<- Biblioteca de Cabalá
Seguir leyendo ->
Inicio de la Biblioteca de Cabalá /

Rabash / ¿Qué significa, si traga el Maror (hierba amarga), no saldrá, en el trabajo?

Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash)

¿Qué significa, si traga el Maror (hierba amarga), no saldrá, en el trabajo?

Artículo 23, 1989

Está escrito en Shaar Hakavanot (Puerta de las intenciones): «Este es el significado de Maror (hierba amarga), que es "muerte", en Guematria. Son los juicios en ella, de los cuales las Klipot (cáscaras), que se llaman "muerte", se aferran para dulcificar mediante la extensión de vida. Esta es la razón por la que él debe sentir el sabor amargo, y si la traga, no cumple con su deber, ya que el rechinar de los dientes se dulcifica a través de los treinta y dos dientes». Debemos entender qué es la hierba amarga, que se llama «La muerte», en el trabajo, y lo que significa que, a través de la masticación de los dientes, que son treinta y dos, el amargo se dulcifica, y si se lo traga, ya no sabe a amargura. ¿Cómo se aclara esto en el trabajo?

Para entender esto, primero debemos saber por qué necesitamos trabajo, en primer lugar. Vemos que incluso en la corporalidad una persona no logra nada sin esfuerzo. Se sabe la respuesta a esto, ya que en tanto cada rama quiere asemejarse a su raíz, y dado que nuestra raíz nos creó con el objetivo de hacer el bien a Sus creaciones, es decir, otorgar, por eso cuando el ser creado recibe, siente un desagrado al recibir la abundancia de otro. Por eso nos dieron trabajo.

Cuando una persona recibe una recompensa por su trabajo, ya no hay vergüenza. De esto no decimos que una persona no está dispuesta a comer el pan de la vergüenza porque a cambio del pan, da trabajo. Esto parece una compensación, donde se intercambian cosas entre sí, donde uno da trabajo y el otro da pan o dinero, y así sucesivamente.

En la corporalidad, entre las personas, esto es muy claro. Pero entre el hombre y el Creador, ¿cómo podemos decir que la persona trabaja en Torá y Mitzvot (preceptos) , y que, a cambio, Él lo recompensa? Después de todo, nuestros sabios dijeron que debemos trabajar no con el fin de recibir un premio. Por lo tanto, ¿cuál es el beneficio del trabajo en Torá y Mitzvot? Podemos entender que, en la corporalidad, necesitamos trabajar porque recibir recompensa sin trabajo causa vergüenza. Por lo tanto, cuando él quiere recibir una recompensa, hay una corrección de la recompensa porque la persona trabaja por la recompensa, y no padece el pan de vergüenza al recibir la recompensa.

Por esta razón, entendemos que el trabajo es una corrección de la recompensa. Pero si trabajamos para no recibir una recompensa, ¿para qué necesitamos el trabajo? ¿Para qué se precisa el trabajo si no hay nada que corregir, ya que no está recibiendo ninguna retribución? Entonces, ¿para qué necesito este trabajo? Con respecto al trabajo, también debemos entender que, en la corporalidad, cuando una persona necesita trabajar, es porque el trabajo que uno hace por otro, es porque el otro necesita ese trabajo. Por ejemplo, el dueño de una panadería necesita empleados, de lo contrario no podrá producir la cantidad de pan que necesita. Esto no es así con respecto al Creador. ¿Es carente y necesita que las criaturas complementen lo que le falta por medio del trabajo para Él?

Resulta que la pregunta tiene dos aspectos:

1) Nos dieron trabajo para poder recibir una recompensa a cambio del trabajo. Con esto, la vergüenza se corregirá, y será como si él comiera el pan de balde. Esto no se puede decir con respecto al trabajo para el Creador porque trabajamos no con el fin de recibir recompensa.

2) Esto se puede decir entre un hombre y su amigo porque su amigo necesita su trabajo. Pero entre el hombre y el Creador, ¿cómo podemos decir que el Creador necesita el trabajo del hombre?

La respuesta es que, en verdad, deberíamos preguntarnos por qué nuestros sabios dijeron que debemos trabajar no con el fin de recibir un premio, sino que todo el asunto del trabajo se estableció para que no existiera el pan de la vergüenza. Por lo tanto, vemos que también en la corporalidad, entre el hombre y su amigo, existe la regla de no comer el pan de balde debido a la vergüenza. Por lo tanto, ¿por qué debemos trabajar sin recompensa con respecto al Creador, si el trabajo corrige el deleite y el placer para que no haya vergüenza en la recepción, porque entonces ya no se considera un regalo o caridad? Más bien, ahora el deleite y el placer adquieren un nuevo nombre: «recompensa». En consecuencia, ¿por qué necesitamos trabajar no para recibir un premio?

La respuesta a esto se presenta en El Estudio de las Diez Sefirot (Parte 1, Histaklut Pnimit, ítem 7), donde se pregunta qué dijeron nuestros sabios, y que para corregir el pan de la vergüenza hubo una corrección por la que Él creó este mundo. Aquí, hay una realidad de trabajo: «Porque obtienen su recompensa del Todo a cambio de su trabajo, y por esto se salvan de la falla de la vergüenza». Él se pregunta al respecto: «Pero esa explicación es muy extraña. Es como una persona que le dice a su amigo: “Trabaja conmigo solo un momento y a cambio, te daré todos los placeres y tesoros del mundo por el resto de tu vida״. De hecho, no hay mayor regalo gratuito que ese. El trabajo está en este mundo transitorio y sin valor comparado con la recompensa y el placer en el mundo eterno». Y allí (en el ítem 20), responde: «debido que hay una disparidad entre el Creador y los seres creados, lo cual provoca vergüenza, y a través de la práctica de la Torá y las Mitzvot con el fin de dar contento a Su Hacedor, las vasijas de recepción del alma se convierten en vasijas de otorgamiento. Es decir, para ella misma, ella no querría la distinguida abundancia, sin embargo, la recibe para dar contento a su Hacedor, quien quiere que las almas disfruten de Su abundancia».

Ahora podemos entender lo que preguntamos, podemos entender que, entre un hombre y su amigo, el trabajo que una persona hace para obtener una recompensa es para que no coma el pan de balde, ya que se sabe que esto causa vergüenza, y a través del trabajo, la falla de la vergüenza se corrige porque la persona recibe una recompensa a cambio del trabajo. Pero con respecto al Creador, ¿cuál es la corrección del trabajo, si debemos trabajar no con el fin de recibir un premio?

Además, dijimos que podemos entender que, entre un hombre y su amigo, una persona necesita el trabajo de su amigo, pero en cuanto al Creador, ¿por qué necesita el trabajo del hombre? ¿Es carente y precisa el trabajo del hombre?

De hecho, entre el hombre y el Creador, no se puede decir que el trabajo corrija la recepción del deleite y del placer para que no se sienta el defecto de la vergüenza. Esto es así solo entre el hombre y su amigo, ya que el dador del trabajo le paga según su trabajo. De ello resulta que el trabajo por una recompensa es un tipo de intercambio en el que se intercambian cosas entre sí, y aquí ya no hay vergüenza, ya que ambos reciben juntos: uno recibe trabajo y el otro recibe recompensa. Pero con respecto al Creador, no hay igualdad, no podemos decir que uno recibe trabajo y el otro recibe recompensa. Esto es así por dos motivos:

1) No se puede decir que el Creador reciba trabajo del hombre, ya que el Creador no es carente ni necesita el trabajo del hombre.

2) Como está dicho en El estudio de las diez Sefirot, la recompensa que recibe un trabajador del Creador no es equivalente al trabajo, ya que el trabajo, comparado con la recompensa, es como una persona que trabaja para su amigo durante un momento y, a cambio, recibe el sustento por el resto de su vida, porque el trabajador del Creador trabaja solo en este mundo y, a cambio, recibe una recompensa en la eternidad. Pero entre el hombre y su amigo, esto no es así.

Por lo tanto, como está escrito allí, el trabajo del hombre en la Torá y las Mitzvot no tiene el propósito de un intercambio, como entre un hombre y su amigo. Más bien, el trabajo es que, mediante el trabajo en Torá y Mitzvot, una persona recibirá algo nuevo, una segunda naturaleza. Es decir, en lugar de la naturaleza de querer recibir para sí mismo con la que nació, al dedicarse a la Torá y las Mitzvot con el fin de otorgar y no recibir ninguna recompensa, recibirá una recompensa a cambio de su trabajo.

Sin embargo, ¿cuál es la recompensa que espera recibir por su trabajo en Torá y Mitzvot? Que el Creador le dará una segunda naturaleza: vasijas de otorgamiento. Hasta ahora tenía vasijas del deseo de recibir con el fin de recibir. Ahora obtendrá nuevos Kelim (vasijas) llamados «vasijas de otorgamiento». Por lo tanto, durante el trabajo en Torá y Mitzvot, debe tratar de dirigir su compromiso con el fin de otorgar. Es decir, todo el tiempo durante el trabajo, debe dirigir a qué recompensa espera que el Creador le dé a cambio de su trabajo en la Torá y las Mitzvot.

Hay dos cosas en esta intención cuando dirige con el fin de otorgar:

1) Saber qué recompensa espera.

2) Sentir un buen sabor de la recompensa, es decir, disfrutar de esta recompensa. Es decir, la medida de la recompensa depende del anhelo de obtenerla. Como en la corporalidad, hay una gran recompensa y una pequeña recompensa, que se mide por la importancia del asunto, ya que normalmente, algo que es precioso, que no mucha gente tiene y es difícil de obtener, se considera importante en la corporalidad.

Del mismo modo, todos piensan que se puede llegar a hacer todo en nombre de los cielos, dado que es solo una intención, es decir, dirigir durante la acción, quiere que el trabajo solo sea en nombre de los cielos. La persona piensa que solo la acción es difícil de hacer, pero que la intención es muy fácil, y que dependen únicamente de su propia voluntad, y si él quiere, entonces puede.

Pero aquellos que comienzan a ir por este camino, que quieren que sus acciones sean en nombre de los cielos, cuanto más aumentan sus esfuerzos en acciones e intenciones de otorgar, más se le revela la verdad, que está lejos de ello. Es decir, hay una Segulá (virtud / poder) en este trabajo: se le revela la verdad desde arriba, que no pertenece a los actos de otorgamiento. Entonces, antes de que la persona comience el trabajo de otorgamiento, ya hay una corrección, que no podemos ver la verdad que la persona está lejos de este camino, puesto que está en contra de su naturaleza.

El hombre nace para hacer todo por su propio beneficio. Para no sentirse avergonzado, debe hacer todo en beneficio del Creador y anular todo su ser. ¿Cómo puede el cuerpo estar de acuerdo con esto? Como dice El Zóhar sobre el versículo: «Oh, hazle conocer su pecado», el Creador se lo hace saber, lo que significa que desde arriba, cuando ven que uno quiere corregir el deseo de recibir para sí mismo, le advierten que la verdad es que está lejos de eso. Entonces comienza a ver que no cualquier persona puede alcanzar esta recompensa, y comienza a ver la importancia del asunto.

Resulta que, solo entonces comienza a percibir cómo esta recompensa, llamada «vasijas de otorgamiento», es difícil ser merecedor de ella, y que solo el Creador puede darle estos Kelim. Como resultado, su recompensa se vuelve importante a sus ojos ya que es una cosa preciosa que no cualquiera puede lograr.

En consecuencia, vemos la importancia de esta recompensa: ser recompensados con vasijas de otorgamiento. Es imposible entender la importancia del asunto antes de que uno vea lo difícil que es obtenerlo. Cuando obtiene vasijas de otorgamiento, ve que ha sido premiado con una gran recompensa, y que es una cosa muy preciosa ya que no puede obtener esta gran cosa por sí mismo, pues solo el Creador mismo puede darle estos Kelim como un regalo.

Por lo tanto, resulta que lo que dijeron que está prohibido trabajar para recibir un premio se debe a que, si quiere una recompensa por el trabajo, se escapa de la verdadera recompensa. Con esto entenderemos por qué debemos trabajar, ya que el Creador no necesita nuestro trabajo, que Le ayudemos de alguna manera. La respuesta es que este trabajo es solo para nosotros. Es decir, a través del trabajo, obtenemos la importancia de la recompensa. Y no es meramente importancia, sino que, a través del trabajo, logramos que la importancia sea porque es toda nuestra vida, ya que sin Dvekut (adhesión) con el Creador, estamos lejos de Él, y todo el deleite y el placer que el Creador ha creado para hacer el bien a sus creaciones depende de esto, de tener equivalencia con la Luz.

Como dice el Arí, la razón de la ruptura de las vasijas fue porque los Kelim no podían soportar la Luz. Por lo tanto, las luces se retiraron y los Kelim se rompieron. Esto significa que hay una relación inversa entre la Luz, que es el dador, y el Kli (la vasija), que es el receptor. Para tener equivalencia, hubo una corrección que el receptor no recibe debido a su propio beneficio, sino porque quiere hacer la voluntad del Creador, quien quiere hacer el bien a Sus creaciones, y solo por esta razón recibe el deleite. Esto se denomina «equivalencia», ya que ahora ambos son iguales porque ambos se consideran otorgantes. Es decir, como la Luz da al Kli, el Kli recibe solo porque quiere otorgar al Dador.

Ahora podemos entender lo que dijo Baal HaSulam acerca de las palabras que Moshé le pidió al Creador (Éxodo 33: 18-21): «Y él dijo: “Muéstrame tu gloria, por favor”. Y el Señor dijo: “Aquí hay un lugar conmigo"».

Dijo: «¿Cuál es el significado de “Aquí hay un lugar conmigo”?». Dijo: «Iti (conmigo) es un acrónimo (en hebreo) para la fe, la plegaria y el trabajo. Es decir, este es el lugar por el cual podemos ser recompensados con la gloria del Creador. Podemos interpretar la gloria del Creador de la manera en que oramos (en la Oración Dieciocho de Rosh Hashaná) «Da gloria a tu pueblo», lo que significa que la gloria del Creador se revelará dentro del pueblo de Israel, por lo que todos y cada uno sentirá la grandeza del Creador en la medida en que la única preocupación de la gente será hacer algo para traer satisfacción al Creador, y nada más le interesará.

A la inversa, cuando ocurre lo contrario, cuando la Shejiná (Divinidad) está en el polvo, la grandeza del Creador se oculta y no vemos ni sentimos la importancia de quien impera, que nos ordenó observar la Torá y las Mitzvot, y no porque Él necesite de nuestro trabajo. Más bien, Él quiere recompensarnos. Nos dieron Torá y Mitzvot porque, como decían nuestros sabios: «El Creador quiso purificar a Israel, por lo tanto, les dio abundantes Torá y Mitzvot», como está escrito al comienzo del ensayo: «Apertura a la Sabiduría de la Cabalá». Por lo tanto, para lograr la gloria del Creador, podemos interpretar que esta es la razón por la que dijo: «Muéstrame Tu gloria». Aunque hay muchas interpretaciones a esto en el trabajo, así es como debemos interpretar el versículo: «Muéstrame tu gloria» significa que la gloria del Creador será revelada.

Debemos interpretar que la orden de «un lugar Iti [conmigo]» es que uno debe asumir la fe, para creer que todos y cada uno pueden ser recompensados ​​con la gloria del Creador. Cuando él cree esto, debe saber por qué la gloria del Creador no se revela incluso antes de que comience el trabajo, y solo se revela la ocultación. Debe creer las palabras de nuestros sabios de que esto es una corrección para que el hombre pueda adquirir una equivalencia de forma, considerada como «dar al Creador y no en beneficio propio».

Por esta razón, con respecto a la fe que uno debe tener por encima de sí mismo, también debe creer que es imposible ser recompensado con la gloria del Creador, lo que significa que la ocultación y el escondimiento serían eliminados de él si no ha sido recompensado con «temor al cielo». Temor significa, como está escrito («Introducción al Libro del Zóhar»): «No puede tener fe antes de tener equivalencia de forma». Para tener la equivalencia de forma, debe tratar de tener temor en todo lo que hace, como está escrito: «Temor significa que teme disminuir el traer contento a su Hacedor».

De ello resulta que cuando uno comienza el trabajo, comienza con la fe, pero el cuerpo se resiste a este trabajo, y luego llega a un estado de esfuerzo, cuando debe vencer el cuerpo y buscar todo tipo de consejos, como decían nuestros sabios: «Con artimañas harás la guerra», ya que el cuerpo no quiere renunciar al beneficio propio. En la medida en que ejerce, en ese sentido, comienza a sentir que es incapaz de hacer nada, ya que, en su opinión, ha hecho todo lo que pudo. Después del trabajo, llega a saber que solo el Creador puede ayudar, y está fuera de sus manos. Luego viene el tercer estado, la plegaria, y luego la plegaria es desde el fondo del corazón, ya que le queda absolutamente claro que nadie puede ayudarlo sino el Creador.

Sin embargo, incluso cuando llega a saber que el Creador puede ayudarlo, y comprende que el verdadero consejo es el rezo, viene el cuerpo y le hace entender - ya viste cuantos rezos diste, y no recibiste de arriba ninguna respuesta, entonces, ¿para qué rezar que el Creador te ayude si ves que no recibes ninguna ayuda de arriba? Entonces, uno no tiene la capacidad de rezar en ese momento y sobre esto se requiere nuevamente sobreponerse, es decir, sobreponerse con la fe, y creer que el Creador sí escucha el rezo de toda boca y no importa si uno es talentoso o tiene buenas cualidades o por el contrario, sino que solo tiene que sobreponerse y creer por encima de la razón a pesar que su razón lo obliga que después de haber rezado muchas veces y aún no recibió nada de arriba, entonces ¿cómo puede otra vez rezar? También para eso se necesita sobreponerse. Es decir hacer un esfuerzo por encima de la razón y rezar para que el Creador ayude para que pueda sobreponerse a su razón, y sí rezar.

De ello resulta que, tanto la fe, como la plegaria y el esfuerzo son tres cosas sucesivas, y en verdad son tres cosas, sin embargo, estas tres cosas están incluidas una en la otra. Es decir, en cada estado, él trabaja con las tres juntas. En otras palabras, aunque comencemos con la fe, todos los demás discernimientos se incluyen en la fe, ya que cuando comienza a sobreponerse, debe creer en los sabios, quienes dijeron: «El hombre debe decir: “Si no soy por mí, ¿Quién es por mí?''» En otras palabras, el hombre debe esforzarse y llegar a la meta por sus propias fuerzas. Cuando ve que no puede sobreponerse y esforzarse, debe creer que la plegaria ayuda, como está escrito: «Porque escuchas la plegaria de cada boca», aunque no ve ningún cambio cuando ora para que el Creador lo ayude. Así, aquí, también, está el asunto de por encima de la razón. Sin embargo, el orden general es comenzar con la fe, luego el esfuerzo y luego la plegaria.

Resulta que lo más importante es la fe, ya que debemos utilizarla en todas las acciones que uno hace. Es decir, la base de todos los Kelim con los que el hombre trabaja es la fe. Por eso la Luz que se revela se llama la «Luz de la fe», de acuerdo con el nombre del Kli. Este Kli está construido sobre la base de la fe en los sabios y la fe en el Creador, como está escrito: «Y creyeron en el Señor y en su siervo, Moshé».

Ahora podemos entender lo que nuestros sabios dijeron: «Si traga la hierba amarga, no saldrá». El Arí dijo que Maror (hierba amarga) es la muerte en Guematria. Debemos entender lo que esto nos implica, que Maror es la muerte en Guematria, que son los juicios en ella, a los que se aferran las Klipot. Debemos interpretar que es como decimos (en la Hagadá de Pésaj): «Este Maror que comemos, ¿por qué? Porque los egipcios amargaron, y amargaron sus vidas con un duro trabajo».

El trabajo duro fue que el pueblo de Israel quería salir del control de los egipcios, llamado «amor propio», que cuando se sobreponían y lograban hacer algo con el fin de otorgar, los pensamientos de los egipcios regresaban inmediatamente a ellos, preguntando la pregunta del hombre malvado: «¿Qué es este trabajo para ustedes?» Trabajar en beneficio del Creador. Cada vez que se sobreponían, las preguntas de los egipcios regresaban inmediatamente. Esto se denomina «trabajo duro», que les costó salir de su control porque los egipcios amargaron sus vidas.

El Arí dice acerca de esto, que Maror en Guematria es la muerte, lo que significa que los egipcios no querían dejarlos salir de su control, sino que permanecieran como ellos querían, como la pregunta del malvado. Este es el significado de permanecer en la forma de «Los malvados en sus vidas se llaman “muertos"». Resulta que esto no solo es simplemente hierba amarga, sino que es realmente la muerte. Por lo tanto, «amargaron sus vidas» significa que querían que el pueblo de Israel permanecieran en el discernimiento de muertos.

Por lo tanto, resulta que el trabajo duro, cuando probaron el sabor amargo, significa que probaron el sabor de la muerte trabajando en beneficio propio. Este es el significado de lo que él dice, que Maror se considera muerte, y los juicios a los que se aferran las Klipot, donde el juicio significa que estaban bajo juicio, significa que está prohibido usar las vasijas de recepción, y toda la succión de las Klipot viene de las vasijas de recepción, las cuales quieren recibir con el fin de recibir. Entonces, cuando una persona está en un estado de recepción, la persona está en un estado de ocultamiento y escondimiento de la espiritualidad.

Su corrección es como está escrito: «Esta es la razón por la que debe probar la amargura, y si la traga, no cumple con su deber, ya que el rechinar de los dientes se dulcifica a través de los treinta y dos dientes». Debemos interpretar que se sabe que los treinta y dos dientes implican los treinta y dos senderos de la sabiduría, lo cual significa específicamente que una persona que alcanza un estado de ascenso, se considera que está en un estado de vida y sabiduría, debe entonces masticar la hierba amarga, para saborear la amargura, ya que solo durante un ascenso podemos sentir lo que es Maror, es decir, a qué sabe el descenso, como en «la ventaja de la Luz desde dentro de la oscuridad».

Es decir, es imposible probar un verdadero sabor en la vida y la Luz a menos que se tenga el sabor de la oscuridad y la muerte. Así, el Maror se dulcifica a través del ascenso, ya que solo a través de la oscuridad, que es un descenso, se siente un sabor en la Luz. De ello resulta que la oscuridad ahora se ha corregido. Este es el significado de las palabras: «Y para dulcificarla por medio de la extensión de la vida».