Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash)
¿Qué son los espías en el trabajo?
Artículo 33, 1989
Está escrito en El Zóhar (Shelaj, artículo 18): Leí este escrito, porque dijo Salomón que el caso de los hombres y el de las bestias es el mismo, así como es la muerte de uno, es la muerte del otro, y hay un solo espíritu para todos, porque aquí hay una apertura para los que no tienen fe. Él responde, y repite esas palabras que dicen los tontos del mundo, que este mundo existe por casualidad y que el Creador no los supervisa. Y que más bien, el caso del hombre y el de la bestia es el mismo. ¿Qué les dijo Salomón (a ellos)? «¿Quién sabe cuál es el espíritu de los hombres, si asciende hacia arriba? ¿Y el espíritu de la bestia, desciende a la tierra? ¿Sube al lugar alto, y el espíritu de la bestia, desciende a la tierra?», como está escrito al respecto: «A imagen de Dios hizo al hombre» y también está escrito, «La vela del Señor es el alma del hombre».
De ello se deduce que hay una pregunta: ya que Salomón dijo: «Porque el caso de los hombres y el de las bestias es el mismo, así como es la muerte de uno es la muerte del otro, y hay un solo espíritu para todos», pregunta El Zóhar: ¿Significa esto que Salomón abre una puerta para aquellos que no tienen fe? Y responde que Salomón dijo esto a los ojos de los tontos. Cuando Salomón miró a los tontos, los llamó «bestia», como está escrito, «Me dije a mí mismo acerca de los hombres, Dios los ha clasificado para ver que no son más que bestias». Dios los clasifica para que permanezcan solos y no se conecten con las personas y les expresen su opinión.
¿Qué les respondió Salomón? «¿Quién conoce el espíritu de los hombres, que asciende hacia arriba?, a un lugar más alto, a un lugar santo, para alimentarse de la luz superior, mientras que el espíritu de la bestia, desciende a la tierra, y no al mismo lugar que es igual para todos los hombres?» Debemos entender esto en el trabajo. Es decir, cómo aprendemos esto en una sola persona, que contenga todos esos estados, es decir, que tenga todas las preguntas.
La cuestión es que cuando el hombre quiere comenzar a observar la Torá y las Mitzvot (preceptos), envía espías para espiar el trabajo del Creador, para ver si vale la pena. En ese momento, la inclinación al mal le muestra imágenes de quienes se dedican a la Torá y las Mitzvot, a los que solo les interesa su propio beneficio, y la única diferencia es que dicen que quieren que el Creador les pague por su trabajo, y los laicos dicen, que se conforman con recibir recompensa a cambio de su trabajo de una persona como él. Pero todos trabajan en beneficio propio.
Pero escuchamos que ustedes dicen que nuestros sabios aseveran: «Los malvados en sus vidas se llaman muertos», debido a que el Creador es el dador, por lo tanto los que trabajan para su propio beneficio, se separan de la Vida de vidas y, en consecuencia, son llamados «Muertos», incluso presentan evidencia de lo dicho, acerca de lo cual nuestros maestros dijeron (Berajot 17) «Cualquier persona que se dedique a la Torá Lo Lishmá (no por el bien de Ella) sería mejor no haber sido creado». Por lo tanto, El Zóhar dice acerca de los espías dentro del hombre, que Salomón dijo sobre ellos, es decir, repitió las palabras que dicen los tontos del mundo, que este mundo existe por casualidad y que el Creador no los supervisa, que la cuestión del hombre y de la bestia es la misma, así como muere uno, muere el otro, y todos tienen el mismo espíritu. Es decir, ambos son llamados «muertos»; ya sean religiosos o laicos, todos trabajan por su propio beneficio.
Y Salomón dijo, «¿Quién sabe si el espíritu de los hombres, asciende? ¿Y si el espíritu de la bestia, desciende?» Es decir, debemos creer en las palabras de nuestros maestros, que dijeron (Pesajim 50) «Uno siempre debe dedicarse a la Torá y a las Mitzvot, incluso si no es Lishmá, ya que de Lo Lishmá se llega a Lishmá (en nombre de Ella)”.
Por lo tanto, aunque cuando comienza el trabajo, comienza por Lo Lishmá, es decir, en beneficio propio, como las personas que son consideradas como «bestias», lo que significa que solo se interesan en pasiones bestiales, pero aquellos que se interesan en pasiones bestiales, ¿qué grado alcanzarán finalmente? Salomón dijo acerca de esto que lograrán el grado de, «el espíritu de la bestia que desciende a la tierra». Es decir, que permanecerán en lo terrenal, en vasijas de recepción en beneficio propio, que es la cosa más baja, llamada «tierra».
Pero aquellos que se dedican a la Torá y a las Mitzvot, aunque sea en Lo Lishmá, es decir, por su propio beneficio, aún así, de Lo Lishmá llegarán a Lishmá. Por esta razón, saldrán del amor propio y alcanzarán la equivalencia de forma llamada «Dvekut (adhesión) con el Creador», y serán recompensados con la vida, como está escrito, «Y ustedes que se adhieren al Señor su Dios viven todos hoy».
Es por eso que Salomón dice: «¿Quién conoce el espíritu de los hombres, que asciende, a un lugar alto?» «Quién conoce» significa que debemos creer en las palabras de nuestros sabios, que dijeron: «Y de Lo Lishmá, se llega a Lishmá», y «El que viene a purificarse recibe ayuda». Por lo tanto, el que sabe cómo apreciar esto y cree en las palabras de nuestros sabios, que de por sí, logrará la Dvekut con el Creador, que se considera como «el espíritu del hombre». Es decir, aquellos que se comprometen con conseguir la cualidad de «hombre», aunque todavía están en la cualidad de «bestia», lo que significa que aún se ocupan solo en beneficio propio.
Baal HaSulam interpretó el escrito: «dará sabiduría al sabio». Sin embargo, debería decir, «dará sabiduría a los tontos», ya que el que quiere ser sabio ya es llamado «sabio». Pero aquel que no tiene ningún deseo por la sabiduría se llama «tonto», como está escrito, «El necio no desea comprensión».
Por lo tanto, aquellos que quieren ser considerados «hombres», como nuestros sabios dijeron, «ustedes son llamados hombres, y las naciones del mundo no son llamadas hombres», naciones del mundo «significa el amor a sí mismo que lleva el hombre dentro de sí»; esto se llama «las naciones del mundo». Pero «Israel» significa Yashar-El (directamente al Creador), lo que significa que para «Israel», todo lo que tiene es directamente para el Creador.
Por esta razón, quien quiera seguir el camino que lo lleve a conseguir la cualidad de «Adam» (hombre), el versículo dice, «el espíritu de los hombres, asciende hacia arriba», a un lugar superior, es decir, al Creador, como está escrito al respecto, «Él ha hecho al hombre a imagen de Dios», y como está escrito, «La vela del Señor es el alma del hombre». «A imagen de Dios» significa que como el Creador es el dador, el hombre debe alcanzar este grado de ser dador. Sin embargo, si el hombre comienza el trabajo en Lo Lishmá, ¿cómo puede lograr el grado de dador? La respuesta es como nuestros maestros dijeron: «El que viene a purificarse es ayudado». El Zóhar pregunta: «¿Con qué?» Y responde: «con un alma santa». Es decir, el Creador le da un alma por medio de la cual recibe ayuda. Este es el significado de «La vela del Señor es el alma del hombre».
Este es el significado del versículo, «Me dije a mí mismo acerca de lo que hay que clasificar acerca de los seres humanos», Dios los ha clasificado. El Zóhar interpreta que «clasificado» significa que Dios los organizó para que permanezcan solos y no se conecten con las personas, para que no expresen su punto de vista a la gente. En el trabajo, esto significa que la persona debe tener cuidado con el argumento de sus espías, que quieren darle el punto de vista de la bestia y decir que no debe preocuparse por la opinión del hombre, lo que significa que el cuerpo puede alcanzar la cualidad de Hombre y su visión bestial no les permiten considerar el punto de vista del hombre. Por esta razón, Salomón les advierte que necesitan un cuidado especial para que no se sientan atraídos por su opinión.
Por eso dice «clasificarlos», lo que significa que los organizó para que permanezcan solos. Es decir, que los espías se quejan de que tienen el mismo destino, lo que significa que, ambos permanecerán como «muertos», es decir, separados, ya que ambos trabajan por su propio beneficio, y ambos se llaman «los malvados en sus vidas se llaman muertos». Sin embargo, debemos fortalecernos y no escuchar a los espías o prestar atención a su punto de vista cuando dicen que es un desperdicio de trabajo, ya que, en cualquier caso, permanecerás como «los malvados en sus vidas son llamados muertos». Entonces, ¿por qué trabajar en vano si sabes que no ganarás nada? Por esto, esos tontos, que son como bestias, controlan el cuerpo del hombre.
Pero el argumento principal de los espías es que, es cierto que valdría la pena trabajar en beneficio del Creador, pero si se revelara el gusto por la Torá y las Mitzvot, al menos en la misma medida en que se revela el placer animal. Pero vemos que en la Torá y las Mitzvot, de las cuales decimos que «Son nuestras vidas y la extensión de nuestros días», no les encontramos ningún gusto ni sentimos nada por ellas, mientras que si sentimos el gusto en los placeres animales. Entonces, ¿por qué el Creador nos lo ocultó de tal forma? Hubiera sido mejor si el Creador se hubiera revelado a los inferiores. ¿Por qué debemos hacer todo con fe, si el camino de la fe aleja a las personas del camino del Creador? Es por eso que los espías dicen, que este camino es completamente inaceptable para la razón.
Baal HaSulam dijo al respecto, que si se revelara el placer que se alcanza observando la Torá y las Mitzvot, sería imposible tener libre elección, es decir, hacer algo por el bien del Creador. En los placeres corporales, vemos que el Ari dijo que todos los placeres materiales no son más que una pequeña luz en comparación con lo que se hay en la espiritualidad, y lo difícil que es dirigirlos con el fin de otorgar. Ciertamente, que con los grandes placeres, sería absolutamente imposible observarlos con el fin de otorgar.
Podríamos preguntarnos, si se revelara su Divina Providencia, como el Bueno que hace el bien, todas las criaturas se anularían ante Él «como una vela ante una antorcha». La respuesta es que cuando se siente la bondad y el placer, el deseo de recibir no puede mirar la vergüenza. Si no que, querría recibir a pesar de la vergüenza, al igual que nosotros con los placeres materiales, en donde la persona no siente ninguna vergüenza sino que el placer lo impulsa a recibir. Sólo después el hombre se arrepiente, es decir, después de que la pasión se va, entonces comienza a avergonzarse de haberse comportado como una bestia, sin ninguna vergüenza. Sobre esto nuestros maestros dijeron, «Los malvados están llenos de remordimientos», porque en el trabajo espiritual «malvado» es la persona misma la que se siente malvada. Entonces comienza a avergonzarse de lo que ha hecho.
Lo mismo ocurre en la espiritualidad. Si se revelara el bien y el placer, la persona lo recibiría solamente con el fin de recibir. Sólo después, una vez cumplido su deseo, se avergonzaría, y no tendría manera de corregirse. Pero si hay ocultamiento, y la persona comienza a trabajar con fe por encima de la razón, entonces el hombre comienza a hacer todo tipo de ejercicios para no caer en la recepción para sí mismo. Por esta razón, una vez que ha invertido fuerzas en el trabajo de otorgar, aunque la persona no puede obtener este grado sin la ayuda de lo alto, cuando solicita ayuda, pide que se le brinde ayuda para tener la fuerza necesaria de recibir con el fin de otorgar. Por esta razón, no se puede decir que la persona vería la grandeza del Creador y se anularía ante Él, sino que recibiría el placer del deseo de recibir para sí mismo.
Pero, cuando una persona trabaja antes, durante el período del ocultamiento, con el fin de otorgar, le dice al Creador, quiero servirte sin condiciones, incluso si no siento tu grandeza, quiero creer que eres grande y que vale la pena servirte, resulta que acepta trabajar para el Creador sin condiciones, aunque no pueda hacerlo, le pide al Creador que le dé esta fuerza, que pueda trabajar incluso sin ninguna sensación, solo por el bien del Creador.
Cuando la persona obtiene este nivel, en el que está dispuesta a trabajar sin ninguna retribución, nuestros maestros lo llaman aprendizaje de la «Torá Lishmá», sin esperar ninguna recompensa. En ese momento, es recompensado con la revelación de los secretos de la Torá. Y comienza el trabajo con los Masajim (pantallas), cuando ya puede ver el banquete. Sin embargo, en ese momento debe calcular la cantidad de comida que puede recibir con el fin de otorgar. Eso es lo que debería tomar, y no más.
Resulta que, debemos discernir aquí, por ejemplo, que él ya ve que le dieron, por ejemplo, cinco platos de comida. Sin embargo, él sólo los ve, no sabe qué gusto tienen, porque todavía no los ha probado. Pero como es una persona fiel, es decir, que está seguro de que no recibirá con el fin de recibir, entonces ya puede ver el banquete, pues ha alcanzado el nivel de «no recibir con el fin de recibir».
Por esta razón, a pesar de ver el banquete, no prueba antes de hacer un Zivug de Hakaá (acoplamiento mediante golpe) llamado «intención», por la cantidad que puede recibir del banquete con el fin de otorgar. Una vez que ha hecho el Zivug de Hakaá, entonces prueba la comida. Pero si aún no puede recibir con el fin de otorgar, el Tzimtzum (restricción) y el ocultamiento todavía actúan sobre él y no puede ver nada. Por lo tanto, precisamente cuando la persona puede trabajar sin raciocinio o intelecto, solamente por encima de la razón por completo, lo que denominamos Lishmá, se le recompensa con los secretos de la Torá.
Por lo tanto, el principal pecado de los espías es que aunque no mienten, sino que dicen la verdad, lo que dicen lo hacen de acuerdo con su intelecto y razón, por lo tanto, todo su pecado consiste en que no creen que el Creador ayude a todos, pues debemos creer que «El Señor apoya a todos los caídos». Si una persona dice que cayó tan bajo que el Creador no puede ayudarlo, de esta manera daña la fe, porque no cree que el Creador sea todopoderoso. Y le es muy difícil a la persona, cuando le llegan pensamientos de este tipo.
Y lo más difícil es que la persona cree que ve la verdad. Él no culpa a nadie por haber huido de la batalla, sino que dice, es cierto que el Creador es justo, pero ¿qué puedo hacer si no tengo fuerza para sobreponerme a mi deseo de recibir, ya que mis malas cualidades no son como las de los demás? Por lo tanto, debo abandonar el trabajo y ya no tengo más esperanzas.
Pero, a veces él dice otra cosa, es decir, no digo que mis amigos sean mejores, más bien, es que realmente no ven la verdad y piensan que están haciendo algo en la espiritualidad, por esta razón, no sienten la situación actual, que no están avanzando ni un paso. Es por eso que pueden continuar el trabajo y no sienten ningún defecto en su trabajo. Por eso siempre están satisfechos.
No importa cuál sea la razón por la cual una persona huye de la batalla. Lo que importa es que en ese momento, es difícil para la persona creer que el Creador puede ayudar a todos, que con respecto a Él, no se puede decir que puede ayudar solo a los grandes, y no a los pequeños. Con esto daña la fe en el Creador. En cambio, la persona debe creer lo que se dice, que «El Señor apoya a todos los caídos».
Por lo tanto, se deduce que la cuestión de los espías es por falta de fe. Es decir, todas las carencias que le dicen a la persona:
1) Que es difícil porque va en contra de la naturaleza del cuerpo, ya que el cuerpo quiere existir, y aquí se le dice que debe servir al Creador «con todo tu corazón y con toda tu alma». Esto es desde la perspectiva del «corazón».
2) Debemos creer que todo el trabajo se basa en un fundamento que está por encima de la razón, entonces, ¿Cuál es la realidad en donde la persona pueda ir por ese camino?
Por lo tanto, vemos que estos espías no están mintiendo. Entonces, ¿qué pecado hay en las palabras de los espías, que calumniaron la Tierra de Israel, como dice El Zóhar, que la Tierra de Israel se refiere al reino de los cielos, llamada «la Tierra de Israel», y esto se refiere únicamente a la cualidad de «Israel». Pero ellos dijeron, no vemos que sea posible ser recompensado con esto, por las dos razones mencionadas anteriormente. Por lo tanto, el pecado es que no creyeron en la grandeza del Creador, que Él es todopoderoso y porque no tuvieron fe en los sabios, que dijeron, «El que viene a purificarse es ayudado».
Por lo tanto, la corrección es orar al Creador, pues solo Él puede ayudarlo, para que crea que «Tú escuchas la plegaria de toda boca», como Baal HaSulam explicó, que «toda boca» incluso escucha la boca más baja que existe.