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La entrada al trabajo

Artículo 223

La entrada al trabajo debe ser en Lo Lishmá (no en nombre de la Torá), es decir que al creer en el Creador tendrá una vida de placer. Esto significa que si uno realiza esta acción, llamada fe, entonces lo lleva a elevar el espíritu y a adquirir fuerzas mentales superiores a las que tiene cuando no realiza esta acción.

Resulta de ello que esta es una Sgulá (virtud) con la que puede probar sabores más grandes en calidad y cualidad, a comparación de los que prueba al realizar otras virtudes que le producen placer.

Esto es que uno cuenta con muchas virtudes para alcanzar el placer, como comer, beber, dormir, etc., o vestidos honorables, o realiza acciones con las cuales las personas lo respetan. Nosotros vemos que estas acciones son virtudes mediante las cuales uno alcanza placer.

Solo que los placeres producidos por dichas virtudes son placeres limitados tanto en cantidad como en cualidad. Todo esto se denomina ‘Lo Lishmá’ debido a que toda su intención es únicamente obtener un placer mayor.

Solo después de alcanzar este nivel llamado Lo Lishmá, logra otros fenómenos por los cuales llega a un estado superior, o sea que entonces no hace cálculos personales. En cambio sus cálculos y pensamientos son la verdad.

Esto es que toda su intención es únicamente de anularse ante la realidad verdadera en la que siente que solo debe servir al Rey, puesto que siente la eminencia, la grandeza y la importancia del Rey.

Entonces olvida, es decir que no tiene necesidad de preocuparse por sí mismo, que por su parte se anula como una vela ante la luz de la antorcha, pues percibe la realidad del Creador. Entonces se halla en el nivel de Lishmá, dando contento al Creador, y todas sus preocupaciones y deseos están en qué puede dar contento al Creador. Su realidad propia, es decir el deseo de recibir, no surge allí en absoluto. Entonces se encuentra en nivel que otorga con el fin de otorgar.