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¿Qué es que "para saber que el Creador es Dios se necesita el acto ‘Responderás en tu corazón’”, en el trabajo?

Artículo 16 (1991)

El sagrado Zóhar (VaErá 89) consulta lo siguiente: “sabrás hoy y responderás en tu corazón que HaVaYaH es Dios”. Cuestiona que el texto debería haber dicho: “sabrás hoy que el Creador es Dios”, y al final “y responderás en tu corazón”, pues el saber que el Creador es Dios le prepara para responder con un sí en el corazón. Y si ya respondió en el corazón,  es obvio que ya tiene el conocimiento. Más aún: debería haber dicho “Ashivota el libjá” (responderás en tu corazón – con una sola Bet), y no “lebabjá” (con dos Bet). Y responde: solo que Moshé dijo: “si tú quieres detenerte en esto y saber que el Creador es tu Dios, entonces “Ashivota el lebabjá” (responderás en tu corazón – con dos Bet). Debes saber esto porque lebabjá significa que la tendencia al bien y la tendencia al mal, ambas residen en el corazón, se incluyeron una en la otra y son una sola, para que las cualidades malvadas de la tendencia al mal se conviertan en buenas. Esto es, que sirva a Dios con ellas y no peque a través de ellas. Entonces resulta que HaVaYaH es Dios, que la cualidad de Din (juicio), llamada “Dios”, se incluye en HaVaYaH, que es la cualidad de Rajamim (misericordia)”, hasta aquí lo dicho.

Debemos comprender qué viene a enseñarnos lo que dice el sagrado Zóhar, que es imposible venir y saber “que el Creador es Dios” antes que uno llega al nivel de “y responderás en tu corazón” (lebabjá”). Esto es que uno debe saber cuál es la cuestión de Dios en el trabajo y cuál es la cualidad de Rajamim en el trabajo, llamada HaVaYaH. Así también debemos comprender qué es la tendencia al mal en el trabajo, y qué es la tendencia al bien en el trabajo. Es decir, en el trabajo, que uno quiere alcanzar la adhesión a Dios, y cuál es la tendencia al mal y cuál es la tendencia al bien.

Para el público es simple porque al cumplir la Torá y las Mitzvot, significa que uno va por el camino de la tendencia al bien. Y si, Dios no lo permita, uno incumple la Torá y las Mitzvot, esto significa que va según el consejo de la tendencia al mal. Sin embargo, en el trabajo, cuando se va por el camino que lleva a la adhesión a Dios, ¿qué es esto?

Se sabe que los creados nacieron con la naturaleza llamada ‘deseo de recibir para su propio beneficio’, por lo cual uno no es capaz de hacer nada si no tiene algún beneficio para sí. Por esto nos dice la Torá: si ustedes cumplen la Torá y las Mitzvot, yo les pagaré la recompensa, como está escrito: “Si obedecen cuidadosamente a mis mandamientos…yo daré la lluvia a vuestra tierra a su tiempo; y comerás y te saciarás”.

Así dice Rambam (Hiljot Tshuvá, cáp. 5) lo siguiente: “no se les enseña más que trabajar por temor y para recibir recompensa, hasta que adquieren mucho conocimiento y adquieren sabiduría en demasía, se les enseña ese secreto poco a poco”. Resulta que para el público general, la tendencia al mal y la tendencia al bien se refieren solamente al asunto del cumplimiento de la Torá y las Mitzvot. Pero no se trata en absoluto el asunto de que está prohibido trabajar con el fin de recibir recompensa.

No obstante, cuando se trata de asuntos de trabajo de otorgamiento, entonces la tendencia al mal y la tendencia al bien tienen otro significado completamente distinto. La tendencia al mal significa que lleva al individuo a conseguir el bien y el placer que el Creador tuvo el deseo de dar a los creados, como está escrito sobre la meta de la creación que es beneficiar a Sus creados. Solo que a fin de que no se produzca vergüenza, se realizó el asunto del Tzimtzum (restricción) y el ocultamiento, que los creados no pueden recibir el bien sin antes tener equivalencia de forma llamada Dvekut (adhesión), la cual se consigue mediante los actos en nombre del Creador. Entonces se retira el Tzimtzum y hay lugar para que el bien se expanda en él. Esto se llama “tendencia del bien”.

La tendencia al mal es cuando la tendencia le aconseja a uno trabajar solamente en beneficio propio, es decir solo recibir. Debido a que esto es disparidad de forma con el Creador, que Su deseo es solamente otorgar, y esta disparidad de forma provoca que uno no pueda llegar jamás a ser capaz de recibir el bien y el placer, por esto se denomina esta tendencia como “Mal”, debido a que provoca mal al individuo al no permitirle trabajar con el fin de otorgar, y esto lleva a que no puede recibir el bien y el placer.

Con lo dicho podemos interpretar cuál es el asunto de que uno tiene que trabajar consigo mismo para amar al Creador con “tus dos tendencias”. Este asunto es que siempre que uno tenga dos tendencias, estas se encuentran en conflicto. A veces prevalece el bien y a veces prevalece el mal. Resulta que ambas fuerzas actúan de forma mezclada sobre uno. Esto se llama que la luz y la oscuridad actúan en conjunto. Siempre que el mal no se rinda, le domina a uno el Tzimtzum y el ocultamiento que se aplicó a los Kelim (vasijas) de la tendencia al mal, así que de todos modos es digno de recibir el bien y el placer.

Resulta que uno no consigue el bien y por eso se encuentra en estado de Din, o sea que dice que no ve la misericordia del Creador para que pueda decir que el Creador maneja el mundo en la cualidad de Rajamim, pero sí en la cualidad de Din, puesto que uno no es capaz de ver Su providencia en el estado del bien y el placer.

Resulta que mientras uno no tenga Kelim de otorgamiento, no tiene Kelim para recibir el bien y el placer, y de todos modos se queda con la carencia del bien y el placer.

Uno dice: ¿quién tiene la culpa de esto?, solo el Creador, debido a que no le da a los creados lo que debe darles. Es decir que puesto a que la creación fue para satisfacer a Sus creados, y de la corrección que hubo para que no haya asunto de “Pan de vergüenza”, que los creados no están capacitados para verlo a causa de la tendencia al mal que hay en el hombre por parte de la naturaleza, llamada a nivel de trabajo: “tendencia al mal”.

Con lo dicho comprendemos la pregunta formulada: ¿Qué es Din (juicio) y qué es Rajamim (misericordia), en el trabajo? Y, ¿cuál es la tendencia al bien y cuál es la tendencia al mal, en el trabajo? Din significa que se ha hecho juicio sobre los Kelim de recepción, llamados ‘deseo de recibir para sí mismo’, que la Luz no ilumina en su interior. Resulta que cuando decimos que hay Din en el mundo, Dios no lo permita, significa que en el mundo no hay Kelim de otorgamiento que puedan recibir el bien y el placer, y por eso dominan el mundo las angustias y las carencias.

Sin embargo, cuando hay en el mundo Kelim de otorgamiento, llamados Rajamim, como dijeron los antiguos sabios sobre el texto: “adherirse a Él”, “como Él es misericordioso, tú también eres misericordioso”, del modo en el que el Creador es otorgante,  así debe uno procurar de ver de tener los Kelim de otorgamiento. Cuando uno tiene Kelim de otorgamiento, entonces se percibe la cualidad de Rajamim del Creador, es decir que el Creador otorga bondad y placer a los creados, en los Kelim de Rajamim que tienen los creados.

Resulta de esto que después que uno consigue los Kelim de otorgamiento, es decir que la tendencia al mal ya se rindió ante el bien, es decir que también la tendencia al mal ya desea trabajar con el fin de otorgar, que se llama “responderás en tu corazón”, es decir con los dos corazones, entonces uno reconoce que “HaVaYaH es Dios”. Esto es que también hasta ahora hubo solo Rajamim y no Din. Es decir que lo que uno ve, que Su providencia es en estado de Din, ahora ve que esa fue la causa para llegar al estado de Rajamim. Por eso vemos ahora que “HaVaYaH es Dios”, que la cualidad de Din se incluye en HaVaYaH quien es solamente Rajamim. Sin embargo, antes de alcanzar el estado de “Responderás en tu corazón”, la providencia del Creador le parecía que estaba en estado de bondad y placer.

Con esto se interpreta el asunto de lo que está escrito: “Y Dios hizo que le temieran”. Esto es que el hecho que las Klipot (cáscaras) tienen dominio, el Creador lo hizo a propósito “para que le temieran”. Es decir para que hubiese la necesidad de alcanzar la grandeza del Creador, porque de otro modo se quedarían todos en estado inanimado, sin conocimiento de la Kdushá (Santidad) y se contentarían con el trabajo de cumplimiento de la Torá y las Mitzvot sin ninguna necesidad de trabajar para conseguir el estado de la grandeza del Creador y se quedarían con el mismo intelecto que tenían en su momento cuando eran niños pequeños y no tenían ninguna necesidad de la ayuda del Creador para que les ayude.

Debemos saber y comprender lo dicho por los antiguos sabios: “creé la tendencia al mal, creé la Torá como condimento”. Esto es que solo cuando el hombre tiene la tendencia al mal, entonces necesita el asunto del condimento que hay en la Torá pues de otro modo no necesita la Torá, debido a que entonces tiene la capacidad de cumplir las Mitzvot sin Torá. Sin embargo cuando tiene la tendencia al mal, y viene y pregunta: “¿para qué hacen ustedes este trabajo?”, o formula la pregunta de Faraón: “¿Quién es Dios para que yo le obedezca?”, uno tiene que superarlo y entonces necesita la ayuda del Creador.

La ayuda de Dios, dice el sagrado Zóhar, es el estado de la Luz de la Torá, o sea que se dice que le dieron el estado de alma desde Arriba, que por medio de ella puede superar el mal que reside en él. Resulta que si no estuvieran las Klipot (cáscaras), uno no tendría necesidad de recibir la ayuda de la Torá de Arriba, y esto está escrito: “y Dios hizo que le temieran”.

La cuestión de la ayuda que viene de Arriba, tiene varios asuntos:

1. Que la ayuda es simple, que el Creador le dé el reino de los cielos, llamado “fe constante”. Antes de que uno consiga el estado de los Kelim de otorgamiento, no puede ser que tenga fe debido a la disparidad de forma entre el creado y el Creador, por eso uno no es digno aún de recibir el bien. Por eso, cuando recibe el mal, debe perder la fe que tuvo, ya que es una corrección para que no hable calumnia contra el Creador, Dios no lo permita. Por eso, antes de que uno consiga la fe, debe tener Kelim de otorgamiento, porque cuando tiene equivalencia de forma, se retira el Tzimtzum que se encontraba sobre los Kelim de recepción. De todos modos uno recibe el bien y el placer y solo entonces puede estar en el nivel de fe constante. Resulta que el Creador tiene que dar la primera ayuda, dándole Kelim de otorgamiento, lo que se denomina “naturaleza secundaria”.

2. Al tener siempre disturbios por parte de las Klipot, necesita siempre la ayuda del Creador. Al tener la necesidad de la ayuda del Creador, y mediante la ayuda que recibe cada vez de Arriba, tiene la capacidad de que se le revele el NaRaNJaY, que tiene en su alma de hombre. Sabemos que no hay llenado sin necesidad. Resulta que las Klipot son las que provocan que se revele la Kdushá. Esto es lo que dice el texto: “Y Dios hizo que se le temiera”.

Con lo dicho resulta que los pensamientos que le envían a uno las Klipot, producen en él carencias. Las carencias son los Kelim para recibir llenados, para llenar la carencia que se encuentra en los Kelim. Es decir que las preguntas que hacen dichas Klipot, que son “preguntas del malvado” y “preguntas de Faraón”, se llaman “quién y qué” y producen carencia en el hombre, que le empuja a pedir al Creador que le ayude a superar esas preguntas. Resulta que estas Klipot le cuidan para que vaya por el camino correcto que lo lleva a alcanzar la adhesión al Creador. Entonces ven que las Klipot no se oponían a la Kdushá, como parecía durante el trabajo, sino ven que fueron la causa para alcanzar la Kdushá.

Esto está en el Zóhar (Bereshit 2 y en el Sulam 165) y dice el texto: “y Dios no se encuentra conmigo”, lo que se denomina “otros dioses” que son SaM y la serpiente. Entonces se revelará que SaM y la serpiente nunca separaron al Creador de la Shjiná (Divinidad) y que no fue más que un servidor para acelerar la salvación de nuestras almas, que se revele Su providencia retroactivamente en todo el mundo y entonces acabarán los pecados en la tierra y no habrá más malvados. Es decir por lo contrario de lo que nos pareció durante seis mil años, que hay una providencia que se opone a la Kdushá que son SaM y la serpiente.

Vemos aquí que el asunto de las Klipot, que la Kdushá tiene que mantener por razón de “Dios hizo uno en oposición al otro”, es que necesitamos de las Klipot que nos sirvan y ayuden a la Kdushá, lo cual se revela solamente en el final de la corrección para todos en general y para personas particulares durante el final de la labor. Entonces, “se revelará retrospectivamente” como dice: “y no fue más que un servidor para acelerar la salvación de nuestras almas”.

En el sagrado Zóhar (Tazría y en el Sulam 6) dice lo siguiente: “su precio está lejos de las perlas”. Pregunta: dijo “su precio”, debería haber dicho “su valor”, o sea que es difícil comprarla más que comprar perlas. ¿Por qué dice “su precio”? Responde que todos los que no se adhieren a ella totalmente, y no se complementan con ella, ella los vende y los entrega en manos de otros pueblos, y entonces todos están lejos de las perlas sagradas superiores, que son los secretos y la interioridad de la Torá, que no tengan parte en ellos. Esto es lo que se refiere respecto a “su precio está lejos de las perlas”.  

De esto resulta que el asunto de las Klipot, que son el asunto de “otros pueblos”, ella los vende. Esto es que debido a que existe el estado de otras naciones, cuando uno comienza a ir por el camino para alcanzar la adhesión y en medio del trabajo se torna negligente en la labor, es decir que cae al dominio de las “naciones de los pueblos” que lo gobiernan, uno no puede salir de su dominio y alcanza la adhesión al Creador llamada “equivalencia de forma”, entonces uno piensa que esto es porque no está capacitado para este trabajo y por eso se encuentra bajo su dominio.

Nos dice el texto, que el hecho que cayó al dominio de “otros pueblos” es por su bien, para que uno no se engañe a sí mismo y piense que está yendo por el camino recto y podrá continuar en ese estado sin ninguna sensación de que no está yendo por el camino correcto. Por eso hay Klipot, llamadas “otros pueblos” fuera de la Kdushá. Entonces uno busca consejos cómo salvarse de ellos y emprender el camino correcto que conduce a la adhesión al Creador. Resulta que la Klipá (cáscara) cuida la Kdushá.

Esto es que si no hubiera Klipá, que la Kdushá puede venderlo allí bajo su dominio entonces uno se quedaría en su bajeza y no pensaría que avanza en el camino que conduce a la adhesión. No obstante, cuando le revelan de Arriba las carencias en las que se halla, entonces tiene lugar para sentir que necesita corregir su camino. Y esto dice el texto: “su precio está lejos de las perlas”, que la Shjiná entrega al hombre al dominio de la Klipá.

Esto significa que entonces él ve cómo se encuentra inmerso en el amor propio y no tiene ninguna voluntad de ser otorgante. Esto es que está inmerso en el amor propio al grado de que nunca pensó que no hay persona más baja que él. Resulta que con esto se puede interpretar lo escrito: “Y Dios hizo que le temieran”, es decir que precisamente por medio de la Klipá que uno ve que lo domina, esto le empuja a hacer todo lo que puede para alcanzar la adhesión al Creador.

Sin embargo, mientras uno ve que se halla bajo el dominio de las Klipot, puesto a que ve que estas le envían las preguntas de razonamientos llamadas “quién y qué”, no es capaz de darles respuestas correctas que se asienten en su corazón. Él piensa que con seguridad es tan bajo al punto que no es capaz de darles excusas a esas simples preguntas. Entonces uno debe saber que no es así como piensa ya que sus preguntas realmente son difíciles.

La razón es que Dios dio fuerza a las Klipot para que hagan preguntas fuertes para que uno sepa su estado verdadero, que fue creado en disparidad de forma con el Creador y que debe llegar a la equivalencia de forma, por lo que a propósito, desde un principio hizo que uno no tenga cómo responder a estas preguntas y así necesite del Creador, es decir que solo el Creador puede responderle ya que la mente del hombre se basa en que hace todo dentro de la razón, y la razón del hombre no comprende más que el beneficio propio, entonces la razón está con ellos.

Solo que uno debe saber que se le dio el camino para cumplir la Torá y las Mitzvot por encima de nuestra razón, ya que nuestra razón no comprende nada más que lo que atañe al beneficio propio. Esto se llama “fe por encima de la razón”. Antes que uno pueda ir por encima de la razón, obvio que quien viene y le formula preguntas basadas en la razón del cuerpo, seguramente es imposible darles una respuesta que la razón comprenda.

Entonces, ¿para qué viene la Klipá y hace estas preguntas, que seguramente el hombre no es capaz de responder? Es decir, las Klipot saben que tienen razón. La pregunta es de acuerdo a la norma conocida en el trabajo que el hecho que la Klipá viene y formula estas preguntas viene por parte de la Kdushá, como se dijo: “Y Dios hizo que le temieran”.

Por lo tanto le vienen estas preguntas. La respuesta es, como se ha dicho, que de Arriba le enviaron estas preguntas, que precisamente por medio de estas preguntas tiene la posibilidad de cumplir la Mitzvá de la fe por encima de la razón. Esto es el significado “Y Dios hizo que le temieran”. Es decir que el hecho que vinieron a él las preguntas es para darle la oportunidad que tenga la posibilidad de descubrir el estado de fe por encima de la razón. En cambio, si no tiene preguntas, uno no puede saber que está yendo por encima de la razón. No obstante, mientras ve las preguntas y no desea dar respuestas,  o sea lo que la razón le obliga a hacer, dice que ahora que las preguntas vinieron a mí, yo puedo cumplir la Mitzvá de la fe, que es por encima de la razón, y yo quiero aprovechar la oportunidad.

En lo dicho podemos entender por qué, si el Creador sabe que estas preguntas son difíciles, que uno no puede responder a ellas con la razón, ¿para qué se las envía el Creador? La respuesta es como se ha dicho, o sea: “Y Dios hizo que le temieran”. Es decir que precisamente mediante estas preguntas tiene la posibilidad de cumplir la Mitzvá de la fe, llamada “temor de los cielos”. Esto es que precisamente ahora tiene la oportunidad de cumplir la Mitzvá de fe por encima de la razón.

Dijeron los antiguos sabios: “No te pierdas una Mitzvá (precepto) que se te presenta”, esto se interpreta que “una Mitzvá que se te presenta”, es decir la Mitzvá de la fe que llega a tu mano mediante las preguntas de “quién y qué”. “No te la pierdas” y acéptala de inmediato, sin discutir con dichas preguntas y pensar en dar respuestas a las preguntas sino aceptarlas tal como son, porque ahora tiene la oportunidad de cumplir la Mitzvá de la fe y “no te pierdas” de aceptarla tal como es, es decir, con toda la fuerza de su gravedad.

Esto es porque todo lo que va contra el intelecto, lo que argumenta el intelecto, que no conviene ir por ese camino, entonces la fe por encima del intelecto y la razón es mayor. Por eso dijeron: “no te la pierdas”, o sea que no pierdas la oportunidad que tienes ahora por medio de sus preguntas.  

Por eso, a través de la pregunta “qué”, la cual es la pregunta del malvado que dice “para qué hacen ustedes este trabajo”, es decir que ustedes desean trabajar solo con el fin de otorgar, este pregunta qué ganancia tienen con eso, que uno debe trabajar solamente en beneficio propio. Ese es el Kli, o sea, una carencia, que el Creador le da en lugar de carencia, que la pregunta del malvado le molesta para tener la fuerza de trabajar con el fin de otorgar, que esto se llama que conseguirá la naturaleza secundaria llamada “con el fin de otorgar”. Esto es lo que se dijo anteriormente: “responderás en tu corazón”, es decir que también la tendencia al mal trabajará con el fin de otorgar.

Mediante las preguntas de Faraón, que dijo “quién es Dios para que yo le obedezca”, cuando supera esta pregunta, consigue el estado de fe constante, lo que se llama, como dijo el sagrado Zóhar, que después de conseguir el acto de “responderás en tu corazón”, entonces consigue el nivel de “HaVaYaH es Dios”.