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Rabash / ¿Cuál es la razón por la cual se le concedió a Israel el derecho de heredar la tierra, en el trabajo?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Cuál es la razón por la cual se le concedió a Israel el derecho de heredar la tierra, en el trabajo?

Artículo 44, 1991

El versículo dice (Deuteronomio 9:5): «No por tu justeza ni por la rectitud de tu corazón, vas a heredar la tierra de ellos, sino por la maldad de estas naciones, el Señor tu Dios las va a desposeer ante ti, y para cumplir la promesa que juró el Señor a tus padres».

Debe entenderse que esto implica que la razón por la que el Creador le dio la herencia de la tierra al pueblo de Israel es como está escrito: «Debido a la maldad de las naciones, el Señor tu Dios las va a desposeer ante ti». Es decir, si no fuera por «la maldad de las naciones», no habría ningún interés en dar en herencia la tierra. También, debemos entender la segunda razón, que dice que es porque «el Señor juró a tus padres». Si no fuera por el juramento, el Creador no tiene ninguna necesidad de dar la tierra al pueblo de Israel.

Esto es difícil de entender. Nuestros sabios dijeron: «El mundo fue creado solo para Israel». Esto significa que todas las cosas buenas que existen en el mundo son para Israel. Esto implica que por diferentes motivos es que se le otorga al pueblo de Israel una tierra buena, amplia y codiciada, una tierra donde fluye la leche y la miel. Esto es así por dos razones:

1) Por la maldad de las naciones.

2) Por el juramento hecho a tus padres.

Sin embargo, las escrituras nos dicen que no debemos equivocarnos y que la razón por la que Él nos da en herencia la tierra no es por «tu justeza y rectitud de tu corazón vas a heredar la tierra de ellos» sino, por las dos razones mencionadas anteriormente.

Baal HaSulam dijo acerca de lo que está escrito (Génesis 15: 7-14) «Y Él le dijo: “Para darte esta tierra para heredarla”. Y él dijo: “¿cómo sabré que la heredaré?” Y Le dijo a Abraham: “Sabe con toda seguridad que tu simiente será extranjera en tierra ajena, donde serán oprimidos cuatrocientos años y después de esto saldrán ellos con grandes posesiones”».

Y preguntó, ¿cuál es la respuesta del Creador a la pregunta de Abraham? «¿Cómo sabré que lo heredaré?» El Creador dijo: «Sabe con toda seguridad que tu simiente será extranjera en tierra ajena, y después de esto saldrán con grandes posesiones». Esto significa que la respuesta fue con respecto a la pregunta: «¿Cómo lo sabré?». Es decir que, Abraham dice que quiere garantías sobre la herencia, por lo que el Creador le responde, y con esa respuesta ya estará seguro de la herencia de la tierra. Por lo tanto, debemos entender la respuesta, en la que ya existe la promesa de la herencia.

Dijo que esto significa que cuando el Creador le dijo «Para darte esta tierra para heredarla», Abraham vio la grandeza y la importancia de esa tierra, ya que la cuestión de la herencia de la tierra se refiere a Maljut, que recibe todas las luces desde arriba y las imparte a las almas, ya que Maljut se llama «la congregación de Israel».

Y Abraham vio, de acuerdo con la regla de que «no hay Luz sin un Kli», lo que significa que «no hay llenado sin carencia», si el Creador iluminara a Israel un poco y los despertara desde arriba, ellos se conformarían con poco y no tendrían ninguna carencia por niveles más elevados. Por lo tanto, Abraham vio que no era posible que el pueblo de Israel pudiera recibir la herencia de la tierra, ya que no la necesitaban.

Esta fue la pregunta: «¿Cómo lo sabré?» No es que él no creyera lo que el Creador le había dicho. Más bien, su pregunta fue que no podía ver que tuvieran necesidad de eso. Es como dar algo precioso a una persona que no lo necesita, esa persona no puede disfrutarlo. De ello se deduce que, incluso si se les otorgara la herencia de la tierra, si no tienen la necesidad de ella, no podrán disfrutarla. Aunque desde la perspectiva del dador, todo está bien, pero si el nivel inferior no tiene necesidad, ¿qué puede hacer el dador? Esto es lo que Abraham preguntó.

La respuesta fue: «Sabe con toda seguridad que tu simiente será extranjera en tierra ajena». Es decir, que estarán exiliados en Egipto, lo que significa: «Una tierra ajena a ellos», es decir, que el pueblo de Israel, que quiere trabajar en beneficio del Creador, pero los egipcios los dominaban. Cada vez que el pueblo de Israel quiso salir del exilio, como está escrito (Éxodo 2:23): «Y los hijos de Israel suspiraron a causa del trabajo, y su clamor subió a Dios a causa de su trabajo».

En general, las naciones del mundo son llamadas «deseo de recibir para sí mismas». Sin embargo, el deseo de recibir está formado por muchos deseos, y cada deseo se le atribuye a una «nación» específica. Por eso se les llama de un modo general: «Las setenta naciones del mundo», correspondientes a los setenta discernimientos de deseo. Esto viene de «uno opuesto al otro», es decir, opuesto a las siete Sefirot de Kedushá (Santidad), que son JaGaT NeYM, y cada una de las cuales consta de diez Sefirot, que en conjunto forman setenta naciones.

Además, existe el discernimiento de «Israel», que lleva el nombre de Yashar-El (directo al Creador) que es lo opuesto al deseo de recibir para uno mismo, que es el deseo de otorgar al Creador. En otras palabras, él quiere dar contento a su Hacedor.

Por lo tanto, ya que los egipcios los dominaban, tenían que hacer todo su trabajo para los egipcios, y no para el Creador. Por eso se dice: «Y los hijos de Israel suspiraron por el trabajo». Significa que los hijos de Israel querían trabajar en beneficio del Creador, pero los egipcios los dominaban, por eso «suspiraron». Es decir, que vieron que no solo no estaban progresando, sino que estaban retrocediendo. Por eso es que está escrito: «Y su clamor subió a Dios a causa de su trabajo».

Entonces, al ver que no podían salir del exilio por sí mismos, le pidieron al Creador, tal como está escrito: «Y su clamor subió a Dios». Esto significa que el Creador los ayudó a salir del exilio en Egipto. Esto es como dice El Zóhar sobre lo que se dijo: «El que viene a purificarse recibe ayuda». Y pregunta: «¿con qué?» Y responde: «con un alma santa».

De ello se deduce que, específicamente, cuando están bajo el dominio del mal, ven cada vez más, cuál es el control del mal. En ese momento, la persona llega a sentir dos cosas:

1. Que el deseo de recibir, que es el dominio de los egipcios, es algo tan malo, que lo aleja del Creador. Es decir, antes de comenzar el trabajo de con el fin de otorgar, no sabía cuánto daño le causaba el deseo de recibir. Esto es así por la razón conocida de que al hombre no se le muestra el poder del mal de una sola vez. Sino, que se le muestra poco a poco, ya que de lo contrario escaparía inmediatamente del trabajo y dirá que eso no es para él.

De acuerdo con lo anterior, debemos interpretar las palabras de Rambam, quien dice que: «La cuestión de Lishmá (en nombre de la Torá) no se le revela a la persona al comienzo del trabajo, sino, una vez que haya adquirido conocimiento y mucha sabiduría, entonces se les revela ese secreto poco a poco». Deberíamos entender lo que significa que «se les revela ese secreto poco a poco». Debemos entender cómo es posible la cuestión de «poco a poco». Después de todo, cuando se le dice a la persona que debe hacer todo para Lishmá, ya se le revela todo. ¿Qué más hay para revelar?

Debemos interpretar que cuando dice «se les revela», ¿quién es el que les revela ese secreto de Lishmá? También deberíamos entender lo que quiere decir: «Hasta que adquieran conocimiento y mucha sabiduría». ¿Quién sabe cuándo es ya merecedor de «Hasta que adquieran conocimiento y mucha sabiduría»?

Esto lo podemos entender por lo que dice El Zóhar acerca del versículo: «hágale saber que ha pecado» Y pregunta: «¿quién le hizo saber?» Y le responde, el Creador. Debemos entender por qué dice que «el Creador le hace saber que ha pecado». ¿De qué manera se lo hizo saber? Debemos interpretar esto por lo que está escrito en el Sulam en (Bereshit sección 3): «Si uno se dedica a la Torá y a las Mitzvot, incluso por propio placer, mediante la Luz que hay en ella, sentirá la bajeza y la terrible corrupción existente en la naturaleza de recibir para uno mismo. Entonces, decidirá retirarse de esa naturaleza de recepción y dedicarse por completo a dar satisfacción a su Hacedor. Entonces, el Creador le abrirá los ojos y verá ante él un mundo lleno de perfección absoluta, sin deficiencia alguna».

Ahora podemos entender cómo el Creador le informa «Que ha pecado». Deberíamos interpretar, que incluso cuando una persona aprende Lo Lishmá (no en Su nombre) la Luz que hay en ella, le informa que el deseo de recibir es la causa de todo el mal, que ese es el obstáculo que le impide a la persona que tenga la capacidad de recibir todo el bien y el placer que Él desea dar a los seres creados. Y la Luz de la Torá es considerada como el Creador que notifica al hombre que ha pecado.

También es necesario explicar por qué Rambam dice que debemos comenzar a acostumbrar a la persona a trabajar en Lo Lishmá, y no en Lishmá. Esto es así porque la cuestión de Lishmá se le revela a la persona al recibir la Luz de la Torá. De esto se deduce que si él no se dedica a la Torá, incluso en Lo Lishmá, ¿de dónde tomará la Luz de la Torá? Por eso dice Rambam, que debemos comenzar con Lo Lishmá.

Con esto entenderemos lo que preguntamos acerca de ¿quién sabe si han adquirido mucha sabiduría, y que ya está permitido revelarles la cuestión de Lishmá? La respuesta es que la Luz de la Torá sabe cuánto admiran la Luz de la Torá, y en esa medida es posible revelarles la cuestión de Lishmá.

Por esto, podemos entender lo que dice Rambam, acerca de que se «les revela poco a poco», esto significa que la cuestión de hacerlo «en nombre de los cielos» significa que no es por su propio beneficio. La persona debe sentir que no es por su propio beneficio, y esto se le revela mediante la Luz de la Torá. Por lo tanto, la Luz le muestra a cada momento, el mal existente en el deseo de recibir, ya que a través de la Luz que la persona recibe de la Torá, ve cada vez un poco más, todo lo malo que hay en el deseo de recibir. Por eso dice que se le muestra «poco a poco».

El tema del mal se interpreta de dos maneras:

1) ¿Cuál es la cualidad del mal, es decir, cuánto se pierde al recibir para sí mismo?

2) La medida en que el cuerpo se opone al trabajo de otorgamiento.

En estas dos, la persona recibe un poco de la Luz de la Torá. Este es el significado de las palabras: «Se les revela ese secreto poco a poco». Es decir, a través de la Luz que recibe de la Torá en Lo Lishmá, él revela las dos cuestiones anteriores. En otras palabras, la medida del mal que se encuentra en el deseo de recibir, y la medida de la resistencia del cuerpo, cada vez en mayor medida, y uno ve si es capaz de sobreponerse. Por eso dice «poco a poco», lo que significa que cada vez, la Luz le revela algo que es imposible revelarle de una sola vez.

Ahora, podemos entender lo que preguntamos acerca de ¿por qué los escritos dicen que, específicamente a través de la maldad de las naciones, fueron recompensados con la herencia de la tierra? La razón es porque el Creador le prometió a Abraham, que de esa manera, es decir, que Israel sufrirá el exilio a causa los egipcios, es decir, todas las naciones del mundo, con todas las malas cualidades que tienen, quieren dominar al pueblo de Israel, y el pueblo de Israel quiere hacer todo en beneficio del Creador y no en beneficio de las setenta naciones. En ese momento, sienten la carencia y verán que son incapaces de superarlos.

Entonces será como está escrito: «Y los hijos de Israel suspiraron por el trabajo, y su clamor subió a Dios desde el trabajo». En ese momento, el Creador les dará la ayuda necesaria para lograrlo. Es decir, que cada vez, serán recompensados con un «alma santa», y esa será la razón por la que los hijos de Israel deberán recibir la herencia de la tierra, ya que la recibirán por necesidad, para salvarse del control de las naciones del mundo.

Este es el significado de las palabras: «por la maldad de estas naciones el Señor tu Dios, las va a desposeer ante ti». En otras palabras, justamente por la maldad de las naciones, el Creador puede darles la herencia de la tierra de Israel, que la sensación de maldad, cuando revelan que este mal les impide llegar a acercarse al Creador, ya que solo esto es lo que necesitamos, pues la cuestión de «cerca y lejos» en la espiritualidad, se refiere a la equivalencia de forma y cuando hay equivalencia de forma entre la Luz y el Kli (vasija), la Luz reviste al Kli.

Por lo tanto, la sensación de maldad, llamada «maldad de las naciones», hace que sea necesario librarse de lo malo, y luego el hombre comienza a purificarse de recibir para sí mismo y ve que está fuera de sus manos. En ese momento, comienza a orar al Creador para que le ayude, como decían nuestros sabios: «El que viene a purificarse recibe ayuda». Como dice El Zóhar, se le da un alma santa. En otras palabras, cada vez que recibe ayuda de lo alto, es por medio de la recepción de un alma. Se deduce que los ascensos y descensos son la razón que causa la necesidad y el deseo de recibir la herencia de la tierra.

Y el que dice que la razón es, en nombre de lo que «el Señor juró a sus antepasados». Es decir, no es que la razón sea que Él juró a sus antepasados, y es por eso que les está dando en herencia la tierra. Preguntamos, ¿no es que nuestros sabios dijeron acerca de lo que está escrito en: «Bereshit (al principio) no hay principio sino Israel»? De esto se deduce que todo fue por Israel y no por el juramento hecho a los patriarcas.

Sin embargo, debemos interpretar, que cuando los hijos de Israel estén capacitados para recibir la herencia de la tierra, es decir, cuando tengan la necesidad de la herencia de la tierra, porque, como él dice: «Es debido a la maldad de las naciones que El Señor tu Dios les da en herencia la tierra ante de ti», esta es la razón por la cual los hijos de Israel heredarán la tierra.

Se sabe que «la tierra» se considera Maljut y Maljut se llama «la congregación de Israel», ya que ella reúne dentro de sí todo lo que hay en ZA, llamado «Israel». Esto se llama «La unificación del Creador y Su Shejiná» (Divinidad). Y a través de esta unificación, la abundancia se derrama sobre las almas.

Todo esto viene desde el principio del pensamiento de la creación, como decían nuestros sabios: «No hay más comienzo que Israel». Esto significa que el propósito de la creación, es Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones, se refiere a los hijos de Israel. ¿Pero de qué manera recibirán el bien y el placer? El texto nos dice acerca de esto, que la razón principal por la cual serán capaces de recibir, es por la «maldad de las naciones» y también para «cumplir el juramento que el Señor hizo a sus padres». La herencia de la tierra es como se le notificó a Abraham, cuando Abraham le preguntó: «¿cómo sabré que la heredaré?» La respuesta del Creador fue porque los hijos de Israel estarán en el exilio, es decir, bajo la «maldad de las naciones».

Por lo tanto, de esto se deduce que una persona no puede ascender al nivel de la santidad, a menos que sienta carencia por estar en el nivel en el que se encuentra. Es decir, las carencias y el sufrimiento que siente la persona, le hacen tener la necesidad de encontrar alguna manera de satisfacer sus carencias. Pero si él no siente ninguna carencia, aunque sepa que tiene carencias en el trabajo, pero esto no le duele, entonces esa carencia no puede ser satisfecha, porque no busca consejos para eso, y sin un despertar desde abajo, es decir, si una persona no le pide al Creador desde el fondo de su corazón, la plegaria no puede ser contestada, porque si no sufre por la carencia, no puede pedir con todo su corazón.

Esto es como está escrito en el Midrash: «Buscando el bien» (Salmo 23): «Porque el Señor tu Dios bendijo todas las obras de tus manos, incluso si te sientas ociosamente». El significado de «todas las obras de tus manos», si lo hizo, será bendecido, y si no, no será bendecido.

Por lo tanto, vemos que sin un despertar desde abajo, es decir, si no hay trabajo por parte del nivel inferior, la bendición no puede venir. La pregunta es, ¿por qué? La respuesta es que cuando una persona comienza a hacer ese trabajo, es porque la persona recibe la carencia de esa cosa. Es decir, que hay una diferencia en la necesidad por esa cosa. Esto significa que debemos entender hasta qué punto es necesario para la persona obtener lo que quiere, ya que el trabajo y los consejos en los que una persona invierte para obtener lo que quiere, expande la carencia por ello, de todas maneras, cuando lo obtenga, podrá disfrutar de ello.

Por lo tanto, cuando se habla en el trabajo, aunque tenga la necesidad de ascender en el trabajo, pero esa necesidad todavía no es lo suficientemente fuerte en el hombre como para que sea absolutamente indispensable, entonces cuando se le da algo desde arriba, y todavía no sabe apreciar lo que se le da, lo perderá en la Sitra Ajra (arameo: el otro lado), ya que no es lo suficientemente inteligente como para saber apreciar algo en la espiritualidad.

Esto es como nuestros sabios dijeron (Jaguigá 4): «¿Quién es el tonto?, el que pierde lo que se le da». Es decir, la persona que no sabe apreciar cuando se le da cierta cercanía desde arriba, esto lo abandona rápidamente y sufrirá un descenso, ya que no sabe cómo cuidar el acercamiento.

Normalmente, si a alguien se le permite entrar de alguna manera a la corte del Rey, se preocupa de buscar la forma de entrar en la casa del Rey y no se conforma con estar solo en su corte, por lo tanto, cuando se acerca un poco al hombre, se alegra de que lo hayan acercado y no se preocupa por encontrar otras formas de avanzar. Por lo tanto, es expulsado y luego, sufre un descenso, llamado «accidente de tránsito», lo que significa que sufrió un accidente cuando iba a acercarse al Creador.

Es decir, que un automóvil se estrelló contra su automóvil, en otras palabras, que el vehículo del mundo material se estrelló contra el vehículo del deseo de otorgar, entonces, toda la vida que tenía con el deseo de otorgar lo abandonó y quedó inconsciente. En otras palabras, que ahora siente que ya no tiene vida espiritual. Hasta que se recupera gradualmente y comienza a sentir que toda la vida que vive ahora, es solo por el deseo de recibir para sí mismo, en ese momento, comienza a pensar y a buscar consejos sobre cómo volver a dedicarse al trabajo de otorgar.

De esto se deduce, que para que tenga una carencia, y que necesite elevarse a un alto nivel en el trabajo de otorgamiento, desde arriba se le da el descenso, para que tenga la necesidad de avanzar, ya que sin una necesidad real, la persona no puede recibir lo que debe obtener, por lo tanto, si una persona quiere cuidarse y evitar tener un accidente de tránsito, debe protegerse para no chocar con el vehículo del deseo de recibir. Por esto, estará seguro de que no perderá lo que se le ha dado, es decir, la elevación que ha recibido.

De acuerdo con lo anterior, debemos interpretar lo que está escrito (Deuteronomio 5:15): «Y recuerda que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí», en el trabajo hay que interpretar, que la persona debe recordar que descendió antes de ascender, lo que significa que el Creador le hizo sentir el mal que hay en él. En otras palabras, una persona debe creer que ese sentimiento, que sintió cuando fue un esclavo de los egipcios, es decir, que no tiene permiso para hacer nada en beneficio del Creador, sino que todo lo que hace es solo en beneficio de los egipcios que hay dentro del hombre, esto viene por parte del Creador.

Y luego debe recordar que ahora que está en un estado de ascenso, es decir, que siente que está un poco cercano a la Kedushá (Santidad), debe recordar que debe seguir adelante. Por lo tanto, ahora debe recordar, que anteriormente era un esclavo, es decir, que estaba en estado de descenso, por eso ahora también necesita encontrar una carencia dentro de él, para que tenga la necesidad de seguir adelante. De lo contrario, se le debe dar un descenso desde arriba, ya que sin una necesidad, una persona no puede avanzar y debe permanecer en el estado en el que se encuentra. Por lo tanto, para que no haya necesidad de hacerlo descender, entonces durante el ascenso debe encontrar dentro de él lugar para una carencia. Este es el significado de lo que está escrito: «Y acuérdate que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí».

Por lo tanto, de esto se deduce que una persona debe comenzar el trabajo como el público en general, es decir, desde la práctica, y que sea en beneficio del Creador. Esto significa que una persona observa la Torá y las Mitzvot (preceptos) porque el Creador nos dio la Torá de la vida, donde al observar lo que el Creador nos ordenó, seremos recompensados, como dijeron nuestros sabios: «Fiel es tu patrón que te pagará una recompensa por tu trabajo». Por esto, seremos felices en este mundo y felices en el mundo por venir.

El hecho de que debemos creer que, incluso si tenemos puntos de vista y pensamientos que no nos dejan creer, debemos pedirle al Creador que nos dé fuerza para creer. Después, hay un nivel más alto, que es «no para recibir una recompensa» sino que se le recompensa con la sensación de que, al observar la Torá y las Mitzvot, él lo considera como si estuviera sirviendo a un gran Rey. Y por esto, heredaremos la tierra.