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Rabash / ¿Qué son la verdad y la mentira en el Trabajo?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Qué son la verdad y la mentira en el Trabajo?

Artículo 40, 1991

Debemos entender cómo la verdad y la mentira pertenecen al trabajo del Creador. Esto implica que uno puede ser un trabajador del Creador, aunque sea una mentira. ¿Cómo se puede decir algo así?

Está escrito en El Zóhar («Introducción del Libro del Zóhar», Punto 175), «La parte del Creador es deleitar a los pobres, porque en estos días, de las fiestas, el Creador viene a ver a Sus Kelim (vasijas) rotos, y ve que no tienen nada con qué alegrarse y llora por ellos».

Él interpreta estas palabras en el Sulam (Comentario de la Escalera sobre El Zóhar) de la siguiente manera: Primero, debemos comprender la interpretación de nuestros sabios (Midrash Rabbah, Porción 6), que en el momento de la creación del mundo, cuando dijo a los ángeles: «Hagamos al hombre a nuestra imagen», Jésed (bondad) dijo: «Que sea creado, porque él hace Jésed (actos de bondad)»; la Verdad dijo: «Que no sea creado, porque él es todo mentira»; Tzédek (justicia / caridad) dijo: «Que sea creado, porque él hace cosas justas (o caridad)»; Paz dijo: «Que no sea creado, porque él es todo conflicto». ¿Qué hizo el Creador? Tomó la Verdad y la arrojó a la tierra.

Conocemos las palabras de nuestros sabios: «Uno siempre debe dedicarse a la Torá y las Mitzvot (preceptos), incluso si es en Lo Lishmá (no en su nombre), ya que de Lo Lishmá se llega a Lishmá (en Su nombre)». Debido a su bajeza, una persona no puede dedicarse a Sus Mitzvot de inmediato, al principio, para alegrar a su Hacedor. Por naturaleza, no puede hacer un movimiento si no es por su propio beneficio. Por lo tanto, primero debe dedicarse a las Mitzvot en Lo Lishmá, es decir, en beneficio propio. Sin embargo, aún atrae abundancia de Kedushá (santidad) mientras realiza las Mitzvot, y a través de la abundancia que atrae, eventualmente llegará a dedicarse a las Mitzvot en Lishmá.

La Verdad se quejó de la creación del hombre, diciendo: “Él es todo mentira”, etc., ¿cómo se puede crear a un hombre así, que desde el principio se dedica a la Torá y las Mitzvot en completa falsedad, es decir, Lo Lishmá? Pero Jésed dijo: «Que sea creado, porque él hace bondad», etc., por lo que será corregido gradualmente hasta que pueda dedicarse a todas las Mitzvot con el fin de otorgar. Del mismo modo, la Paz se quejó que «Él es todo conflicto», pero Tzédek dijo: «Que sea creado» porque a través de la Mitzvá (singular de Mitzvot) de caridad con los pobres que hace, se acercará gradualmente a la cualidad de otorgamiento hasta que llegue a dedicarse en Lishmá. Una vez que se escucharon todos sus argumentos, el Creador estuvo de acuerdo con los ángeles Jésed y Tzedaká (bondad y justicia/caridad), y arrojó a la Verdad a la tierra, lo que significa que se permitió dedicarse a las Mitzvot inicialmente en Lo Lishmá, a pesar de que es una mentira, porque eventualmente se convertirá en Lishmá, y entonces Verdad se levantará de la tierra.

Maimónides dice allí (Hiljot Teshuvá, Capítulo 5): «Por lo tanto, al enseñar a los pequeños, a las mujeres y a las personas sin educación, se les enseña a trabajar solo por temor y para recibir recompensa. Hasta que adquieran mucho conocimiento y mucha sabiduría, entonces se les enseña ese secreto poco a poco».

De las palabras de Maimónides, vemos que debemos comenzar el trabajo del Creador en Lo Lishmá, y está prohibido revelarles siquiera que existe un asunto como Lishmá. Por el contrario, deben saber que están observando la Torá y las Mitzvot para recibir recompensa, que es la completitud total, y no hay nada que agregar a esto, aparte de la cantidad, lo que significa dedicar más tiempo y esfuerzo para observar la Torá y las Mitzvot. Deberían estar felices de que al observar Torá y Mitzvot tendrán una recompensa abundante.

De ello se deduce que para que sean trabajadores completos del Creador, no deben saber que existe el asunto de Lishmá, ya que todavía no son dignos de comenzar a trabajar en Lishmá. Por lo tanto, si se les dice que el trabajo principal es Lishmá, dirán: «¿Cómo podemos observar la Torá y las Mitzvot en Lo Lishmá si este no es el verdadero trabajo?» Y como todavía no pueden trabajar en Lishmá, permanecerán con las manos vacías en ambos sentidos.

En otras palabras, Lo Lishmá no será importante para ellos, y verán que no pueden trabajar en Lishmá. Por esta razón, está prohibido revelarles que existe el asunto de que debemos trabajar con el fin de otorgar. Pero cuando no saben, piensan que son verdaderos esclavos del Creador y que son justos. Por lo tanto, a partir de esto tendrán fuerza para trabajar, ya que están contentos de ser trabajadores del Creador, y consideran a otras personas, que no observan la Torá y las Mitzvot como ellos lo hacen, como bestias y animales, y que no tienen más intelecto que las bestias y los animales.

Con respecto a las clarificaciones, escribió en el Árbol de la Vida (presentado en Beit Shaar HaKavanot, Punto 107): «El Creador entregó la Torá y las Mitzvot a Israel solo para ordenar, limpiar y quitar la escoria de la plata, que es la vestimenta para la Neshamá (alma). A través de la intención del hombre en la Torá y las Mitzvot, se completa la vestimenta del alma. A través de la Torá, Noga de Yetzirá se purifica, una vestimenta de Rúaj, y a través de Mitzvot prácticas, Noga de Asiá se purifica, y se convierte en una vestimenta de Néfesh».

Esto significa que no podemos decir que el acto de las Mitzvot y la Torá sin una intención no son verdad. Más bien, se deduce de las palabras del ARI que, a través de todas las acciones del hombre, las clarificaciones de Kedushá se separan de las Klipot (cáscaras), a las que descendieron en el momento de la ruptura de las vasijas. Sin embargo, debemos distinguir entre Mitzvot sin intención y Torá sin intención, y entre la Torá y las Mitzvot con intención, como se dijo, «y a través de las Mitzvot prácticas, Noga de Asiá se purifica y se convierte en una vestimenta para Néfesh».

Con respecto a Lo Lishmá, que se llama «mentira», debemos interpretar que, dado que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones, y para que el hombre obtenga esto en la práctica, lo que significa ver que se revelan el deleite y el placer en el mundo, las criaturas no pueden ver esto antes de tener los verdaderos Kelim por los cuales pueden ver el deleite y el placer revelados en el mundo.

Por lo tanto, para las criaturas, todavía no se revela que el propósito de la creación es realmente hacer el bien a Sus creaciones, ya que ven que están sufriendo tormentos en el mundo, cada uno a su manera. Por lo tanto, podemos interpretar que mientras las criaturas observen la Torá y las Mitzvot no con el fin de otorgar, no podrán ver la verdad que existe en el propósito de la creación: hacer el bien.

Por lo tanto, esto significa que con respecto a aquellos que observan la Torá y las Mitzvot y no han sido recompensados con dirigir con el fin de otorgar, aunque en verdad se hicieron clarificaciones para la Kedushá al observar la Torá y las Mitzvot, incluso sin la intención, lo que significa que la Kedushá aumenta a través de sus acciones, esto es solo con respecto a la existencia de Kedushá. Sin embargo, las criaturas aún no pueden ver lo que sucede a través de sus acciones, lo que significa qué correcciones son realizadas por su trabajo, incluso si es Lo Lishmá.

Resulta que, cuando hablamos de falsedad, decimos que Lo Lishmá se llama «mentira», es con respecto a las criaturas. Es decir, todavía no pueden ver la verdad acerca de observar Torá y Mitzvot sin la intención. Pero en verdad, las correcciones y clarificaciones sí se hacen en la Kedushá.

Debemos creer las palabras del ARI todos y cada uno de las acciones en Torá y Mitzvot hacen correcciones a tal punto que debemos preguntar, con respecto a lo que vemos, que la regla es que si una persona puede hacer que su vecino no profane el Shabat (sábado), si, por ejemplo, el vecino necesita su ayuda, y debido a eso el vecino observará el Shabat, entonces la persona debe actuar para que él no profane el Shabat.

Deberíamos preguntar, pero si no hay intención aquí de observar el Shabat, y él observa el mandamiento que su amigo le impone, entonces, ¿qué beneficio puede surgir de tal trabajo? Sin embargo, cada acción que hacemos, incluso sin una intención, hace lo suyo. Es decir, hace clarificaciones para la Kedushá, excepto que las criaturas aún no pueden ver las correcciones porque pueden dañarlas, ya que todavía están bajo el gobierno del deseo de recibir.

Por esta razón, antes de que él vea las correcciones que hace, él todavía no puede recibir de la abundancia que se revela a través de sus acciones. Por lo tanto, cuando no ven la abundancia que se revela, no pueden dañarla ya que no ven que hay algo para recibir. Sin embargo, uno debe creer que todas y cada una de las acciones en la Torá y el trabajo son importantes, y así debe creer.

Solo después de que uno sea recompensado con la recepción de la segunda naturaleza, llamada «deseo de otorgar», será recompensado con ver la verdad, que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones. De esto se deduce que cuando decimos que Lo Lishmá se llama «mentira», es desde la perspectiva del hombre, ya que el hombre todavía no ve que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones.

En consecuencia, podemos entender por qué Lishmá se llama «verdad», ya que al ser recompensado con Lishmá, la persona debe alcanzar el grado de «amor al Creador», por Su comportamiento con la persona misma. Es decir, cuando la persona recibe abundancia del Creador, entonces el hombre ve la verdad, que el propósito de la creación es para hacer el bien a Sus creaciones. Además, el hombre debe ser recompensado con ver que la Providencia se comporta con todas las creaciones de la manera del Bueno que hace el bien.

Esto es un gran grado, cuando una persona ve cómo el Creador se comporta con él de forma personal como Bueno que hace el bien. Sin embargo, una persona debe ver que el Creador se comporta de esta manera con todas las creaciones, en forma del Bueno que hace el bien. Debido a esto, Lishmá se llama «verdad», porque al trabajar en el estado de Lishmá, la persona es recompensada con ver la verdad, que el Creador se comporta con todas las creaciones de una manera del Bueno que hace el bien.

Así es como está escrito en la «Introducción al Estudio de las Diez Sefirot» (Punto 97): «Por esta razón, nuestros sabios nos advirtieron acerca de la condición necesaria en la práctica de la Torá, que sea específicamente Lishmá, de una manera que se le otorgará vida a través de ella, ya que es una Torá de vida, y que dé su mente y corazón para encontrar “la luz del rostro del Rey”’ en ella, es decir, el logro de la Providencia abierta, llamada ‘luz del rostro”».

En otras palabras, mientras el hombre no haya sido recompensado con Lishmá, él está en ocultamiento del rostro, lo que significa que todavía no ve cómo el Creador lidera el mundo como Bueno que hace el bien. Resulta que, él está en un estado de falsedad. Es decir, cuando dice lo que dijeron que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones, es una mentira, ya que vemos lo contrario. Pero quien aprende Torá Lishmá es recompensado en ver la verdad porque él mismo es recompensado con ver el deleite y el placer que está recibiendo del Creador. Además, debe llegar a un estado de completitud y ver cómo se comporta el Creador con todo el mundo con el propósito de hacer el bien a Sus creaciones. De ello se deduce que la verdad y la mentira son con respecto al alcance de la persona misma. En consecuencia, resulta que, quien aprende Torá en Lo Lishmá, que se considera una mentira, es solo porque el hombre no es apto para ver la verdad, que el Creador dirige el mundo en forma del Bueno que hace el bien.

Esto es como dice el ARI, que de todas las acciones del hombre en Kedushá se hacen correcciones, pero la persona todavía no puede ver lo que se hace con la Torá y las Mitzvot que las criaturas hacen incluso sin la intención, es decir, incluso en Lo Lishmá, sino por su propio beneficio. Por esta razón, Maimónides dice que debemos comenzar el orden del trabajo con niños y mujeres con el fin de recibir una recompensa, ya que, realizar Mitzvot en sí mismo hace correcciones.

Baal HaSulam dijo acerca de lo que dijeron nuestros sabios (Avot, Capítulo 3:18): «Israel son amados, porque se les llama “Los hijos del Creador”. Les tiene mucho cariño, porque se los llama ‘Los hijos del Creador’, como se dijo, ‘Ustedes son los hijos del Señor su Dios’. Dijo que ser llamado ‘Los hijos del Creador’ es en general, pero tenerles mucho cariño es personal. Él pregunta, ¿qué es ser ‘mucho cariño’? Él respondió: ‘Les tiene mucho cariño es en que ellos Lo conocen, lo que significa que saben y sienten que se les llama ‘Los hijos del Creador’».

Aquí podemos interpretar de manera similar que, en términos de la acción sin la intención de otorgar, se llama Lo Lishmá, el pueblo de Israel se llama «hijos del Creador», porque se dedican a la Torá y las Mitzvot en la práctica, esto también hace grandes correcciones, como dijo el ARI. Sin embargo, no se las conoce. En otras palabras, no pueden ver qué correcciones se realizan por su trabajo.

Por el contrario, después de que son recompensados con Lishmá, se les hace saber lo que están haciendo. Esto es como está escrito: «El Rabí Meir dice: “Cualquiera que se dedique a la Torá Lishmá es recompensado con muchas cosas. Además, todo el mundo vale la pena para él, y le revelan los secretos de la Torá ’».

Debemos interpretar que «todo el mundo vale la pena para él» significa que él ya ve la verdad sobre el propósito de la creación, que es hacer el bien a Sus creaciones. La evidencia de esto es que, en ese momento, él ve que «el mundo entero vale la pena para él», ya que siente el deleite y el placer.

Además, debemos interpretar el significado de «le revelan los secretos de la Torá». Esto significa que es recompensado al ver cómo, a través de su trabajo en la Torá y las Mitzvot, las correcciones son realizadas. Pero antes de ser recompensado con dedicarse a la Torá y las Mitzvot Lishmá, aunque las correcciones se realizan a través de su trabajo en Torá y Mitzvot, el hombre no puede verlo antes de ser recompensado con vasijas de otorgamiento.

En consecuencia, debemos interpretar lo que dijeron nuestros sabios (Avot 1:17): «No es el aprendizaje lo más importante, sino la acción». Aquí ante nosotros hay dos cosas:

1) Acciones

2) Intenciones

Por un lado, entendemos que la intención es lo peincipal. En otras palabras, cuando una persona hace algo, bueno o malo, debemos considerar la intención, no el acto. Por ejemplo, en un conflicto entre dos personas, una tomó un cuchillo y apuñaló a la otra. Por supuesto, esta es una mala acción. La víctima lo demandó en un juicio y el delincuente fue multado por ello.

El delincuente afirmó: «Solo apuñalé a este hombre en la mano y solo le hice un pequeño rasguño, y debo pagarle una multa. Y, sin embargo, vi que no hace mucho tiempo, este hombre entró en un hospital y un médico le abrió el estómago y le sacó algo, y le pagó mucho dinero. ¡Y yo, por el pequeño corte que le causé, ¿tengo que pagarle, lo contrario de lo que sucedió con ese médico?!»

«La respuesta es simple», dijo el juez. «Seguimos la intención. Como tú lo apuñalaste porque querías disfrutar, tienes que pagar por el placer que tuviste. Pero cuando el cirujano le cortó su carne con un cuchillo, quiso que el paciente disfrutara. Por lo tanto, el paciente debe pagarle al médico». Por lo tanto, vemos que lo principal es la intención y no el acto. Entonces, ¿por qué nuestros sabios dijeron: «¿No es el aprendizaje lo que más importa, sino la acción?».

En la espiritualidad, con respecto a la Torá y las Mitzvot, el trabajo es lo principal, como en las palabras del ARI, que, a través de la realización de las Mitzvot, se clarifican las chispas sagradas de las Klipot (cáscaras). Sin embargo, la persona no puede ver esto antes de tener vasijas de otorgamiento, o verá lo que se hace con su trabajo e irá a sus vasijas de recepción, y, de por sí, lo enviará todo de vuelta a las Klipot. Resulta que, la acción es lo principal.

Pero si él puede hacer la intención con el fin de otorgar también, entonces a través de la intención que yace sobre la acción, él asciende a un grado más alto, como se dijo anteriormente, «A través de la intención del hombre en la Torá y las Mitzvot, se completa la vestimenta del alma. A través de la Torá, Noga de Yetzirá se purifica una vestimenta de Ruaj, y a través de Mitzvot prácticas, Noga de Asiá se purifica y se convierte en una vestimenta de Néfesh».

Por esta razón, el acto es lo principal, y al acto, también debemos agregar la intención. Debemos creer que, en lo que respecta a la rama y la raíz, todas las cosas corporales que suceden aquí se extienden de las raíces superiores. Es decir, así como las acciones corporales corrigen el cuerpo, y sin ellas el cuerpo no puede existir, lo mismo ocurre en asuntos del alma: Sin las acciones de la Torá y las Mitzvot, no hay alimento para el alma para que pueda existir.

Esto es como se presenta en el libro Beit Shaar HaKavanot (Punto 83): «Sepan que en Adam HaRishón, fueron hechas todas las clarificaciones de todos los mundos y todas las almas, y todas las bestias fueron clarificadas. Pero el inanimado y vegetal no estaban completamente clarificados; por eso ellos los comen, para clarificarlos. Cuando pecaron, las almas y las bestias regresaron a las profundidades de las Klipot, y solo las bestias puras se clarifican a través de nuestra alimentación, y de la misma manera el inanimado y vegetal».

Por lo tanto, resulta que específicamente a través de nuestra alimentación en la práctica, se clarifican el inanimado, vegetal y animado, y todo lo que necesitamos es agregarle la intención. Pero sin el acto, la intención no ayuda. Por lo tanto, no debemos decir: «¿Por qué debe ponerse Tefilín si la intención es lo que importa? Entonces puede dirigir la intención del Tefilín y no necesita observar en la práctica». Sin embargo, el acto es lo principal, y la intención es la adición.

Por lo tanto, como en la corporalidad, si una persona tiene la intención de comer o la intención de beber, pero no come ni bebe en la práctica, morirá. Del mismo modo, si una persona no observa la Torá y las Mitzvot en la práctica, su alma, que recibe su alimento del trabajo en Torá y Mitzvot, no tendrá nada de qué vivir.

Este es el significado de «No es el aprendizaje lo que más importa, sino la acción», lo que significa un acto real, en la práctica. Luego, como complemento, también necesitamos una intención sobre las acciones que realiza una persona. Esto se considera como «inanimado de Kedushá (santidad)». Desde el inanimado, podemos llegar al estado vegetal, animado y hablante.

De acuerdo con lo anterior, podemos entender lo que se dijo con respecto al Creador que viene a ver Sus Kelim rotos, porque al final, llegará a Lishmá y la Verdad se levantará de la tierra. Él dice allí (p. 173): «Este es el significado de la ruptura de las vasijas que ocurrió antes de la creación del mundo. A través de la ruptura de las vasijas de Kedushá y su caída al BYA de separación, chispas de Kedushá cayeron con ellas a las Klipot, y de ellas provienen los placeres y todo tipo de pasiones bajo el dominio de las Klipot, que los imparten para que el hombre los reciba y disfrute, y de ese modo provoque todo tipo de transgresiones. Sin embargo, junto con esto, se nos dio la Torá y las Mitzvot, de modo que incluso si uno comienza a dedicarse a ellas mientras todavía está en Lo Lishmá, lo que significa para su propio placer, para satisfacer sus pasiones bajas, al final, a través de ellas logrará Lishmá y será recompensado con el propósito de la creación, recibir todo el placer y el bien en el pensamiento de la creación, a fin de darle contento a Él».

Debemos recordar la regla en el orden del trabajo, que uno no necesita examinarse para ver si está bien o no. Es decir, si una persona ve que no está bien, este es el momento en que debe rezarle al Creador para que lo ayude a estar bien. Esto es específicamente cuando uno siente que tiene cierta cercanía al Creador. En ese momento, se le permite considerar su situación con críticas. Pero cuando uno siente que está alejado del trabajo, es decir, no desea hacer el trabajo, en ese momento no debe examinarse y rezar. Por el contrario, debe prestar atención y decir: «Aunque tenga poco aferramiento en el trabajo, estoy contento con él y le agradezco al Creador». Pero en ese momento, no debería rezarle al Creador para que lo acerque. Y con respecto a la plegaria que él ora al Creador para que lo acerque, esto debe ser específicamente cuando tiene un poco de ascenso en el trabajo.

Así es como está escrito en El Zóhar (VaEra, Punto 102), «Ven y ve, en el día, él participó en la Torá para complementar los juicios, y en la noche se dedicó a cantos y alabanzas hasta que llegó el día porque durante todo el día se dedicó a complementar y clarificar los juicios, que son “izquierda”. Por la noche, se dedicaba a las alabanzas, que son Jasadim».

Por lo tanto, la explicación anterior es que específicamente durante el «día», es decir, durante un ascenso, se ocupó de la izquierda, para clarificar los juicios. Pero en la «noche», cuando no ilumina, se dedica a las alabanzas.