<- Biblioteca de Cabalá
Seguir leyendo ->
Inicio de la Biblioteca de Cabalá /

Rabash / ¿Qué significa "Paz, paz, para el lejano y para el cercano", en el trabajo?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Qué significa «Paz, paz, para el lejano y para el cercano», en el trabajo?

Artículo 36, 1991

El Zóhar dice (Kóraj. Art. 5-8): «Kóraj tuvo una disputa. ¿Qué es una disputa? Es la exclusión y el rechazo de arriba y de abajo. Quien desea posponer la corrección del mundo, estará perdido en todos los mundos. Una disputa es la exclusión y el rechazo de la paz. Y quien no está de acuerdo con la paz, no está de acuerdo con Su Santo Nombre, ya que Su Santo Nombre es "Paz". El mundo solo se sostiene en la paz. Cuando el Creador creó el mundo, pero no podría existir hasta que Él viniera y estableciera la paz sobre ellos. ¿Y qué es eso? Es el sábado. Por lo tanto, el que no esté de acuerdo con la paz se perderá en el mundo. Rabí Yosi dijo: "Está escrito: ‘Los que aman Tu Torá (la ley) tienen mucha paz’”. La Torá es paz, como está escrito: Y todos sus caminos son paz. Y Kóraj vino a dañar la paz de arriba, que es la Torá, es decir, la línea media, que se llama Torá, que hace las paces entre derecha e izquierda, y de la vara de Moshé. Es por eso que fue castigado por los de arriba y los de abajo, con el fuego y con la boca de la tierra».

Deberíamos entender por qué dice que el mundo solo se sostiene en la paz porque Su Santo Nombre es «Paz». De aquí se deduce que la razón por la que el mundo no puede existir es porque el Creador se llama «Paz».

Debemos entender cuál es la conexión con el nombre del Creador. Simplemente, todos entienden que si hay una disputa, no puede existir el mundo. Pero, ¿cómo se relaciona esto con el nombre del Creador? Además, debemos entender por qué dice: «¿Y qué es la paz?». Dice que paz significa Shabat (sábado), y Rabí Yosi dice que la paz se llama «Torá». Por lo tanto, ¿en qué se expresa y se evidencia que el Shabat y la Torá indican paz?

En primer lugar, debemos reiterar dos principios de los que hemos hablado muchas veces:

1) ¿Cuál es el propósito de la creación?

2) ¿Cuál es la corrección de la creación?, es decir, ¿qué debemos hacer para lograr el propósito de la creación?

Se sabe que el propósito de la creación es que las criaturas reciban el bien y el placer, como se dice: «Su deseo de hacer el bien a sus creaciones». Con este propósito, creó en las criaturas el deseo de recibir placer. Es decir, si no hay anhelo por algo, no podemos disfrutarlo. Por lo cual, vemos, que donde la persona puede disfrutar de algo, no hay fuerza que lo frene de querer recibir el placer en ello. Y si a veces vemos que una persona renuncia a ese placer, esto debe ser por alguna razón especial, por la cual vale la pena renunciar a ello, ya que la persona no puede ir en contra de la naturaleza del deseo de recibir. Por lo tanto, solo si hay una buena razón, la persona renunciará a los placeres que quisiera recibir.

Esto puede suceder por dos razones:

1) Debido a la recompensa, es decir, que si renuncia al placer que ahora anhela, recibirá un placer mayor en su lugar.

2) Por castigo. Es decir, que si no renuncia a ese placer, sufrirá grandes tormentos, y ve que es mejor para él renunciar a ese placer para así no sufrir.

De esto resulta que el hecho que una persona haya renunciado al deseo de recibir el placer, no se debe a que no quiera trabajar para su propio beneficio. Más bien, ve que si no renuncia a lo que anhela ahora, perjudicará su propio beneficio, y es por eso que renuncia a ello. Por esta razón, no decimos que al renunciar a un placer, hizo algo en contra de su naturaleza, es decir, que dañó en algo el deseo de recibir. Más bien, todo lo que hizo fue de acuerdo a la manera del deseo de recibir.

Es decir, no debemos mirar lo que hace la gente, el hecho de que a veces uno renuncia a algo, no es una señal de que esa persona esté trabajando. Sino que también debemos ver cuál es la intención.

Por ejemplo, una persona puede renunciar a la pasión por la comida, si sabe que alguien puede ver que él es una persona que renuncia a los placeres, que esa es una señal de que es un trabajador del Creador, y que hay personas que lo respetarán por esto. Entonces,el hombre ya tiene la fuerza necesaria para sobreponerse, porque recibe un placer mayor, que es el respeto. Este suele ser el caso.

Pero, también hay excepciones. Hay quienes pueden humillarse a sí mismos, es decir, renunciar al respeto, para obtener alguna pasión. Además, hay quienes no renuncian a la pasión, pero no por respeto, sino por el contrario, es decir, que si uno trabaja austeramente, la persona puede comer mucho, porque, por ejemplo, así la gente verá cómo está comiendo y lo despreciarán en su corazón. Y él renunciará al respeto para así obtener de esto la capacidad de trabajar con austeridad, ya que a través de este trabajo puede ser recompensado con un placer aún mayor, pues la persona que es austera es recompensada con Dvekut (adhesión) al Creador.

Es decir, no quiere recibir satisfacción con que las personas lo respeten, ya que existe una regla que establece que cuando las personas piensan que él está por encima de ellos, lo respetan. Y el respeto ejerce dominio, por lo que, el que entra en la desesperación por obtener respeto, no puede salir de ello, es decir, que debe trabajar y esforzarse para obtener el respeto, y no puede hacer nada en nombre de los cielos. Por lo tanto, se nos dio el consejo de hacer todo austeramente, de todas maneras no le darán respeto. Y, así se puede salvar de caer bajo el dominio del honor y acostumbrarse a trabajar con el fin de otorgar.

En consecuencia, vemos que aquel que renuncia a pequeños placeres y en cambio recibe un gran placer, no perjudica en nada al deseo de recibir. A veces, recibe un gran placer al satisfacer en algo la pasión, y otras veces el gran placer proviene del deseo de ser respetado, o por cosas por el estilo.

A veces, hay quien recibe un pequeño placer, una pequeña pasión por algo, y es porque sabe que con esto está renunciando a un placer mayor, que es el honor. Y hay que hacerse la pregunta, ¿por qué querría renunciar a un placer mayor? Es porque a cambio de renunciar a un gran placer, quiere recibir un grado superior. Por ejemplo, al renunciar al honor, quiere ser recompensado con Dvekut al Creador.

Y de esta manera, no decimos que aceptó un pequeño placer, como comer, y que renunció a un placer mayor, que es el honor. Más bien, deberíamos decir que tampoco renuncia al pequeño placer, sino solo a los ojos de las personas que lo miran y dicen que esa persona no es inteligente, ya que no quiere renunciar a una pequeña pasión por algo, y que seguramente si renuncia a esa pasión, podría recibir un placer mayor, pero ni siquiera puede sobreponerse a una pequeña pasión. De esto se deduce que es imposible saber la verdad sobre una persona cuyo camino es el de la austeridad.

Ahora volvemos a tratar acerca de la corrección de la creación, que la persona debería hacer todas sus acciones con el fin de otorgar. Pero, dado que el hombre fue creado con la naturaleza de recibir solo para su propio beneficio, ¿cómo se le puede decir que vaya en contra de su propia naturaleza?, ya que el cuerpo pregunta: ¿Qué gano con esto? Ciertamente, debemos decirle: si trabajas con el fin de otorgar, serás recompensado con todo el bien y el placer que se encuentran en el propósito de la creación.

Por lo tanto, la respuesta es que el deseo de recibir obtendrá un mayor placer del que puede recibir ahora, sin la intención con el fin de otorgar. Por lo tanto, el cuerpo le dice: entonces estás diciendo que de todas maneras me beneficiaré. Es decir, veo que si trabajo con el fin de otorgar, me beneficiaré con ello. En ese caso, el hombre dice que no ve nada que pueda hacer sin obtener algún beneficio para sí mismo.

La respuesta es que con el intelecto, es imposible entender cómo se puede hacer algo contra la naturaleza. Por lo tanto, a la persona se le dice: «Lo que estás diciendo es correcto, porque por naturaleza, es imposible que el hombre entienda lo que significa "con el fin otorgar"». Por lo tanto, nuestros sabios dijeron: «La persona siempre debe dedicarse a la Torá y las Mitzvot Lo Lishmá (no en Su nombre), ya que de Lo Lishmá llegará a Lishmá (en nombre de la Torá)». Luego, cuando aprende Lo Lishmá, entonces: «La Luz que hay en ella lo reforma», como dice en el Sulam (Bereshit parte lll, Artículo 103): «Si uno cumple con la Torá y las Mitzvot (preceptos) incluso para su propio placer, de todas maneras a través de la Luz que hay en ella, sentirá la bajeza y la terrible corrupción existente en el deseo de recibir para uno mismo. En ese momento, se retirará de esa naturaleza de recepción y se dedicará por completo a trabajar solo con el fin de otorgar satisfacción a su Hacedor. Entonces el Creador abrirá sus ojos y verá ante él, un mundo lleno de perfección absoluta y sin ninguna deficiencia».

De acuerdo con lo anterior, vemos que el hombre no puede entender lo que significa trabajar con el fin de otorgar y no para su propio beneficio. Podemos comenzar a entenderlo, específicamente, cumpliendo con la Torá y las Mitzvot, incluso en Lo Lishmá. De todas maneras la Luz que hay en ella, puede hacerle ver que vale la pena trabajar solo por el bien del Creador y no por su beneficio propio.

Pero, sin la virtud de la Torá y las Mitzvot, el intelecto del hombre no puede entender que es posible hacer algo si eso no le produce placer con el que pueda complacer su deseo de recibir. Por lo tanto, cuando se le dice a la persona que haga todo en beneficio del Creador, no puede entender tal cosa, la respuesta es que es cierto que es imposible entenderlo con la mente externa que se le dio al hombre, pero le dicen: «Debes saber que estás perdiendo el tiempo esperando y decir que si lo aprende, comprenderá cómo ocuparse de ello para conseguir el deseo de otorgar», y mientras tanto, esperará orando para que el Creador le dé ese deseo. Porque, antes de que comprenda que necesita eso, ¿cómo puede rezarle al Creador para que le dé algo si no sabe que lo necesita? Puede decir que quiere obtener el deseo de otorgar, pero ¿cómo puede orar desde el fondo de su corazón que esto es lo que le falta? ¿Cómo puede ser esto posible?

No hay forma de entender esto con la mente externa, sino que, quien quiera ir por el camino del Creador, y lograr la meta para la cual fue creado, debe creer en los sabios, quienes dijeron que la persona debe hacer todo con el fin de otorgar y no para para su propio beneficio. Es decir, el hecho de que debe seguir el camino donde todas sus acciones sean con el fin de otorgar, no hace que la persona pueda deshacerse de ese deseo. Solo el Creador puede darle esa segunda naturaleza, así como la creencia de que esa necesidad la obtendrá al observar la Torá y las Mitzvot, incluso en Lo Lishmá, porque «la Luz que en ella lo reforma».

Es por eso que vemos aquí que el Creador da dos cosas:

1. La necesidad de que el hombre comprenda que necesita el deseo de otorgar, y que lo recibe a través de la Luz de la Torá. Y luego, también recibe la Luz, que es la fuerza que puede hacer que todo sea con el fin de otorgar.

En consecuencia, debemos interpretar lo que preguntamos acerca de ¿cuál es la razón por la que el mundo se basa únicamente en la paz, ya que el nombre del Creador es «Paz»? Y preguntamos, ¿cuál es la conexión entre ellos?

La respuesta es que, dado que es imposible hacer la paz donde no hay disputa, porque solo donde hay una disputa, puede haber paz, por esta razón, primero debemos saber cuál es la disputa que hay en el mundo, por la cual debemos hacer las paces, ya que el Creador se llama «Paz», y solo entonces, el mundo existe.

Se sabe que el deseo del Creador es hacer el bien a sus creaciones. Por lo tanto, todas las criaturas sienten que deberían recibir el bien y el placer del Creador. De esto se deduce que, cuando no reciben el bien y el placer, están en desacuerdo con el Creador, ¿por qué no les está dando el bien y el placer? Y, dado que hubo una corrección para evitar la vergüenza, todo se debe hacer con el fin de otorgar, entonces, el Creador está en desacuerdo con los seres creados sobre por qué no están dispuestos a trabajar solo con el fin de otorgar.

De acuerdo a esto, se deduce que hay dos opiniones opuestas:

1. Las criaturas le dicen al Creador, permítenos disfrutar, satisface nuestros deseos, es decir, nuestro deseo de recibir, con todo el bien, para que podamos decir: «Bienaventurado el que dijo: “Que exista el mundo”, ya que sentimos el bien que tenemos y lo disfrutamos».

2. El Creador dijo: «Yo también quiero disfrutar del mundo que creé, y todo mi placer es que ustedes disfruten, ya que ese fue mi propósito con la creación, como está escrito: “Su deseo es hacer el bien a Sus creaciones”. Sin embargo, quiero que vuestro placer sea completo, sin nada desagradable, llamado "vergüenza"».

Por esta razón, una vez que las criaturas sienten la disputa, estas quieren hacer las paces con el Creador, ya que de lo contrario el mundo no puede existir. Es decir, el mundo debe existir solo para el propósito para el cual fue creado y si el objetivo no se puede lograr, entonces para qué necesitan el mundo. Porque el mundo no fue creado para que las criaturas sufrieran tormentos y dolores.

Y es por eso que el nombre del Creador es «Paz» porque es imposible revelar el nombre del Creador, ya que Su nombre completo es «El Bueno que hace el bien» ¿Cómo puede revelarse el nombre de Bueno que hace el bien cuando existe una disputa entre el Creador y las criaturas?

Por lo tanto, vemos que precisamente por la paz, el mundo puede existir. La paz significa que a través de ella, es posible sentir que el Creador es Bueno que hace el bien, ya que reciben el bien y el placer del Creador, luego que se ha establecido la paz, es decir, cuando las criaturas aceptan la voluntad del Creador, quien quiere que las criaturas hagan todo en beneficio del Creador.

Esto se llama «asemejarse al deseo del Creador», cuyo deseo es solo otorgar a las criaturas. Del mismo modo, ahora las criaturas se vuelven similares al deseo del Creador, en el sentido de que ellas también solo quieren otorgarle al Creador. Luego, a través de la equivalencia de la forma, es posible revelar el deleite y el placer que existen en el pensamiento de la creación, y luego se revela que el nombre del Creador es Bueno que hace el bien.

Con esto entenderemos lo que preguntamos acerca de que la paz se encuentra, específicamente, donde hay disputa, entonces, ¿por qué el Creador creó el mundo desde un principio para que haya disputa? La respuesta es que la cuestión de la disputa se encuentra donde hay dos cosas opuestas, dado que el mundo fue creado con un Kli (vasija) con deseo de recibir, ya que de lo contrario, si no hay deseo de recibir algo, es imposible disfrutarlo, por lo tanto, la creación surgió con la naturaleza de querer recibir para uno mismo, y luego, para corregirla, de modo que no haya vergüenza, entonces, las criaturas deben adquirir una segunda naturaleza, es decir, adquirir el deseo del Creador, cuyo deseo es otorgar. Por esta razón es que surgió la disputa.

De ello se deduce que la disputa es necesaria. Es decir, si las criaturas no entienden la cuestión de la disputa, nunca podrán lograr el propósito de la creación, que es hacer el bien a sus creaciones, ya que es imposible corregir algo si no sabemos cuál es el defecto. Por lo tanto, una vez que conocemos la disputa que existe entre los deseos, entonces, podemos hacer la paz entre ellos.

De acuerdo con lo anterior, podemos interpretar acerca de lo que preguntamos anteriormente: ¿Qué es la paz? Él dice que la paz es Shabat. Rabí Yosi dice que «la paz es la Torá», es decir, que a través de la Torá, la persona llega a sentir la disputa, ya que la Torá, incluso en «Lo Lishmá», la Luz que hay en ella le hace entender que es necesario trabajar con el fin de otorgar. De esto resulta que a través de la Torá, él primero llega a la disputa, y entonces sabe lo que necesita corregir y luego, al ser recompensado con «Torá Lishmá», la Torá hace las paces, lo que le da el poder del deseo de otorgar, que es «hacer todo en nombre de los cielos». De ello se deduce que a través de la Torá, él logra dos cosas: el Kli, que es la carencia y la Luz, que es el poder de hacer todo con el fin de otorgar.

Cuando dice que a la paz se la llama Shabat, no discute la interpretación de que a la paz se la llama Torá, ya que nuestros sabios dijeron (Avoda Zará 3): «El Creador les dijo: ”El que se esforzó en la víspera de Shabat, comerá en Shabat. El que no se esforzó en la víspera de Shabat, ¿de dónde comerá en Shabat?”»

Deberíamos entender lo dicho a través del trabajo, esto significa que, dado que «Shabat» se denomina paz, ¿cómo se puede ser recompensado con paz si allí no existe la disputa? ¿Y cuál es la disputa? Es como dijeron nuestros sabios: «Uno siempre debe hacer enojar a la inclinación al mal con la inclinación al bien». Rashi interpreta esto como que debe hacer la guerra con él (Berajot 5). La guerra significa que, dado que la inclinación al bien es tener el mismo deseo que el Creador, es decir, el deseo de otorgar, y la inclinación al mal se llama deseo de recibir, entonces la persona debe tratar de disputar, es decir, que son dos deseos opuestos. En ese momento, viene «Shabat» y hace las paces.

Pero, si no hay disputa, ¿cómo podemos decir que Shabat hace las paces? Es por eso que se dice: «El que no se esforzó en la víspera de Shabat, ¿de dónde comerá en Shabat?» Se deduce que el esfuerzo es la disputa, lo que significa luchar contra la inclinación al mal, que es el deseo de recibir.

Sin embargo, ¿por qué se llama Shabat «paz»? Es como está escrito en El Zóhar: «¿Qué es el Shabat? El nombre del Creador» (extraído del Zóhar en la comida de la mañana de Shabat). Se sabe que el nombre del Creador es «Torá», como dijeron nuestros sabios: «Toda la Torá en su totalidad son los nombres del Creador». Entonces resulta que tanto el Shabat como la Torá hacen las paces. Esto significa que a través de la revelación de la Torá en forma del «nombre del Creador», hace la paz entre las criaturas y el Creador, ya que las criaturas disfrutan al ser recompensados recibiendo el bien y el placer, y el Creador disfruta de que el propósito de la creación se logre, es decir, el deseo de hacer el bien a sus creaciones se revela en su totalidad.

De acuerdo con lo anterior, debemos interpretar las palabras del Zóhar, que dice que Kóraj «estaba en disputa», y quien quiera rechazar la corrección del mundo estará perdido en todos los mundos. Esto lo deberíamos interpretar como que la corrección del mundo era para que todo fuera con el fin de otorgar y como Kóraj estaba en desacuerdo era necesario llegar a la paz, que es la corrección. Pero Kóraj quería permanecer en la disputa. De ello se deduce que rechazó la corrección del mundo. Es por eso que se dice: «Aquel que disputa la paz, disputa Su Santo Nombre, ya que Su Santo Nombre se llama Paz».

Esto significa que dado que Su nombre es «Paz», es decir, que la paz se hizo entre el Creador y las criaturas, es lo que significa, que se revela el nombre del Creador, que Él es Bueno que hace el bien, y a través de la disputa, llamada «disparidad de forma», el bien no puede ser revelado, por lo tanto las criaturas están en disputa con el Creador. Pero cuando la paz se hace desde la perspectiva de los Kelim, es decir, desde la perspectiva de los deseos, cuando hay un solo deseo en el mundo, llamado «deseo de otorgar», se revela todo el bien y el placer en el mundo.