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Escoger un buen entorno

“En un examen general, encontramos que sólo hay dos mandamientos a seguir en la sociedad. Estos pueden denominarse 1) “recepción” y 2) “otorgamiento”. Esto significa que cada miembro debe, por naturaleza, recibir sus necesidades de la sociedad y debe beneficiar a la sociedad a través de su trabajo para su bienestar. Y si uno quebranta uno de estos dos mandamientos, será castigado sin piedad”.

Baal HaSulam, artículo de La Paz.

Los cabalistas escriben lo que se puede describir como manuales de usuario para el desarrollo espiritual, aunque a veces con conceptos aún no alcanzados en un lenguaje difícil de entender, y a veces puede parecer muy sencillo. Siempre se trata de “recepción” o de “otorgamiento”.

Hay un concepto llamado ley de equivalencia de forma, parecerse o ser equivalente a las cualidades del Creador, que en una palabra es otorgamiento. Y el ser creado es opuesto en la calidad de la recepción. Cuando somos equivalentes nos volvemos cercanos y estamos distantes cuando somos opuestos.

Durante una de las lecciones sobre el tema surgió una pregunta: ¿Es el entorno el que puede ayudar a disminuir la distancia con las cualidades del Creador?
Esto es precisamente lo que vemos en el extracto anterior de Baal HaSulam, pero ¿qué significa ser castigado por algo que aún no se sabe ni se comprende? Una vez que el punto en el corazón despierta, el deseo de parecerse a las cualidades del Creador (para alcanzar el otorgamiento), y nos damos cuenta de que somos la voluntad de recibir, entonces comienza el proceso, entonces comienza el proceso, ya que darse cuenta de que uno es enteramente el deseo de recibir es darse cuenta también de que hay una cualidad diferente del deseo de otorgar. Esta es “la ventaja de la luz sobre las tinieblas”.

Entonces, ¿cómo aprendemos qué es otorgamiento?

Rabash escribe: “Una persona tiene un deseo de espiritualidad dentro de él, que proviene de sí mismo. En otras palabras, incluso cuando está solo y no hay personas a su alrededor que lo afecten, o de quienes absorber algún deseo, recibe un despertar y anhela ser un sirviente del Creador. Pero su propio deseo ciertamente no es lo suficientemente grande como para que no necesite potenciarlo para poder trabajar con él y obtener la meta espiritual. Por lo tanto, hay una manera, al igual que en la corporeidad, de mejorar ese deseo a través de personas externas que lo obligarán a seguir sus puntos de vista y su espíritu”.

Y continúa precisamente sobre la importancia de elegir un buen ambiente como grupo de estudio: “Esto se hace vinculándose con personas que ve que también tienen necesidad de espiritualidad. Y el deseo que tienen esas personas de afuera engendra un deseo en él, y así recibe un gran deseo de espiritualidad. O sea, además del deseo que tiene desde dentro, recibe un deseo de espiritualidad que engendran en él, y luego adquiere un gran deseo con el que puede alcanzar la meta”.

Vemos aquí que nuestra manera de mejorar el deseo por la cualidad de otorgamiento es a través del entorno, de otros podemos adquirir y hacer crecer el deseo de descubrir al Creador, desde nuestro pequeño deseo inicial podemos aumentar este deseo a niveles mayores: descubrir al Creador en mayor medida, algo que no sería posible solo.

Tenemos muchas ganas de empezar, pero para llegar a la meta necesitamos potenciar las ganas, que llenan nuestro depósito de combustible para seguir en el camino, y esto lo hacemos con los demás. Ellos me buscan y yo los busco, y si conectamos nuestros deseos entonces tenemos un gran deseo de avanzar hacia la meta con nuestra única pieza del rompecabezas.