Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)
¿Cuál es el significado de los sufrimientos, en el trabajo?
Artículo 27, 1989
En Yom Kipur (Día de la expiación), en la «Plegaria dieciocho» («Dios mío, hasta que fui creado»), decimos: «Lo que pequé ante de ti, bórralo con tus muchas misericordias, pero no a través de sufrimientos». Debemos entender cómo es que cuando oramos porque deseamos que Él borre nuestros pecados, estipulamos condiciones ante Él, o de lo contrario no queremos que Él borre nuestros pecados. Entonces, ¿cuál es la condición: «Pero no a través de sufrimientos»?
El Zóhar (BeJukotai, Ítem 42) escribe: «Rabí Yosi comenzó: ”Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni aborrezcas su reprimenda”. Cuán amados son Israel, que el Creador desea reprenderlos y guiarlos por el camino recto. Y por su amor por él, su cetro siempre está en su mano, para guiarlo por el camino recto y así no se desviará a la derecha ni a la izquierda. A quien el Creador no ama y detesta, le quita Su reprimenda. "Pero a Esav lo odié", por eso le quité el cetro, le quité la reprimenda para no darle una parte en mí, porque mi alma lo detesta. Pero a ustedes realmente los amo, y no detesten Su reprimenda. ¿Qué es no detesten? Es, no lo detesten, como quien huye de las espinas, porque los reyes que esclavizan a Israel son como espinas en el cuerpo de uno».
Deberíamos entender esto. El sentido común y la razón ordenan que el Creador debe sostener el cetro para los gentiles, que actúan contra el Creador. Pero, para el pueblo de Israel, a quien ama, debe ser como está escrito: «El amor cubrirá todos los crímenes». Entonces, ¿por qué aflige específicamente a Israel, a quien ama, con un cetro?
También, deberíamos entender lo que se interpreta como: «No aborrezcas Su reprimenda», que los reyes que esclavizan a Israel son como espinas en el cuerpo de una persona. Sin embargo, dice: «No aborrezcas», es decir, no huyas de las espinas, es decir, de la esclavitud de los reyes. ¿Puede ser que les dice que no huyan de las espinas de los reyes sólo porque los ama?
También debemos entender las palabras «Pero a Esav lo odié», razón por la cual quitó de él la reprimenda: «Para no darle una parte en mí». Parece que si lo reprendiera, tendría una parte en el Creador. ¿Cómo están conectados? Es como si los sufrimientos les hicieran participar en el Creador.
Deberíamos saber que cuando se habla en asuntos de trabajo, tanto Israel como Esav, hablan de personas que observan la Torá y las Mitzvot (preceptos), y no de las naciones del mundo o personas seculares. Más bien, se trata solo de personas que tienen fe y observan la Torá y las Mitzvot. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre la cualidad de «Israel» en una persona y la cualidad de «Esav» en una persona?
De acuerdo con la regla, al observar la Torá y las Mitzvot, también debemos discernir la intención, si la observancia de la Torá y las Mitzvot es para recibir recompensa en este mundo o en el mundo por venir, o si su intención es con el fin de otorgar y no recibir nada. En la cualidad de «Israel», la intención es Yashar-El «directo al Creador», cuando no se quiere recibir nada a cambio, sino que todo vaya directamente al Creador. Esto se considera como la «cualidad de Israel» en una persona en el trabajo.
Pero si él quiere recompensa a cambio de observar la Torá y las Mitzvot, es considerado como «Esav». Esav significa el discernimiento de Asú (hecho), lo que significa que hizo una autoridad propia y quiere que el Creador llene su autoridad. Él no quiere revocar su propia autoridad, que se llama Yashar-El, lo que significa, cancelar su propia autoridad y anularse ante Él, lo que se llama «directo al Creador», y este es su único objetivo. Esto, él no lo quiere. Por esta razón, discernimos dos cualidades en el trabajo del hombre: «con el fin de recibir recompensa» o «no con el fin de recibir recompensa».
Debemos recordar que en el trabajo del hombre con el fin de otorgar, es decir, cuando quiere Dvekut (adhesión) con el Creador, es donde uno comienza una progresión de ascensos y descensos. Es decir, cuando la persona enfoca todo lo que hace en el trabajo para recibir recompensa a cambio de esto, resulta que, en el momento en que cree en la recompensa y el castigo, su deseo de recibir, que tiene por naturaleza, no se opone a recibir mayores placeres.
Sin embargo, cuando una persona quiere caminar por el camino de no recibir recompensa, como esto va en contra de la naturaleza, comienza la verdadera guerra con la inclinación al mal, ya que la persona quiere eliminar la inclinación al mal del mundo, porque sólo aquí está su existencia. Y con respecto al nombre del deseo de recibir, «inclinación al mal», es porque nos muestra el camino por el que el pueblo de Israel quiere marchar, como malo. Es decir, argumenta que el deseo de una persona de anular su propia autoridad y anularse ante el Creador es suicida. En cambio, ¿qué se llamaría «bueno»? Eso sería si la persona le pidiera al Creador que expandiera la autoridad del hombre y satisficiera todas sus carencias, y no que ese hombre trabaje para el Creador.
En otras palabras, la inclinación al mal le pregunta a la persona: «¿Dónde está tu cerebro, que estás trabajando con grandes esfuerzos en la Torá y las Mitzvot, y cuál será tu recompensa?» Es como dijeron nuestros sabios: «La Luz en ella lo reforma». Esto significa que, dado que el mal no se quiere anular ante el Creador, sino que el mal en una persona quiere que el hombre exista, se le aconseja al hombre que si se dedica a la Torá y las Mitzvot será recompensado. Es decir, sin la Torá y las Mitzvot, es imposible recibir una recompensa tan grande, y sólo por el poder de la Torá y las Mitzvot podemos lograr una recompensa tan grande, para que la persona se anule ante el Creador y la autoridad del hombre no sea evidente, sino que el Creador tome todo.
Sobre tal recompensa, la inclinación al mal grita: «¡Pero estás perdiendo tu propio ser! ¡Estás realizando acciones que harán que dejes de existir! ¡¿Debería uno trabajar y esforzarse para esto?!» De ello se deduce que la inclinación al mal le representa malas imágenes sobre el orden en su trabajo.
Esto se llama «sufrimientos». Es decir, cuando la persona quiere caminar por el camino de la verdad y lograr Dvekut con el Creador, llamado «equivalencia de forma», estas preguntas le llegan y él sufre un descenso, lo que significa que no puede sobreponerse a sus argumentos. Esto se manifiesta de inmediato, tanto en la mente como en el corazón. Cuando esa persona se recupera del descenso y comienza a contemplar la situación en la que se encuentra, sufre por estar lejos del Creador.
Una vez que ha sido recompensado de nuevo con un ascenso en la espiritualidad, comienza a pensar que a partir de ahora será fuerte e inmune a las palabras de los reyes de las naciones del mundo que hablan en contra del Creador. Es decir, no necesariamente dicen que no vale la pena dedicarse a la Torá y las Mitzvot. Más bien, dicen que no vale la pena comprometerse con esta recompensa de perderse a sí mismo, y también que él quiere que todo el esfuerzo sea para el Creador y nada para su propio beneficio.
Esto inflige a la persona grandes sufrimientos, que son como espinas en el cuerpo de uno, y quiere escapar de la situación en la que se encuentra. Dice: «Probablemente no soy digno de este trabajo, si fuera así, no sufriría descensos». Resulta que estos sufrimientos son que él escucha de ellos que no vale la pena trabajar para Él con esta intención.
Por lo tanto, hay dos asuntos aquí:
1) Los argumentos de los reyes, que esclavizan a Israel con sus palabras. Es decir, la persona cae bajo el control de los reyes, que esclavizan a la persona para que pueda trabajar sólo para su propio beneficio, debido al sufrimiento de las malas representaciones que la inclinación al mal le presenta.
En general, todos los reyes de las naciones del mundo se llaman «inclinación al mal». Cada rey tiene su propio punto de vista y le dice a la persona: «Camina por mi camino; Te daré placer en el trabajo. En otras palabras, todos los reyes dicen lo mismo: es mejor para ti trabajar en beneficio propio que en beneficio del Creador».
Resulta que los sufrimientos que uno ve, que no puede trabajar en beneficio del Creador, hace que quiera escapar de la campaña. Estos sufrimientos le hacen ver que este trabajo no es para él, ya que este camino requiere personas elegidas, unos pocos elegidos, y la gente común no puede abordar este trabajo, llamado «trabajar con la intención con el fin de otorgar».
Peor aún peor, la inclinación al mal viene a él vestida como un ángel sagrado y le dice: «Pero ya ves que tengo razón. Mira hacia atrás cuán vigorosamente te dedicaste a la Torá y las Mitzvot y con qué entusiasmo solías orar. Si preguntas, ¿por qué en el pasado fue así? Es como digo, ya que trabajaste para tu propio beneficio, para recibir una recompensa. Por eso tenías la fuerza para trabajar. Por lo tanto, ¿cuál es el beneficio de sobreponerte cada vez si ves que sigues descendiendo?, lo que se llama "Lo destrozado es mayor que lo construido", es decir, hay muchos más descensos que ascensos» .
La inclinación al mal también le dice, cuando se viste con la vestimenta de un ángel sagrado: «Anteriormente, avanzaste en el trabajo y cada día adquiriste una posesión de Kedushá (Santidad) en la Torá y las Mitzvot. Pero denigras esto y dices que quieres trabajar sólo en beneficio del Creador. Pero ves que estás retrocediendo en este trabajo, que tienes descensos, lo que significa que tu mal se está volviendo cada vez más malvado. Mientras observabas la Torá y las Mitzvot en la práctica en el trabajo, tuviste más éxito. Viste por ti mismo cómo progresabas. Pero ahora, ¿dónde están tu energía y tu entusiasmo en el trabajo?» Entonces, le dice: «Vete de este camino».
Resulta que, a través de las palabras de la inclinación al mal, que son el conjunto de todos los reyes de las naciones del mundo, esclavizan a Israel y pinchan los cuerpos de aquellos trabajadores que quieren trabajar con el fin de otorgar. Esto plantea la pregunta: ¿Por qué estas personas, que quieren caminar en el camino de la verdad, alcanzar Dvekut con el Creador y anularse ante Él, merecen tantos sufrimientos, tales descensos que no pueden tolerar los sufrimientos y quieren escapar de la campaña?
Y a la inversa, aquellas personas que trabajan con el fin de recibir recompensa no tienen los sufrimientos de sentir que están lejos del trabajo del Creador. En cambio, sienten que avanzan todos los días. Ciertamente, cuando ven el progreso, hay fuerza para trabajar. No sienten que tienen descensos, sino solo que a veces avanzan mucho y otras veces más lento, pero no retroceden.
La respuesta es que, cuando una persona no siente falencias y corrupción en el trabajo, no tiene nada que corregir. Por lo tanto, estas son personas que solo pueden trabajar en la práctica, y en las Mitzvot prácticas, no hay nada que agregar o quitar, como está escrito: «No agregues y no quites».
Y dado que todavía no tienen ninguna necesidad por la intención, y la intención significa lograr la equivalencia de forma, llamada «con el fin de otorgar», naturalmente, no quieren adherirse a Él. Es decir, no entienden cómo trabajar para no recibir una recompensa. Por esta razón, el Creador no les da sufrimientos, es decir, la sensación de lejanía del Creador, por lo que le pedirán al Creador que los acerque.
Esto es como escribe Maimónides, que «A las mujeres, los pequeños y las personas sin educación se les enseña a trabajar con el fin de recibir una recompensa», ya que no entenderían lo contrario. Cuando «adquieren conocimiento y adquieren mucha sabiduría, se les enseña ese secreto», que debemos trabajar en Lishmá (en nombre de la Torá) , que es con el fin de otorgar.
Ahora podemos entender lo que preguntamos: ¿Por qué el Creador aflige a Israel, que son amados por el Creador? Y además, les dice: «Ya que los amo, quiero que no odien las espinas», ya que esos reyes que esclavizan a Israel son como espinas en sus cuerpos.
Está escrito: «No aborrezcan su reprimenda», lo que significa que no escapen de la campaña diciendo que este trabajo con el fin de otorgar no es para ustedes. Esto significa que aquellos a quienes el Creador ama, refiriéndose a la cualidad de Israel, que desean anularse Yashar-El (directo al Creador), y el deseo de recibir que existe en la persona, el quiere que el Creador le dé el poder para someterlo, para anularse ante el Creador.
Sin embargo, la persona no puede sobreponerse al deseo de recibir, ya que el deseo de recibir le hace ver que la razón principal por la cual una persona debe esforzarse y trabajar es para poder satisfacer su amor propio. Pero esa persona quiere lo contrario: revocar su amor propio y ser capaz de trabajar únicamente en lo que se refiere al amor del Creador. Es decir, no quiere trabajar por su propio beneficio, sino en beneficio del Creador, es decir, por lo que agrada al Creador.
Esa persona dice que no se siente satisfecha por el hecho de tener la fuerza para no trabajar en beneficio propio, y hay muchos sabihondos que dicen que el hombre logra la completitud si no trabaja en beneficio propio. Él, sin embargo, dice que no es por eso que el Creador creó a las criaturas, porque no lo disfrutarían. Más bien, el propósito de la creación es hacer el bien a sus creaciones. Por lo tanto, las criaturas también deben trabajar en equivalencia de forma, lo que significa que todo su anhelo será hacer el bien al Creador.
De esto resulta que quien dice que el propósito del hombre para lograr la completitud es solo para no trabajar para sí mismo, que solo este es el propósito del hombre y por el cual fue creado, esta no es la verdad. En cambio, uno siempre debe examinarse para ver si trabaja en beneficio del Creador, lo que significa que el Creador disfrutará. Es decir, quiere reemplazar el amor propio y lograr el amor del Creador, ya que solo de esta manera las criaturas lograrán el objetivo para el que fueron creadas, llamado «hacer el bien a Sus creaciones».
Por lo tanto, aquellos que desean alcanzar el amor del Creador, aunque este grado aún está lejos de ellos, sin embargo, como quieren lograrlo a pesar de todo, a ellos se les llama «los que aman al Creador». Es como Baal HaSulam dijo sobre el versículo: «Dará sabiduría a los sabios». Él preguntó: «¿Debería haber dicho: “Les dará sabiduría a los tontos”?» Como ya son sabios, ¿por qué les da la sabiduría? Además, ¿de dónde tendrían sabiduría antes de que el Creador se las dé? Únicamente después, cuando ya tienen sabiduría.
Dijo que el significado de «sabio» se refiere a aquellos que quieren ser sabios. Aunque todavía no tienen sabiduría, pero tienen deseo por la sabiduría, ya se les llama «sabios», según su propósito. Por lo tanto, alguien que quiere ser sabio debe creer que el Creador le dará sabiduría.
De esta manera, debemos interpretar que quienes quieren amar al Creador ya son considerados como que aman al Creador. Por esta razón, el Creador quiere darles amor, lo que significa la anulación del amor propio y ser recompensado con el amor del Creador. El Zóhar les dice que el Creador sostiene en su mano un cetro para guiarlos por el camino recto. Es decir, deberían creer que los sufrimientos que padecen debido a los descensos que reciben provienen del Creador. Es decir, estos pensamientos ajenos que están recibiendo, son como espinas en sus cuerpos, es el Creador quien les envía estos descensos.
Aunque una persona entiende que sería mejor si el Creador le enviara más ascensos, y por qué necesita estos descensos, es decir, cuál es su beneficio, la respuesta es que a esto se le llama «El cetro en la mano del Creador para guiarlo en el camino recto». De lo contrario, si una persona permanece en un estado de ascenso, pensará que ha alcanzado la completitud y permanecerá en su estado de bajeza porque no sentirá ninguna falta que deba corregir.
Por esta razón, el Creador le muestra su bajeza y le muestra que por mucho que ya pensaba que era superior a la gente, que no tenía los pensamientos tan bajos que otras personas tienen, de repente ve que tiene peores pensamientos que las personas que trabajan como la gente en general, a quienes se considera que trabajan con el fin de recibir recompensa.
Y él dice que quiere trabajar sólo en nombre de los cielos y no en beneficio propio, y ciertamente está en un grado más alto que ellos. Pero de repente, ve que es más bajo que ellos. Resulta que los sufrimientos que siente hace que necesite pedirle al Creador que realmente lo acerque. Es por eso que esto se refiere específicamente a las personas que son consideradas como Israel, que quieren ser «Israel». Para no que fracasen en el trabajo, Él les envía estos descensos. Esto se considera que Él está «sosteniendo el cetro en su mano, para guiarlos en el camino recto». El «camino recto» es el camino que conduce directamente al palacio del Rey.
Esto no es así con aquellos que son considerados sólo como Esav. Esta es únicamente la acción, sin la intención de que las acciones conduzcan a la anulación del beneficio propio, y no quieren hacer acciones en beneficio del Creador, sino que se conforman con la acción, sin la intención de que conduzcan a la Dvekut con el Creador y no piensan en el asunto de Dvekut con el Creador, como está escrito: «Y adherirse a Él». Para ellos, el Creador no sostiene el cetro en Su mano para reprenderlos.
Él dice: «Pero odié a Esav, por eso le quité el cetro, le quité la reprimenda para que no le diera una parte en mí». Es decir: «No quiero que tenga Dvekut conmigo». Es por eso que Él dice: «Mi alma lo detesta», lo que significa que debido a que todo su trabajo es sólo por su propio beneficio: «Mi alma lo detesta», y no le daré una parte en mí. Es decir, no le daré sufrimientos para que por medio de ellos lleguen a adherirse a Mí. Como no tienen ningún deseo por Mí, no tengo ningún deseo por aquellos que están en la cualidad de Esav, que se sienten como completos. «Esav» significa que él ya hizo su parte y se considera a sí mismo como un hombre completo.
Sin embargo, ¿qué puede uno hacer para no sufrir un descenso, llamado «sufrimientos» por sentirse alejado del Creador?, ya que todos los sufrimientos son para que la persona no permanezca en un grado bajo, porque se contentaría con poco, porque piensa que ya ha sido recompensado con un grado espiritual. Por lo tanto, es necesario disminuir la importancia de la persona, lo que significa que verá por sí mismo cuán carente es. Luego sabrá pedirle al Creador que lo saque de su bajeza.
Entonces, ¿cómo puede no caer en un estado de bajeza? El consejo para esto es que si la persona calcula y ve, a través del pensamiento y el deseo, que todavía está lejos de Dvekut con el Creador, lo cual significa que incluso durante un ascenso todavía se considera a sí mismo y comienza a sentir sus carencias, entonces hace que no sea necesario caer de su estado, lo cual significa que se le darán pensamientos bajos hasta que sienta que está en un estado de carencia.
Más bien, incluso durante un ascenso, comienza a buscar consejos sobre cómo ascender en grado. En ese caso, de por sí, no necesita recibir descensos desde arriba, ya que él mismo comienza a buscar consejos, incluso antes de caer en la bajeza. Ahora parece que en la situación en la que se encuentra, está lleno de carencias. Con esto puede librarse de la necesidad de recibir descensos desde arriba.
Sin embargo, generalmente, el orden es que durante un ascenso, la persona no quiere buscar carencias en sí misma. Por lo tanto, deben darle descensos desde arriba.
Con esto podemos interpretar lo que nuestros sabios dijeron (Shabat 152): «Lo que no perdí, lo busco». Es decir, es como un anciano camina inclinado, siempre mirando al suelo como si buscara algo. Él dice: «No he perdido nada, pero busco». Debemos interpretar «Viejo es el que ha adquirido sabiduría». Es decir, él es «Sabio, quien ve el futuro». Dado que puede descender para adquirir Kelim vacíos, para que el Creador pueda llenarlos o permanecerá en un estado de bajeza, porque no sentirá ninguna carencia. Luego, cuando pierde el estado de ascenso, comienza a buscar consejo sobre cómo ascender una vez más en la espiritualidad.
Por lo tanto, el que es viejo, lo cual significa sabio que ve el futuro, comienza a buscar cómo ascender en la espiritualidad, incluso antes de perder el estado de ascenso. Él comienza a seguir todos los consejos sobre las formas de ascender en los grados espirituales, y esto se hace buscando carencias en el estado en el que se encuentra. En ese caso, no hay necesidad de bajarlo en importancia para que encuentre y vea deficiencias en sí mismo, ya que él mismo buscará carencias para tener Kelim vacíos que el Creador se los pueda llenar.
El mejor consejo en un estado de ascenso es que cuando una persona siente que ahora hay un estado de espiritualidad y quiere encontrar deficiencias, en ese estado debe profundizar en la Torá y encontrar la conexión entre la Torá y el hombre. A partir de esto, podrá tomar conocimiento sobre cómo servir al Creador, tal como está escrito: «Un alma sin conocimiento tampoco es buena», y como está escrito: «Concédenos de Ti sabiduría, comprensión y conocimiento». En ese estado, de por sí, verá la carencia en él y tendrá Kelim vacíos. Con esto, se salvará de entrar en un verdadero descenso.
Ahora explicaremos la pregunta: ¿Por qué, cuando oramos al Creador para que borre nuestros pecados, estipulamos ante Él las condiciones y decimos «pero no a través de los sufrimientos»?, que significa «no a través de descensos». Durante un descenso, estamos separados de Él, ya que durante un descenso, todo está en la bajeza. Esto se llama «la Shejiná (Divinidad) en el polvo». Debido a que debemos sentir nuestra bajeza, también hacemos que la Shejiná esté en el exilio, tal como nos hemos alejado de la tierra santa. Es decir, no tenemos el deseo de Kedushá (Santidad). En cambio, durante un descenso, recibimos el deseo de «la tierra de las naciones», y con esto degradamos la Kedushá.
Por esta razón, le pedimos que nos ayude a borrar nuestros pecados para que podamos entrar a la Kedushá. Sin embargo, que eso no venga por sufrimiento, llamado «descensos», ya que estos descensos causan la degradación de la Kedushá, que se llama «Shejiná en el polvo» o «Shejiná en el exilio». Oramos para que estos sufrimientos no lleguen, ya que estamos causando la degradación de la Kedushá.
Nuestros sabios dicen (Berajot p 5): «Rabí Yohanan era débil. Fue ante el Rabí Haniná. Él le dijo: "¿Eres aficionado al sufrimiento?" Él respondió: "Ni ellos ni su recompensa". Todos preguntan sobre esto. Después de todo, muchos justos asumieron los sufrimientos, entonces ¿por qué Rabí Yohanan dijo "Ni ellos ni su recompensa"?»
Baal HaSulam interpretó esto y dijo que estaban discutiendo sobre el exilio de la Shejiná, que se retrasó porque no se han corregido todas las chispas de Kedushá que han descendido a las Klipot (cáscaras). Por esta razón, aunque hay recompensa, es decir, todo lo que descendió para estar entre las Klipot volverá a la Kedushá, que es una recompensa muy grande, resulta que todo se corregirá, pero mientras tanto, hasta que todo se corrija, la Shejiná está en el exilio, todos la degradan y exaltan a la sierva, a saber, la Klipá (cáscara). Este es el dolor de la Shejiná que él no puede tolerar. Es sobre esto que dijo: «Ni ellos ni su recompensa».
Qué son los sufrimientos en el trabajo. Es que sufren que la Shejiná debe estar humillada por ellos. Para entender esto, debemos examinar el ensayo «La Divinidad en el exilio» (Shamati, Ensayo No. 1), donde está escrito que cuando una persona lamenta estar lejos del Creador, porque está dentro del deseo de recibir solo para su propio beneficio, al igual que los animales, que es algo impropio de la cualidad de «hombre», él debe dirigir los sufrimientos para que no sea porque quiere ser hombre, y es por eso que sufre, sino que es por la aflicción de la Shejiná.
Dice una alegoría acerca de esto, que la persona que tiene dolor en cierto órgano, siente el dolor principalmente en el corazón y en la mente, que es todo el hombre. Del mismo modo, el hombre es una parte específica de la Shejiná, llamada «la congregación de Israel». Ella siente la mayor parte del dolor, y esto es lo que debería lamentar. Esto se llama «sufrimientos» en el trabajo.