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Rabash / El asunto de las malicias que se volvieron virtudes

Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)

5. El asunto de las malicias que se volvieron virtudes

El asunto de «las malicias que se volvieron virtudes» se puede comprender si le llega al hombre una pregunta, que de seguro es un gran pecado, esa pregunta puede llevarlo a que caiga a la cáscara llamada «duda sobre las primeras». Y si hace arrepentimiento desde el temor, es decir, se fortalece y no se impresiona de ese pensamiento, entonces «se convierten en errores», es decir, no tiene un pecado sino un error. En otras palabras, sería mejor si no le llegara ningún pensamiento ajeno, pero ahora que ya llegó, no tiene otra alternativa más que fortalecerse en asumir el yugo del reino de los cielos.

Y existe también el aspecto del arrepentimiento por amor, que recibe nuevamente ahora el yugo de la fe por causa del amor, que asume el trabajo desde el amor. Es decir, que está feliz de que el Creador le inventó este pensamiento ajeno que por medio del cual puede cumplir esta Mitzvá.

Eso se parece a una llama conectada a la mecha, es decir, que el pensamiento extraño se llama el aspecto de la mecha, que quiere ingresar algo prohibido en su trabajo. Esto quiere decir, que el pensamiento extraño le permite comprender por el lado de la mente y la razón que no tiene nada que hacer en Su trabajo. Y cuando recibe el pensamiento ajeno y dice, que no quiere poner ninguna excusa, sino que todo lo que le dice su razón es correcto, pero él va por el camino de la fe que es por encima de la razón.

Resulta, que la llama de la fe está conectada a la mecha del pensamiento ajeno. Resulta que únicamente ahora puede cumplir la Mitzvá de la fe como es debido. Resulta que las preguntas se volvieron virtudes, ya que de lo contrario no podría recibir ninguna virtud del aspecto de la fe.

A esto se le denomina «felices en los sufrimientos». Que a pesar de que tiene sufrimientos, del lamento que le genera el pensamiento ajeno, que le provoca difamar, chismear y calumniar Su trabajo, a pesar de todo él está feliz con ello, que únicamente en un tiempo así puede cumplir el aspecto de la fe por encima de la razón y a esto se llama la alegría de la Mitzvá.

«Está prohibido levantar las manos sin plegaria y petición», y también hay que entender el asunto, «para que se descubran los pecados». Que el asunto del discernimiento de la mente, tiene que ver antes, que esté listo para la batalla, es decir, que tenga el arma preparada para ello, para que pueda vencer la batalla. Y si no está preparado para ello, está prohibido hacer ningún discernimiento para que se revele el pecado. Es decir, que se revele que no está listo para asumir el aspecto de la mente. Sino que debe prepararse, que si el cuerpo no quiere asumir el aspecto de la mente, que pueda verter sobre ello de inmediato la plegaria, que el Creador le ayude, que pueda asumir el yugo del reino de los cielos.

Y ese es el asunto que «está prohibido levantar las manos». «Manos» se llama el aspecto del alcance y la recepción. Levantar las manos es que él se retira de estar bajo el aspecto de receptor, tanto en mente como en corazón, sin plegaria, para que no tenga aferramiento la Sitra Ajra. Sino que, de inmediato, cuando ve que no puede ir en este camino, entonces rezará.

Es decir, si no puede sobreponerse con el esfuerzo, entonces se sobrepondrá con la plegaria. Pero si no está listo para la plegaria, tiene prohibido hacer el discernimiento.