Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)
Justos y malvados
(Artículo inédito de los manuscritos de Baal HaSulam)
Cuando el hombre se purifica para adherirse al Creador, él es completamente para otorgar y no tiene ningún deseo de recibir. Entonces, ¿cómo recibirá Su bondad, con la que deseaba deleitar a sus criaturas? Por esta razón, el Creador dejó sellado en cada hombre, que esté compuesto de todas las criaturas del mundo. Es decir, que las opiniones y la naturaleza de todas las personas del mundo reinarán y se unirán en cada persona del mundo, ya que los pensamientos y opiniones de las personas pasan de una a otra.
Por lo tanto, una vez que el hombre se ha purificado y se vuelve un justo completo, he aquí que aun así está conectado con los malvados de todo el mundo y es influenciado por el deseo de recibir de ellos, contra su propia voluntad e inconscientemente, por esta razón, el justo está preparado para despertar con deseo y recibir Su deleite, que es el propósito del cielo y la tierra.
De esta manera, este hombre justo contiene dentro de sí realmente, las chispas de las almas de los malvados y de los justos de todo el mundo, del pasado y del futuro. Después de que corrige las almas de los justos en quienes está incluido, y se adhiere a ellos adecuadamente con el fin de otorgar, entonces, las almas de los malvados contenidas en él, comienzan a abrir la boca para recibir placeres. En ese momento, la persona se convierte en una vasija para también recibir Su deleite y logra su propósito ya que tiene el deseo de otorgar, lo que causa Dvekut (adhesión) en equivalencia de forma, y tiene el deseo de recibir a través de las almas de los malvados contenidas en él. Esto lo convierte en un Kli para recibir Su deleite y Su bondad.
Y he aquí, que las almas de los justos envidian las obras de los malvados, ya que ven que la principal voluntad del Creador, es deleitar a Sus criaturas, y se realiza principalmente por medio de las acciones de los malvados, ya que las acciones de los justos solo causan Dvekut, que es el deseo del inferior, pero las acciones de los malvados causaron el propósito de la voluntad del Creador, es decir, deleitar a Sus criaturas.
Sin embargo, en verdad, las almas de los malvados no merecen poseer la abundancia que recibieron, ya que se conectaron con los justos solo para despertar en ellos el deseo de recibir Su deleite, mientras que los justos, que ya han sido recompensados con Dvekut con Él y el deseo de otorgar, ganan ahora el doble, ya que tienen Dvekut, y también reciben Su deleite con el fin de otorgar, que es la voluntad principal y dijo que los justos ya se han completado por completo a través de los malvados y luego todas las almas de los malvados pierden su lugar, con respecto al justo, pues no pueden recibir salvo para sí mismos y no con el fin de otorgar, como las acciones de los justos.
Providencia personal y Providencia de recompensa y castigo.
El camino del sufrimiento es la Providencia personal, y el camino de la Torá es la Providencia de la recompensa y el castigo.
Con esto se responden las preguntas del conocimiento y de la elección. Porque, en verdad, toda criatura está obligada a pecar, como está escrito (Eclesiastés 7:20) «No hay justo en la tierra que no peque» y cada criatura está obligada a arrepentirse, como está escrito (Shmuel 2 14:14) «No será rechazado de Él ni el más lejano» y (Isaías 11, 9) y «La tierra se llenó del conocimiento [del Señor]». Sin embargo, este imperativo se aclara por medio de las riendas de la naturaleza del placer y el sufrimiento corporal que conducen al hombre al lugar que su providencia desea, como está escrito en el artículo «La esencia de la religión y su propósito».
Pero también existe el camino de la Torá en la que los seres humanos que están más cerca y son capaces de desarrollarse, de la manera que está escrito (Yoma 38, 2) «Vio a los hombres justos que son pocos, los ha implantado en todas las generaciones» y «No hay generación que no tenga personas como Abraham, Itzjak y Yaacov»(Bereshit Rabá 46, 9), que puedan transmitir de su sabiduría a las masas no desarrolladas y a esta transmisión se la llama camino de la Torá (es decir Torá oral, porque la Torá escrita también es Torá oral, porque quién puede decir una cosa puede decir la otra), que a partir de ello, las mismas masas que la recibieron a través de los justos, se volvieron capaces de cumplir su propósito final, incluso en su propia generación, a pesar de que, de acuerdo al orden de la Providencia personal, están obligados a reencarnar otras cien generaciones antes de recibir la ley de su desarrollo de los brazos de la naturaleza, por lo que el tiempo y el sufrimiento les son considerados una gran recompensa, si cumplen lo enseñado por su maestro, y se le consideran grandes castigos si no los cumplen, este es el significado de la amputación y la muerte en manos del cielo, es decir, que retroceden y caen en los brazos de la naturaleza a causa de la transgresión.
Y este es el significado del arrepentimiento que vuelven y se conectan en el camino de la Torá (también este es el significado del infierno y el paraíso que es el asunto de la purificación del alma, que le ocurre a ella en el tiempo intermedio que va del cuerpo a otra encarnación, que mientras tanto recibe una cierta corrección para conectar en ella todos los asuntos y las fuerzas buenas o malas de lo hecho en la primera encarnación, y este es un asunto de la Cabalá que no aclaramos aquí),