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Baal HaSulam / El poder de recordar

Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)

El poder de recordar

Recordar y olvidar - guardar y perder

Durante el exilio, considerado «el mundo femenino», el trabajo está en guardar. Quien produce fallas en su trabajo puede perder lo que se le da. Y la Dvekut (adhesión) en este mundo es por la fuerza de guardar, y con la elevación de la emoción se embellece la fuerza de guardar, así como también, la elevación de su perfección y la fortaleza de su Dvekut.

Sin embargo, en el futuro, no habrá miedo a la pérdida o el robo, porque «la muerte será devorada para siempre», y aquí el trabajo se limita a «recordar». Aunque de acuerdo con esto, una sola forma debería haber sido suficiente, sin embargo, la naturaleza del cuerpo es cansarse con una sola forma. Por lo tanto, las formas deben vestirse y quitarse una tras otra, para que ante los ojos del cuerpo parezca tener una forma diferente cada vez, para incrementar el deseo. Esto es similar a bloquear los ojos del caballo mientras rodea la piedra del molino para no cansarlo.

Esto es profundo y muy grave, porque es simple: lo que Él desea del trabajador, es el sublime propósito. Además, se sabe que cuanto más cerca está el trabajo de la naturaleza, mejor es. La regla es que, si el amor de uno de los dos amantes aumenta hasta una medida completa y absoluta, es decir, «natural y completa», toda la fuerza del amor se apagará en el otro. Aunque su razón verá claramente la medida de amor del amante, de todas formas, no se crecerá en él la fuerza del amor como para corresponderle. Al contrario, según la sensación de totalidad del amante, el sentimiento de amor se irá extinguiendo en él, porque no le teme, pues su amor es absoluto. Por eso, se arruina y desaparece la medida de la espiritualidad, del amor en la naturaleza del sujeto amado.

De hecho, Su voluntad es «proclamar Su amor» y junto con esto, dar lugar para «expandir el límite del amor».

Estos dos son opuestos porque cuando su amor se da a conocer, adquiere una forma obligatoria, como el amor natural y perfecto. Por lo tanto, no hay lugar para el trabajo de «expandir el amor», ya que el leal amante completo está disconforme con el pago del amado a cambio de su amor, como está escrito: «Si tienes razón, ¿qué le darás a él?». Por el contrario, cuando el amado siente que su amante tiene un deseo de amarlo a cambio de algún pago y labor, ese lugar se vuelve deficiente ya que cuando hay un deseo de recompensa, su amor cambia, cuando falta el pago la recompensa. Por lo tanto, el amor no es absoluto. Por esta razón, no es completo y natural, sino condicional. Cuando se cancela la condición, se cancela el amor, como en el enigma de «paz, y no habrá paz».

Es sabido de forma evidente, que el maldito no se adhiere al bendito, como está escrito: «Dará sabiduría a los sabios». Y la servidumbre adiciona y expande la completitud y esta no se relaciona en absoluto con aquel que es deficiente, sino únicamente con el trabajador verdaderamente completo. Y para el trabajador completo, pareciera que no tiene un lugar para trabajar.

Este es el significado de «recordar». Es como en la alegoría: aquel que le dice a la persona que ama: «Aquí hay una bolsa llena de gemas, para mostrar mi amor». De esta manera, el ser querido se esfuerza por contar con precisión la suma de gemas para revelar también el amor en su propio corazón. De esta manera, el amor en sí no cambia para nada cuando no se toma el trabajo de contarlas, puesto que ya las tiene.

Sin embargo, para devolver alguna gratificación a quien lo ama, él toca las gemas extensamente para ser recompensado con revelar siempre ante sus ojos, la gran medida del sublime amor.

De esta manera, los sentimientos de amor llegan de uno a otro, siempre sin cesar, y se multiplican, mientras que la esencia no cambia.

Este es el significado de adoptar diferentes combinaciones. Si bien la esencia es la misma, pero para no perder ni corromper ni una mínima chispa del potencial que se revelen «las fuerzas ocultas que siempre existen en la materia». Por ese motivo aparecen ante sus ojos nuevas combinaciones cada vez, que el ojo corporal nunca ha visto. Con esto, la materia prueba un nuevo sabor y se presta para sufrir y retornar siempre y para siempre. Esto es similar a muchas comidas de las que se satisface la materia y desea multiplicar esa forma muchas veces, o los acoplamientos, ya que siempre hay nuevos sabores disponibles para ello.

Ahora comprendes la asociación de la materia en el cuerpo y el alma. De acuerdo al poder de la materia que se enraíza en el «olvido», y peor aún, al apagar cualquier tipo de amor absoluto, con esto le da espacio al alma para el trabajo obligatorio, es decir, volver y cambiar en combinaciones nuevas cada vez. De lo contrario, la falla también llegará al alma, debido a la máscara enraizada en la materia antes mencionada. Aunque el amor en sí es perfecto y completo, aparentemente está cubierto debido a esa materia. Por medio de regresar y repetir con el trabajo obligado, las adiciones aumentan más allá del fundamento, y los límites del amor se expanden maravillosamente.

Ahora entiendes el significado de «la tercera generación puede entrar en la asamblea del Creador». En la primera generación estaba la Klipá (cáscara) del egipcio, como si el lugar fuera demasiado estrecho. Esto se debe a que, aunque el amante y el amado se encuentran en la plenitud deseable, sin embargo, carecen de espacio en el cual expandirse y multiplicarse debido a la succión de la materia, el alma se ve obligada a revelar el amor incluso en la materia.

No tiene otro consejo más, que mostrar evidentemente su amor, con mucho trabajo y gran fuerza, ya que la materia no tiene otro lenguaje más que las emociones. De ahí que, en la medida de su sentimiento de amor, se vea obligada a devolver el beneficio con un trabajo sublime y una gran fuerza. Por lo tanto, cuando el alma siente Su amor completo y absoluto, incondicional, el trabajo de la materia cae por completo, porque «Uno no da dinero por nada». Esta es una ley en la naturaleza corporal (para hacer espacio). Por lo tanto, en ese momento, la sustancia se esfuerza con su gratitud y mucha subyugación de acuerdo con sus sentimientos, es decir, alabando y agradeciendo repetidamente.

Y de acuerdo con lo anterior, la materia se cansa de la primera combinación y el primer sabor, lo que le provoca disminución de la sensación y, por ende, disminución de la gratitud hasta que se termina para él, incluso este pequeño trabajo. Y dado que se queda sin trabajo, y ve en el amor absoluto, cubre con la Klipá del egipcio, la estrechez superior.

Subsecuentemente, en la segunda generación, fue exactamente la misma Klipá que en la primera generación, y se agrega la Klipá de los edomitas, lo que significa no repetir ni regresar en absoluto, como fue la costumbre en la primera generación, la cual, sin embargo, tenía una buena razón para revelar el sentimiento de gratitud.

Pero (los de) «la tercera generación que nacieron podrán entrar en la asamblea del Creador», porque en la tercera generación ese lugar se revela. Es decir, en el santo Átik, la cubierta del arca llamada Kaporet, y ambos fueron sentidos juntos. Esto significa que hacer lugar para el trabajo, revela de inmediato una gran medida de la Luz del amor, que desde entonces en adelante sabrá que evitar devolver el favor, impide la Luz del amor. Por esta razón, se esfuerza hasta hallar cómo devolver el favor, incluso cuando se encuentra en un estado de plenitud, porque debe, contra su voluntad, resolver el enigma del todo, y no hay nadie que esté completo. En adelante, él es una herramienta lista para trabajar.

Podríamos cuestionar que, hay espacio para que el trabajador completo sirva a otros cuerpos para complementarlos, porque esto no es plenitud en la Naturaleza, porque la Naturaleza demanda revelación, es decir, la verdadera devolución del favor por sí mismo, para no depender de la opinión de otros, que quizás no la hallará. Pero quien encuentra servidumbre en sí mismo, siempre está sirviendo al Creador y nunca descansa. Y en esa medida, la Luz de Su amor es constante e incesante.

Dos puntos

Dos puntos para cada aspiración: uno en ausencia y otro a partir de la saciedad. La diferencia entre ellos es la aspiración que surge del miedo a la ausencia, a pesar de que se eleva a los niveles más altos, a los más selectos, aún, cuando está cansado, se conforma con los más pobres de los pobres, y come hasta saciarse, y para cubrir a Átik para que no esté ausente. Pero la aspiración que nace del punto de saciedad, es decir, que no le faltará nada sin esta, en ese momento no se contenta con poco y aspira solo a lo más selecto de la realidad. Y si no es en esa medida, sino más bien entre el pueblo común, no querrá trabajar y esforzarse por ello en absoluto.

Por ejemplo: alguien que se inclina por la sabiduría de la música es deficiente hasta que la adquiere. No descansará hasta que haya adquirido cierta capacidad en esta sabiduría. Aunque le digan que no tiene esperanzas de convertirse en un músico de renombre, sino en uno común, no renunciará a su aspiración y se conformará con poco, e invertirá sus fuerzas para adquirir, aunque sea un poco de lo que pueda adquirir. Pero alguien que, para empezar, no tiene una inclinación inherente a tocar música y no siente hambre por este conocimiento, si un músico se le acerca y le dice que debe invertir fuerzas en esta sabiduría, le responderá incluso antes de haber completado su pregunta: «Siento y reconozco en mi alma, que no alcanzaré la grandeza en esta sabiduría, y para ser un músico común entre la multitud de músicos, ¿acaso el mundo es deficiente sin mí?».

De hecho, está impreso en el hombre desde Su providencia, que cualquier aspiración que surja después del punto de saciedad no será deseable, excepto para lo más selecto en ese momento.

Con esto comprenderás un asunto profundo: aunque las generaciones van declinando en mérito, a pesar de todo, se expanden en la carencia deseante y la corrección final.

Es así porque las primeras generaciones, que eran como los hijos de Adam, ellos mismos hallaban una grande y terrible deficiencia en el impedimento del trabajo del Creador. Por esta razón, su aspiración de Servirle surgió desde el punto de su ausencia. Por lo tanto, no expandieron su aspiración, por temor a perderla por completo, y estaban tranquilos y contentos con lo poco que habían logrado. Por eso tuvieron movimientos pequeños y cortos en su trabajo, debido a su reconocimiento del gran valor, se conformaban con poco.

Este es el significado del empequeñecimiento del mérito de las generaciones hasta que llegaron a la contracción final de nuestra generación, cuando «la sabiduría de los escritores apestará, y los que temen al pecado son aborrecidos». En ese estado, la multitud se encuentra en un estado de equilibrio y el trabajo del Creador no es obligatorio para ellos, ni sienten ninguna falta por su ausencia. Incluso aquellos que se involucran en el trabajo, es simplemente por costumbre de su educación. No están sedientos ni tampoco aspiran encontrar una gota de conocimiento en su trabajo.

Y si algún sabio les dijera: «Vengan y les enseñaré Biná (comprensión), para entender e instruir en la palabra del Creador», de inmediato responden: «Ya sé en mi alma, que no seré como Rashbi y sus amigos, y deja al vino en su levadura (deja que las cosas permanezcan como están), y ojalá pudiera observar toda la parte literal de forma simple». Sin embargo, se dice de ellos: «Los padres han comido un fruto inmaduro, y los dientes de los hijos se desafilan», porque se dedican a la Torá y las Mitzvot (preceptos) que no están maduros, y los dientes de sus hijos se vuelven completamente desafilados, y se cuestionan por qué necesitan este trabajo. Es para ustedes, y no para Él, y tú también, desafila sus dientes. Esta es la forma de nuestra generación, con la que estamos tratando.

Pero con lo escrito y explicado anteriormente, comprenderás que en este crisol aún tenemos una gran esperanza, porque de ahora en adelante, cada hijo de erudito que entregue su corazón y sus fuerzas al trabajo del Creador, no estará entre los que se contentan con poco, en absoluto. Ya que el punto de su aspiración no surge de la ausencia, sino del punto de la saciedad. Por esta razón, todo aquel que viene a adherirse a la Torá y las Mitzvot no se conformará con nada menos que ser único en la generación, es decir, conocer realmente a su Creador. No querrá gastar su energía en el trabajo de la gente común en absoluto, sino solo en lo más selecto: la verdadera cercanía al Creador y saber en su mente que el Creador lo ha elegido.

De hecho, en nuestra generación no encontramos verdaderos trabajadores, excepto aquellos pocos elegidos que ya han sido recompensados con un alma piadosa, una parte Divina de lo Alto. Es como escribió el poeta:

«Mi rodilla es pura, que se extiende desde los arroyos del pozo

el nombre del que te elige, para caminar delante de Él etc., ...

Tú estás ante Él como todos los que están parados ante Él

Que se dirigen al Creador. Rodilla mía, conoces la voluntad de los de opinión unánime

el nombre de conocer tus objetos y pagar momentáneamente».

Pero aquellos que no han alcanzado aún esta honorable y excelsa virtud no tienen amor ni temor en absoluto en el trabajo.

Esto no sucedió así en generaciones anteriores, en absoluto, ya que los servidores del Creador no aspiraban a un nivel tan alto, y cada uno trabajaba para el Creador de acuerdo a lo que consideraba en su corazón.

Con esto comprenderás que, en verdad, la corrección comenzó antes de la recepción de la Torá, en la generación del desierto. Es por eso que hubo un gran despertar en esa generación, «Nuestro deseo es ver a nuestro Rey», como está escrito en el Midrash. Pero luego pecaron, es decir, se conformaron con un enviado, diciendo: «Tú nos hablarás y te escucharemos, y que el Creador no nos hable para que no muramos».

Este es el significado de la ruptura de las tablas y todos los exilios. Y en la generación del Mesías, este asunto se corregirá porque ese despertar volverá, y cuando lo alcancen, ya no pecarán más, porque ya han sufrido el doble por todos sus pecados. Y comprende esto.

Porque el propósito deseado no es otro que el más selecto de todos. Este es el significado de «Y ya no enseñarán más cada uno a su prójimo, y cada uno a su hermano, diciendo: “Conoce al Creador”, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande de ellos». Esta será la primera condición para todos los que comienzan el trabajo.

Mis palabras no se refieren a quienes se conforman con trabajar y esforzarse para beneficiar a las personas, y mucho menos para satisfacer sus despreciables pasiones. Más bien, es para aquellos que sienten que no vale la pena esforzarse por las personas, sino solo por el Creador.

Es así porque hay muchas facciones en el día del juicio: 1) satisfacer las pasiones materiales, 2) beneficiar a las personas, 3) mejorar su propio conocimiento o el de los demás. Pero todas estas son fuerzas de ocultación del rostro, porque no son nada comparadas con la virtud del Creador, por supuesto.

Alcanzar algo verdadero

Hay una sustancia espiritual en la que están grabadas las letras de la plegaria. La sustancia es lo más blanco de un pergamino blanco. También se le llama «fuego blanco», es decir, como si el color blanco viniera de la fuerza del fuego y se convirtiera en fuego, aplastando y sentándose con todas sus fuerzas.

Las letras son chispas de temor y amor. Es decir, se ve y se siente mucho la carencia por temor y amor. Este es el asunto del fuego negro, ya que ese color parece carente y más hundido que el resto de los colores. Por esta razón, al principio, esa fue la visión.

Porque inicialmente se vio el pergamino blanco, que está suficientemente procesado con potencia y con blancura. Este es el significado de la revelación de la corona y su brillo en «Asiá». El significado de Asiá es el pergamino, como en «Y el prepucio no la tomará prestada de su vecino» en uno que «se ha conectado junto con él». La revelación de la corona es el verdadero amor revelado, hasta Dujra (masculino) de Arij Anpin, y la ruptura son las letras del temor. Entiende que este es verdaderamente el «Libro del cielo».

Debes saber que esto es verdad desde todos sus lados. Por esta razón, nunca sucederá que el hombre alcance algo de la verdad si no siente que eso le falta, o que su carencia no es de verdad. Por esta razón, cualquier alcance que llegue como un mero «agregado», no se considera un alcance verdadero, ya que no es carente sin este. Por lo tanto, hay falsedad en la labor del esfuerzo, porque trabajó para ella, como si realmente le hiciera falta. Y examina esto.

Por eso las sabidurías externas son falsas sabidurías. Es decir, el trabajo para lograrlo debe cumplir por completo con los requisitos, como si buscara algo que realmente le hace falta y lo encuentra. Pero cuando lo ha encontrado y alcanzado, ve que no era carente en absoluto sin eso. Por lo tanto, es mentira y falsedad.

Esto no es así con la sabiduría del trabajo del Creador. Por el contrario, no sabe en absoluto cómo sentir su falta en su verdadera forma. Solo cuando la encuentra, ve cuán deficiente era sin esta. Por eso es un verdadero logro desde todos sus lados.

Es similar a quien paga por un objeto el doble de su valor. Suspira porque su amigo lo había engañado, y esa compra es falsa y fraudulenta ya que la imaginación lo había engañado.

Pero con respecto a las intenciones, no se debe preguntar al médico, sino al enfermo, porque él necesita Kedushá (santidad) y pureza en el trabajo del Creador, para dirigir, y que las intenciones sean una preparación para su alma, para la inspiración de la Kedushá.

Además, no necesitamos preguntar si la Torá es buena, o si la moral es buena, o si «en todos tus caminos Lo conocerás», ya que el médico sabe cómo preguntar sobre eso al enfermo. Si no le duele, entonces está seguro de su curación, por lo que el enfermo es el que sabe. Este es el significado de lo que está escrito en El Zóhar: «Un hombre no debe mirar donde no debería», lo que significa que mirar no le hace sentir Kedushá y pureza.

Aceptando a nuestros sabios como testigos confiables

Hay dos clases de servidumbre, una por la Luz y la otra por los Kelim (vasijas), ya que es imposible hablar y comprender los grados en las luces, mucho menos decir que uno será recompensado con un poco de Luz, porque en la espiritualidad no hay partes, y «una promesa que se ha incumplido un poco, está completamente incumplida».

(Me maravillo de estos dos, de la mente activa y el ministro del mundo juntos. Uno da el poder de nacer en una semilla de adulterio en un adúltero, y uno otorga edificios majestuosos sobre cimientos falsos y ficticios). Me refiero a Aristóteles, quien ordenó que sea ​​glorificado en su ascenso al cielo por su invención de un fundamento falso que fue suficiente como objetivo para las flechas de su mente estrecha y para el agotamiento de todo su espíritu. Esto se le ocurrió porque vio en los libros de Israel una profunda sabiduría construida sobre los cimientos de los cabalistas, y se comparó con ellos como un imitador, «como el mono ante el hombre», demostrando que su mérito era como el de ellos, como mintió sobre sí mismo. Si la profecía hubiera sido cierta, habría estado preparado para ella.

Pero nuestro camino no es el suyo, y un cabalista no deja un fundamento falso, como él había dejado sus fundamentos.

Más bien, aunque nuestros sabios y sus enseñanzas nos fueron dadas en la Cabalá, pero con eso, son testigos fieles, testigos oculares y nada más. En vez, nos enseñan la forma en que se les concedió ser testigos presenciales. Cuando entendamos, nuestra sabiduría será como la de ellos, y alcanzaremos un fundamento verdadero y real, y sobre él un edificio glorioso y eterno.

El motivo de esta conducta es que en todas las cosas hay una primera sustancia y un primer concepto. En cuanto a los conceptos mundanos, que están ocultos y sumergidos en descripciones materiales, los alcanzamos quitando la forma, es decir, del primer concepto al segundo concepto, y así sucesivamente, hasta llegar al concepto deseado. Por esta razón, llegamos al primer concepto con mucha facilidad, como con una pequeña parte del todo.

Esto no es así con los celestiales. Por el contrario, el primer concepto es el más difícil de alcanzar. Se llama Néfesh de Asiá, y cuando adquirimos la forma de Néfesh de Asiá a través de la Cabalá, porque al necio se le niega el logro de lo celestial, pero a través de la Cabalá esto es posible. A través de esta aprendemos la sabiduría celestial, y entonces tendremos el derecho de alcanzar el fundamento recibido, como la naturaleza de las cosas que se alcanza, y será posible reconciliar lo recibido como es lo natural con todos los conceptos.

Pero en su sabiduría ficticia, no se puede alcanzar su fundamento ficticio, ya que «basta con venir del juicio para ser como el juzgado». Así, todo el edificio permanece como un falso edificio de eterna desgracia.

El alma del prosélito

El dolor que siente un órgano particular que fue cortado, es durante el momento del juicio, el momento del corte. Pero después, todo el dolor y la deficiencia permanecen en todo el cuerpo. De manera similar, el placer de un órgano particular sucede cuando se vuelve a conectar al nuevo cuerpo, pero posteriormente, el placer lo abandona como si hubiera muerto y regresa a todo el cuerpo.

Esto explica el versículo «Y esa alma será amputada de su pueblo», para enseñarte que «todo dolor» y deficiencia son solo para el pueblo en general, como si hubiera sido cortado del pueblo.

Asimismo, «todo el placer» del alma del prosélito es solo cuando se conecta con toda la nación en general, la más selecta de las especies. Pero cuando se conecta totalmente, el placer particular retorna a todo el conjunto.

Es una insinuación de lo que la gente dice: «Un anciano y un niño son iguales», es decir, que quien comienza en la sabiduría es igual a quien se completa con ella, excepto por el llenado de la sabiduría, la cual sirve a su Rey y no a sí mismo. Pero toda la cuestión es mientras tanto, el cual es un trabajo de la mente, completamente para sí mismo y para su propia compleción.

Por ejemplo: Los sirvientes del Rey y los distinguidos ministros del Rey todos sirven al Rey. No es así cuando aprenden para su propia compleción: trabajan para sí mismos, como una casa llena de textos de sabiduría y cánticos de alabanza. Pero cuando caen en manos de los juerguistas, solo se jactan de la materia superficial que se revela en el papel, y lo usan para sus necesidades despreciables... perdiendo un poder precioso de ellos mismos y del mundo entero debido a la mundanalidad en ellos, despertando desprecio e ira.

El corazón duele aún más cuando los sabios ven con sus propios ojos, que los inmundos entran en las casas de la sabiduría de Israel y toman su materia superficial de las palabras, es decir, la belleza del lenguaje, por el trabajo de sus manos: vanas y falsas alegorías.

Los órdenes de la sabiduría se establecen sobre los cimientos de la verdadera Cabalá, alcanzada por los conocedores. La forma de la sabiduría se desviste en el trabajo de un artesano (y en mi opinión, si no fuera por este espejo no habrían tenido la insolencia de inventar fundamentos desde sus corazones), construyendo ingeniosamente sobre los cimientos de la falsedad y la desolación, como lo que hizo Aristóteles y su compañía en el cielo, y como... hacen en la corporeidad. Lo es aún más con aquellos que vienen con inmundicia revelada, convirtiéndolos en blanco de sus flechas de estupidez, para jactarse ante otros tan estúpidos como él mismo. Ellos no pueden ser perdonados.

Es un ejemplo evidente, ninguna deficiencia en el mundo está establecida en la corporeidad en absoluto. Más bien, cada deficiencia y plenitud está impresa en la espiritualidad.

Quiero decir que, al comienzo de la plenitud que se representará en el mundo, Él no tendrá necesidad de cambiar ningún incidente corporal, sino solo bendecir lo espiritual. Por ejemplo, vemos que un hombre asume grandes dolores y sacudidas en el camino al acumular riqueza, incluso asumiendo grandes riesgos. Entonces, en contra de su voluntad, el poder representativo de la esperanza de la fortuna lo somete y convierte el mal en un gran beneficio hasta que en cada parte de su alma se pone en peligro por la preparación incierta.

Por lo tanto, no está lejos en absoluto, si el Creador en su omnipotencia, acerca la recompensa por el trabajo al esfuerzo, no se sentirá agonía ni dolor en el esfuerzo, en absoluto.

Tres facciones

La Torá es como un mundo entero del que tres facciones disfrutan de diferentes formas. La primera facción son las masas. Estas no han sido preparadas para abstraer las formas, a menos que solo deseen la primera sustancia de todo lo que llena el mundo, que llega directamente a los sentidos y a la imaginación.

La segunda forma es de los que han sido preparados para poder abstraer la forma material, y tomar y disfrutar otra forma, cercana a la espiritualidad, que se encuentra debajo de esta. Este es un deleite emocional e intelectual, es decir, de conceptos separados impresos en estas imágenes materiales.

La tercera forma, de la tercera facción, es que han sido preparados para adquirir formas generales a partir de conceptos separados impresos en formas espirituales y corporales juntos. Estos atan un hilo a otro hilo y, con cada tirón, descienden al abismo y ascienden al cielo. Esta forma se encuentra después de quitar la segunda forma antes mencionada.

De manera similar, provienen tres complementaciones de la Torá a las tres facciones mencionadas anteriormente. La primera facción se completa con la primera materia. La segunda facción se completa con la forma, y la tercera facción se completa por inclusión, la cual abstrae la forma de una forma y un hilo de un hilo. Ciertamente, alguien que es favorecido por las personas del mundo, solo en la materia, ciertamente no será completado por la Torá por encima de su deseo y sus logros. Esto es lo que quiso decir Maimónides: que uno debe aprender lógica antes de la sabiduría de la verdad. Sin embargo, por experiencia sabemos y vemos que hay influencia y una fuerza indirecta en su Luz, la cual de repente puede elevarlo a uno por encima de la primera facción hasta el grado de un hombre de la tercera facción. Resulta que trabaja para obtener una aguja y obtiene una casa llena de plata y oro.

Este mundo y el mundo por venir

No hay diferencia entre este mundo y el mundo eterno, excepto que uno es temporal y el otro es eterno. Pero no hay posesión en este mundo, o en el mundo por venir, que no sea un asunto espiritual separado. Por supuesto, la cantidad que se haya adquirido de este tipo en el temporal seguirá siendo suya en el eterno. Esta es la opinión de todos, y también Maimónides lo admite. Sin embargo, esto no puede ser revelado a las masas porque no escucharán y no prestarán atención al trabajo, al dejar esa pequeña porción a su burda imaginación.

Es como un sordo cuya audición no está influenciada por ningún sonido común y ordinario en el mundo, sino solo por un gran ruido. Pero si todos los músicos y cantantes se unieran, proporcionarían a su oído sólo un sonido grosero y ruidoso, y específicamente desagradable.

Asimismo, es imposible hablar con las masas sobre algo espiritual excepto a través de un ruido caótico. Las palabras racionales no les ayudarán, porque no tienen la preparación en sus almas para disfrutar de formas montadas sobre la materialidad. Por tanto, se adhieren solo a la primera imagen de la creación que está cerca de ellos, la cual es el grosor en la corporeidad. Por esta razón, cuando se habla del mundo por venir, también debe expresarse de la misma manera que está adherida a este tipo.

Por lo tanto, está prohibido hablar con ellos acerca de la forma intelectual que se encuentra en la sustancia de lo eterno, porque la sustancia se rompería, no alcanzarían esa forma y serán rechazados por ambas. Por esta razón, haré para ellos una composición especial, para proporcionar una descripción general cercana a la verdad sobre la forma del Jardín del Edén y el Infierno. Después, podré hablar del resto del alma con los mejores entre ellos.

Seré breve, sepan que la forma de este mundo es espiritual separada, y no es gruesa ni grosera, salvo con respecto a los corpóreos, pero no en la forma del Creador. Por esta razón, él encuentra todas esas formas dentro de sí.

De ello se deduce que al final de la corrección, precisamente la materia grosera desaparecerá, y las formas separadas de todas estas imágenes, tanto de la realidad como del orden de la provisión del sustento en la realidad, tales como comer y beber, permanecerán todas en la eternidad, ya que nada se pierde excepto la materia y sus fundamentos.

Pero en las formas, no hay pérdida. No sufrirán en absoluto de la ruina desde su primera sustancia, la cual ya hizo su parte. Y si eres uno que tiene forma, es fácil entender cómo quitar las formas de las materias inmundas del mundo, como el adulterio, la glotonería y el amor propio, ya que estas formas permanecerán en la espiritualidad en forma de una mente separada. Y permanecerán en dos discernimientos:

El primer discernimiento es toda forma de cálculo personal.

El segundo discernimiento es toda forma de cálculo general.

Estas formas se llamarán para siempre «cadáveres de los malvados», como está escrito: «Y saldrán y verán los cadáveres de los hombres que cometieron crímenes contra mí». De esto podemos entender fácilmente las formas de santidad. Esta es la recompensa y el castigo, y los dueños también lo sentirán en este mundo.

Pero después de haber quitado la forma mencionada anteriormente, hay otra abstracción que es más general. Llamada «el mundo de la resurrección» y «Ni el ojo ha visto», en los cuales ni siquiera los profetas se involucran, sino que cada uno que comprende lo recibe de un sabio cabalista.

Con esto entenderás las palabras, «Una transgresión no apaga una Mitzvá (precepto)» ya que el portador trae ambas formas juntas al mundo espiritual. En una se deleitará y en la otra será juzgado. Este es el significado de «El Creador no le niega la recompensa a ninguna criatura».

Y lo que escribió Maimónides, que hay fe solo después de la descripción de lo operado en el alma de uno, quiero decir que es con el poder del don divino, como Él dividió el alcance de las luces entre sí. Esto no contradice lo que he escrito. Y examínalo con atención.

Lee atentamente porque aquí he explicado la compleción que llega a la primera facción y a la segunda facción, mencionadas anteriormente. Pero en cuanto a lo que le llega a la tercera facción, lo he insinuado, pero no lo he explicado.