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Moisés

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Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)

Carta 1

2 de mayo de 1922, Jerusalén

A mi amigo:

Al mediodía de hoy he recibido tu carta certificada del octavo día del primer mes, y tus quejas de pobre en mi contra son una plegaria aceptada, como está escrito en el Zóhar.

Ya te he demostrado en mis cartas anteriores que mientras tú me reprochas por no escribir, es a tu propia languidez a la que deberías estar reprochando. Date cuenta que desde el 7 del mes de Shvat hasta el 8 de Nisán, es decir, en más de dos meses no me has escrito una palabra, mientras que yo te he escrito durante este tiempo cuatro cartas, en el 22 de Shvat, 10 de Adar, el primer día del mes de Nisán, y el 8 de Nisán durante los últimos meses.

Si ese poco sacia al león, es como está escrito, «porque sobre lo alto vigila uno más alto, y uno más alto está sobre ellos» y en cuanto a la respuesta que exiges con firmeza, habré de responderte que todos creen en la providencia privada, pero no se adhieren a ella en absoluto.

La razón es que, como es posible atribuir un pensamiento extraño y sucio al Creador bendito, quien es totalmente bueno y benevolente. Es que, solamente a los verdaderos trabajadores del Creador se les abre al principio el conocimiento de la providencia privada, ya que Él produjo todas las causas que le precedieron, tanto buenas como malas. En ese momento ellos están adheridos a la providencia privada, ya que, todo el que está conectado a la pureza es puro.

Debido a que el Supervisor se unifica a lo que supervisa, no se puede reconocer en absoluto la división entre el mal y el bien. Todos son amados y claros, ya que todos ellos son los portadores de los Kelim (vasijas) del Creador, listos para glorificar la revelación de Su unicidad bendita. Esto se reconoce con los sentidos y en esa medida tienen conocimiento al final, de que todas las acciones y los pensamientos, tanto buenos como malos, son los portadores de los Kelim del Creador, y fueron preparados por Él y salieron de Su boca, y esto se expondrá a la vista de todos al final de la corrección.

Pero, mientras tanto, hay un largo y amenazante exilio. El principal problema es que cuando a la persona se le revela una acción inapropiada, cae de su grado (y se aferra a la conocida mentira y olvida que él es como un hacha en la mano del tallador). Porque piensa que él mismo es el dueño de este acto y olvida al que causa todas las causas, que todo proviene de Él, y que no hay otro operador en el mundo excepto Él.

Esta es la lección. Aunque la persona lo sabe al principio, aun así, en el momento de necesidad, no controla su conocimiento de atribuir todo al Causante, en unificación, cuando sentencia a una escala de méritos. Esta es toda la respuesta a tu carta.

Ya te he dicho cara a cara una verdadera parábola acerca de estos dos conceptos, donde uno indica sobre el otro. De todos modos, la fuerza de ocultamiento crece y domina en medio, como nuestros sabios dijeron acerca de aquellos dos bromistas ante al rabino, que entretenían a todos aquellos que estaban tristes.

Hay una parábola acerca de un rey que apreciaba mucho a su esclavo al punto que quiso elevarlo por encima de todos los ministros, ya que él había reconocido en su corazón un amor leal e inquebrantable.

Sin embargo, no se acostumbra en la realeza elevar a alguien tan alto de una sola vez y sin razón aparente. Más bien, los modales de la realeza es revelar el sentido ante los ojos de todos, con profunda sabiduría.

¿Qué hizo? El rey asignó un turno de guardia al esclavo en las casas exteriores de la ciudad, y le dijo a un ministro, quien era un gran sabio en la sabiduría de las bromas, que se disfrace y finja ser un rebelde en contra del reino y que libre una guerra para conquistar la casa, cuando los soldados no estén preparados.

El ministro hizo tal como el rey le había ordenado y con gran sabiduría y ardid, fingió luchar en contra de la casa del rey. Su sirviente arriesgó su vida y libró al rey, combatió al ministro con maravillosa valentía y enorme devoción, hasta que su gran amor por el rey se hizo evidente a los ojos de todos.

Luego el ministro se quitó sus vestiduras y hubo una gran risa (porque había combatido con espíritu valeroso y gran heroicidad, y ahora todos entendieron que esto era solo ficción, que no era real). Rieron aún más cuando el ministro habló de la profundidad de su imaginación sobre la crueldad y el miedo que él había imaginado. Cada detalle de esta terrible guerra fue para causar risas y gran alegría.

Pero, a pesar de todo, ¡se trata de un esclavo!, no es ningún erudito. ¿Cómo puede él ser promovido por encima de todos los ministros y esclavos del rey?

El rey pensó en su corazón y dijo a ese ministro que debía disfrazarse con vestimentas de ladrón y asesino, y comenzar una feroz guerra contra él. Porque el rey sabía que en la segunda guerra le revelaría una asombrosa sabiduría al punto de ser digno de encabezar a todos los ministros.

Por consiguiente, el rey puso al esclavo a cargo del tesoro del reino. Ese ministro, ahora disfrazado con vestimenta de un cruel asesino, vino a saquear los tesoros del rey.

El pobre encargado luchó con toda su valentía y con devoción, hasta haber completado la cantidad. Entonces el ministro se quitó las vestimentas y hubo gran alegría y risas en el palacio del rey, incluso más que antes, puesto que los ardides del ministro, hasta sus mínimos detalles, generaron grandes risas, debido a que esta vez, el ministro tuvo que ser aún más astuto que antes, porque ahora era claramente sabido que nadie es cruel en el país del rey y que todos estos crueles no son más que bromistas. A tal punto que, el ministro con profundas artimañas, obtuvo la fuerza para ponerse las vestimentas de malvado.

Pero, mientras tanto, el esclavo heredó «sabiduría» del conocimiento que se encuentra al final, y «amor» por el conocimiento inicial, y luego fue erigido por la eternidad.

Es verdad que todas las guerras en ese exilio son un maravilloso espectáculo, y que todos saben en su interior que todo esto es algún tipo de broma y alegría que solo trae el bien. Y a pesar de eso, no hay táctica alguna para reducir el peso de la guerra y su amenaza.

He hablado de esto extensamente contigo cara a cara, y ahora tienes el conocimiento de un lado de esta parábola y con la ayuda de Dios también entenderás también su otro lado.

De lo que más deseas tú que yo hable es algo de lo que yo no puedo responder nada. También te he contado una parábola acerca de esto cara a cara, porque «el reino de la tierra es como el reino de los cielos», y la verdadera conducción es entregada a los ministros, sin embargo, todo es hecho de acuerdo al consejo del rey y su firma. El rey mismo no hace más que firmar el plan que los ministros trazaron. Si él encuentra una falla en el plan, no la corrige, sino que pone otro ministro en su lugar, y el primero renuncia a su cargo.

Así es el hombre, un mundo pequeño, comportándose de acuerdo a las letras impresas en él, ya que reyes gobiernan las setenta naciones que hay en él. Este es el significado de lo que está escrito en el Sefer Yetzirá (Libro de la Creación): «Él coronó a tal letra». Cada letra es como un ministro en su tiempo, el cual hace evaluaciones y el Rey del mundo las firma. Cuando la letra se equivoca en algún plan, esta inmediatamente dimite de su cargo y el rey corona a otra letra en su lugar.

Este es el significado de «cada generación y sus jueces». Al final de la corrección, aquella letra llamada «Mesías» reinará, completará y conectará a todas las generaciones en una corona de gloria en mano del Creador.

Ahora puedes entender cómo es posible que yo interfiera con los asuntos de tu país, que ya tiene… reyes y jueces y cada uno debe descubrir qué le ha sido asignado revelar. Porque la transición hacia la unificación…. él no desea corregirlos, yo los corregiré perplejo, pero todo se aclarará a través de las reencarnaciones.

Es por ello que anhelo escuchar todas tus decisiones detallando sus discernimientos. Esto es porque existe una profunda sabiduría en cada detalle, y si yo hubiese escuchado de ti órdenes permanentes, hubiera sido capaz de cumplirlas y deleitar tu corazón.

Debes saber que es muy difícil para mí escuchar tus palabras porque no tienes constancia en los nombres y su significado. Es por ello que abriré para ti una entrada en los valores de los términos y medirás para mí la frase de tu sabiduría y de esta manera seré capaz de llegar al fondo de tus palabras.

Voy a ordenar los conceptos como los he visto en todas tus cartas para establecerlos entre nosotros permanentemente y saber que todo aquello que escribes sin ningún escrutinio, son como marcas sobre jarras de vino.

Debemos comenzar por la raíz de todas las raíces y llegar hasta el final del final. En general, se marcan cinco niveles: Yejidá, Jayá, Neshamá, Rúaj y Néfesh que todos se juntan en el cuerpo corregido. Resulta que Yejidá, Jayá y Neshamá, están por encima del tiempo y aunque se encuentran en el corazón de la criatura, se consideran circundantes desde lejos y no vienen al cuerpo durante su corrección, ya que en el origen oculto también se discierne la raíz: Rosh, Toj, Sof (Cabeza, Interior, Final). El Rosh es la raíz para Yejidá; que es Ein Sof (Infinito). Ahí, incluso en su propio lugar, no se revela su Luz y todo se anula como una vela frente a una antorcha.

Luego, la raíz de Toj, es la raíz para Jayá. Este es el significado de la Luz de Ein Sof, es decir, la revelación de Su Luz por completo. Mientras que en el tiempo, esta Luz es alcanzada solo bajo el discernimiento de la vitalidad que contiene, por lo que se denomina «raíz de Jayá».

Después de esto, la raíz del Sof, que es la raíz para las almas, es realmente como al principio - Ein Sof. Aquí, un velo superior se expande, y comienza el tiempo en la forma de «seis mil años el mundo existe, y uno es destruido». Esto se llama: Rúaj, Néfesh, y su raíz es adherida a Neshamá.

Sin embargo, también se expanden hacia abajo como Torá, la cual es el espíritu de vida y Mitzvá (precepto), la cual es Néfesh. Esta Néfesh es constante, que da vida, y es la fuerza que abraza y fortalece al cuerpo en el estado permanente por la fuerza de las féminas (Nukvaot), impresas en esta Néfesh.

Esta Rúaj (espíritu/viento) sopla los espíritus de vida y la Luz de la Torá dentro de la imagen de Nukva (femenina). Su raíz explica el significado de «y sopló en sus fosas nasales el aliento de vida; y el hombre se volvió un alma viva». Esto significa que Rúaj se eleva a Neshamá y recibe vida de ella, en la Luz del rostro del Rey, trayendo esta vida a Néfesh, la cual en este momento se denomina «alma viva».

Este es también el orden en todos los Zivuguim (acoplamientos) de las siete féminas del Rosh, y las dos inferiores dentro de Néfesh. Este es el significado de «Dios pone a los solitarios en la casa», es decir, con la revelación de la fuerza de las féminas, ya que «Toda la gloria de la hija del rey está dentro del palacio».

Lo principal de las correcciones y el trabajo es revelar las fuerzas de Neshamá, las cuales el Zóhar llama «Mundo Superior». También esto pertenece a la fuente oculta, como la raíz del Sof y todo acoplamiento es revelación de una Luz en la realidad del Mundo Superior. Este es el significado de «Nosotros cuyos hijos son como plantas desarrolladas en su juventud», refiriéndose al Ibur (gestación) en el Mundo Superior. Por el Zivug (acoplamiento)… para los inferiores… lo cual surgió en el pensamiento, y el final del principio de la fuente oculta será completada con todas las Luces… la continuación está en el libro del tesoro del conocimiento. La esencia de la mente es el alma del hombre y del hombre entero, pues en esta, él está completamente definido y lo que sale de ella son sus vestiduras y sus servidores. Algunos son sus ramas, algunos se consideran ajenos a ella.

Esta fuerza, aunque está en su alma, él no la verá; está oculta de cualquier ser viviente. No te asombres de ello, ya que la vista tiene el control y es el más importante de todos los sentidos. Aun así, nunca se verán a sí mismos, solo sienten su propia existencia de forma absoluta de modo que la visión no les hubiera agregado algún conocimiento, y es por ello que nada fue creado en vano, ya que les sirven de sensación y no hay necesidad alguna de agregar a la sensación.

Así también, el poder del alma, el cual es la esencia del hombre, no tiene ningún discernimiento en los sentidos, porque la sensación de la existencia de uno mismo es más que suficiente, y a ninguna persona le bastará con su propia existencia y necesitará testimonio de sus sentidos (la razón por la cual no hay sensación sin movimiento, es decir, que algunas veces la sensación se detiene y no hay relación ninguna entre su esencia y el movimiento, y entonces es más bien como consciencia absoluta). Es un grave error asemejar la forma de la esencia de la mente a una forma de concepto que se aferra apenas a la visión de imaginación. Porque esto es una mentira absoluta, ya que este concepto es como una luz que emerge y actúa. Su luz es percibida mientras está activa, hasta que finaliza su acción, y después la luz se pierde.

Por esto sabrás que el concepto que se siente durante su accionar, es solo una pequeña y débil rama de ella, (la sensación esencial es considerada conocimiento, porque la fuerza de la sensación es también un sentido, una consecuencia, y no requiere de la sensación esencial). No es parecido en ningún modo a su esencia, no en cantidad ni en calidad, como la piedra que es golpeada y muestra chispas de luz que son renovadas por la fuerza de abrazo general que se encuentra en la piedra, aunque en la forma de la fuerza que abraza no hay nada de luz. Así también, la esencia de la mente es la fuerza general en el hombre y varias ramas surgen de ella, como ocurre en el heroísmo y el poder, en el calor y su luz, de acuerdo a las leyes de la acción realizada.

Aunque nos referimos a ella como el «alma mental», o la «esencia de la mente», es debido a que la mente es también una rama de ella, la más importante del mundo, ya que «Uno es elogiado según su mente», ya que la persona no da lo que no tiene, por esto nosotros la definimos con el nombre mente. Es decir, por lo menos no menor que la mente que es sentida, ya que es una rama y una parte de ella. Ella reina sobre el resto de sus ramas y las absorbe, como una vela ante una antorcha. La mente no se conecta en ninguna acción, pero las diferentes acciones se conectan y son determinadas en la mente. Se discierne que toda la realidad no es más que sus esclavos, tanto en disciplina como para mejorarla, ya que todos ellos se van perdiendo, mientras que la mente va evolucionando. Por lo tanto, todos nuestros asuntos son solo de acuerdo a los caminos de la mente y sus ambiciones, y no se necesita nada más.

Yehudá Leib