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Baal HaSulam / Seiscientas mil Almas

Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)

Seiscientas mil Almas

Dijeron que hay 600.000 almas, y que cada alma se divide en varias chispas. Hay que entender, ¿cómo es posible que lo espiritual se divida? ya que desde un principio no fue creada más que una sola alma -el alma de Adam HaRishón.

Y, de acuerdo a mi humilde opinión, de verdad no hay en el mundo más que una sola alma, como está escrito en Génesis, 2:7: «E insufló en su nariz el alma de la vida». Y la misma alma se encuentra en todos los hijos de Israel, en todos y cada uno en plenitud, como en Adam HaRishón, porque lo espiritual no se puede cortar o dividir, ya que eso es propio de los materiales. Lo que se dijo que hay 600.000 almas y chispas de almas, parece que aquello se refiere a que se divide por fuerza del cuerpo de cada uno. Es decir que, al principio, el cuerpo separa e impide el resplandor del alma sobre él por completo, y con la fuerza de la Torá y la Mitzvá se purifica el cuerpo y, de acuerdo a la medida en que se purifica, en esa misma medida ilumina el alma general sobre él.

Por ello es que, con respecto al cuerpo material, se forman dos estados:

El primer estado es, que siente su alma como un elemento especial y no comprende que se trata de la totalidad de Israel, esto es realmente un defecto, por eso provoca junto con lo mencionado anteriormente.

El segundo estado es que no ilumina sobre él realmente la Luz del alma de Israel en toda su potencia general de iluminación, sino solo una parte de ella, de acuerdo a la medida y el grado en el que se purificó a sí mismo, al retornar al conjunto.

Y, la señal de que el cuerpo se corrigió completamente es, cuando siente que su alma se encuentra en todo el conjunto de Israel, en cada uno de ellos, y por eso, no se siente a sí mismo como un individuo, ya que, uno depende del otro. Entonces, se torna intacto, sin defecto y el alma se vierte en él de verdad en toda su potencia, tal como apareció en Adam HaRishón. Como está dicho: «Aquel que respiró, ha respirado desde dentro de Él».

Y este es el asunto de los tres períodos del hombre:

1) La chispa de un alma, que es el secreto de la acción bajo la forma chispeante, como en prohibir y permitir.

2) El alma individual, una parte de las 600.000, que se completa de forma permanente, pero su defecto permanece con él, es decir, que su cuerpo no puede recibir el alma general, y se siente a sí mismo como individual, y esto todavía le provoca muchos sufrimientos por amor.

3) Luego, se acerca a la plenitud, al alma general, porque ya purificó el cuerpo y es completamente santo para el Creador, y no hace ningunas medidas ni pantallas, y se incorpora por completo en el alma general de Israel.

Hemos aprendido que, si aunque sea una sola persona se acerca a su Señor con arrepentimiento completo, de inmediato llegará el rey Mesías.

Y, parece que el significado es, como dijeron (Cantar de los Cantares, Capítulo 1): «Moshé equivale a 600.000». Y hay que entender que según eso encontramos dos veces 600.000 (almas), el alma de Moshé y las almas de Israel.

Y, parece que la verdad es, como lo hemos dicho, anteriormente, que no hay más que una sola alma, como es sabido de acuerdo a la medida de todas y cada una de las almas que se purifica y se santifica a sí misma de su impureza.

Por lo tanto, al corregirse todas las almas atraerán hacia sí mismas todo el discernimiento del alma superior de Atzilut hacia cada una de las almas, porque lo espiritual no se divide, y entonces (Zacarías 14:9): «El Señor será rey sobre toda la tierra». Por lo cual, mientras a un alma le falte purificarse por completo, faltará esta atracción de santidad en cada una de las almas de Israel.

Y, también, cuando se purifique un alma de Israel a sí misma de toda su impureza, entonces, atraerá hacia ella toda el alma de Atzilut, y por medio de ella, se corregirán todas las almas de su generación, y ese es el asunto de que uno depende mucho del otro, como está escrito (Sanhedrin 11): «Era merecedor de que la Shejiná more sobre él, pero su generación no lo merecía».

Y, el contenido de estas palabras es unánimemente asombroso…que aquella alma que fue recompensada con purificarse, inmediatamente se esfuerza para elevar la gracia de la generación, y pedir por ellos, hasta que eleva a toda su generación a su nivel.

Y ese es el significado de las palabras «Moshé equivale a 600.000» ya que, al ser su leal pastor, poseía toda la santidad de la que era merecedora toda la generación, y entiéndelo.

Ciertamente, en cada elemento se encuentra todo el conjunto, ya que al final, se unirán todas las almas en una, en el discernimiento de «su retorno a su raíz espiritual». Por lo tanto, todos los milagros y las maravillas, todas las travesías que le ocurrieron a todo el mundo durante seis mil años, deben ocurrirle a cada alma individual, y el alma buena aspira a atraer hacia sí misma todos los discernimientos de santidad que la precede y la que le sigue, y el alma mala hace lo opuesto.

Y los tiempos que transcurren a la persona, son las generaciones, en las que cada generación se comporta como su juez, por la mente que lo juzga, de acuerdo a lo que recibe de la santidad en ese momento.

Por ello, cada alma está dispuesta a aspirar dentro de sí al alma de Moshé, Aarón, Shmuel, David y Shlomó; es decir, de acuerdo a los tiempos que le transcurren. Durante la salida de Egipto y la recepción de la Torá, el alma de Moshé, nuestro maestro, se le revela; durante las siete conquistas, el alma de Yeoshúa; y durante la construcción del Templo, el alma del Rey Shlomó, y entiende.

Y, no se trata de las almas individuales mencionadas, sino de acuerdo a la regla que dice que lo espiritual no se divide, e inmediatamente cuando es recompensado con un alma, recibe el alma general de Israel, de acuerdo a la medida de su purificación, y por ello, cuando alcanza los milagros mencionados, entonces, recibe dentro de sí la abundancia del alma en esa misma revelación, por ello el nombre del poseedor de la revelación se encuentra sobre él de verdad.

Y dijeron (Shabat 67; Baba Metzia, 113): «Todo Israel son hijos de reyes». También, (Talmud Yerushalmi, Masejet Horaot 3, 5): «Un rey que muere, todos los miembros de Israel merecen el reinado», y este es un asunto muy importante, ya que, en todas las previas generaciones, que fueron sólo la preparación para la Maljut, necesitaban vasijas especiales para atraer a sus jueces, como el alma de Moshé y Shmuel, etc. Pero el objetivo final depende de todo Israel, ya que si falta una pequeña parte de la pequeña chispa, no podrá revelarse el final. Por lo tanto, todo Israel merece la Maljut, porque todos son iguales en sentido verdadero, y por ello no hay ninguna vasija especial para atraer esa plenitud. Sino que, todo aquello se purifica y purifica su alma para ser merecedor de atraer la revelación de la Maljut al mundo, se llamará Rey David, realmente. Y, este es el secreto del dicho «David, el rey de Israel, vive y existe», porque no ha muerto para nada, y su vasija se encuentra en toda y cada una de las almas de Israel, pero el alma de Moshé no se encuentra, a no ser en los estudiantes sabios de la generación, y en los profetas y en los Cohanim (sacerdotes), etc.

Y ese es el secreto de (Talmud Yerushalmi, Masejet Horaot 3, 5): «El rey que muere, todo Israel merece el reinado», y entiende. Y ese es el secreto del dicho «saca a la mayoría de su obligación», y entiende esto muy bien.

Este es el significado de (Sota 49): «En la época del Mesías, la insolencia crecerá», e (Isaías 3:5): «Los niños se comportarán insolentemente con los mayores, y los innobles con los honorables», lo que significa que el joven y el abominable tendrán coraje en su alma, para atraer la Maljut al mundo, como si fuera un anciano y noble de la generación.

Porque también el innoble, es decir, el que tiene un alma baja y corrupta de verdad desde su raíz, si tiene la intención en su corazón, y purifica sus acciones, para que sean deseables, logrará atraer a su alma toda el alma general del pueblo santo, con todos los milagros que ha probado el pueblo santo hasta hoy, ya que todos fueron nada más que la preparación para esta plenitud. Por lo tanto, la misma alma individual está obligada a probarlo todo, y adquiere su mundo en una sola hora, por causa del poder de esa generación, que es el atraer el Kéter de Su reinado, que incluye a todo, y: «Todos necesitan al dueño de las espigas, y cada elemento es necesario» (Berajot, 64; Baba Batra, 145).

Y, lo que dijeron que, con que una sola persona sea recompensada en retornar con arrepentimiento completo, de inmediato llegará el rey Mesías, significa que sea quien fuera, incluso si una sola persona de la generación logra atraer por sí misma a esa alma, puede purificar a todos los miembros de su generación, ya que todos los que están comprometidos por el asunto, sacan a la gente de su obligación, y podrá rezar mucho y realizar su rol irrumpiendo, hasta que sea recompensado para toda su generación.

Pero en el resto de las redenciones, que fueron solamente una preparación, no incluyeron a todos y a cada uno de los individuos. Por ejemplo, la entrega de la Torá le perteneció a la generación del desierto, y a Moshé su maestro, y a pesar de que todas las demás generaciones eran mucho más puras, no atrajeron esta salvación, y por ello nadie más que Moshé, porque uno depende del otro.

Pero el discernimiento del Mesías está preparado para todas las generaciones, por lo tanto, está listo también para todos y cada uno de los individuos, para que atraigan el discernimiento del Mesías, porque como fue dicho de «todos los que están comprometidos por el asunto».

Y el motivo es que, el asunto del ungimiento es la corrección de las vasijas, y la imagen de todas las vasijas es igual, porque toda división en ellas, es en el JaBaD de ellas, sus características. Por lo tanto, desde el ministro que ve la cara del Rey hasta el que se encuentra detrás de la piedra de amolar, todos son siervos iguales en causar el retorno del resplandor a su origen, y en ello no hay ningún nivel entre uno y su amigo.