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Rabash / ¿Qué es "la Shejiná es un Testimonio de Israel" en el Trabajo?

Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)

¿Qué es «la Shejiná es un testimonio de Israel» en el trabajo?

Artículo 37, 1990

El Zóhar dice (Pinjas, Punto 491): «“Para el vencedor de Shoshán Edut”. Moshé dijo: “Shoshán Edut”, es el Edut (testimonio) de la Shejiná (Divinidad), que se llama “Shoshán Edut” porque es un testimonio que se encuentra sobre nosotros y testifica sobre nosotros ante el Rey. Es una santa ayuda para nosotros alabar alabanzas. Es por eso que se llama “Shoshán Edut”. Moshé dijo: “Se llama ‘Shoshán Edut’ porque la Shejiná es un testimonio de Israel, que son sus órganos, y ella es un alma sobre ellos. Ella es la ayuda del cielo, como está escrito sobre ella: ‘Y escucharás el cielo’. Ella es una santa ayuda”».

Deberíamos entender por qué la Shejiná se llama Shoshán. ¿Qué nos implica este color (Shoshán es una rosa) de la Shejiná? También debemos entender lo que significa que la Shejiná da testimonio de nosotros ante el Rey. Sabemos que Edut (testimonio) debe ser al ver y no al escuchar. Por lo tanto, debemos entender lo que está viendo aquí, para decir que la Shejiná da testimonio de nosotros con la vista.

Se sabe que tenemos dos discernimientos opuestos en el trabajo del Creador:

1) Por un lado, aprendemos que el propósito de la creación es debido a Su deseo es hacer el bien a Sus creaciones. Por esta razón, Él creó en las criaturas un deseo de recibir deleite y placer, ya que, en la medida del anhelo por algo, se mide la sensación del placer. Resulta que el propósito de la creación era que las criaturas disfrutaran del mundo. En otras palabras, Él creó un deseo de recibir placer para que las criaturas disfruten, lo que significa que todo el propósito era que las criaturas disfruten.

2) Por otro lado, se nos dice que está prohibido recibir en beneficio propio. Es decir, una persona no debe hacer algo en pensamiento, palabra o acción para su propio beneficio. Por el contrario, uno debe preocuparse por hacer todo en nombre de los cielos y no por su propio beneficio, ya que esto es, realmente, en contra del propósito de la creación.

La respuesta es que una persona necesita trabajar en beneficio del Creador, no porque el Creador necesita que otros trabajen para Él o para que le den algo. Más bien, es una corrección para las criaturas. Es como dice el Arí, que para sacar a la luz la perfección de sus obras, es decir, para que este acto, llamado «hacer el bien a Sus creaciones», que las criaturas disfruten, que haya plenitud en este placer, es decir, para que no sientan vergüenza en esto, se llevaron a cabo Tzimtzum (restricción) y ocultación sobre el deleite y el placer que el Creador quiere dar.

Sin embargo, esto es solo cuando tienen la intención en nombre de los cielos, lo que significa que, debido a que el Creador disfruta de que se cumpla Su voluntad y reciban el bien de Él porque Él quiere esto, naturalmente, esto elimina el problema de la vergüenza que causa la disparidad de forma, porque hay una regla de que cada rama quiere asemejarse a su raíz. Así como el Creador otorga, del mismo modo, cuando el inferior otorga, disfruta.

Cuando el inferior debe recibir, se avergüenza. Por eso, esta corrección se llevó a cabo sobre el deseo de recibir en beneficio propio, que proviene de la creación, que una persona debe colocar en el deseo de recibir una intención con el fin de otorgar.

Sin embargo, cuando una persona quiere observar la Torá y las Mitzvot (preceptos) con la intención de que esto le traiga el deseo de hacer todo lo posible para otorgar contento a su Hacedor, y dado que este deseo contradice la naturaleza humana, que fue creada como un deseo de recibir solo en beneficio propio, entonces, cuando una persona dice: «Quiero hacer buenas acciones para que a través de ellas, es decir, con su poder, pueda dirigir todo por el bien del Creador y no para mí mismo», el deseo de recibir para sí mismo dentro del cuerpo de uno, que se llama «malvado», gritó: «¿Qué es este trabajo para ustedes?»

¿Y cuál es la respuesta que debemos dar a su pregunta? La respuesta se presenta en la Hagadá (narrativa) de Pésaj: «Un malvado, ¿qué dice él? “¿Qué es este trabajo para ustedes?” Para ustedes, y no para él. Y, como se excluyó del público, negó lo más importante. Y tú también, rompe sus dientes».

Esta respuesta es muy difícil de entender. Él hace una pregunta; él quiere entender por qué vamos a anular el deseo de recibir, que es el deseo que creó el Creador. Debemos responderle, ya que él está preguntando según su punto de vista, él tiene razón. Por lo tanto, ¿por qué dijeron: «Rompe sus dientes»?

Baal HaSulam dijo sobre esto, ya que él pregunta: «¿Qué es este trabajo?», es decir, «¿Por qué debemos trabajar en beneficio del Creador y no en beneficio propio?» No hay nada que responder a esto. En otras palabras, una persona recibe una respuesta a su pregunta para que pueda entender con su mente. Sin embargo, aquí es imposible hacerlo, entender, porque está preguntando: ¿Qué obtendrá el deseo de recibir si trabaja para otorgar? Si fuera a recibir más tarde, después de que quiera otorgar, lo que significa que podríamos decir: «Otorga, y a cambio, más adelante, podrás ser un receptor», eso sería otorgar para recibir. Esto se llama Lo Lishmá (no en Su nombre).

Por lo tanto, cuando una persona quiere trabajar Lishmá (en nombre de la Torá), lo que significa otorgar con el fin de otorgar, no hay lo que responderle. Esto se llama «Rompe sus dientes». En otras palabras, la respuesta es que debemos ir con fuerza, es decir, por encima de la razón, ya que, dentro de la razón, el malvado tiene razón. Esto se llama «Rompe sus dientes». Dijo que una persona no puede vencer al malvado de una sola vez, sino que, este trabajo tiene ascensos y descensos, hasta que una persona sea recompensada con ganarlo y asumir el yugo del reino de los cielos como fe por encima de la razón.

Esta es la razón por la cual Maljut se llama Shoshaná (rosa) o Shoshanim (rosas) o Shoshán (otro nombre para una rosa), ya que el nombre siempre se da después del evento, ya que no somos recompensados con el reino de los cielos sin la cuestión de romper sus dientes. Es por eso por lo que Maljut se llama Shoshaná, después del acto.

De ello se deduce que el significado de Shoshán es «Romper sus dientes», ya que no hay nada que responder a su pregunta y tenemos que ir por la fuerza, por coerción, aunque el malvado, que significa el deseo de recibir para sí mismo, no está de acuerdo. Esto se llama Hakaá (golpe), lo que significa que lucha consigo mismo. Cuando una persona le dice a su mal: «Vale la pena servir a un gran Rey y no necesitamos nada a cambio, sino solo porque Él es grande y gobernante, lo que significa que, debido a Su grandeza, la persona debe estar satisfecha cuando sirve a un gran Rey», el malvado le dice: «¿Cómo quieres servir a un gran Rey? ¿Acaso sientes Su grandeza, por lo que estás diciendo que vale la pena Servirle?»

En estos estados, la persona a veces es incapaz de representarse a sí misma cualquier grandeza del Creador. En cambio, siente la bajeza en Kedushá (Santidad). Esto se considera como «Shejiná (Divinidad) en el exilio» o «Shejiná en el polvo». En otras palabras, no siente ninguna importancia del Rey. Por el contrario, llegan a él representaciones que lo alejan del trabajo del Creador hasta el punto de que a veces, incluso, quiere olvidarse del trabajo del Creador, ya que mientras recuerda que debe trabajar para el Creador y no recibir ninguna recompensa por el trabajo, sino que el trabajo en sí mismo debería ser su objetivo, esto se puede decir cuando una persona siente el gusto por el trabajo. En ese momento, el gusto que siente lo compromete a continuar el trabajo y no necesita ninguna recompensa.

Pero, ¿qué puede hacer el hombre si cuando viene a hacer el trabajo sagrado y dice que no quiere ninguna recompensa por su trabajo, entonces no tiene una recompensa que lo obligue y que sea la razón por la cual puede trabajar, y trabajar con alegría, porque después recibirá una gran recompensa porque no está trabajando para recibir la recompensa.

Además, él no siente que estará trabajando para un gran Rey, entonces, ¿cómo puede uno trabajar sin ninguna alegría? Se le dice que trabaje coercitivamente, es decir, sin el consentimiento del cuerpo. Esto se llama «Rompe sus dientes».

Pero, ¿de dónde se pueden obtener fuerzas para obligarse a realizar acciones con el fin de otorgar? E incluso, si se sobrepone a sí mismo, no puede hacer ese trabajo con alegría. Es decir, el trabajo que hace en ese momento es como el de una persona cautiva que se ve obligada a trabajar. Cada vez, dice: «¿Quizás haya una forma de escapar de aquí para no tener que trabajar para otros?». La única alegría que tiene entonces es cuando mira el reloj y ve que pronto se librará del trabajo.

Se deduce que, cuando el trabajo está lleno de tristeza y agonía por tener que trabajar para otros en lugar de para sí mismo, acaso puede el propietario ver cómo sus empleados están trabajando para él, llorando mientras trabajan y diciendo: «¿Cuándo podré deshacerme del trabajo?»

La persona se pregunta: «¿El Creador quiere que trabajemos para Él con coerción?»

Es decir, sienten que el hombre está alejado del Creador, que no siente el amor al Creador, lo que significa que, durante el trabajo, ame al Creador. Se mira a sí mismo y no sabe qué le pasó a la persona. Es decir, donde el trabajo es por el bien del Creador, la persona debería haber sentido cercanía al Creador durante su trabajo, lo que significa tener más deseo de acercarse al Creador.

Pero, ahora es todo lo contrario. Es decir, cada vez se aleja del Creador, siente que los actos que hace lo alejan. Siente cada acción como si fuera expulsado, lo que significa que no se le permite acercarse y sentir la importancia de la Torá y las Mitzvot, y sentir algo de sabor en estas acciones. Por el contrario, es como si se hubiera formado una distancia entre ellos. Le parece que nadie puede soportar al otro, y todas sus acciones, que hace por la fuerza, son para él como un yugo y una carga. Siempre contempla escapar de estos estados, pero no tiene a dónde correr, excepto durmiendo, lo que significa que encuentra sabor solo en el sueño.

Sin embargo, en ese momento, la pregunta es: ¿Por qué es realmente así? Es decir, una persona debe preguntar: ¿Por qué merezco esto? ¿Es esta la Torá y esta es su recompensa? ¿Es porque comencé a trabajar en el camino de la verdad, que es llegar a hacer el trabajo sagrado, todo es en nombre de los cielos, que estoy siendo expulsado del trabajo sagrado?

¿Por qué es que cuando el trabajo era como el público en general, lo que significa hacer buenas obras, y no pensaba en absoluto en la intención en nombre de los cielos, y confiaba mi trabajo completamente en el público en general, que solo piensa sobre acciones y no sobre intenciones tenía buen gusto en el trabajo y en la plegaria? Sabía que estaba orando al Creador y que Él escucha mi plegaria, y tenía la fuerza para continuar con la plegaria, y nunca miré, cuando estaba orando, si el Creador escucha mi plegaria. Es decir, no tenía críticas sobre mis acciones, avanzaba de forma simple, y estaba seguro de que todo estaba bien.

Pero ahora que debería elevarme en los grados de santidad, dado que quiero trabajar por en nombre de los cielos, para acercarme al Creador, y ¿qué tengo ahora? Solo me estoy alejando en vez de haber recibido un acercamiento.

La verdad es que debemos creer en la fe en los sabios y no seguir lo que dicta el intelecto humano, sino confiar completamente en lo que los sabios nos dijeron. Baal HaSulam dijo que una persona debería creer que esto es así, aunque no lo vea. Sin embargo, una persona debe creer que el Creador escucha la plegaria, tal como está escrita: «Porque tú escuchas la plegaria de cada boca». Dado que el hombre le pide al Creador que lo acerque, el Creador quiere darle un acercamiento real, lo que significa darle a la persona el deleite y el placer que el Creador quiere darle. Esto se llama «el propósito de la creación». Por esta razón, el Creador prepara para él Kelim (vasijas) para esto, y Kelim se llaman «necesidad» y «carencia».

Dado que vemos que solo hay tres cosas:

1) El hombre entiende que, si quiere ser un siervo del Creador, debe ser ascético y no disfrutar nada, y luego será un siervo del Creador. Es decir, a cambio de esto, recibirá una recompensa en este mundo y en el mundo por venir.

2) Entiende que debe alcanzar el grado en que pueda trabajar en beneficio del Creador, lo que significa que todas sus acciones serán en nombre de los cielos, y se conforma con esto.

3) Una persona debe lograr el propósito de la creación, que es que las criaturas reciban deleite y placer, y no que den, ya que dar, es que se debe dar contento al Creador, y eso es solo la corrección de la creación.

De acuerdo con lo anterior, podemos entender lo que cuestionamos: ¿Por qué cuando una persona le pide al Creador que le dé vasijas de otorgamiento, recibe de arriba vasijas de recepción más grandes que las que tenía antes de pedirle al Creador que le dieran vasijas de otorgamiento?

La respuesta es, como dijimos en artículos anteriores, que, si una persona recibe un deseo de otorgar de inmediato, lo que significa que podrá sobreponerse al pequeño deseo de recibir, se conformaría con esto y el deseo de recibir dentro de él permanecería sin corregir, porque no se revelaría a una persona para que pudiera pedir la fuerza para sobreponerse.

Esto significa que el hecho de que una persona vea, cuando pide que se le dé el poder para sobreponerse al pequeño deseo de recibir, y a cambio de la plegaria, se le da un gran deseo de recibir, no es como la persona piensa, que inicialmente, su deseo de recibir era pequeño, y luego desde arriba se le dio un gran deseo de recibir.

Más bien, es como El Zóhar dice acerca de lo que está escrito: «O hazle conocer su pecado». Él preguntó: «¿Quién se lo dio a conocer?» Y él dijo: «El Creador se lo dio a conocer». Esto significa que el Creador le hizo saber cada vez en mayor medida cuán grande es el poder del deseo de recibir con el que nació, como está escrito: «El pecado está agazapado en la puerta». Es decir, tan pronto como nació, nació con todas sus fuerzas. Por eso se le llama «un rey viejo y tonto».

Sin embargo, una persona no necesita saber la magnitud total del deseo de recibir. Más bien, esta revelación del poder del deseo de recibir es gradual. Es decir, el mal debe equilibrarse de acuerdo con el bien que tiene. En otras palabras, en la medida en que una persona se esfuerza por cancelar el deseo de recibir, hasta ese punto se le revela desde arriba.

Como explicamos acerca de: «Para los malvados, parece una hebra de cabello, y para los justos, la inclinación al mal parece una montaña alta», dijimos que, como lo bueno y lo malo deben estar equilibrados, como dijeron nuestros sabios: «Uno siempre debe verse a sí mismo mitad bueno y mitad malo», ya que siempre van juntos para poder elegir qué decidir.

Resulta que el mal está dentro del hombre. Sin embargo, el mal se revela de acuerdo con la medida del bien en una persona. Por lo tanto, cuando uno comienza a caminar en una línea de verdad, el mal aparece en él cada vez. Sin embargo, por cada mal estado que siente, no puede hacer nada más que pedirle al Creador que lo ayude, tal como está escrito: «La inclinación del hombre lo vence todos los días. Si no fuera por la ayuda del Creador, él no la superaría». Se deduce que el hombre no tiene fuerza para vencer el mal, sino que el Creador debe ayudarlo.

Sin embargo, debemos saber que esto también es una corrección. Es decir, el hecho de que una persona no puede superar el mal sin la ayuda de arriba es deliberado. Esto es así porque si una persona tiene la capacidad de avanzar y hacer por el bien del Creador por sí sus propias fuerzas, permanecería en un estado de Katnut (pequeñez). Es decir, no necesitará elevarse en los grados de Kedushá, donde una persona debe llegar a alcanzar la Torá, donde se ocultan el deleite y el placer que el Creador quería dar a las criaturas.

Si una persona siente que está bien, no necesita la Torá. Pero si una persona no puede superar el mal, y en ese sentido, una persona no puede estar satisfecha, ya que ve cómo el mal lo gobierna, entonces ve que no tiene aferramiento en la Kedushá, entonces, ¿cómo puede estar satisfecho?

En ese momento, de acuerdo con la medida de su superación, él ve la verdad más claramente: que no hay posibilidad de que pueda salir del gobierno del mal. En ese momento, cuando le pide al Creador que lo ayude, le pide con todo su corazón. Además, muchas veces se desespera y necesita una superación extra para tener la fuerza para ir por encima de la razón, para que el Creador sí pueda ayudarlo.

De ello se deduce que, al sobreponerse y pedir la ayuda del Creador, ¿en qué se le ayuda? Es como dice El Zóhar: «Con un alma santa». Es decir, cada vez, la ayuda es con una mayor iluminación. Es por eso por lo que una persona no puede salir del gobierno del mal por sus propias fuerzas, sino que necesita que el Creador lo ayude. Con esto, revelará su NaRaNJaY de Neshamá (alma).

De acuerdo con lo anterior, debemos interpretar lo que preguntamos:

1) ¿Por qué la Shejiná se llama Shoshán (rosa)?

2) ¿Por qué la Shejiná da testimonio de nosotros ante el Rey? Es decir, ¿qué debería testificar?

3) ¿Qué significa cuando dice que la Shejiná se llama «Ayuda del cielo», como está escrito: «Y oirán el cielo»?

Ella se llama Shoshán porque es imposible adquirir el reino de los cielos, que es la fe por encima de la razón, a menos que venga el malvado y pregunte: «¿Qué es este trabajo para ustedes?» y él quiere una respuesta dentro de la razón lo que obtendrá trabajando por el bien del Creador y no para sí mismo.

En ese momento, no hay nada que responder dentro de la razón, ya que dentro de la razón tiene razón, como está escrito: «Y como se excluyó del público, negó lo más importante». Es decir, dado que negó la esencia de la corrección, que era para no tener vergüenza al recibir el deleite y el placer, resulta que el Creador no necesita que trabajen para Él. Más bien, el hecho de que deberíamos trabajar para el beneficio del Creador es para nuestro propio beneficio.

Es decir, a través de esta corrección no habrá vergüenza. Esto es lo que él negó. Por lo tanto, no le ayudará entender nada, y en su lugar, debemos ir por la fuerza, es decir, por coerción, que se llama «Rompe sus dientes». Y como este trabajo es incesante, se llama «Rompe mucho sus dientes». Esta es la razón por la cual el reino de los cielos se llama Shoshán o Shoshaná (ambos significan «rosa»), de las palabras: «Rompa sus Shinaim (dientes)».

¿Y qué testifica de nosotros la Shejiná? Que estamos bien. Preguntamos: ¿Dónde ella ve esto?

La respuesta es que es porque ella nos ayuda. Maljut se llama «Asistencia del cielo». Esto significa que Maljut misma da la ayuda. Así es como está escrito: «El que viene a purificarse es ayudado». Por lo tanto, ella puede testificar que estamos bien porque nos ayudó en esto.

Además, preguntamos: ¿Por qué ella debiera testificar? Debemos interpretar que una vez que el hombre ha sido recompensado con el reino de los cielos, cuando puede trabajar por el bien del Creador, necesita ser recompensado con la Torá, llamada ZA, un «Rey». Esto es lo que ella debe testificar, que él ya tiene el reino de los cielos y, de por sí, es digno de la Torá, llamada «los nombres del Creador», que es el propósito de la creación.