar, e incluso después cuando llegó al segundo estado, que es el exilio de los placeres espirituales, que hay que recibirlos con el fin de otorgar, y el cuerpo no acepta. Esto es, mató al egipcio, que se refiere a las pasiones materiales llamadas estado de “egipcio”.

Sin embargo, luego, la segunda pena ya es el estado de “Israel”, o sea que tiene placeres espirituales, y de todos modos se encuentra en problemas por tener que superarse con el fin de otorgar, y necesita que Dios lo salve también de esta pena.